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Un cuento de Luis Vinicio Anduaga

Anoche estuve a punto de volverme realmente loco. Bueno al menos eso sentí yo; contando la de ayer, van tres noches que me suceden cosas muy raras, las dos primeras noches fueron sueños, y la última no estoy seguro de que fue lo que en verdad sucedió.

             Yo soy del tipo de persona que crea sus propios sueños, o fantasías, si así las quieren llamar, antes de dormir, como una ayuda para caer en brazos de Morfeo más rápido. Me invento historias en las que siempre, obviamente, soy el protagonista y por supuesto, el héroe. Estas historias no se las cuento a nadie porque son bastante absurdas, irreales y exageradas, además de ser netamente para mi propio entretenimiento y una manera de pasar divertidamente un momento de aburrición o de tedio. El caso es que, la noche de ayer, estaba en medio de uno de esos cuentos, ya casi a punto de conciliar el sueño, cuando, como a todo mundo en algún momento de su vida, me empezaron a llegar preguntas a la mente acerca del existencialismo: ¿De dónde venimos? ¿Quién nos creó? ¿Porqué? ¿Dónde vamos? ¿Dónde estaría si nunca hubiera sido concebido? O si realmente esto importaba. Estas preguntas no tienen nada de especial pues a todos nos llegan alguna vez, aunque si me sorprendí de la velocidad con que me fueron preguntadas, lo extraño fue que en todas las preguntas iba encontrando respuestas, pero estas no eran nada fáciles de comprender eran complejas y largas, además de que me fueron disparadas casi tan rápidamente como las preguntas, tanto que parecía que se empalmaban unas con otras, sin embargo y a pesar de lo difícil que esto pudiera parecer, iba entendiendo todo y asimilándolo, ya que venían en una especie de paquete, como si mi mente se tratara de un computador y me estuviera, alguien,  instalando un nuevo programa. No sé si terminaron las preguntas y respuestas, pues llegó el momento en que sentía que mi cabeza estaba llena de éstas y no cabía nada mas, que para que esto siguiera tendría que dejar perder de mi memoria algunas cosas, y aun cuando estaba yo como en un trance, sentía la necesidad de salirme de esto, de romper la conexión que me unía con el flujo de información, no me era fácil, pero lo intente durante varios segundos hasta que por fin pude hacerlo. No quería que me pasara lo mismo de las noches anteriores, en las que no pude romper contacto, pero gracias a Dios esta vez no estaba del todo dormido cuando comenzó la cascada de preguntas-respuestas y logré hacerlo.

             Cuando salí del trance no podía creer lo que me había pasado, me sentía débil, como si hubiera trabajado en un mismo proyecto, sin descansar, alrededor de unas veinte horas, no obstante habían pasado solamente veintitrés minutos desde que puse la alarma de mi reloj y apagué las luces para dormir. Me dio miedo intentar de nuevo descansar pues no me sentía capaz de volver a evitar que siguieran metiéndome datos. Así pues me levante y me dirigí a la cocina a servirme algo que me quitara el sueño, me tomé un refresco de cola, pues fue lo único que encontré, y decidí, escribir lo que me había pasado, ya que si me pasa lo mismo la próxima noche no se si despierte cuerdo.

