CASA JUILLET. CIENCIA FICCION DESDE CHILE. OCTUBRE 1998.

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"Pecadorntes."

Cuento de ciencia-ficción por Alfredo Juillet Frascara.

1979.

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Prologo.

Este es un cuento en que se narra, por primera vez, la prehistoria de nuestro planeta.

Si hay en ella muchos enigmas, es porque no nos ha sido posible el encontrar los manuscritos que habrían aclarado esas lagunas de conocimiento.

Aun así, tengo el agrado de entregar a Ustedes el valioso cargamento de conocimientos que han sido aportados, gratuitamente, por el Profesor Setacucu Siete, a quien aprovecho en agradecer aquí su desinteresada colaboración.

El Autor.

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Personajes :

Príncipe Skoder

Comandante Vuske I

Orlok I

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maquinaria :

Nave espacial Bibulus.

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CAPITULOS DE LA OBRA.

1. - El Viaje.

2. - Pluromes.

3. - Nobutus.

4. - Terranta.

5. - Egitoris y Olmekaris.

6. - Las naves rojizas atacan de nuevo.

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Capitulo Uno.

El Viaje.

Skoder, El hijo del Emperador Urriak se disponía a emprender su largo viaje. Iban rumbo hacia otros Sistemas Planetarios.Siendo el tercer hijo, no tenia derechos a heredar el Trono.

Podría haberse contentado con el gobierno de uno de los diecisiete planetas del Sistema Corpranquis, pero sabia que ese gobierno seria un titulo honorífico, por cuanto el verdadero gobernador seria el "Simbirioc Abunca", funcionario designado por el Rey.

Cierto que él asistiría a las reuniones y fiestas, recibiendo honores y títulos, pero también seria un monigote, un figurín.

Lo que el anhelaba era verdadero poder.

Su padre había conservado lo que sus antecesores habían logrado construir: un sistema planetario, regido y gobernado por la familia.....

El origen de este poder se había iniciado hacia setecientos años atrás, con trescientos miembros de una misma familia, al llegar en una nave al sistema de la estrella Epsilon de la constelación de Orión, comenzando la colonización de sus fértiles planetas -.

Con los siglos, sus antecesores habían sabido conservar el poder, manteniéndose fuertes en justicia, y ahora uno de sus sucesores gobernaba el Gran Sistema Epsilon de Orión, Corpianquis, junto a sus hijos y parientes cercanos, habiéndose dejado la época de la colonización atrás.

Millones de seres habitaban los dieciséis planetas del Sistema, manteniéndose un intercambio comercial con los otros Sistemas habitados cercanos.

El Príncipe Skoder quería fundar en otro Sistema Planetario su propia dinastía. Para ello contaba con un reducido y valeroso grupo de hombres y mujeres que estaban dispuestos a embarcarse en la aventura.

Llevarían todos los adelantos científicos que existían en el Reino: pistolas de rayos, robots androides.

En la Sala Massor, ubicada a bordo de la nave espacial " Bibulus", el príncipe Skoder conversaba con Orlok I.

-" Llegaremos en quince años de travesía."

-"Correcto, Príncipe Skoder. Pronto nos lanzaremos a la aventura, con parte de la tripulación hibernada."

-Cuanto antes, mejor! Debemos mantener nuestras reservas alimenticias y de aire al máximo!"- Fue la ácida respuesta...

Oorlok I sorbió algo del vino de su patria. Era alto y delgado, de mirada desconfiada. Sus ojos eran rojos, como el resto de los tripulantes, y en ese momento brillaban con la luz inconfundible de una alerta inteligencia.

El Príncipe Skoder estaba muy nervioso, pues se jugaba su honor y su vida en este viaje. Eso lo mantenía en un estado anímico deplorable.

Orlok I, entendiendo que la corta entrevista había terminado, se puso de pie y dejando el sifón en la consola, se despidió militarmente del Príncipe Skoder.

Este se quedo solo. Se entretuvo mirando el anillo/visor. Le llevaba en el dedo pulgar. Con él podía ver cualquier rincón de la nave, sin excepción.

En ese instante miraba la sala de Hibernación. Vio como Orlok I llegaba allí y daba las ordenes de poner en servicio los hibernadores.

Al día siguiente, hombres y mujeres comenzaban a entrar en los numerosos sarcófagos en donde, una vez selladas las tapas, quedaban en estado de hibernación o vida latente.

El Príncipe salió de la Sala Messor y se dirigió a la Sala de Comando.

Allí estaban los astronautas guiadores, vestidos con sus trajes negro rojizos, los cuales se encargaban de mantener a la Super nave en la dirección requerida.

La meta apenas si era visible a simple vista. Estaban aun a muchos años luz de su destino final......

El Príncipe Skoder dijo a Vuske I, Comandante de la nave, quien además era una bella dama de veinticinco años de edad:

-" ¡Es ahora que tus gentes deben dirigirse a la Sala de Hibernación!"·

-"¡Si, oh Príncipe! Les indicare que el tiempo ha llegado."- Respondió la bella Vuske I, dirigiéndose al grupo de actores que había sido contratado para entretener a los futuros colonos al llegar a destino.

El Príncipe Skoder espero a que regresara, para decirle: -" ¿Ese puntillo de luz es nuestra meta?"- E indico la estrella enfrente de la proa, reflejada en los monitores en ese instante.

-"Podemos ampliar la imagen, para que Usted pueda ver los planetas."- Comento Vuske I, mirándole fijamente.

-"¡ Pues bien, hazlo ya!"- Ordeno el príncipe Skoder, pensando en cuan bellos ojos tenia su Comandante.

Se dirigieron a una pantalla gigante, adosada a un telescopio especial, que filtraba una y otra vez las imágenes, mostrando a los planetas bastante nítidamente.

-"Esa es nuestra meta, Príncipe."- Dijo Vuske I soñadoramente.

-"Así es: nuestra meta. Y espero que lleguemos allá sanos y salvos."- Corroboro el Príncipe Skoder.

-"¡Claro que llegaremos sin novedad! ¿Es que tenéis dudas?"- Replica ella, sobresaltada.

El Príncipe, sin mirarla, con los ojos absortos en la contemplación del astro, murmuro roncamente: - Lo que se anhela con fuerzas a veces escapa de nosotros, como si se asustara de nuestra codicia."

Se volvió para mirarla. Ella le miraba, estupefacta.

-"Esta bien, Vuske I, regrese a sus labores."- Comento el Príncipe Skoder, y se dirigió hacia el sector maquinarias. Allí, los hombres se veían atareados, dando instrucciones a los robotoides, quienes tenían la labor de reemplazarles durante el viaje de quince años.

Los robots se diferenciaban, externamente, de los humanos, solo en que sus ojos, en vez de tener pupilas azules, lo tenían color negro. Sus ropas eran oscuras, y en sus pechos llevaban una insignia metálica de unos treinta centímetros de diámetro, en el cual iba grabado el numero de serie del robot en cuestión, permitiendo así identificarlos rápidamente.

Existían tres clases de robots androides en la Nave Bibulus: para los trabajos pesados habían ciento diez robots tipo " Ahn", los cuales laboraban fuera de la nave, en reparaciones del casco.

Pocas veces los daños en el caso eran de cuidado, pero aquellos micro meteoritos provocaban miles de pequeños agujeros dignos de ser tomados en cuenta.

