STAR TREK: FINAL FRONTIER PALABRAS PARA EL FUTUROpor Alejandro Lois
Cuando me acerqué al fenómeno STAR TREK, lo hice de una forma involuntaria: comprando la revista oficial de la quinta película que estaba en oferta en un quiosco de Callao y Corrientes. Por aquel entonces amaba ser dibujante o diseñador en alguna serie o película de ciencia- ficción, ése era el trabajo con el que quería ganarme la vida. Pero no estaba en los Estados Unidos, y no tenía ganas de hacer el sacrificio de transplantarme. Suficiente para mí era estar aquí, en Buenos Aires. Después, el fenómeno TREK me condujo a reunirme con un grupo de jóvenes que estaban interesados como yo en la c-f y las historietas. Después a formar la dotación de una nave estelar ubicada en el Universo STAR TREK. A cualquiera ajeno al fenómeno puede parecerle ridículo. Pero, para alguien dentro, era hacer lo correcto y como se debía. Esa primer nave fue la U.S.S. Gurruchaga NCC-4181.
Las vueltas de la vida, de los demás grupos de ciencia- ficción y de los fanáticos me llevaron a destruir la nave estelar que entre todos habíamos lanzado a las estrellas. Tras una serie de cartas y largas novelas escritas por mí con mucho entusiasmo y poca literatura, y que hicieron conocida a la Gurruchaga en España, Estados Unidos e Italia.
En mi rescate vino la nave estelar de un estadounidense, la Yamato de Isaac Turner. Un buen tipo que calmó mis inquietudes de fanático en otra parte del mundo y a donde llegaban las nuevas series de STAR TREK a cuenta gotas. Pero, había algo que no terminaba de atraparme en dichas series. Tarde un poco en descubrir de qué se trataba: no estaban ambientadas en la época de la llamada generación clásica (Kirk, Spock, McCoy), sino ochenta años después (Picard, Sisko, Janeway); aproximadamente. Es decir, del siglo XXIII que conocí y amé me habían forzado a vivir en el XXIV.
La Yamato no pudo retenerme más, tampoco. Pronto, y con el permiso de Isaac, lancé la Yamato del siglo XXIII. Una nave estelar con el mismo nombre que la del señor Turner, pero situada en la época que más me gustaba. En la historia del Universo TREK de los fanáticos, una nave antecesora de la Isaac. Esta nueva Yamato, que a la vez era muy vieja, fue afortunada. Con ella, Ana, Mariano y yo editamos un fanzine "duro" sobre STAR TREK: el Energy Ribbon. Una revistita underground que entró en competencia con las de los clubs de fanáticos TREK nacionales, y que perdió. Como era lógico esperar. Aún así cosechó una pequeña lista de lectores de una fidelidad extraordinaria. Año y pico después de su desaparición, me continuaban llegando emails de ellos. Incluso puedo contar que uno de esos lectores vino a visitarme al trabajo para conocer a quien dirigía el fanzine que extrañaba. También, que la cacería por los números anteriores se extiende hasta las librerías especializadas de Rosario, Santa Fe.
Ahora, con las series de STAR TREK definitivamente contradiciendo el Universo del cual me hice fanático, abordé el Proyecto Final Frontier. Animado por Mariano, desde la destrucción de la Gurruchaga, y por Luis. Decidí hacerles caso, y la Yamato se perdió en el espacio. Volví a lanzar la U.S.S. Gurruchaga, como NCC-5581. Para transitar un Universo que no deja de estar presente en algún momento de mis días; acompañándome, y, por qué no, rescatándome de Buenos Aires. En la época que más me gusta, el siglo XXIII. Tomando a los personajes de las series que me parecieron más interesantes y poco explotados en las mismas. En todo caso, explotados de una manera que no apruebo, o que aparecieron solo varios minutos. Contando las nuevas historias que se me ocurren. Trocando el regreso del fanzine en reportes de misión novelados. Es decir, lo que antes decía en una nota ahora lo hacía en un cuento. El Energy Ribbon 2000 en el Proyecto Final Frontier. En definitiva, volviendo a vivir. Comprendiendo que no se tiene que negar algo que se ha descubierto para el beneficio personal. Ya sea por lo que otras personas digan, o por lo que nos digan nuestras diferentes personalidades. STAR TREK puede llegar a ser un buen pretexto para continuar viviendo, cuando todo lo demás nos falla...
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