             Las primeras dos noches el hecho fue distinto, comenzó mas relajado y mucho mas despacio y no sentía que alguien me estuviese manipulando sino que me guiaba y asesoraba durante el camino. La primera vez comenzó ya dormido y a través de un sueño. Estaba yo en casa de mis padres, y se estaba celebrando una fiesta, todos los invitados se encontraban en la parte posterior de la casa, que es un patio de juego no muy grande, pero cómodo y con bastante luz. Hoy en día está techado con un domo blanco, pero no siempre fue así, pues solía ser una especie de jardín trasero y así fue como lo soñé, cuando la fiesta se encontraba en pleno apogeo, se escuchó el timbre de la casa, cosa que no es nada extraña en una fiesta, mi hermano menor fue a abrir la puerta, eran cuatro sujetos que nunca había visto en mi vida, pero parecía que el único que no los conocía era yo, así que no dije nada y pasaron a la fiesta, de pronto otros dos sujetos de la misma pinta que los anteriores, entraron saltando  por la barda, que ahora cubre el domo, y sin el menor aviso sacaron, pistolas y comenzaron a matar a todo el que estaba ahí, los que trataron de correr hacia la salida, fueron acribillados por los cuatro sujetos que antes habían llegado, y eran obviamente amigos de los otros. Yo fui el único que logró escapar del patio de atrás y corrí a buscar mi arma, cabe señalar que en casa de mis padres no hay armas, pero como en los sueños todo se vale yo estaba seguro de tener una, y así fue, regresé al patio trasero y los seis asesinos todavía estaban ahí admirando su obra, comencé a disparar y acabe con la vida de cinco de ello, el otro que parecía ser el líder, salió corriendo hacia el interior de la casa, yo lo seguí, lo vi subiendo las escaleras y meterse al baño de mis padres, intentó cerrar la puerta, pero yo ya me encontraba ahí y se lo impedí;  al hacerlo el hombre cayó al suelo con la cabeza recargada en el inodoro. Yo sabía, por que en los sueños uno sabe todo, que el ya no tenía balas y además que bajo el mueble del lavabo había una pistola cargada, claro esto en el sueño, porque como dije antes, nunca ha habido armas en la casa, le dije que yo nunca había matado a nadie a sangre fría y que le iba a dar una oportunidad, que no se merecía, que sacara el arma de abajo del lavabo y a ver quien disparaba primero, dudó un momento, pero después, hizo por la pistola. He oído, que porque no sé a ciencia cierta, que cuando a uno lo matan o muere en un sueño en el momento en que esto pasa, despierta instantáneamente, con la respiración agitada y que si esto no ocurre la persona muere de verdad, pues tal vez yo estuve realmente muerto, porque en le momento que hizo por el arma, jalé el gatillo sin darle tiempo de que el también lo hiciera, en ese momento todo comenzó a dar vueltas y abandoné mi cuerpo para quedar atrapado en el de él y alcancé a verme disparando, vi la bala aproximándose lentamente, no pude hacer nada, recibí el impacto en el pecho y sentí un gran dolor, se empezó a poner todo obscuro, a cerrarse mi campo de visión y lo último que vi fue a mí mismo con una sonrisa enorme y malévola todavía apuntándome como para rematarme en caso de que no muriera.

            Después de la obscuridad el dolor continuó por un tiempo y se fue calmando poco a poco, hasta que paró completamente, no sentía ya nada, absolutamente nada, flotaba en algún lugar, cuando de pronto, una luz pequeña llamó mi atención, me dirigí hacia ella y se empezó a hacer más grande, era un túnel de luz por el cual y sin que yo me lo esperara, algo me agarró con fuerza y me arrastró a través de este a gran velocidad. Pude ver cuando lo cruzaba, amigos y familiares que habían muerto antes de la fiesta, incluso hasta un perro que tuve cuando era mas joven, cuando salí del túnel vi una toma aérea de lo que había ocurrido en el baño de mis padres unos segundos antes, no pude observar bien, porque la misma fuerza que antes me había guiado por el túnel me llevó otra vez pero hacia arriba, me empecé a alejar y todo comenzó verse más y más pequeño, cruce las nubes y seguí subiendo, crucé las capas de la atmósfera con gran rapidez y me encontré en el espacio, la tierra se veía cada vez mas pequeña y continuaba alejándome, llego un momento en que todo el sistema solar era visible para mi y créanme que se ve bastante distinto además de hermoso con respecto a lo que vemos en libros, mi viaje continuó, ahora podía admirar desde lejos la Vía láctea. ¿Cómo sabía yo que era la Vía láctea? No lo sé, ni me lo pregunten, yo sólo lo sabía. Fue aquí cuando me entró la duda de cuando iba a parar este viaje, pero parecía no tener fin, pase por varias galaxias, creo, y varias nubes, remolinos y destellos en el espacio, cuanto más me alejaba, las galaxias parecían formar una especie de tejido, como el de la piel vista a través de un microscopio, pero girando y siendo absorbido por un algo, era realmente impresionante, de pronto algo dentro de mi me dijo que mi viaje terminaba y así fue, me acercaba al borde del Universo, y cuando lo crucé quede cegado por la luz que produjo mi cuerpo al atravesar. Cuando comencé a recuperar la vista me encontraba ya despierto, recostado boca arriba en mi cama, tal y como me había ido a dormir, lo extraño es que nunca me di cuenta en que momento abrí los ojos, ni en cuando desperté. Este sueño no me causó gran exaltación, por lo que me llama la atención es por lo que ocurrió en el segundo sueño.