Después, para los trabajos técnicos y de cálculos, habían ciento diez " Bushes" los cuales eran de apariencia mas humanizada los "Ahu", que tenían figuras demasiado robustas para ser humanas.

Luego venían ciento diez "Contur", robotoides con figuras primordialmente femenina, y cumplían las labores menores dentro de la gran cosmonave "Bibulus".

En total eran trescientos treinta robots androides, pudiendo armarse la misma cantidad con las cajas de repuestos que estaban almacenadas en las Bodegas de la Sección Maquinarias.

Esto era así porque, en algunas ocasiones los choques con asteroides u otras naves, en el espacio comprendido en el Sistema Corpianquis, los hacían necesarios.

Dada la categoría de los trabajos a que se pretendía dar cima con la nave "Bibulus", esta cantidad de robots androides estaba largamente justificada.

Dos días después, la tripulación estaba hibernada en su totalidad, pues aun el Príncipe Skoder reposaba, cual un muerto, en el catafalco tecnológico de hibernación.

Los robots se habían convertido en los rectores de la nave. Bajo su influjo la nave proseguía su viaje por el milenario vacío del Cosmos.

Su casco relucía con los brillantes y alejados soles refulgentes, pareciendo un gigantesco escualo, o una cauta ballena... en todo caso, un pez en el océano del vacío.

Por los largos corredores de la "Bibulus", las luces, atenuadas, dejaban correr las ondas rítmicas. Estas brotaban de cientos de partes; de cada lugar en que un relé, un reloj, un engranaje se ponía en funcionamiento, o se detenía con un débil chasquido.

Por quince largos años, los robots deambularon a su albedrío, dirigidos por las necesidades de mantenimiento, por los pasillos y las salas de la "Bibulus". Durante todo el tiempo los robots salían a limpiar, pulir, cambiar elementos dañados por el uso.

Los hombres yacían en sus ataúdes, dormidos, olvidados, y sus cuerpos, helados, eran la forma mas fuera de lugar en ese navío de acero y metalplast.

Así se fueron los años, con paso de paquidermo, mientras los robots se fueron reparando a si mismos, arreglando los desperfectos que sobrevinieron en esa década y media.

Los catafalcos relucían igual que al comienzo, quince años después, cuando la nave arriba a las proximidades de la órbita del ultimo planeta del sistema de la estrella Epsilon de Orión.

Sonaron los timbres de alarma y los catafalcos tecnológicos se abrieron, y fueron inyectados sus ocupantes con drogas revividoras. Poco después los robots se hicieron presentes ante los hibernados y les dieron vibromasajes.

El Príncipe Skoder reunió a sus Orloks y Vuskes, y envió un mensaje hacia el Sistema Corpianquis. Era muy escueto. Decía:" Padre, hemos llegado. Estamos en perfectas condiciones. Buscare los minerales escasos, antes de detenerme. Responded pronto. Tu hijo, SKODER."

CAPITULO DOS

PLUROMES.

¿El Príncipe Skoder se dirigió a la maquina informadora, para preguntarle: -" Distancia a la estrella?"

-" Seis mil millones de kilómetros"

-"¿ Afelio ?"

-" Siete mil millones cuatrocientos kilómetros."

-"¿ Perihelio?"

-"Cuatro millones quinientos mil kilómetros."

- "Año de Pluromes?"

-"Doscientos cuarenta años y trescientos diecisiete días."

-"Dame algunos otros datos de importancia."

-"Velocidad media: 4.7 kilómetros por segundo. Excentricidad 0.25. Inclinación de su plano orbital sobre la Elíptica: 17.3 grados.

Temperatura : doscientos ocho grados Centígrados. Diámetro de 0.45"

Masa 0.9. Rotación completa en dieciséis horas."

-"¿Habitantes detectables ?"

-" Positivo."

-" ¿ Clase ? "

-"Mineral."

- ¿ Inteligentes ?"

- Aparentemente no, según datos actuales."

El Príncipe Skoder se dirigió a Orlok I y le dijo: -"¿ Han bajado ya las naves exploradoras?"

-"No, Alteza. ""

-"Deseo bajar al planeta; apronte un navío clase A."

Las naves del tipo "A" eran movidas por repulsión magnética. Su forma era la de un tubo, y sus medidas eran de cincuenta metros de eslora, con diez metros de manga.

El Príncipe Skoder ingreso a esa nave junto a veinte Bushes, y a los pocos segundos se alejaban, raudos, hacia Pluromes. Tras ellos, naves del tipo "B" (lenticulares y antiG) se fueron acercando al oscuro ultimo planeta.

La superficie rocosa lucia erosionada, desgastada, visible ahora bajo los rayos luminosos de las naves. Tomaron contacto con su superficie sin problemas.

El Príncipe Skoder tragó la píldora oxigenante y se puso un traje espacial; el aparato aislante le protegía del frío reinante.

Siete Bushes se situaron a su alrededor. Con sus ojos especiales, guiaron prontamente al Príncipe Skoder hasta el lugar elegido por los seres pétreos.

Estos no se diferenciaban mucho del entorno. Los Bushes movieron a algunos de ellos y así el Príncipe Skoder supo a quien debía observar.

Media unos cincuenta metros de alto, por la misma dimensión de ancho y largo. La superficie rugosa era de color plomizo azulada.

-"¿Emisiones de rayo ondas?"

- "Sí, Príncipe Skoder. Ciertamente existe un patrón de ultrasonidos."- Respondió el Bushes más cercano a él.

-"Espero que tenga traducción a mi idioma."- Comento el Príncipe, sin grandes esperanzas.

-"Tenemos grabado sus sonidos. "- Dijo el Bushes, y en el casco del Príncipe se escucho parte de esas emisiones, que semejaban una melodía rápida.

-"¿Cuantos de ellos emiten ese zumbido?"

- "En este momento, solo el que tiene adelante, Alteza."-

-"¿Y que les pasa a los demás?"

-"Están silenciosos, aunque al llegar aquí nosotros, emitieron sonidos entrecortados."

-"Trata de traducir sus señales para mi comprensión. Avísame cuando lo logres."

-Así lo haré, Príncipe Skoder."- Respondió el Bushes.

El Príncipe deambulo por el lugar, esperando encontrar algo mas que rocas. De pronto, uno de los Bushes le dijo: -" Príncipe, hemos descubierto el código de estos seres pétreos. "

-"¡ Cuénteme que dicen ellos de nosotros!"- Dijo excitadamene el Príncipe Skoder.

-" Aun no hay datos, pero si quiere dirigirles algún mensaje, estamos listos para hacerlo."

-"Dígales lo siguiente: Soy el Príncipe Skoder, quien ha viajado con sus hombres por el espacio entre los astros, y ahora esta entre Ustedes, porque he venido a gobernar los planetas de este sol."

Después de una pausa, en la que se tradujo sus palabras al idioma pétreo, y se descifro la respuesta, el Bushe dijo al Príncipe:

"- Su respuesta fue: Loable empresa, Príncipe. Somos once millones de individuos repartidos por la superficie del planeta. "

-"Bastantes sois, noble roca."

-"Mejor es la calidad. Y no somos solo roca, pues nos llamamos "los Brumildus".

-"¿Sois vosotros los únicos seres pensantes de este planeta ? ."

