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HISTORIAS EXTRAÑAS
Un cuento de
La_TiRaNa
Yo, era una chica normal, tenía una vida como cualquiera, perfecta podría decir; vivía sola en un pequeño y precioso departamento, tenía un buen trabajo y estaba a punto de titularme ¡por fin! en la carrera que había estudiado, me divertía con mis amigas, tenía buenos amigos y uno que otro amiguito casual y cariñoso, no sé que rayos me hizo cambiar, como fue, no lo sé, no sé que tuve que hacer para encontrarme aquí
Iñaky y yo éramos muy buenos amigos, nos habíamos conocido en un antro, quien iba a pensar que esta amistad "antrera" iba a trascender y se iba a convertir en una linda
amistad, íbamos al cine juntos, a antros a bares, platicábamos por horas de libros, de películas, de mil cosas, siempre había tema de conversación entre los dos, conocía sus penas de amor y él las mías, era el tipo que me levantaba el ánimo y me hacía sentir bien, además a veces nos daba por enloquecer y ser simplones deveberas que siempre agradecí su presencia y esos momentos.
Iñaky empezó a meterse en líos medio extraños, de hecho él era un tipo bastante extraño, aveces me preguntaba que había hecho para ganarme su amistad, por que era un chavo muy selectivo y antisocial y el hecho de que él me aceptara como una de sus mejores amigas a mí me sorprendía muchisimo, siempre pensaba que entonces yo debía tener muchas cualidades para estar junto a un tipo como él por que aparte de todo era muy inteligente y culto.
Como buen antisocial siempre estaba metido en su casa y yo sabía que su mejor compañera, su amor, su vicio, su todo era su computadora, hasta nombre tenía, él le hablaba y la trataba como si fuera persona yo lo criticaba por eso y me burlaba de él imitándolo: "¡ay sí! Mi preciosa eres mejor que la ultima amante que tuve" y ambos estallábamos en risas.
Un día Iñaky y yo nos vimos en un bar, nos gustaba disfrutar de la música de los lugares y de las bebidas, generalmente vodka con Quina o una no menos despreciable cerveza y por supuesto de nuestra compañía; aquella ocasión me contó que había comenzado una aventura vía chat con una chica que curiosamente se encontraba en esta ciudad y me lo decía todo con una esoñación en sus ojos que nunca había visto, me pareció curioso pero no dije nada hacía mucho que no veía a Iñaky ilusionado así que le deje disfrutar su aventura lujuriosa vía chat con esa "super mujer" según sus definiciones digo definitivamente todos alguna vez experimentamos el famoso "cybersex" y no por eso te mueres o te conviertes en un perdido, de hecho tiene su encanto, pero para mi siempre fue un juego de pantallas nunca pense en llevarlo más allá, sin embargo Iñaky decidió experimentar con su "super mujer" a mi al principio me dio mucha risa y me corroboro que mi amigo estaba completamente loco pero Empecé a preocuparme cuando Iñaky no hacía mas que hablar de la super mujer, de detallarme poco a poco, de revivir el momento y la clase de "citas" que solían tener en las que él era el que mandaba, el "dominante" y ella era la sumisiba mujer que se dejaba poner un collar de cuero con cadena en el cuello, sin embargo no dije nada, pensé que todo sería pasajero que como todo lo que inicia y que excita terminaría por fastidiarle, además siempre odie andar dando lecciones y portarme como la conciencia de los demás.
Iñaky y yo nos alejamos un tiempo, mi trabajo y mi titulación no me permitían verlo tan seguido como antes, pero de repente nos hablábamos por teléfono y me contaba que aún seguía viendo a aquella mujer que hasta casada era que por supuesto eso hacía más tentadora y atractiva la situación, también que estaba conociendo mucha gente por medio del chat, tanto gente buena e interesante como gente que tenía un cacahuate por cerebro, prometí conseguirme el programa para chatear junto a él pero yo siempre tuve mis reservas acerca de eso del chat y esas cosas, a mi me gustaba conocer a la gente en vivo y a todo color, platicar, escuchar su voz, tocarla, olerla y vibrarla, conseguir amistades por ese medio me parecía fatuo, aun así lo hice, conseguí el programa y empece a inmiscuirme en ese rollo pero no me parecía tan fenomenal.
