A la Conciencia de mi Energía,
que permitió este
parto de Amor,
el cual no me ha dejado
tristezas ni incógnitas.
¡¡¡ Cómo ha jugado ese "Tiempo" en nuestras Conciencias !!!
Recuerdo cuando juntos estábamos y conversábamos,
y al narrar de su gigantesca experiencia de extroversión, de encuentros,
de vacíos, silencios, respuestas... cuando hablábamos sí,
porque usted también me escuchaba. Todo lo que podía surgir.
El no entender; no comprender el por qué de ciertas necesidades,
de ciertas búsquedas.
Usted se agitaba. Varias veces dejó la mesa
y rodeando un círculo imaginario, buscábase a sí mismo,
sin percibir que cuando más caminaba, más se alejaba de las
respuestas que tanto anhelaba.
Me llevó más de treinta años,
en la soledad y el silencio provocado por su ausencia, entender.
Entendí su proyección para fuera de
sí; entendí, porque realmente sucedió.
Ahora, buscando la misma mesa, el mismo lugar, y
tratando de pensar que aquel "Tiempo" no estaba tan distante... Ya que
este Tiempo todo lo transforma...
Me recliné, la silla así lo permitía,
la altura de la mesa acomodaba todo el peso de mi cuerpo tan diferente.
Materia sí, que para mí, también ahora es sentida.
Cuando nos encontramos, tal vez pensando en mi juventud,
usted buscaba que le pudiese dar las respuestas.
Mas a esta edad, comprendo. A esta edad, entiendo.
Usted sabía muy bien cuál era el fin,
el desenlace que iría a darse.
Usted sabía que todo lo que narraba era para
mantenernos más distante que cerca; Usted sabía, sí,
desde el inicio, que la historia no concluía de esa forma.
Usted sabía, sí, y el mundo no; que
todo lo hacía para proteger su gran Existencia.
Amó su Amor. Y Amó el Amor que entregó
a un Ser, que sólo al venir de las estrellas, podría contemplar
sus necesidades.
Usted sabía que al final de toda su experiencia,
partiría.
Aquel extraño personaje le había pedido,
que cuando el cansar de la materia, el fatigar de su existir lo demostrase,
era sólo mirar a las estrellas y el llamado vendría; Usted
partiría sin miedo al encuentro del Amor.
La humanidad, al leer todo lo narrado en sus escritos,
en sus maravillosos y simples dibujos, dijo:
"Puedo Amar..."
Soñó... Y ha guardado constantemente
angustias y preguntas sin respuesta.
¿Qué habrá pasado? Será
que... ¿Por qué?
Siempre "por qué..."
¡Tantas incógnitas!
Había dejado incógnitas para que el
mundo que pudiera sentirlas, despertara.
Muchos Despertaron a través de sus
narraciones, y uno de ellos, tal vez fui Yo.
Ya su materia apartada y en mi propia soledad, he
llorado. Y cada vez que he leído, he llorado.
Fueron mis primeras lágrimas de Verdadero
Amor.
Todos se preguntan dónde está.
¿Ha encontrado?
¿Ha llegado?
¿Es que fue?
¿Era esperado?
¿Todo no era un sueño?
¿Una valiosa realidad?
Ahora tengo la respuesta.
Por eso, después de tanto tiempo, "Mi Tiempo",
estoy, para decirle:
Sé la respuesta, ahora sé dónde
Usted está, ahora sé lo que ha pasado, y está a pasar...
PERSONAJES
Pc - PequeñaConciencia
A - Amigo R - Rosa S - Serpiente |
Z - Zorra
R1 - Rosa 1 R2 - Rosa 2 Rs - Rosas |
Comenzó a caminar lentamente, así sentía
que su mundo era mayor.
Recorrió los volcanes. Vio que no había
parásitos. La conciencia de su mundo había mantenido... Equilibrio...
Se dijo: "Es pequeño. Es necesario buscar
un hábitat mayor..."
Pc - Recién
llego y ya parto.
R - ¿Tú
te vas?
Pc - No te desesperes.
Sólo me distraeré...
Es muy cerca donde voy. Ya retorno.
R - ¿Seguro?
Pc - ¿Qué
te preocupa?
R - No. Nada...
Es que... no se puede gustar de ti.
Cuando se comienza a gustar de ti, te vas.