_" Provenimos de un sistema planetario hoy inexistentes; hemos modificado nuestros cuerpos, a fin de elegir la inmortalidad. "

-"Cuidare de vosotros. Nuestra raza demorara siglos en hacerse poderosa en este sistema planetario. "-Dijo Skoder.

-"Sabias palabras. Nosotros podremos recompensarles ,con nuestra sabiduría. Somos un pueblo de soñadores. Ahora estamos muy entusiasmados con vuestra llegada."

-"¿Oís nuestras conversaciones?"

-"Sí. ¡Hace ya tantos siglos que no nos pasaba lo mismo!"

-"Me felicito de haberos conocido. Dejare un Bushes acá y podréis intercambiar información."-

-"Con gusto le informaremos de nuestras consideraciones generales y descubrimientos."- Dijo el Brumildu.

- Ahora proseguiremos hacia los planetas interiores. ¿Antes de irme, queréis algo de mí?"- Pregunto el príncipe Skoder.

-" Nada."

-"Adiós, Brumildu."- Dijo el Príncipe, y el robot terminó la traducción en segundos, tras lo cual el ser pétreo continuo hablando pero ahora con sus semejantes.

Poco después, el navío Bibulus recibía a la navecilla "A" en su seno. Portaba al Príncipe y a diecinueve Bushes. El numero veinte se había quedado entre los seres pétreos, aprendiendo de ellos su pasado y su filosofía mineral.

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CAPITULO TRES.

NEBUTUS.

Nebutus orbitaba dulcemente en torno al astro amarillo. De mayor tamaño que Pluromes, su superficie estaba igualmente castigada por las inclemencias astrales.

Las navecillas no hallaron signos de vida, pero los humanos gozaron observando los raros pozos de gas liquido, que semejaban lagos de agua transparente.

La luz de las estrellas mal iluminaba las rocas y soledades pétreas de Nebutus. Una triste nostalgia prendía en el corazón de los que bajaban a su superficie.

-"Es triste ver tan gran planeta en tan grande desolación. Falta la luz y el aire, los peces y los ríos: la vida."- Murmuro el Príncipe Skoder, dirigiéndose a los comensales invitados a su mesa aquella noche virtual.

-"Quizás ya los tuvo. Y por ello luce tan nostálgico, al recordar su pasado tan glorioso."- Murmuro Vuske I. ,

-"Antes que prosigáis debo informaros que se ha descubierto grietas, en las cuales el gas se ha mantenido sin escapar al espacio."- Dijo Orlok I.

El Príncipe Skoder le miro expectante, instándolo a explayarse.

El Orlok prosiguió: -" Son cavernas que mis hombres han descubierto hace dos horas. Se puede penetrar en ellas con los equipos autógenos (traje especial, aparatos anti - gravitatorios).. Son túneles de veinte metros de ancho, y se adentran en la corteza nebutiana por varias decenas de kilómetros. Mis hombres no han informado aun de cual es su longitud total."

"Debo agregar que hay muchisimas ramificaciones. Es muy difícil guiarse dentro del laberinto."

Vuske I dijo: -" Es decir, que si queremos, podemos terminar esta cena y luego ir a mirar los túneles."- Y le sonrió deliciosamente al Príncipe Skoder.

Este miro unos instantes a la bella mujer, diciendo luego: -" No hay inconvenientes para ir. "- Y en sus ojos relampagueó una luz de interés.

Tras la cena se dirigieron hacia las cavernas, con todo el atuendo necesario. Bajaron y encontraron que el gas tenia todos los colores del arco iris; había rojos, azules, verdes, amarillos u las combinaciones eran muy hermosas.

El gas permitía ver a solo una distancia de seis metros. El remolinearse de esa rara atmósfera tras ellos producía torbellinos de colores. Cada traje portaba luces vivisimas en el casco y antebrazos.

Todo el ámbito estaba iluminado brillantemente. Avanzaron por decenas de kilómetros bajo tierra, con las damas encantadas por el efecto onírico de la experiencia.

Las rocas rugosas de los muros, los túneles que parecían eternos, todo termino por producirles claustrofobia, por lo que se devolvieron a la nave Bibulus.

En la mañana del día siguiente, en la sala 24 de la Super nave, el Príncipe Skoder rememora lo visto, con el Comandante, hasta la hora del almuerzo, recibiéndose de los partes que los demás integrantes enviaban por radio. Hubo algunos accidentes, ya que los exploradores avanzaban a toda velocidad por los túneles. Nebutus era como un gran queso Gruyere, cuyos orificios salían a cientos de kilómetros de distancia del punto de entrada.

Cuando ya no hubieron mas mediciones de importancia que efectuar por parte de los científicos y los Bushes, se puso termino a la estadía del Bibulus en Nebutus.

Pero, cuando iban a abandonar el planeta Octavo, apareció en el cielo una nave roja, de forma irregular y llena de protuberancias.

Poco tiempo estuvieron tratando de imaginar para qué serían las protuberancias, porque de cada una de ellas brotaron vivisimos rayos, todos ellos dirigidos en contra de la "Bibulus".

El Príncipe Skoder apretó el botón de emergencia, haciendo salir disparada a la nave hacia arriba, mientras los sistemas de defensa automáticos habrían fuego hacia el enemigo.

Del casco de la Bibulus salieron despedidos al exterior algunas naves exploratorias, armadas con misiles aire-aire, que atacaron de inmediato al enemigo.

La nave Bibulus giro a la derecha en el aire, a fin de tomar un ángulo favorable, pero el enemigo estaba dispuesto a no dar facilidades, y demostrando estar guiado por el afán de abatir a la Bibulus, maniobro rápidamente, poniéndose a salvo y disparando una granizada de rayos, la mitad de los cuales traspasaron las barreras magnéticas.

De no haber sido construida con metales muy resistentes, la Bibulus habría acabado allí mismo su carrera espacial; resistió la andanada, disparando misiles por la popa.

Los atacantes recibieron dos impactos directos, lo que hizo que su nave diera un bandazo en el aire, perdiendo altura y casi estrellándose contra un cerro.

Dentro de la Bibulus habían gritos y confusión entre los humanos, que habían estado mucho tiempo ajenos a la actividad guerrera, no coordinando aun su accionar. No sacaban el ciento por ciento de partido de las armas con que la Bibulus contaba.

Pero aun así, actuábase eficientemente; aun así, se encaro con la nave atacante rojiza.

Rayos poderosos anclaron a las dos naves, a mas de cien metros la una de la otra.

A esa distancia, los rayos rebotaban en sus respectivas corazas. Cada vez mas tensión se ejercía sobre las moléculas de sus respectivos cascos.

Cada vez mas, estos cascos resistían menos. La Bibulus tenia en su haber el ser de mayor tamaño. Pero la nave rojiza exhalaba un rayo extraño, aun para los ultra civilizados hijos del Sistema Corpianquis: un rayo que penetraba dentro de sus mentes y les infundia el pavor.

Habiéndose dado cuenta de esto, el Príncipe Skoder ordeno a la Vusque II que impregnara la atmósfera con un gas exhaltador. En segundos, este gas comenzó a impregnar el ámbito respirable de la astronave.

Y la tripulación recupera su ardor, su voluntad de pelear.