Recuerdo que estaba esperando la fecha de mi examen profesional, Iñaky me llamó al trabajo y me dijo que nos veíamos para cenar en un restaurante de comida china, se me hizo extraño que número uno, me invitara a cenar y número dos que fuera en un lugar tan nice, si siempre íbamos a otro tipo de lugares.
Cuando llegué, él estaba ahí acompañado por una mujer nada fea con cara de
"dueña de la situación" y cuando me acerque a la mesa me miró de arriba abajo como dando el visto bueno, enseguida caí en la cuenta pero en mi casa me enseñaron a ser muy educada y diplomática así que me porte a la altura, me senté, cenamos delicioso, platicamos de nuestras respectivas profesiones, ella era "actriz" y por eso creía que tenía todo el derecho de follarse a quien se le antojara. Estabamos en las galletas de la suerte cuando Iñaky se levantó al baño, pretextando que yo no conocía el restaurante y por tanto la ubicación de los baños me levanté con él, cuando llegamos a los baños le dije amenazante "estas idiota si crees que me voy a ir con ustedes ahora si te volaste la barda amiguito" Iñaky me acorraló en una esquina y me dijo
"discúlpame chiquita es que mi super mujer te quería conocer ándale, acompáñanos, no va a pasar nada que tu no quieras" lo empujé "¿Si no? Y yo nací
ayer, no Iñaky te pasas, tu dispuestísimo a follarme a mí y a ella a la vez verdad, pues mira, mangos, y no vuelvas a hablarle más de mí decimos que yo tengo mil cosas que estudiar que no los puedo acompañar OK". Cuando regresamos ella sonreía amablemente mostrándonos su papelito "En tierra de ciegos el tuerto es rey".
Esa noche no pude dormir, recordaba la mirada de aquella mujer sobre mí y al tarado de Iñaky como idiotizado. Me reí de que él decía que me quería mucho ¿Esa era su forma de demostrármelo, de portegerme, exponiéndome, poniéndome ahí a disposición de esa ninfómana? Sin embargo yo sabía que si deberas quería a Iñaky debía respetar sus ideas, también sabía que después de lo que le había dicho esa noche en el restaurante no intentaría convencerme de acompañarlo con ella a realizar sus más bajas pasiones y fantasías.
Pasaron algunos días sin saber nada de él, algunas veces nos encontrábamos en el chat y charlábamos como si nada, él seguía con sus choros y yo soltaba comentarios de desaprobación pero no trataba de convencerlo de nada, yo también empezaba a hacer amigos, algunos eran amigos de Iñaky también pero hasta ese momento todo era sencillo, controlable, encantador.
Una noche estaba a punto de irme a dormir, me lavaba los dientes cuando Iñaky llegó a mi departamento, le invite un café y me dijo que por fin había acabado con la situación de la super mujer que estaba aburrido ya, que el encanto de lo nuevo había perecido, yo le dije que sabía que todo eso iba a ser pasajero entonces me atreví preguntarle "¿Hubieras sido capaz de degradar lo nuestro con tal de cumplirle su deseo?" curiosamente mis ojos se humedecieron, Iñaky me abrazó, me acarició la cabeza, como diciendo que no, como pidiendo perdón y que afortunadamente eso no había sucedido. Iñaky y yo pasamos la noche juntos.
Lo del chat comenzaba a hacerse costumbre de hecho rutina, de repente reparaba en ello pero no quería clavarme demasiado y pensaba que más temprano que tarde se me pasaría el furor y terminaría por dejarlo así como Iñaky había dejado esa aventura, bueno eso siempre pensé yo aunque ahora pienso que nunca la dejó por completo.