Pc - No, no es
así. TRATO DE ESTAR DONDE ES NECESARIO.
HE RETORNADO PORQUE PENSÉ QUE TÚ ESTABAS
A MI ESPERA.
R - Bueno, no
te pongas vanidoso... Estaba a tu espera.
Pc - Continúas
dura e inflexible.
R - Es la vida.
Tal vez si tú hubieras permanecido a mi lado yo sería más
frágil, podría conservar todas las delicadezas que tenía
y las que idealizaría para absorber tu atención en todo tiempo.
Pc - Debes comprender
que no es así el AMOR.
El AMOR es conceder, brindarse. No, exigir.
Cuando no exijas sentirás que te amo. Mientras
lo hagas... sólo estoy.
R - Eh! Lo haces
todo muy fácil. No pensarías igual si estuvieras preso a
raíces, como yo.
Caminas, te desplazas, vas por donde quieres.
Pc - Te he de
facilitar esa experiencia. Voy a hacer un recipiente en el que te colocaré
con tus raíces y todo dentro, y donde yo vaya, si es posible, te
llevaré.
R - Eso sí
sería un gesto de Amor.
Pc - No sólo
de Amor, como de comprensión.
¿Sabes tú, por qué el Amor
fracasa?
R - No sé.
No sé de fracasos.
Pc - Tal vez
tampoco sepas de Amor.
El Amor fracasa porque carece de comprensión...
¡Y más otra cosa! En esos viajes que
hice, he aprendido también sobre la tolerancia. Me han tolerado,
y he tolerado.
¡Ya vuelvo! Luego te daré otras respuestas.
Elevó sus brazos. Se aproximaron los pájaros
que no se habían alejado demasiado y él se precintó.
Lo que buscaba parecía estar a su espera.
No distante, una esfera algunas veces mayor . Era
más que suficiente.
Se dejó estar y comenzó a caminar
sobre su superficie.
Tenía ciertas características semejantes.
Algunos volcanes apagados, otros con leve humo.
Arena, que tantos recuerdos le traía. Una superficie rugosa, áspera,
que al pasar la mano dijo:
Pc - Sí,
era como allá.
¿Será que aquí crecen flores?
Pero todo estaba estático, parecía
que la vida de conciencia, por más que tuviese etapas, no se manifestaba.
Comenzó a recorrerlo en todas las direcciones,
y cuando más lo hacía, crecía su alegría, saltaba,
pensó que hasta cantaba.
Se sentó, y mirando hacia las estrellas,
meditaba en voz alta...
Pc - ¿Quién
se acordará de mí?
¿Será que fui amado?
¿Será que comprendieron mis indagaciones,
toda aquella procura y necesidad de respuestas?
¿Por qué yo tenía que traerle
a la Rosa, respuestas?
Yo había partido porque ella era muy joven
para saber amar. Y ahora...
Ahora aquellos que me dieron respuestas, aquél
que me dio tantas respuestas, aquél que parecía, en un gesto
sin conciencia de mi parte, que quedaba como abandonado...
En nuestro último diálogo, ¿recordará
que le dije...
"He de estar aguardando tu llegada. Cuando
tu materia pese, y comprendas que el AMOR te aguarda, entonces, sólo
mira hacia las estrellas y sentirás todos los sonidos que esperas
como señal, que te guiarán.
Verás una esfera que vibra. Vibra, sí,
porque como transportados estarán el rosedal y las protuberancias
que dibujabas, o pensabas en dibujar en mi ausencia ante la partida.
Encontrarás una silla, que yo mismo haré,
y en ella, los días pasarán veloces, igual que sus noches.
Aguardarás mi llegada.
Dejaré también una mesa con agua
fresca, que se renovará constantemente; el mismo agua que bebí
de aquel aljibe que construimos y despertamos juntos.
Ahí entonces has de pensar. Y cuando estés
anhelante, en las mismas ondulaciones de la arena; iré a tu encuentro."
¡Sí, este es el lugar ideal! Comenzaré
a plantar las rosas para que surja el rosedal.
Construiré el muro.
Modelaré la arena de la misma forma en que
estaba.
Sí, muchas otras cosas...
¡Qué bien! ¡Qué bien!
Cuántas cosas el amor puede idealizar, formar, crear, concretizar.
¡Sí! Este es el mundo de mi proyección.