De pronto, la nave rojiza trato de huir. Mas los rayos de anclaje de la Bibulus fueron reforzados con rayos suplementarios… Y de pronto la nave rojiza reventó, llenando el espacio circundante de una ígnea llamarada alba. Semejaba ser un sol, que ilumino por varios segundos la enorme superficie de Nebutus, a varios miles de kilómetros a la redonda.

El Príncipe Skoder ordeno elevar aun más la nave, dejándola en órbita alrededor del planeta, mientras los detectores rastreaban el espacio en busca de otros vehículos semejantes. Líneas de búsqueda magnética recogieron las mas mínimas perturbaciones, a cien mil kilómetros de distancia.

Nada fue hallado; al parecer, la nave rojiza había sido solo una solitaria nave.

El Príncipe Skoder se felicito interiormente, porque no hubieran mas naves rojizas por allí, puesto que intuía el daño que ya se les había infligido era demasiado.

Un daño que necesitaría varios días de trabajo intenso, por parte de los Aahn, para dejarla nuevamente en funciones optimas.

El parte de los muertos habidos en la refriega, por los rayos enemigos, llego hasta el Príncipe Skoder, poco después.

Habían muerto treinta pilotos y copilotos de naves exploratorias; se habían perdido quince Contur (robots sirvientes)y quince naves exploratorias, que habían intentado detener el ataque a la Bibulus.

Los Contur y la mitad de esas naves podían construirse en los talleres de la Bibulus, pero esos seres humanos eran irrecuperables, como entidades individuales.

Llamo el Príncipe Skoder a Vuske II y le dijo: -" La he mandado llamar para que inicie la procreación de inmediato, debido a las bajas habidas."

Vuske II le vio allí sentado en un sillón de brocado, en su lujoso camarote, y pregunto: -" Los oficiales no tenemos pareja establecida. ¿Podría decirme Usted quien será mi pareja?"

El Príncipe Skoder se puso de pie, frente a ella. La tomo de las manos y respondió: -" ¡Yo, si Usted me acepta!"

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De los tres mil tripulantes, dos mil ochocientos cuarenta y siete seguían aun con vida.

La nave Bibulus se dirigió, rauda, hacia su meta: Terranta.

Al pasar por Urakus, Savurnia, Jovers, Mardonis, planetas del Sistema Pecadorntes, en que se hallaban, solo efectuaron mediciones por intermedio de las maquinas de a bordo.

En efecto, a pesar de pasar a muchas leguas de distancia, cada uno de los planetas nombrados, las maravillosas maquinas electrónicas que llevaba la Bibulus, habían explorado minuciosamente cada uno de los mencionados planetas.

Había en el cerebro electrónico de la Bibulus un detallado informe de cada uno de ellos: metales, gases, fauna y flora estaban grabadas en los alambres magnéticos.

En ninguno de los planetas había vida inteligente; en ninguno de ellos había vegetales con base de carbono.

Eran pedruscos o masas de gases, orbitando melodiosamente alrededor de la estrella madre.

De su superficie brotaba solo el sonido que emitían las piedras o gases al cambiar de temperatura. Nada más. No había vida orgánica, solo muerte y soledad.

Todo ello cambia al llegar a Terranta. Ya desde miles de kilómetros podían verse por las pantallas las nubes y el mar.

No había impedimento, según las computadoras de a bordo, en respirar el aire de Terranta.

El agua del mar era salada. Eso se mitigaba, al saber que ríos caudalosos cruzaban los continentes y todos esperaban que una vez mas se diera la tónica que se había dado en otros sistemas planetarios, que era que el agua que venia de las cordilleras era dulce. Así también en la mayoría de los manantiales.

Orbitaron Terranta solo dos veces. El príncipe Skoder estaba como gato escaldado. No deseaba verse nuevamente sorprendido ante un ataque que podría (esta vez) perder. Porque la nave Bibulus, aunque reparada, no poseía ahora la ayuda de las naves auxiliares.

Necesitaba la puesta en marcha de la construcción de las naves y de los Contur. Para ello, necesitaba energía auxiliar. La obtendría, cuando pudieran introducir en los convertidores de masa los metales de Terranta.

Skoder eligió, para su descenso, una isla de buen tamaño, en medio del océano. A su derredor, otras islas menores se destacaban como brillantes engarzados en el azul verdoso del mar.

La isla estaba situada en el hemisferio norte del planeta, entre dos continentes mayores.

Varios ríos serpenteaban, cual hebras de plata, por la verde superficie de la isla.

La gran nave Bibulus se situó sobre una colina y se poso blandamente en el suelo de Terranta, por vez primera.

CAPITULO CUARTO.

TERRANTA.

Estaban todos muy atareados estableciendo la colonia numero Uno en Terranta.

Los Aahn trasladaban el equipo pesado desde las bodegas de la nave, hasta los galpones izados para el efecto.

Los Bushes planificaban y ponían en marcha las maquinas traídas desde el lejano Imperio de Corpianquis.

Y los humanos vigilaban todo. Y más que nada, gozaban del paisaje. Casi todos querían ir a explorar, pero el Príncipe, temeroso de un posible ataque de las naves rojizas, no lo permitió.

Estuvieron varios días allí, levantando el campamento. El acerado de las maquinas taladraba el verde del follaje exuberante, nivelando el terreno. Los Aahn laboraban abriendo surcos y cortando los arboles inmensos.

A las dos semanas de estar allí, el Príncipe Skoder permitió que partidas de Exploradores aéreos, en numero de cincuenta, recorrieran la superficie de la isla.

El campamento, situado cerca de un río, ya era visible notoriamente desde lo alto. Un cuadrilátero nivelado y limpio de vegetación, con la nave en el medio, y varias construcciones menores en las orillas, mostraban el trabajo incesante de los corpianquianos.

Los informes de los exploradores llegaban por videoradio, con paisajes de increíble belleza. La isla estaba deshabitada.

Animales de varias especies, tanto herbívoros como carnívoros, se alimentaban y procreaban sobre la isla.

El príncipe Skoder decidió que debía haber un vehículo en órbita, para resguardar la colonia.

Dictamino que debía estar en órbita una nave auxiliar con veinte Bushes y cinco humanos, que serian relevados semanalmente.

Nadie objeto aquello, pues la seguridad de todos dependía de la vigilancia del espacio exterior.

El Príncipe Skoder convoco, quince días después, a los Oorlok y a los Vuske a una reunión, que se efectúo dentro de la nave Bibulus.

El Príncipe Skoder les dijo: -" Oficiales: tengo a nuestro haber el tiempo suficiente en este planeta como para hacer acopio de información acerca de su flora y fauna. Se han hecho prospecciones mineralógicas, y la nave en órbita, mas los exploradores, que han llegado a las diversas partes del planeta, me han entregado su trabajo, que ha sido debidamente procesado por los Bushes y me ha sido entregado.

"Nos quedaremos definitivamente en este planeta. Será nuestro hogar.

"Sé que a algunos de Ustedes les encantara esta noticia, y que otros preferirán otras destinaciones. A estos últimos les autorizo a hacerme llegar sus deseos, a fin de ver si puedo satisfacerles.

"Prosiguiendo con lo que les quiero comunicar, les aviso que los planetas tienen nombres definitivos, así como a los continentes e islas que tenemos ante nosotros.

"El sistema se llama Pecadorntes, en honor a mi bisabuelo, Emperador de Corpianquis.

