EL VUELO DE LA BESTIA

La bestia bicéfala se erguirá sobre la cima rocosa intentando columbrar el horizonte que permacenerá indefinido, turbio, sucio, incoherente.

Admirará --no sin algo de tristeza-- el mundo sumido en inmundicias palpables e impalpables. Tratará nuevamente de columbrar más allá buscando una razón para no aniquilar al mundo aparentemente tranquilo que ignora la inminencia de su anulación. No encontrará excusa alguna para generar la contraorden... La bestia remontará entonces el vuelo desplegando sus gigantescas alas, eclipsando la luz del sol moribundo y proyectando su magnífica sombra sobre las moles frías e insensibles del concreto inmortal.

Las almas se estremecerán de horror antes la súbita obscuridad... ante al inesperado hálito gélido que espinará sus corazones.

No habrá tiempo para el caos... No habrá oportunidad para la histeria... Fín bendito, implacable y pacificador tendrá la renegada especie.

Sergio Malinto

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