Ahora retornaré al asteroide donde la Rosa,
impaciente, debe estar a mi espera.
¡Ah, sí! Es verdad que tenía
la caja con... Un cordero, tan pequeño, tan delicado, así
como yo quería.
Pc - Estoy a
llegar. Como ves, mi partida ha sido corta. No me he alejado tanto, y vuelvo
con respuestas.
¿Qué haces?
R - Estoy preocupada,
mirando dentro de esa caja que has traído.
¿Cómo has transportado esa caja?
Pc - Es muy simple,
traje la esencia. Sino era muy pesada.
R - ¡Ah!
Sí.
¿Qué hay dentro?
Pc - ¿No
lo ves?
R - Veo muchas
cosas, pero... tú, ¿qué has traído en ella?
Pc - ¿Qué
es lo que crees?
R - Entre otras
cosas... Veo un bichito, ahí durmiendo.
Pc - ¿No
sabes cómo se llama?
R - No, nunca
he visto eso. ¿Qué es?
Pc - Es alguien
que puede comer tus hojas si te descuidas.
R - Eres un perverso.
¿Cómo puedes traer algo que perturbe mi equilibrio, mi tranquilidad,
mi calma?
Pc - ¡Cuántas
cosas que piensas sólo para ti!
¿Por qué no piensas que tus hojas
pueden ser el alimento de alguien, de un Ser, que precise algo más
de ti?
R - Eres demasiado
exigente.
Pc - No. Pienso
que tu amor ésta adormecido y precisa algo muy especial para despertar.
¿Sabes una cosa?
R - ¿Qué
cosa?
Pc - Anduve por
algunos lugares donde había muchas rosas...
¿Estás triste?
¡Respóndeme!
¿Qué es lo que dices a eso?
ME HABIAS DICHO QUE ERAS ÚNICA.
R - ¡Yo
soy única!
Pc - Muéstralo.
R - ¡¡¡Yo
soy única!!!
Pc - No precisas
irritarte.
Te he dicho que vi muchas rosas, pero no que ellas
despertasen mi amor. Tampoco dije que esas rosas fuesen iguales a ti.
R - ¡Has
visto! Yo no te he mentido. ¡Soy única!
Pc - ¡Oh!
Sí, en verdad eres única. Fuiste la única que consiguió
arrastrarme hasta aquí.
R - ¿Dijiste,
"arrastrarme"? Pensé que venías fluctuando por el
Espacio.
Pc - No... Es
una expresión.
Dije "arrastrarme" porque por los lugares
donde estuve también amé a otros seres, y surgió un
conflicto entre aquel amor y tus expresiones que sólo se cargaban
de vanidad, soledad, silencios, exigencias...
R - ¡¡¡Yo
no soy más así!!!
Pc - Pruébalo.
El cordero despertará, mas no saldrá
de donde está. Si tienes alguna hoja que no necesitas más,
haz que caiga dentro de la caja; tal vez él, con eso, tenga alimento
por mucho tiempo.
Debes pensar que ese cordero no sabe que existimos.
Por lo tanto, lo aflige una profunda soledad. Son muy pocas las respuestas.
¿Qué puedes mostrarme?
¿Que harás por él?
Los días y las noches se sucedían.
Y en ese ir y venir, trabajaba esplendoroso; se desconocía...
Remodeló toda la superficie, creando formas
tan amadas y que lo hicieron llorar al tener que dejarlas.
Las lágrimas que se repetían, esta
vez de felicidad surgente, fueron el primer alimento del rosedal. Gigantesca
sorpresa, cuando cierto día vio que las rosas miraban, todas mudas,
sin entender cómo él cuidaba de tantas, dando a todas la
misma atención.
Ninguna le pedía nada.
El guardaba silencio; tenía temor de que
aprendieran a hablar, primer obstáculo para amarlas.
Llegó hasta los montículos de arena
y se acostó, recordando cómo había sido su figura
en el momento de partir, allá, en el mundo distante, tan próximo
a su Conciencia, a su corazón, a todo su Ser.
Miró hacia las estrellas, sintió un
vibrar extraño. Demasiado fuerte.
Revisó mentalmente el lugar que había
preparado para su anhelante Amigo, preguntándose qué faltaría
transportar para completarlo. Abrió los ojos y miró su nuevo
mundo.