 La segunda noche comenzó de la misma manera, en un sueño, me encontraba caminando en un parque, muy hermoso, con árboles, bancas, fuentes y un pequeño sendero que llegaba hasta un riachuelo, el cual cruzaba por un puente de piedra, no había nadie en el parque excepto por mí y por un viejito que se encontraba en el puente observando el riachuelo muy pensativo, decidí acercarme a ver que hacía y cuando llegué hasta él, toqué su hombro, él se volvió, se me quedó viendo con cara de preocupación, como si lo hubiese sorprendido en algo malo, fue entonces cuando noté que tenia una soga amarrada al cuello por un extremo y por el otro amarrada al puente, le pregunté el porqué de esto y me contestó que se estaba tratando de suicidar, ahorcándose, pero que el nudo de la cuerda no le quedaba bien por más que lo intentaba, contrario a lo que pudiera pensarse, me ofrecí para hacer el nudo, por cierto que yo no sé hacer ese tipo de nudos, pero en el sueño me quedo perfecto, el viejito sonrió cuando quedó listo, le ayudé a colocárselo alrededor del cuello, me agradeció con un ademán de la cabeza y me indicó con otro, que si lo ayudaba a subir a la bardita del puente, y le daba un empujoncito, como siempre me he jactado de ser una persona muy acomedida, acepté con gusto e hice lo que me pedía. Al caer del viejito, yo lo observaba desde el borde, alegre por haber hecho mi buena obra del día, pero no me esperaba lo que venia a continuación, en cuanto la soga se tensó, sentí exactamente lo mismo del día anterior,  todo dio vueltas, y me transferí al cuerpo del anciano, sentí el tirón en el cuello, un gran dolor y todo se empezó a poner obscuro, a cerrarse mi vista, alcancé a voltear hacia arriba y me vi con enorme sonrisa, como disfrutando de verme morir.

Otra vez hubo obscuridad total, y el dolor disminuía, sabia que me estaba muriendo, porque ya lo había vivido la noche anterior pero lo tomé con mas calma, como a la segunda cita con una mujer, esperé a que apareciera la luz y así fue, después el mismo algo de la noche anterior me tomo fuertemente y aceleró, no tan rápidamente como la noche anterior, además de que había otra variante, el sonido, esta vez podía escuchar a mis conocidos al pasar, me saludaban y me decían que no me preocupara que era normal lo que me pasaba, atravesé el túnel, vi la escena del parque desde arriba y comenzó mi viaje hacia el espacio nuevamente, sólo que esta vez alguien, o algo, o no se, más bien, yo mismo, me iba narrando todo, explicándome que pasaba, me preguntaba algo e inmediatamente sabía la respuesta, como por ejemplo; El movimiento de la Tierra, ¿Qué hay con él? ¿Es para siempre? La respuesta: No, la Tierra se va frenando como un trompo que gira en el suelo, solo que mucho más lento, ya que no tiene la fricción de tantas cosas, además que debido a la perdida de velocidad de la Tierra, ocurren cambios en ella, como la temperatura, la presión y hasta la pérdida de partes de la atmósfera, ya que no puede mantenerlas a bajas velocidades, también a esto se debe la desaparición de algunas especies, a lo largo de las eras, ya que no pueden sobrevivir en estas temperaturas ni en estas presiones, también a este girar se debe la fuerza de gravedad que disminuye junto con el.