"A la estrella le he puesto el nombre de Solaria, en honor a la ciudad de mi nacimiento. El nombre de los planetas, comenzando por el más cercano a Solaria, se llamara Marduk, en honor a nuestro Duah, genial reformador.

"El planeta Dos se llamara Vriankus, en honor a aquel remoto antepasado que invento la rueda gravitatoria.

"El tercero llevara el nombre de Terranta, en honor a la distribuidora de los gérmenes inmunizadores de la peste trulokunionita.

"El cuarto se llamara Mardonia, en honor a aquel sabio que, llegado del espacio exterior, que tanto ayudo a nuestra raza, allá en el Sistema Corpianquis, en la lucha en contra de los omblugianos.

"El quinto se llamara Jovers, en honor a la bella Aubilia, joven que fue la esposa de Kartonkia, guerrero incansable en la lucha contra los Omblugianos.

"El sexto se llamara Savurnis, en honor al Dusli de Corpianquis.

"El séptimo, Urakus, en honor a aquel que salvo el planeta Shiriak, cuando los insectoides de Travolla atacaron.

"El octavo ,Nebutus, y el noveno, Pluromes."

"Tenemos en órbita a trescientos misiles estallantes, listos para repeler ataques de cualquier nave que se acerque sin dar razones de su aproximación."

"He enviado una nave correo a Corpianquis, avisando de nuestro encuentro con la nave rojiza, para que se preparen, en caso de que estas enigmáticas naves se hicieran presentes allá.

"Hemos encontrado presencia humana, como Ustedes ya deben saber, hace un día

Atrás. Pero están muy atrasados. No presentan problema bélico alguno. Las naves son de madera de arboles y las usan en el mar, impulsándolas con fuerza humana, por medio de remos."

"Les ayudaremos, damas y caballeros."- Termino diciendo el Príncipe, y luego sus informaciones se comunicaron al resto de la tripulación.

Vuske II era ya su mujer; con ella converso a solas…..

-" Claro, porque darles ayuda material ahora seria acabar con su auto estima."- Comenta ella.

-"Tenemos algunas grabaciones de los nativos, hechas por Bushes. ¿Deseas oírlas?"- Pregunto el príncipe Skoder.

-"¡ Nada me agradaría mas!"- Rió ella, sentándose a su lado en el camarote principal.

Poco después, un Bushe repetía una canción nativa: -

" Juventud, fuego y la bandera

El aire soplando por entre las cañas

Haciendo la vida llevadera

Con el corazón ligero comeremos."

Después de las poesías, el Bushe respondió a las preguntas que se le hicieron, diciendo: -" Los terrantianos tienen un alto sentido localista. Ubican de inmediato al que no es de los suyos. Van los hombres armados de espadas largas, hechas de metal afilado en los bordes; poseen arcos y flechas, con las cuales cazan en el bosque unos mamíferos semejantes al alce."

  • -"Al menos, se podrá volar por sobre sus poblados."- Murmuro Vuske II.

    -"Sí, eso sí."- Dijo el Bushe.

  • -Iremos mañana a verles."- Comento el Príncipe Skoder.

    Poco después, y vestidos con trajes especiales, salieron de la Bibulus en una nave auxiliar, y enfilaron rumbo al Este, siendo protegidos por veinte Bushes, que portaban armas.

    Llegaron prontamente al continente. Tras cruzar un mar de resplandores verdes. Era un día asoleado y hacia calor, aunque los tripulantes de la nave auxiliar tenían 20 grados centígrados asegurados dentro del fuselaje.

    El poblado en cuestión estaba construido cerca de la costa, siendo altos torreones de piedra con techos de ramas y cortezas de arboles, de los cuales algunas chimeneas expelían el humo del fuego de sus cocinas.

    La gente del pueblo se veía por doquier, ocupados en sus labores cotidianas. Vestían cortos calzones de tejido basto, y la mayoría andaba descalza.

    - Ayer sobrevolamos el lugar y esta gente corría para todos lados. '¡Mírelos ahora! Apenas si levantan la vista para mirarnos." - Comento el piloto, Deri Fien.

    -" Descendamos cerca."- Pidió el Príncipe Skoder.

    Bajaron entre el poblado y el mar, y quince Bushes caminaban enfrente del Príncipe y sus acompañantes, entre los que se contaban su mujer y dos oficiales.

    Varios guerreros salieron corriendo de una de las torres, y blandiendo sus espadas se encararon con los recién llegados. Los Bushes emitían un ruido atemorizante por sus parlantes, haciendo que los guerreros vacilaran ante ellos.

    -"No quiero una confrontación."- Pidió el príncipe, teniendo a su mujer por la cintura.

    -" Ayer fueron más amables."- Dijo Deri Fien, quien ya había estado en el lugar.

    -" Quizás estén recelando de nosotros por volver."- Opino el Príncipe Skoder.

    Uno de los guerreros se aproximo, arrodillándose ante los Bushes, pero mirando a los humanos tras ellos.

    -" Nada sacaremos en limpio si no hablamos con ellos."- Dijo el Príncipe, y ordeno a uno de los Bushes que tradujera al idioma nativo sus palabras, diciendo luego: -" Quiero que diez de Ustedes nos acompañen al Cielo, en donde les educaremos por algunos días, a fin de que regresen al poblado a enseñar los conocimientos que les regalaremos. "

    Traducidas sus palabras, los guerreros regresaron a la torre, y después de media hora de espera, salieron diez de ellos, desarmados, los cuales subieron a la nave auxiliar, en medio de la mirada asustada del resto de los nativos.

    Sobrevolaron dos veces el pueblo, mostrando el pueblo desde lo alto a los nativos invitados, para luego dirigirse de regreso a la Bibulus.

    Ya en el campamento, los nativos fueron confiados a un Bushe lingüístico, que además comenzó a instruirles en los rudimentos de las ciencias exactas. Por su parte, los nativos estaban asombrados por las maquinas que volaban por los aires, y el ver el mar y los campos desde lo alto les había dejado en un estado anímico exaltado, pues se creían en poder de poderosos espíritus.

    A los pocos días los nativos sabían escribir y leer, gracias a la hipnopedia. Se les había instruido en agronomía e hidráulica.

    CAPITULO QUINTO

    Regresados los diez nativos a su aldea, el Príncipe les ayudo a construir un par de pozos, con la ayuda de los Bushes; así, el agua dejo de escasear en el poblado, contribuyendo a ganarse la confianza de los nativos.

    SE les enseño los rudimentos de las matemáticas, y preferentemente, arquitectura. También, a uno de ellos, se le dio una concepción de la vida y de la muerte esperanzadoras.

    -"Los terranos creen en la vida después de la muerte."- Dijo el Príncipe a Vuske II. - "Pero de un modo pesimista: se ven a sí mismos sojuzgados por temibles dioses. Hay que terminar con eso."-

    -¿Y les darás la religión nuestra?"- Pregunta ella, sorbiendo un jugo, acostada en la cama del camarote principal.

    -" No la entenderían. Por ello, una religión de reemplazo los pondrá en la ruta."- Comento el Príncipe Skoder.

    Grandes construcciones pétreas se levantaron al lado de las antiguas, obra de los nativos y de los Bushes, quienes laboraban por turnos de veinticuatro horas. La anti gravedad entusiasmaba enormemente a los nativos, pero estaban muy retrasados tecnológicamente para lograr algo practico.