Erick era un tipo muy agradable me movía a ternura era unos cuantos años más joven que yo, Iñaky me había hablado de él que era de lo más rescatable del chat aunque yo ya lo sabía no presione las cosas y la charla entre los dos empezó a darse sola, sin querer, fluyó a pesar de que el chico era un mucho adolescente todavía, me atraía y un día entre broma y broma comenzamos un juego perverso, era como lo había oído de los labios de Iñaky, no hacía mas que actuar como él me había contado que la super mujer actuaba con él, al principio para mi se trataba de un juego para al final salir con una tontería y poder reírnos del chiste tonto, sin embargo las cosas no se dieron así y aunque al colgar corroboré que se trataba no más que de un juego me sorprendí de mi misma y sobre todo del encanto del juego, además Erick lo conocía muy bien. Cuando el juego comenzó a ser recurrente llegaban a mi cabeza momentos de lucidez en los que mi conciencia me preguntaba si acaso no me daba cuenta de que estaba mal. No lo acepté, no iba a darme lecciones morales a mi misma. Pero puse un límite: "No lo llevaré a la tercera dimensión" me dije convencida y confiando en mí, siempre había tenido confianza en mi misma sobre todo tratándose de decisiones
personales.
La relación entre Iñaky y yo seguía, mi hermana siempre me había dicho que lo que importaba en una pareja era que hubiera comunicación antes que otro tipo de detalles, que la conversación entre ambos fuera insaciable, así era entre él y yo.
Siempre le pedí que me tuviera confianza y me hablaba de cosas que no hablaba con otras personas yo le correspondía con la misma confianza así que le conté lo que ocurría entre Erick y yo, a él le pareció
gracioso, no le sorprendió demasiado que yo lo hiciera "tu nunca te has dado cuenta pero eres bastante dominante" me dijo que estaba bien, que jugara con él, que eso le gustaba además que no me preocupara si todo era un juego y Erick estaba de acuerdo. Así
fue.
De la compañía en la que trabajaba me mandaron a una convención a Manzanillo, era bastante cansado asistir a esas convenciones, en realidad nunca había tiempo para salir a asolearte o a bañarte en el mar, me desesperaba estar ahí, los compañeros nunca habían sido de mi agrado era gente demasiado vacua y simple, no los toleraba tomaba un par de copas por las noches con alguno de ellos, ellos se iban a bailar nunca me han gustado las discotecas, daba un paseo por la playa y el cansancio me llevaba a mi habitación. Fue ahí donde me di cuenta del grado al que había llegado.
La primera noche el viaje me agotó tanto que no respondí y me quede dormida desde temprano.
La segunda noche camine por la playa, me bañe, me recosté en la cama y una ansiedad comenzó a invadirme al principio no reconocí la razón creía que era el calor, pero no podía concentrarme en nada algo me hacía falta "encontrarme con Erick y con Iñaky... con Erick" cuando caí en la cuenta me desespere demasiado ¿Cómo rayos le iba a hacer para tolerar el resto de la semana sin conectarme y buscar a mis chicos para charlar y cachondear con ellos? Simplemente no lo pude concebir, mi angustia me llevó a salirme de mi cuarto y bajar a los salones destinados para trabajar en la convención y a violar las cerraduras para encontrar una mugrosa computadora con conexión y cuando por fin la encontré no existía el programa donde sabía que podía encontrarlos. Solo envié un correo a cada uno dándoles mis saludos y haciéndoles de su conocimiento lo mal que la estaba pasando. Regrese a mi cuarto sintiéndome como una delincuente. Las noches subsecuentes trataba de distraerme con cualquier cosa, generalmente una copa o una cerveza me ayudaban a hacerlo, quería que los días pasaran rápido, no quería ni contar las horas que faltaban para regresar a la ciudad. Por las noches me acariciaba yo sola.
Cuando regresé Iñaky estaba por mí en el aeropuerto, al verlo me tire en sus brazos y lo bese como si quisiera dev orarlo, en el transcurso del aeropuerto a casa viaje abrazada a él acariciando su cuerpo y besando su mano libre. Era tanta mi ansiedad que antes de bajar del auto tuvimos sexo. Iñaky se quedó a dormir esa noche en casa, note que estaba sorprendido pero nunca pregunto nada.
