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Desconcierto
por Vladek
Me encuentro en el Metro, siempre tan atestado de gente pero por lo menos no hace calor. Que forma de comenzar el día tienen algunos en ocasiones. Allí dejé a mi mujer con mi hijo y yo sin embargo me encuentro aquí recorriendo la ciudad. Finalmente la estación de mi destino. Torpes siento mis movimientos poco debe faltar para acostumbrarme. Me estará extrañando mi jefe hoy? Creo que tendré que empezar a llamarlo ex-jefe. Condenado Señor Salinas si llegara a enterarse que no fui el único en pegarse a su secretaria.
No debí hacerlo. Mi esposa ha sido casi perfecta conmigo. Coño, porque cuando llegaba tarde en raras ocasiones la perfección se le iba por el hueco del culo. No obstante, que rico terminábamos haciendo el amor. Creo que cuando está molesta se le sale el espíritu de zorrita porque deja de ser aquella mujer sumisa y se convierte en toda una mujer dominante. Las broncas que me armaba seguramente le sacaban lo demonia. Hasta un día llegué a pensar cuando se hallaba delante de mí totalmente desnuda me colocaría unas esposas, vendaría los ojos, arañaría lentamente y hasta algún juguetillo podría sacar, pero luego de tener sexo anal e impulsivamente colocarme boca arriba sobre la cama para hacer de perfecta jinete no hizo lo que muchas veces ha estado en mis fantasías. Cuantos años hemos estado juntos? nueve? diez? Me está comenzando a fallar la memoria; ojalá esto no acabe con todos mis recuerdos.
Me dolería mucho olvidar a mi hijo. Será tremendo futbolista como yo nunca pude llegar a serlo. Aunque apenas tiene cinco años y no creo que lo comprenda. Lo estoy recordando pero vagamente. Sacó mis ojos y la delicadeza de mi mujer. Por favor Dios no permita que termine en maricón! No solo tiene que ser futbolista sino todo un hombre en su máxima expresión. Sí, definitivamente tiene que ser más que su padre y que no herede mi energía sexual, aunque cuando sea adulto los avances hacia el viagra sean mayores.
Siento que ya camino sin rumbo. Adonde me dirigía? Volteo ávidamente hacia la izquierda porque me pareció que alguien me llamaba. No veo nadie más aparte de esa gorda celulítica que se encuentra paseando a su perro. Se me hace que tengo sed pero no estoy muy seguro. Mejor pido en aquel puesto de comida algo de tomar. "Pst! Compadre, quisiera una coca!", "Hey compa! que no escucha? una coca para acá!", "Por eso es que estamos como estamos y así quieren salir de la pobreza". Me alejé sin éxito a que el vendedor me prestara algo de su atención. De cualquier modo no estoy muy seguro de que tenía sed.
Me da la impresión que es muy temprano aún para que esté anocheciendo. Demonios olvidé el reloj. Donde pude haberlo dejado? Cochino cerebro ya te estás negando a trabajar como es debido. Por otro lado, para estar cayendo el día debería estar más fresco. No hace ni frío ni calor. Adonde coño me estoy dirigiendo? Uh? Alguien me llamó
nuevamente. Estoy seguro de ello. Shit! Pero estoy solo en la calle. En esta ocasión sentí que decían mi nombre pero del lado derecho. Aparte de ese aparente nuevo centro comercial no hay más ninguna alma viva que la mía. Pues quien sabe quizás hoy es domingo y todos están en sus casas viendo aquella película de siempre dizque en estreno exclusivo. En estreno exclusivo están mis nalgas que no las ha tocado mas hombre que el que las palmeó al yo nacer.
Cuántas horas llevo sin destino? Qué tenía que hacer? De donde venía? Seguro ando crudo y es por eso que no reacciono como es debido. Claro! Anoche fue la boda de los Guzmán-Sánchez. Así habrá estado la recepción que no puedo recordar. Aunque... estoy empezando a divisar la imagen de aquella adolescente en su ceñido vestido escotado que mostraba sus firmes pechos y de tela tan ligera y casi transparente que podría jurar usaba hilo dental o no vestía ropa interior. Condenado que soy! Como estaría esa criatura que hasta la puedo detallar. Por eso habré bebido como lo hice para comportarme como un idiota buscando impresionarla. Por ese motivo ignoré a mi esposa. Peleamos prácticamente enfrente de todos en la recepción y le dije de manera eufórica a ella y a mi hijo que ya era hora de retirarnos.
Pobre Helen, no la merezco, me parece que debería hablarle y decirle que la amo. Adonde la llamaría? Uh? Bueno la cruda se me está poniendo dispareja ahora siento que me llaman de ambos lados. Realmente deseo en estos momentos ver a mi mujer. Quizás en este hospital consiga un teléfono para llamarle y de ese modo conseguir una de esas reconciliciaciones que tanto me gustan. Aprovecharé que está casi completamente oscuro y le preguntaré si desea que lleve una botella de vino
blanco. "Señorita podría indicarme donde están los teléfonos?",
"Por favor hacia donde están los teléfonos?", "No se preocupe soy lo suficientemente capaz para encontrarlo por mí
mismo". Una chica que cree que por bella puede ignorarme. Será que no conseguiré donde llamar? A quién iba a llamar?
Que patético es todo aquí. Casi podría oler la muerte. Mejor me detengo. Algún doctor o enfermera debe pasar en cualquier momento para preguntarle. Allá sale uno de una sala mejor me aproximo. De una columna aparece una mujer. Comienza a hablar con el doctor. Prefiero esperar a que terminen de hablar. Por su reacción presiento no fueron buenas noticias; ya lo había dicho antes casi se podría oler la muerte. Demonios! Cuándo se fue el doctor? No me atrevo a preguntarle a esa pobre mujer que llora desconsoladamente.
Me fui acercando poco a poco al menos para intentar encontrar los elevadores. Al pasar la columna que antes tapaba a aquella mujer se hallaba sentado un niño en el piso. Pobres, pensé. A que vine a este
lugar? "Señora quiere que le busque algo de tomar?" No obtuve respuesta. Hoy debería ser proclamado día de los mal agradecidos.
Sale el doctor nuevamente de la sala anterior. Ahora si estoy comenzando a sentir algo de frío. Que era lo que quería preguntarle? Menos mal no recuerdo porque ya imagino que hay bajo la manta de aquella
camilla. "Señora NO!" No me dió tiempo a detenerla por el brazo. Allí está sobre la camilla llorando y descubriendo la sábana que ocultaba su contenido.
No entiendo. Me llaman nuevamente. Ahora es perfectamente claro el sonido de mi nombre. Viene de afuera, de aquel lado derecho, en dirección a aquel nuevo centro comercial. Quién me llamará? Volteo a ver a la señora quien llora sobre el cuerpo. Pobre hombre. Ahora que será de ese niño y esa pobre mujer? El niño no se ha inmutado. Quizás cuando grande podría ser futbolista. Debo retirarme a ver quien me esta llamando aún. Ya no me cabe la menor duda, si me estaban llamando. Me voy a aquel aparente centro comercial...
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