    -" Algunos de los nuestros quisieran unirse a los nativos en su naciente ciudad, ya que así contarían con mayor numero de personas capaces de laborar y avanzar hacia la prosperidad con rapidez. " _ Comento Vuske II.

    -" Claro, serian mas, pero también se mezclarían las razas, los genes …Retrocederían nuestros descendientes. No puedo aceptarlo"- Dijo el Príncipe, hablando lentamente.

    -" Nuestra ciudad avanzara lentamente, entonces."- Expreso ella, mirando en el visor una escena del pueblo nativo; se veían las siembras fructificar, mientras las cosechas eran almacenadas en flamantes graneros. Los templos les dieron la salud mental que necesitaban. Una casta de sacerdotes nació y fue incentivada por los "milagros" que tecnológicamente fabricaban los Bushes.

    Vuske II estaba feliz de ver a esos nativos avanzando por el camino de la evolución mental, a pasos agigantados.

    Oorlok I informo al Príncipe Skoder del descubrimiento de una tribu, en el otro lado del mundo, en dirección Oeste.

    -" Tienen otro tono de piel, mas clara, y son de ojos celestes, en la mayoría. Creo que algunos de nosotros podríamos ir allá e instalarnos cerca, a fin de acelerar el proceso de civilización, tal como se ha hecho con el poblado costero."- Agrego Orlok I.

    -" Buen Oorlok I; tu y tus hombres se merecen todo lo que les prometí antes de partir. He estado pensando en ello, justamente."- Contesto el Príncipe Skoder.

    -· " Espero no haber caído en el desagrado vuestro, con mi petición. Si lo he hecho así, os ruego me disculpéis."

    -No, de ningún modo. Has hecho bien, puesto que has presentado una inquietud de la tripulación a tu cargo."- Opuso el Príncipe.

    Agrego:-" Indicare a los Bushes que hagan las reparticiones de territorios pertinentes. Como se han encontrado poblados al occidente, que serán capaces de construir lo que se les vaya indicando, no tengo objeción que hacer."

    "Di a tus hombres que podrán ser colonizados tanto los territorios del oriente como del occidente. Los que deseen hacerlo en el oriente, podrán hacerlo. Los que deseen ir al occidente, tienen mi autorización."

    "Solo que en el occidente habrá mas trabajo por delante, puesto que nada se ha hecho, pero con la ayuda de las maquinas podrá hacerse la parte importante dentro de un año."

    El Oorlok estaba contento de tanta facilidad, y comento: -" Así es, Príncipe Skoder. Eso es lo que deseaba deciros, además. De los trescientos robots treinta robots androides, ¿cuántos nos podrán ayudar?"

    -"¡Mas de la mitad ". De los ciento diez Aahns, podrán usarse cien. De los Bushes, ochenta. Y de los Contur, se podrán usar ochenta y seis. Como veis, quedara la Bibulus con el minino de servidumbre robótica. Y en la parte humana, habrá de quedar, indudablemente, una cantidad un poco mayor de la necesaria, por si se presentara algún problema."

    -"¡Muy bien, Príncipe Skoder! Pero los que le quedaran en la Bibulus…habrá que darles también su terreno."

    -"Obvio, y en ningún momento he pensado yo dejarles sin terrenos. A todos se les repartirá su porción, en el lugar que ellos deseen establecerse. Terranta es un planeta muy grande, y hay numerosas tribus en donde crecer y desarrollarse. Habrá un reglamento por el cual cada colono deberá poseer un aparato radioemisor y video, para poderse comunicar con la ciudad capital, que es la Bibulus y los edificios que lo rodean, porque desde aquí gobierno al mundo."- Dijo el Príncipe Skoder, y despidió al Oorlok I.

    -"¡ Has sido muy generoso, dar lo que aun no has visto!"- Refunfuño Vuske II, mirándole enfadada.

    -"Todo el reino es mío, ya lo oíste. Todos deben trabajar para darme sus tributos; no dejare que haya fuerzas militares mas que las mías; las ciudades tendrán un cuerpo policial que dependerá exclusivamente de mí."- Sonrió el Príncipe, pensando en el futuro.

    A las dos semanas de esta conversación, los Bushes, trabajando en cuadrillas, fueron levantando las construcciones en que vivirían y trabajarían los colonos y sus servidores.

    Muchos de los nativos del puerto, transformados en excelentes arquitectos y matemáticos, fueron llegando a los lugares de coloniaje. Algunos se instalaron en la parte occidental, a la cual se le dio el nombre de Olmekaris, estando ubicada en una península.

    Hubo otros que se asentaron en Egitoris y sus alrededores.

    Un grupo importante de ex tripulantes de la Bibulus se estableció en la parte sur oriental del planeta. Allí, repartidos por el vasto territorio, comenzaron la colonización.

    Cada vez que se fundaba una ciudad, se levantaba un Templo, en el cual se enseñaba a los nativos a temer a los dioses, para lo cual se hacían ídolos. Los milagros corrían por cuenta de los Bushes: llamas en el cielo, columnas de humo, estrellas giratorias, frases estentóreas en la noche, curación de enfermos….

    La construcción del palacio del Jefe de la Tribu (un miembro de la tripulación de la Bibulus), se hacia con la ayuda de los "dioses". Los arquitectos de Egitoris hacían trabajar a los nativos con prontitud.

    También se efectuaba la hipnoeducacion a los nativos más despiertos.

    Los Bushes, en su escuela ubicada en Egitoris, premiaban a sus alumnos egresados con una destinación en cualquiera de las colonias. Los Egitorianos egresados tenían acceso a muchos lugares prohibidos a los nativos y se les llevaba a la nave Bibulus, en donde se les daba mayor instrucción.

    La raza egitoris era muy laboriosa, respetuosa, con un humor peculiar y sano. Sus habitantes se adaptaban a la perfección con la idiosincrasia de los antiguos tripulantes bibulianos.

    Muchos tripulantes, además, tuvieron descendencia entre las egitorianas terrantianas, siendo esto no imitado con nativos de otros lugares del planeta, por cuanto la población de Egitoris era de una raza más apta que el resto de esa humanidad.

    El lugar en que se hallaba la nave Bibulus fue, también, colonizado, y primero que en las demás se obtuvo el vergel en que todas deberían transformarse, con el paso de los años.

    A esa isla se le dio el nombre de Atlamdus, y su territorio, además, comprendía a las numerosas islas que la rodeaban por norte y occidente.

    Se les enseño a fabricar mejores naves acuáticas, tanto a los de Egitoris como a los de Olmecaris.

    Pero la gente de Olmecaris no gustaban de los viajes por mar y, en realidad, su flota fue siempre muy precaria, por cuanto su interés mayor era la agricultura, y la colonización de territorios dentro del mismo continente, siendo este de una vegetación exuberante.

    Egitoris, que necesitaba con urgencia el comercio marítimo, (pues el país estaba rodeado de desiertos), dio importancia suprema a la construcción de naves. Efectuó viajes regulares hasta Olmecaris, pasando por Atlamdus.

    Muchos nativos de Egitoris comenzaron a comerciar con los habitantes de las costas existentes entre su país y Olmecaris. Se hicieron viajes alrededor de Afrius, llegando hasta tierras lejanas, en donde se comenzaron a fundar ciudades.