Aprovechando que Iñaky dormía me senté ante la computadora ¡por fin! "¿Lista chiquita? Murmuré ante el monitor: los tonos, comprobación de usuario y contraseña, inicia la sesión en la red y el icono de esas computadoras que parece que me guiñan sus ojos. Enserio que sentí como si me hubiera metido algún calmante o alguna droga, entrar al chat, al canal, y ver esos nombres que ya me eran familiares y buscar... "/me entra corriendo, de un salto enreda sus brazos y piernas al cuerpo de Erick, :* (beso) Hola ya llegué"...
Al desayuno del día siguiente Iñaky me contó que en mi ausencia hubo una reunión con algunas personas asiduas al chat, que lamentaba realmente que yo no hubiera estado ahí para ir con él, que había conocido ¡por fin! a Erick que era un poco reservado "un adolescente confundido e impresionable" a mí me dio risa y me pareció extraño que mejor Iñaky lo conociera en persona que yo pero definitivamente nunca coincidíamos en tiempo además yo siempre tenía un poco de miedo, había perjurado que lo que Erick y yo vivíamos mediante las pantallas jamás lo íbamos a vivir en la vida real y la verdad lo evitaba en realidad yo no sabía que iba a pasar, como rayos iba a reaccionar si tenía a ese chico frente de mi. Esa misma tarde supe la fecha de mi examen profesional. Me puse muy contenta.
Dentro de esa rutina pasó algún tiempo, Erick y yo aparte de ser "cyberamantes" nos convertíamos cada vez mas en buenos amigos y para ambos era imposible pensar en no encontrarnos por las noches aunque fuera para comentar cualquier cosa. Entre las cosas que pude percibir, me di cuenta que Erick era un chavo solitario e inestable por eso se aferraba a ese medio, siempre era mucho más fácil comunicarse así. Ambos moríamos de ganas por conocernos, pero yo me rehusaba no podía permitirme eso, debía cumplir mi promesa, me conformaba con la tranquilidad que me daba charlar con él en el chat. Con Iñaky todo iba mejor que nunca, teníamos una estabilidad tal que nos era imposible creerla, nos amábamos en todos los sentidos cosa que yo agradecía todos los días.
Era mi cumpleaños cuando sucedió, invitamos solo a un par de amigos muy íntimos, nos gustaban las reuniones pequeñas, con bocadillos, cerveza, "hoy también Tequila para celebrar", buena música y por supuesto una fabulosa platica alrededor de la literatura, del arte, de la música, del cine y otras cosas más que hacen un círculo de amigos. Al anochecer, Iñaky que había estado ayudándome con la limpieza y los bocadillos, salió para su casa a bañarse y cambiarse para regresar cuando ya estuvieran los invitados me dijo "Oye por cierto, casi lo olvido, también invite a Erick tienes que conocerlo, no te molesta ¿verdad?" yo conteste desde la cocina que no pero en realidad me quedé como con una sensación extraña de hecho no recordaba en ese momento mi promesa, lo que me molestaba de la situación era que la presencia de un
"extraño" iba a tensar un poco las cosas y yo quería pasarme un cumpleaños extraordinario
(además el horóscopo decía que así iba a ser) y hacer esos debrayes que solo tus amigos conocen y un extraño forzaría mi buen comportamiento. Estaba tan contenta que pronto lo olvide.
Mi casa estaba llena de humo, la música sonaba, las voces y las risas que dan ambiente se hacían presentes. Cuándo abrí la puerta ante mí tenía un joven alto con cara de niño y aparentemente fuerte "¿Edda?" preguntó con una carita que nunca olvidare. Se acopló muy bien, sobre todo cuando sacó el regalo elegantemente envuelto en una bolsa de papel destraza y uno de mis amigos se abalanzó sobre la botella y sobre él "me simpatizas" le dijo y todos los que conocíamos a aquel borracho nos reímos. Curiosamente jamás me sentí
incomoda, en realidad parecía como si Erick hubiera formado parte de nosotros desde siempre.