Conforme me alejaba diferentes cosas me venían a la mente, vi como la humanidad era una especie de virus o más bien como una corrosión, porque al avanzar en sus fronteras el ser humano dejaba de vivir en la Tierra únicamente, y se trasladaba a otros planetas, primero; Marte, lo convertíamos en un lugar habitable pero también lo corrompíamos, y nos íbamos a otro planeta y a otro y a otro, hasta que toda la galaxia estaba infectada de humanitis, pero esto no paraba ahí, seguíamos a otras galaxias y cada vez nos esparcíamos más y más rápido, y nos topábamos con otras enfermedades como nosotros, algunas, las mas pequeñas, las asimilábamos, o las destruíamos, con otras más grandes, definíamos territorio o peleábamos con ellas, no siempre saliendo bien librados, sin embargo seguíamos.

Después de varias explicaciones en torno a la historia pasada y futura de la humanidad me acercaba otra vez al borde del universo, pensé que mi viaje terminaría ahí, como la noche anterior, pero no fue así, cerré mis ojos, para no quedar cegado por la luz que se produce con el choque y esperé. Pasado el impacto volví a abrirlos, esperando encontrarme despierto en mi cama, pero lo que vi, fue el pequeño orificio que había dejado mi cuerpo en el contorno del universo. Me encontraba ahora en un mundo aparte, con civilización como la nuestra, el universo de donde yo había salido, no era sino una parte de algún mueble o construcción que los del nuevo entorno habían construido y se encontraba carcomido por una corrosión, que sin lugar a dudas, era la humanidad esparciéndose por el objeto. Era parecido a un metal que se oxida poco a poco con la humedad y queda al final totalmente inservible.

Me dio un poco de tristeza pensar que la humanidad era un mal para otro mundo, que no éramos más que una corrosión que echa a perder algo, lo deja inútil y sólo sirve para la basura, después pensé que no era de entristecerse tanto, pues la humanidad siempre ha sido infecciosa y era de esperarse que acabáramos contagiando algo. Pasado el momento de sentimentalismo y reproche a nosotros mismos, sentí algo que me indicaba que el viaje terminaba, agradecí a quien fuese responsable, y me preparé a salir, pero el regreso no iba a ser sencillo, yo pensaba que solo despertaría y ya, que tal vez una luz me cegaría o algo por el estilo, sin embargo y cuando yo menos me lo esperaba, la fuerza que en otras ocasiones me había llevado me tomó nuevamente, y comenzó el viaje de regreso, sólo que esta vez fue a una velocidad vertiginosa, cruce el pequeño hueco del universo que se cerró tras de mí y vi todo lo que había visto antes, pero en cámara rápida y en reversa, hasta que logré verme acostado en mi cama, pensé que disminuiría la velocidad, pero no, me impacté contra mí mismo, provocando que despertara, con dolor de cabeza, la respiración agitada y sudando, ahora si de regreso en el mundo real.

Yo no digo que lo que escribí anteriormente sea verdad o algo parecido, solamente lo describo igual a como lo soñé. Si mañana despierto cuerdo, les contare que fue lo que soñé y si no despierto en la realidad, tal vez no me dé cuenta de mi locura, así que de todas maneras les escribiré narrando lo que para mí sea la verdad.

Luis Vinicio Anduaga Elizondo

(Shakespeare)             


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