Historias cortas de un mundo
corto
Risas lejanas
que escuchan mis oídos
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Personajes
P : Peluquera
C : Cliente
C - ¿Sabe, Señora,
los comentarios de una peluquería son regionales. Y yo vengo de
la capital.
¿Usted se interesa por lo regional o por
la capital?
P - Un poco de
todo.
C - Así,
me busca ...
Bueno. Acabo de llegar de uno de mis frecuentes
viajes a la capital. Si le digo que no la encontré diferente, es
mentira.
Para acertar en el parecer, es importante considerar
lo que ustedes miran para comparar.
Si observan una calle, una edificación, es
posible que estén diferentes; pero hay ciertas cosas que no cambian
con mucha facilidad ... Los comentaristas de radio siempre están
hablando de lo mismo. Por ejemplo, se quejan de los semáforos, se
quejan de que las calles están llenas de boquetes, baches ...
Y yo le diría que es la ciudad de Buenos
Aires que se cansó de la ciudad. Ya no la quiere como antes. La
han cantado demasiado. Creo que la ciudad se ha entregado de más,
y no tiene gracia seguirle cantando.
Fundar una ciudad distinta, se volvería un
tanto difícil.
Los vanguardistas están muy abocados en hacerla
nueva. Gran señal de la veracidad de lo que estoy diciendo.
Los ciudadanos la quieren florida, renovada, en
condiciones tales que prácticamente dejaría de ser "la
Buenos Aires" .
Cuando transiten por esa otra ciudad, empezarán
a hablar mal de los intendentes, por haber promovido el desastre de arreglarla,
impidiendo que el pueblo rezongón, reclame. El 80% del respirar
de los argentinos es ronquidos y reclamos.
Para regresar de este último viaje me dije:
"Esta vez voy a ir de tren hasta donde me lleve"
Bueno ... Esa aventura mía me costó
tres transbordos, y en vez de llegar en 24 horas, casi pierdo cuatro días.
¡Qué viajecito! Era como participar
de la conquista al desierto.
Buenos Aires, tan cantada ...
Silencioso interior desconocido
Sólo verla azotada
por vientos y ríos
en una voracidad que la Conciencia extraña.
Nubes negras. Terribles marañas.
Se agitan por kilómetros
sin saber dónde comienzan,
dónde terminan,
y si alguna vez, paran.
Se ve, como siempre
hasta el horizonte.
Varios truenos que caen
y los relámpagos que corren hacia arriba
son las protestas perdidas
sin solución.
Cuando los himnos son gloriosos, con letras que honran
pueblos maravillosos, terminan siempre sin sentido.
La bandera dice en el Brasil, "Unión y Progreso";
por aquí se habla de "Laureles conquistados". Y por cualquier otro
camino, los jinetes perdidos, serán héroes, porque al pueblo
le gusta que alguien haya muerto por él, para saber que la tierra
que pisa se enlutó con sangre de gente que no la robó y sí
la ganó.
Es como dijo el señor Lucero:
"Usted va extraño y vuelve más
extraño aún"
Y aquí en la peluquería, en seguida
preguntan "¿Cómo le fue? ¿Qué tal? ¿Qué
me cuenta de nuevo?"
Tengo que apelar a un gran poder de imaginación
porque lo nuevo es muy poco; lo viejo es siempre lo mismo.
Deje que abra aquí e portafolio; ¡fíjese!
Tengo el diario "La Nación" del año 1.947. ¡Léalo!
Va a ver qué poca diferencia con el del '57.
Le puedo traer el del '77, el del '87, va a ver
que cambian las situaciones, pero el trasfondo es idéntico.
Es como si en la cocina no hubiera cocinero, y los
comensales se repiten; no hay extranjeros.
Así, un país se debilita. No refresca
su sangre. No hay quién traiga guita.
Esta vez, no porque Argentina sea inteligente, sí
porque el mundo de desespero así lo exige, es evidente que los gringos
visitarán nuestras playas, con salvavidas en mano; se infiltrarán,
y si hay tiempo, en diez o veinte años estarán en la Casa
Rosada, diciendo:
"Como ciudadano de esta tierra..."
Y todos dirán:
"¡Ya ganó! ¡Ya ganó! ¡Ya ganó!"
Manteniendo la yerba a precio bueno, el azúcar
bien barata y la tira de churrasco, que huela bien.
Suficiente para que unos continúen durmiendo
a espera de tiempos desvanecidos
en la esperanza de pocos
porque los cuantos ...
los cuantos
ya se fueron hace rato;
y están contando en Suiza
o en otros cantos,
a través de risas y no llantos,
que tuvieron su merecido
los que dejaron atrás.
¿Terminó el corte, Señora?
P - Sí,
sí.