Pasaron las horas. La mañana estaba casi encima. Nuestros amigos se fueron. En el pasillo que conecta la estancia con el baño Iñaky me comento que tenía que ir a dejar a Erick a su casa "pero regresas ¿no?", dije tomando la cara de Iñaky con las dos manos acercándome a su boca. Solo me miró, me sonrió con cara traviesa y se metió al baño.
Erick estaba sentado solo, pesado, en un sillón "que bueno que veniste" le dije dejándome caer pesada junto a él y recargando mi cabeza en el respaldo "estuvo bien" me comentó él y comenzó a dar algunos detalles, yo le contestaba cansada con los ojos cerrados y le acariciaba delicadamente la pierna, de repente un comentario que me hizo abrir de súbito los ojos y voltear a verlo... estaba tan cerca... mi respuesta fue una sonrisa y un beso, un largo y cálido beso.
No sé como rayos sucedió, en realidad trato de esforzarme para recordar en que momento Iñaky, Erick y yo estabamos ahí en plena sala acariciándonos unos con otros. Estabamos tan envueltos en nuestra euforia que nadie pensó nada, no existió nada solo nosotros y esos asuntos que teníamos pendientes que salieron a flote de la manera más inconsciente. Por primera vez forniqué con dos tipos a la vez, por primera vez vi como fornican dos tipos, por primera vez permití que Iñaky realizara sus fantasías conmigo y por supuesto con Erick.
Erick estaba sobre la mesa amarrado bañado en tequila mientras Iñaky lo besaba duro y a mordidas yo recorría todo su cuerpo con mi boca hasta detenerme en su miembro, Iñaky se dio cuenta y enseguida desaprobó mi actitud, yo no entendí
"así no" me dijo "hazlo bien" lo intente de nuevo "¿qué te pasa Edda? Pareces nueva" volví a mirarlo enojada "vete al infierno" le dije retomando mi tarea, Iñaky se acercó y me separó tomándome del cabello "Puta" me dijo mirándome a los ojos "Cerdo", le dije yo mirándolo y riéndome burlona entonces me pegó una cachetada misma que yo regresé mientras Erick continuaba el trabajo con su propia mano, "estas castigada nena" me dijo encerrándome a la fuerza en el baño "Vete al diablo" gritaba yo desde adentro y golpeando la puerta mientras escuchaba como gemían aquellos dos. Tiempo después vino Iñaky por mí al baño seguido por Erick, me besó suavemente y me acarició cariñosamente "vamos pequeña eres libre de nuevo" increíblemente le di las gracias, enseguida salió del baño, Erick se acercó a mí y nos quedamos en el baño, besándonos, acariciándonos,
fornicando, él decía palabras que ahora me son confusas, no sé hablaba de amor, de obsesiones, murmuraba que no se arrepentiría nunca, que estar ahí era fascinante. Iñaky nos oía mientras chateaba y buscaba a su amante cibernética, al salir del baño acercamos una silla y la colocamos junto a la de Iñaky, me senté sobre Erick y mis piernas descansaban sobre las de Iñaky, Erick me besaba el cuello, lo recorría con su lengua, Iñaky cogía con su super mujer vía chat mientras Erick y yo ilustrábamos la escena haciendo lo que ellos hacían.
Estabamos los tres sobre mi cama cuando sonó el teléfono, ese maldito teléfono que fue el cable a tierra, la conexión con la realidad "¿Edda que rayos pasó contigo eh? Nos quedamos esperándote en la facultad, estabamos todos, los sinodales, papá, mamá, tus compañeros, todos que rayos te pasa ¿¡eh!? ¡Edda contéstame!" recuerdo el escalofrío que sentí al escuchar a mi hermana con voz preocupada haciéndome esos reproches, deje caer el auricular, hasta ese momento caí en la cuenta de las horas que habíamos pasado ahí encerrados en mi departamento, miré a Iñaky y a Erick, los sentí lejanos como dos desconocidos, pensé en que la madre de ese chaval estaría buscándolo como desesperada por las calles mientras el chico estaba ahí dormido y fatigado en mi cama, pense en Iñaky y en mi, a donde había ido a parar lo nuestro, lo lamenté deberas, pensé en el daño que tal vez le estabamos causando a ese chico. Habíamos renunciado a todo por un estúpido placer.