    Así pasaron treinta años de pacifica construcción; Bibulus era el núcleo de la sabiduría y de ella partían, cual los rayos de una gigantesca rueda, las naves con ayuda para los diferentes países que nacían, vigorosos.

    CAPITULO SEXTO.

    LAS NAVES ROJIZAS ATACAN DE NUEVO.

    Un día la nave en órbita envió la fatídica señal: -" ¡ Atención, atención nave Bibulus! ¡Se reporta la presencia de naves ingresando al Sistema Pecadorntes! ¡Atención nave Bibulus! ¡Nave auxiliar solicita instrucciones urgentes!"

    El Querubín I (oficial a cargo) en ese momento, respondió, casi automáticamente: -" ¡ Proceda con el plan a- 1! Proseguirán instrucciones mas adelante!".

    -"¡Entendido! Nave Auxiliar procederá con el plan A - 1 !"

    Segundos mas tarde, la nave auxiliar, que orbitaba sobre el planeta Pecadorntes en ese momento, tomo un curso orbital errático, para no ser así detectada fácilmente por el enemigo.

    La nave "Bibulus" emitió la señal de atención hacia todo el planeta: -" ¡ Atención, a todos los puestos Auxiliares de Terranta! Esta es la nave Bibulus. Naves extraterranas se aproximan, no sabiéndose aun de que procedencia sean, debido a que no responden a nuestras señales. Por lo que debemos aprontarnos para considerarnos enemigas.

    "A todos los tripulantes de la Bibulus se les pide que regresen a la nave. Esta es una emergencia. Recibiremos la conformidad al recibo de este mensaje, desde este momento estamos en estado de guerra."

    De todos las ciudades con emisoras de radio comenzaron a llegarle al Príncipe Skoder los mensajes de adhesión, y pronto las naves aéreas comenzaron a llegar con los tripulantes originales en estado de alarma, dispuestos a repeler el ataque.

    El Príncipe reunió a los oficiales en la sala de mandos, y dijo: -" Tengo minutos contados para informaros de lo que se ha reportado por nuestra nave en órbita al planeta Terranta.

    "La presencia de naves interplanetarias, procedentes del Espacio Exterior, en dirección a Terranta, solo puede significar peligro.

    "Debemos prepararnos para repelerlas. No han contestado a las llamadas hechas por nosotros, en ninguna de las frecuencias radiales emitidas, ni en las señales de destellos.

    "Es muy probable que sean de la misma procedencia de las naves que nos atacaron traicioneramente en nuestro viaje hacia este planeta. Debemos repelerlas. Por tanto, ruego a Ustedes que se reporten inmediatamente a vuestros puestos en la nave Bibulus, para poner a esta en optimas condiciones de vuelo y batalla. Eso es todo, Oficiales."

    La nave Bibulus, cuarenta y ocho minutos mas tarde, funcionaba a plena potencia, levantando la quilla del suelo y lanzándose en veloz ruta hacia el espacio exterior.

    Llego hasta la nave auxiliar en órbita errática, haciendo que esta se introdujera en la nave Bibulus, y prosiguió su vuelo hacia la flota desconocida.

    Estas se hallaban ya en órbita alrededor de Mardonis, habiendo detectado a la Bibulus.

    Comenzó la batalla sin preámbulos, a pesar de que la nave Bibulus envió mensajes de paz, en todas las ondas que se conocían. Las treinta naves rojizas eran de menor tamaño, pero dado su numero, y aunque esta tenia mayor velocidad, fue dañada severamente.

    Destruyo a siete naves atacantes, pero las otras 23 continuaron la lucha, atacando a la Bibulus con sus rayos.

    Esta, con mucho de su armazón deshecho por los disparos, debió regresar a Terranta, siendo perseguida por las naves rojizas.

    Dada la mayor velocidad que podía desarrollar la nave Bibulus, pudo distanciarse considerablemente de las naves atacantes.

    Fue solamente gracias a ello de que pudo sumergirse en el Océano Quetzcotl, que baña las costas de Olmekaris.

    Con la presión del agua se desprendió la parte de popa y fue así como se pudo contabilizar la muerte de mas de ciento treinta tripulantes, la mayoría de ellos colonos de Egitoris.

    El Príncipe Skoder, en la cabina de mando, pidió a la tripulación que informara al Cerebro Central de sus nombres respectivos. Así pudo obtener, en pocos minutos, la relación de los que todavía permanecían a bordo del truncado fuselaje de la Bibulus.

    El Cerebro le informo de las perdidas: treinta por ciento del cuerpo de la nave, debido a impactos de las naves atacantes y por rotura al resistir la presión de las aguas.

    La presión del aire en los corredores estaba acorde con los requerimientos humanos, gracias a que el Cerebro estaba ubicado en el centro mismo de la nave. Las escotillas cerradas hacia el lado desaparecido resistirían la presión.

    El Cerebro mantenía ocupados, efectuando reparaciones, a los cincuenta Aahns, veinticinco Bushes y treinta y siete Contur, que eran los que restaban tras el combate.

    De los humanos, setecientos diez quedaban con vida. El resto había sido muerto o desaparecido en la perdida del sector de cola de la nave Bibulus.

    El príncipe Skoder recibió el informe acerca del armamento con que se contaba en ese instante; quedaban solamente diecisiete cañones de rayos, siete lanzamisiles con una cantidad de solo dieciocho proyectiles por unidad.

    La capacidad de vuelo estimada era de treinta y siete horas, y pasado ese lapso, la masa auxiliar que impulsaba a la nave se acabaría. Esto, por cuanto en la parte perdida había estado el deposito principal de combustible que la energizaba.

    El Príncipe Skoder medito unos instantes, y luego pulso un botón, para que así resonase su voz por los vídeo parlantes internos.

    Dijo:-" ¡Tripulantes ! Les he traido a este planeta a vivir y progresar. Desgraciadamente ,los extraterranos nos han derrotado y los daños de esta nave superestrella son irreparables.

    "Nos quedan algunas horas de funcionamiento, por lo que luchare con la ayuda de los robots, dejando a los humanos en tierra.

    "Estamos en un nodulo metalico, pero creemos que vendran a investigar pronto. En esyos minutos es de noche en este hemisferio. A gran velocidad , bajo el agua, deberan elegir Ustedes que llevarse .

    "Emergeremos y descenderemos en tierra firme en contados segundos, en los cuales deberan desembarcar a traves de las escotillas .

    "Los que deseen permanecer en la nave Bibulus deberan aceptar la posibilidad de una muerte segura. No hay muchas esperanzas para los que aquí permanezcan. Mi deseo es que nadie se quede a bordo.

    "No tomare como gesto de lealtad el que algunos de Ustedes se quede en la nave: sera una perdida para lo que ya se ha logrado en la superficie de este planeta.

    " En los proximos minutos ,tras esta alocucion , nos reuniremos en las esclusas, para despedir a los que parten a continuar una vida sana bajo el astro solar.

    " Hasta que estas naves rojizas se retiren, deberan permanecer en sus lugares de predileccion, confundiendose con los terrantas, sin sobresalir ahora, ya que no es imposible de que el enemigo tenga una fuerza de desembarco y que con ella busquen a los que no son nativos de Terranta.

    "Por tanto, os ruego tengan la mayor discrecion, ocultando los elementos tecnicos que posean, a fin de que no sean detectados."