C - ¡Muy
bien!
¿Vio? Los escasos cabellos que tengo son
como las pocas oportunidades de los pueblos. Se arreglan rápido
cuando se quiere o se perpetúan en desarreglo.
En la próxima Luna
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Personajes
1 : Conductor
2 : Extraño
O : Oficial
1 - ¡Vamos! Suba
al automóvil! ¡Eso!
¿A qué se debe que los perros lo atacan
tanto?
2 - Ah... Sí.
Hay mucho viento. Hace poco había mucha lluvia...
1 - Pero ¿por
qué lo atacaban tanto? ¡Dígame!
Yo no le haré ningún daño;
simplemente, dígame.
2 - No sé.
Allá abajo, los perros no me atacan.
Aquí arriba, los que salvo, son los que más
me atacan.
Miré por el retrovisor. Sus ojos eran grandes
y se movían con rapidez.
No me inspiró miedo pese a su extraña
aparición.
Ocultaba sus manos, hasta que dije:
1 - ¡Vamos!
¡Déjese ver! Apóyese en el respaldo del asiento.
De piel brillante, estirada, lustrosa. Dedos en
punta. Tenía garras.
Recogió su brazo, retirando las manos de
mi vista. Levantó su mirada esperando una respuesta.
1 - Sí...
Es usted extraño. Dice que vive por abajo y que sale de vez en cuando.
Vive por abajo y sale de vez en cuando... ¿Para qué? ¿Cómo
fue que comenzó todo? ¿Por qué vive ahí?
¿Quiere contarlo?
2 - Mmh... No sé.
Crece el impulso de salir de donde se está.
Es una locura; una fuerza primaria desesperante que logra vencer la voluntad
propia.
Comienzo a correr y abro una puerta y cierro otra.
Abro una y cierro otra...
1 - Mmh... ¿Abre;
abre y cierra; abre y cierra; abre y cierra... qué? ¿Qué
puertas? ¿Ahí abajo?
2 - Cloacas...
Circuitos eléctricos. Areas de transformadores...
1 - ¿Y qué
es lo que usted sabe de todo eso?
2 - ¿Acaso
usted piensa que porque yo vivo abajo, no sé dónde estoy?
1 - Es bien posible.
No se preocupa en saber por qué los perros
lo atacan; y si usted tuviera cierta inteligencia, entendería por
qué.
2 - Yo sé
por qué me atacan. Pero hay veces que me atacan más, y otras
que me atacan menos.
1 - Sí,
sí, sí... Pero sigamos con lo que anteriormente decía:
¿dónde usted vive?
2 - Cuando la Luna
está redonda e intensa preciso una materia rígida, que no
se transmute, que no se transforme...
Y cuando la Luna está en decreciente, me
diluyo. Puedo así correr, como si fuera viento.
Y cuando la Luna es nada, cualquier ruido me hace
mal.
Y después comienza el ciclo de nuevo.
Y cuando la Luna se está por volver bien
redonda, me miro las manos, los brazos y están como ahora.
Me descontrolo. Preciso buscar la superficie.
1 - ¿Y qué
busca en la superficie?
2 - Nada. Huir.
Huir de las entrañas de la Tierra.
1 - Por su estructura...
eh... no es muy agradable.
Eh... No promete romances, y sí sustos y
desesperos.
2 - Eso, para usted.
No tengo forma de reproducirme, y... Luna más, Luna menos, voy desapareciendo.
1 - ¿De
qué se alimenta?
2 - De energía.
Energía eléctrica.
1 - ¿Y cómo
llegó aquí?
2 - No llegué,
me dejaron.
1 - ¿Quién
lo dejó?
2 - Compañeros.
Especie igual.
1 - ¿Y,
cuánto hace?
2 - Dos... Tres...
Cuatro años...
1 - ¿Usted
acostumbra a aullar?
2 - No. Puedo evitarlo.
Los perros ladran; yo ladro. Ellos aullan; yo aullo.
Se ponen nerviosos; también me pongo nervioso.
1 - ¿Y usted
tiene que ver con la muerte de esos cuatro perros hace dos años?
2 - No... Aunque
si quisiera matarlos, sería muy fácil para mí.
Esos perros murieron por otra fuerza que fue dejada,
desvinculada de los míos.
1 - ¿Por
qué se deshicieron de usted?
2 - No se deshicieron
de mí. Quieren que yo cargue bastante energía. Todo y cualquier
tipo de energía.
1 - ¿Para
qué?
2 - Para estudiar
sus variantes en el planeta; la que mueve máquinas; la que mueve
Conciencias; ...
1 - Ah... entiendo.
¿Y no han tenido que absorber a nadie para
investigar el campo de la Conciencia?
2 - No... No! No...
