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>> Sentado en el suelo del aeropuerto, por jorgemc
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Sentado
en el suelo del aeropuerto Estoy
sentado en el suelo del aeropuerto, esperando el maldito vuelo, nos han
avisado que se volverá a retrasar una hora mas debido a la neblina y
pienso que es lo único que sabemos hacer bien, esperar.... Sentado
en el suelo y empolvado
observo a toda la gente que me rodeaba y comienzo a hacer historias...
Por ejemplo ahí estaba Merecedes. Seguro acaba de terminar la relación
con su novio, llorando como magdalena, sentada en un andén, había
decidido regresar a su ciudad natal - Zacatecas - de donde Juan Antonio la
sacó con falsas historias de amor y se la llevó a la ciudad de México. Ahí
estaba también Ramón, hijo de campesinos, nieto de campesinos, bisnieto
de campesinos -
siempre campesinos - Así había aprendido de su bisabuela
Marijuana, ser campesino para siempre - Nació entre historias de
Cacomiztles, Chahuistles y Nahuales, añorando los Domingos cuando la
familia se reunía al derredor del anafre para tomar cacao con leche. Mercedes
había seguido a Juan Antonio por amor, ese amor que solo una mujer
enamorada entiende, ese amor puro.... o por lo menos amor adolescente,
insensato sin malicia... estúpido. Esa
mañana que Ramón vio al “Don” que compraba toda la cosecha de maíz
con un fajo de a $200... compró todo un año de trabajo sin levantar una
ceja ni recontar el dinero, ese mismo miércoles fue cuando decidió que
algún día no muy lejano él llegaría con su mamá, sacaría un fajo de
billetes de a $200.... pa´ que no trabaje la jefa. Al
llegar a la capital se dio cuenta que su amado Juan no le había dicho
toda la verdad. En
que cabeza cabe dejar las calles adoquinadas de Zacatecas. Añoraba las
caminatas con su padre dentro de las minas. Las recorrían los sábados
cuando ella le acompañaba a la extracción de minerales. Mira que dejar a
su madre para venir a la capital y encuerarse en centros nocturnos donde
cualquier hombre mete la mano entre las piernas le soba el clítoris y
creer que ha conquistado la soberanía nacional. Y todo ..... por Juan,
Juan Antonio de su vida, Juan Antonio el todas-las-puedo.
Al
fin, sin darse cuenta cómo ... estaba parado ahí, en el aeropuerto de la
ciudad de México. Durante
cinco años, Ramón ahorró dinero para su espejismo.... pagar miles de
pesos para que un pollero le moje hasta la vergüenza, hacer dinero y
regresar a su pueblo hecho todo un “Don”. Se acercó lentamente a la
caseta de informes, con las dos manos sosteniendo las alas de su sombrero,
la paja que escondía su humildad, la cabeza gacha y la mirada sensible a
los ricos que le miraban. Sostuvo por un momento el sombrero con ambas
manos y lo acercó a su pecho...... Mirando
al horizonte, a veces lloraba y a ratos dejaba el pañuelo bajo la nariz,
había decidido dejar a Juan Antonio. Se acordaba que Juan en su primera
noche, sí, esa en que perdió su virginidad, fue tan cariñoso y tan
caballeroso que decidió amarlo para-toda-la-vida, ahora.... ve el
horizonte hormigueante esperando a “la voz” que anuncie su vuelo. Con
una humildad que solo la gente del campo tiene, se acercó a la señorita
de informes.... tres intentos hizo antes de preguntarle
“¿a que hora sale el vuelo para Oaxaca?” - voltee hacia
“Mercedes” y en ese momento anunciaban el vuelo a Mexicali por la
puerta 4, vi como se alejaba arrastrando su pena cualquiera que esta fuera.
No me quedó mas que ir por un café y esperar hasta que otros personajes
aparecieran frente a mi en esta sala “b” del aeropuerto. Mayo
de 1998 Cuentos del cerro largo
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