    La nave se desplazaba con urgencia bajo las olas , mientras dentro de ella las gentes corrian freneticas, de un lugar a otro. En su sala, el Principe Skoder ordenaba al Cerrebro Central lo siguiente:- " Envia un misil correo hacia Corpianquis. El mensaje contendra toda la database (archivo de datos) obtenida por nuestro equipo en nuestra estadia en este sistema planetario. Agregue que fuimos atacados por desconocidos , los cuales han conseguido averiar gravemente a la nave insignia."

    La "Bibulus" emergio de las aguas, y el misil correo salio disparado hacia arriba, en su larga ruta hacia Epsilon de Orion.

    Tras un rapido descenso, la mayoria de los tripulantes salio de la nave, corriendo hacia un bosque cercano,quedando 38 a bordo, que aseguraban tener deseos de seguir con la batalla.

    Tomaron altura y como un destello de plata vieja, la nave salio de la atmosfera. Una nave rojiza patrullaba a mas de cinco kilometros de altura y cuando la Bibulus aparecio ante ella, se revolvio con presteza, disparando cinco rayos de alta frecuencia, para despues emprender veloz huida hacia el nor oeste.

    La nave Bibulus habia desviado dos rayos y recibido los otros cinco, que le cercenaron un costado.

    -" ! Seccion D esta sellada !¡ Perdimos la bodega de repuestos ! "- Dijo Vuske II, tras escuchar el reporte por la radio interna.

    -" ¿Tenemos heridos?"- Pregunto el Principe Skoder.

    -" Dos desaparecidos. "- Aviso Vuske II, mientras el sistema automatico disparaba un torpedo disruptor en contra de la nave rojiza, que ya se encontraba a doscientos kilometros de distancia. El torpedo avanzo a mach 8 y en segundos conectaba con el casco del enemigo, tras producirle una falla energetica, que habia bajado sus defensas . La explosion ilumino el sector cual si un pequeño sol hubiera nacido de improviso.

    Pero ya habia dado la alarma y desde el nor-este se aproximaban dos naves enemigas . La Bibulus acelero hasta alcanzar mach 34 y paso entre ellas lanzando rayos por doquier. Una de ellas fue alcanzada y comenzo a caer en medio de deslumbradores fogonazos.

    La Bibulus se acercaba a Atlamdus.

    -"Dos naves a las doce "- Dijo Vuske II, dando la alarma general. En sus puestos, los cañoneros comenzaron a lanzar misiles teledirigidos hacia el enemigo… Algo comenzo a fallar en los motores, y la Bibulus dio un viraje a estribor, que fue corregido por el sistema automatico de guia, pero esto le hizo perder altura.

    Vuske Ii dejo en manual el lanzamiento de misiles, y lanzo todos los disponibles hacia las dos naves que se aproximaban por babor. Solo dos dieron en el blanco, iluminando la superficie bajo ellos.

    -"Perdemos altura." - Dijo el Cerebro Central, desde el parlante de la consola del principe Skoder.

    -·"¿V cual es el motivo?"- Pregunto el Principe.

    -" Perdida de treinta por ciento de la nave; los ductos dejan escapar liquidos vitales. Quedan dos minutos de funcionamiento eficaz; despues quedaran solo dos sustentadores antigravitatorios."

    El Principe y Orlok I se miraron con desespero.

    -"Es el fin."- Gruño Orlok I.

    -"¡ Descenso de inmediato ! " - Ordeno el Principe Skoder.

    El Cerebro cumplio la orden, pero para ello debio usar de la caida libre hasta casi topar la tierra; los humanos, al detenerse la Bibulus, pidieron directrices.

    El Principe las dio: -" ¡Usad las compuertas! Abandonen la nave ,usen los trajes gravitatorios.¡Salvense! Vivos seran mas utiles."

    -" Salvare tu hijo bajando a tierra, pero mi corazon estara siempre contigo."- Musito Vuske II, quien tenia un embarazo de cuatro meses ya.

    En escasos segundos, Vuske II salia con el resto de la tripulacion, permaneciendo en la nave Bibulus el Principe y el Orlok I.

    En el cielo ,disparando rayos y misiles en contra de ellos, ya estaban las naves rojizas.

    -" ¡Ordene a los androides huir de este lugar, en trajes antigravitatorios, Cerebro Central !"- Dijo el Principe, hablando por el microfono.

    Poco despues la nave se conmovia al recibir las descargas de las naves enemigas, las cuales tambien disparaban ahora en contra de las personas y robots que volaban alejandose de alli .

    El principe dijo al Cerebro:-" Detone la nave con lo que queda del combustible, al acercarse lo suficiente el enemigo."

    -"Comprendido."- Dijo la maquina.

    El principe y el Orlok I comenzaron a vestir sus trajes antigravitatorios, mientras la nave iniciaba el proceso que la haria estallar. Poco despues ambos humanos dejaban la nave por una portilla lateral, mientras alla arriba se cernian las naves enemigas como enormes jotes …

    Al paso de los minutos, los enemigos comenzaron a considerar el bajar y tomar la nave Bibulus, que aparentemente ya no podria moverse mas, aparte de que sus tripulantes habianla desertado en masa.

    Bajaron confiadamente, y cuando estaban ya abriendose las esclusas para desembarcar, una horrisona explosion broto del seno de la Bibulus, llegando ese fuego destructor , estas reventaron cual si fueran pequeños soles.

    El suelo retemblo, derritiendose cual mantequilla en un horno de fundicion. Un cono invertido comenzo a formarse desde ese nefasto punto, volatizandolo todo. Se fue ahondando el boquete, agigantandose, tragandose la isla de Atlamdus en su bravura ignea.

    El Principe Skoder no vio, por haberse evaporado en milesimas de segundo, como los capiteles, los arquitrabes de los palacios de piedra y marmol de la ciudad de Atlamdus se desvanecian en el aire, cual humo malsano.

    La rada, los barcos, los marineros desaparecieron, engullidos por la ignea bola de fuego liquido.

    El archipielago y cientos de toneladas de agua de mar se vaporizaron, formando una inmensa columna de vapor que se elevo al cielo …..cuando ceso la inmensa catastrofe, el oceano precipito sus Aguas dentro del enorme cono que se habia formado en medio del mar. Olas de cientos de metros cayendo al abismo, pletoricas de empuje y espuma… El fragor del aire desplazado dio nacimiento a un pavoroso huracan.

    Cuando el cono se lleno, las aguas embravecidas levantaronse en ciclopea columna, querindo alcanzar los cielos, en su furia. Olas de diez kilometros de altura se desparramaron en todas direcciones llevando en ellas la semilla de la destruccion a todas las costas de ese oceano.

    Tras esta conmocion planetaria vino la calma de los siglos; los descendientes de aquellos bravos se cansaron de esperar la ayuda pedida a Corpianquis. Las maquinas ocultas fueron olvidadas en sus refugios y los mantenedores del secreto perdieron la ruta a ellos.

    Pero la semilla del conocimiento estaba ya en terreno abonado y germino , con el paso de los milenios. Hoy, los habitantes de Terranta empiezan ya a elevarse en primitivas navecillas hacia el cosmos….

    ¡Esperemos que no regresen las naves rojizas a aplastar su futuro !

    Fin.

    15.1.1984.

    21.10.1998 e.e.

    *********

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