Que yo sepa, no.
1 - Eh... ¿Y
ahora, cuál es su problema?
2 - Como le dije;
cuando la Luna está grande preciso salir a la superficie.
1 - ¿Y cuando
la Luna se va, qué hace usted?
2 - Vuelvo a los
refugios y continúa lo mismo.
1 - ¿Y cuándo
regresan a buscarlo?
2 - Uh!... Me dijeron
que podía olvidarme de ellos. Pero los conozco. Si fallara, sabría
de ellos pronto.
¿Por qué no arrancas el coche y damos
una vuelta? Después me dejas por aquí...
1 - ¿Y adónde
quieres ir?
2 - Vé al
frente...
En los años que estoy por aquí, no
he recorrido muchas distancias.
1 - ¿Y cuando
lleguemos a una ciudad, qué quieres hacer?
2 - No puedo hacer
mucho. Si salgo del coche, los perros me atacarán. Si me metiese
en cualquier lugar, lleno de personas como tú, ¿quién
no se daría cuenta que soy tan diferente?
Quiero ver. Nada más. Ver...
Ohhh...
1 - ¿Cómo
es que hablas, si es que hablas, no estando conmigo?
2 - Dejo de actuar
con el impulso de tu Conciencia; y entonces me expresaría así:
¡Aaahhh...! ¡Auuuhhh...!
1 - Y... ¿Qué
has querido decir?
2 - "Preciso de
Energía".
¿Qué es eso que está más
al frente?
1 - Es un destacamento;
en las carreteras siempre los hay.
Después seguimos, y más adelante hay
una ciudad.
Voy a tener que parar. Acuéstate para que
no te vean. Quédate quieto.
¡Buenas noches, Oficial!
O - ¡Buenas
noches! ¿Cómo le va? ¿Todo bien?
Documentos, documentos, documentos.
1 - Aquí
están.
¿Está helada la noche?
O - Si. ¿Sabe
una cosa?
1 - ¿Qué?
O - No puede andar
por ahí, es Luna llena.
1 - Ah... Usted
también cree en esos cuentos.
O - Sí,
Luna llena. Vamos a tener que modificar la Ley de trabajo.
En Luna llena, pago reforzado. Son pocos los que
quieren venir a los puestos de vigilancia.
1 - No se haga
problema. Usted sabe, peligro hay en todos lados; siempre hubo en todos
lados.
O - Sí,
yo ya lo sé. Años que estoy, y nunca me ha pasado nada. ¿Por
qué tendría que pasar? No va a ser porque usted me lo dice.
1 - Qué
se yo! Sólo por tocar el tema.
Uno está aburrido, aquí. Se pone a
pensar tonteras.
O - Es verdad.
En eso siento que la puerta se abre lentamente...
Y le digo al que tenía como compañero:
1 - ¿A dónde
es que tú vas?
2 - Ya vuelvo...
Uuuhhh...
Cuando el oficial se acercaba a la garita para darme
paso, una mano extraña rodeó su garganta hasta dejarlo tendido
a un lado de la carretera.
La criatura subió lentamente al coche, luego
de levantar la barrera.
Continué la marcha con la certeza de que
el hombre no estaba simplemente desmayado.
2 - ¡Uuuuhhh...
1 - De verdad,
eres un extraño compañero. Te agradezco que no me ataques.
2 - Uuuuhhh...
Vamos hasta la ciudad.
Al poco tiempo lo sentí extraño:
1 - ¿Qué
te pasa?
2 - Nada. ¡Cuántas
luces!
1 - ¿Quieres
salir ahora para tener libertad de acción?
2 - En el momento
tengo más curiosidad que necesidad de Energía. Hay muchas
Energías por ahí que no conocemos. Voy a ver si encuentro
lo que nos satisface.
Quédate tranquilo. Sé cómo
es tu Energía. Sabías que era extraño, pero me diste
protección salvándome de los perros. Si yo los hubiera liquidado,
evidenciarían mi presencia.
Ahora me iré, preciso mucha Energía.
La próxima Luna, si quieres, puedes encontrarme
en este lugar. Y si no, olvídate que existo.
1 - Estamos de
acuerdo. La próxima Luna estaré aquí.
Espero que actúes en proporción a
tus necesidades, y no como nosotros, que destruimos por el placer de destruir.
2 - No. Mis acciones
son necesarias; no placenteras.
¡Uuuuhhh...!
Esperé que él bajara. El coche se
meció por un momento hasta encontrar su equilibrio.
En marcha lenta, entré a la ciudad. La atravecé
acompañado de pensamientos que no sabía de dónde surgían.
Y me alejé impulsado por una fuerza extraña.
Ya voy en la tercer Luna.
No cumplí con mi palabra.
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