Me fui a la cocina y tome una cerveza del refrigerador, me recuerdo desnuda sentada en el piso llorando amargamente.
Aunque los días pasaban yo no lograba dejar de pensar en todo lo que había perdido: mi trabajo, mi título, mi dignidad, mi pareja, la confianza, el amor, el respeto...
Iñaky y yo no comentamos nada al respecto era como si nada hubiera pasado, como si se tratara de un sueño, como si ignorándolo pudiéramos borrarlo de nuestra memoria, lo único que había entre los dos ahora era un silencio abismal pesado e insoportable.
Siempre que Iñaky se me acercaba yo era hostil, habíamos degradado lo nuestro tanto que nos era imposible mirarnos a los ojos, no soportaba a Iñaky cerca ni que me tocara, ahora sentía que me tocaba como a aquella perra, yo misma me había convertido en una además para esas alturas yo casi siempre estaba
borracha.
No sé Iñaky, pero yo deje de conectarme por mucho tiempo, no tenía fuerzas para continuar ese juego estúpido además me avergonzaba encontrarme a Erick de hecho tenía miedo de lo que él pudiera decir por eso nunca abría los mensajes que llegaban constantemente a mi correo con su nombre y los desechaba enseguida ¿qué rayos le iba a decir? no tenía nada que ofrecerle.
No supe nada de él hasta que una mañana me senté frente a mi computadora a revisar el correo, tenía un mensaje que notificaba el sitio y la hora en donde enterrarían el cuerpo de Erik. Cuando le dije a Iñaky me comentó que una noche chateando, Erick le comento que la situación que habíamos vivido se había convertido en una obsesión para él que no lo dejaba estar en paz. Me conmoví, me sentí responsable, me entristecí.
No recuerdo ni como llegué, ya no tenía voluntad para nada, seguro iba ebria. No quise acercarme demasiado, solo alcance a escuchar a unos jóvenes que murmuraban algo de un accidente "ya tenía unos días raro yo lo veía muy deprimido y sacado de onda"
Quiero pensar que Iñaky estaba tan descontrolado como yo y que por eso no se inmutaba con nada, que el veinte todavía no le caía y que por eso tenía esa actitud. Que Erick hubiera muerto no le importó, que yo estuviera siempre ahogada en alcohol tampoco le importaba.
Una noche estaba sentada en la mesa de mi casa comiendo no sé que porquería cuando Iñaky, que se había estado quedando conmigo, se sentó junto a mí a beber de mi cerveza, no soportaba su manera serena de estar y seguido me preguntaba si acaso tenía atole en las venas "¿Por qué no te largas? De que sirve que sigas aquí, lo perdimos todo, me das asco, me doy asco, no quiero volver a verte, vete" Iñaky se levantó, abrió la puerta sin mirar atrás y salió. Yo ya no tenía fuerzas para llorar.
Recibí una carta por el correo formal, que extraña sensación tuve cuando la recogí del buzón, hacía tanto que no usaba ese correo que sentí una emoción extraordinaria. Era de Iñaky, me contaba que estaba en su casa de campo con su madre, que estaba muy bien y que había tenido tiempo de reflexionar, que lo había dejado todo aquí, que practicamente estaba incomunicado pero que no le importaba, pensaba poner un café-bar por allá pues ahí pensaba quedarse, preguntaba por mi, que como rayos estaba. Yo, no me reconocía en el espejo, seguía sin nada, así que no conteste esa carta. Qué iba a decirle, que iba a encerrarme en esta clínica llena de doctores y de drogas, que vivo lamentando todo el pasado, que yo era una chica normal y ahora era una enferma más, que todos los días trato de convencerme de que lo que he perdido, jamás lo voy a recuperar.
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