Sorprendido por la certeza de una presencia, se irguió
con toda su frágil juventud y comenzó a caminar. Cuando salió
de entre las rosas, vio a su Amigo sentado contemplando el desierto.
Estaba diferente, mas sólo él podía
encontrarlo, sólo él conocía su vibrar, sólo
él podía entender el lugar que lo aguardaba.
El pequeño lo observó:
Pc - ¿Qué
haces?
Su Amigo sintió un estremecimiento...
¡Por fin aquella voz, aquel recuerdo, aquel
vacío que sentía!
Todo. Todo el existir en monotonía de días
largos y noches interminables desaparecía cayendo como cristales
opacos.
El Espacio capturó su mirada, recordó
el último instante, cuando iba en el avión y se proyectó
al infinito con todas las fuerzas que el amor le daba.
Ahora tenía miedo de inclinar su cabeza,
mas lo hizo. Y distinguió aquella figurita amada.
Pc - ¿Qué
es lo que haces? ¿Qué es lo que esperas?
Estaba mudo, no quería hablar, quebraría
el encanto, el gigantesco "Tiempo" concedido en tan pequeño "Tiempo"
para que el amor tuviera la respuesta que tanto tiempo aguardaba.
Pc - ¿Qué
esperas?
A - ¿Tú
estás aquí?
Pc - ¿Y
quién otro podía ser?
A - ¡Ven
a mí!
Pc - ¿Por
qué, no puedes caminar?
A - Ven a mí.
Yo ya he llegado hasta aquí.
La Pequeña Conciencia se acercó.
Pc - Esas modificaciones
que has reunido, son de una vejez que desconozco.
Tú guardabas mucha vida cuando te conocí
en aquel mundo.
¿Por qué no la has retenido?
Si dices amarme, deberías haber conservado
tu juventud, porque todas tus ilusiones y esperanzas te hubieran mantenido.
A - Es que ya
no quería vivir. Tu ausencia me provocó mucho daño.
Pc - ¿Cómo,
mi ausencia, pudo provocarte daño, si sabías que estaba a
tu espera?
A - Sí,
pero cuando partiste, todo parecía un espejismo de locura; era tan
difícil pensar en que no habías sido una alucinación,
una proyección de todos mis anhelos, fracasos, desesperos...
La soledad siempre ha marcado mi vida profundamente
y era necesario algo para mantenerme vivo o en equilibrio. Y tú
llegaste justo, justo, ¿recuerdas? cuando mi avión estaba
averiado.
Pc - Sí,
fue en ese tiempo que te conocí.
A - ¿Recuerdas?
Bueno, en un avión también elegí el momento de partir
para venir a tu encuentro.
¡¡¡Estar aquí!!!
Mira. Mira las estrellas, no sé de dónde
vine, tampoco me interesa. Es muy importante para mí, mirar hacia
las estrellas y no anhelar el ámbito anterior.
Siempre quise estar aquí, y no sabía
que este lugar existía.
¡Pero es mayor de lo que tú me has
dicho!!
Pc - ¡Nooo!
Este es el lugar que preparé para cuando tú llegaras. Además
mi Rosa, todavía continúa siendo celosa de sus lugares y
de sus cosas. La estoy ayudando a crecer.
A - ¿Y
ella no mencionó tu ausencia?
La ausencia no permite crecer, sólo retarda.
¿Tú creaste esas colinas, esas ondulaciones,
o ya estaban así?
Pc - Yo las formé,
para que cuando tú llegaras, las identifiques; pues estando realmente
anexado a todo lo que fui para ti, te quedarías. Y aunque pasaran
algunos días y algunas noches hasta que nos pudiéramos ver,
no partirías.
A - ¿Cómo
partir, pequeña criatura? Si tú eres todo lo que anhelé
en mis estados de Conciencia Mayor.
Ahora estoy aquí, compartiré este
mundo contigo. Me ayudarás y te ayudaré en todo lo que pueda
surgir como dudas, vacilaciones; o que exija de nosotros una respuesta.
¡Qué bonito has hecho el rosedal!
¿Existían rosas aquí?
Pc - No, cargué
conmigo todo lo necesario para que la vida se expresara en forma de rosas.
A - Y tu Rosa,
¿qué ha dicho?
Pc - Todavía
no sabe. Es una sorpresa.
A - ¿No
sabe que hay tantas rosas?
Pc - Sí,
le he dicho que hay rosas, pero continúa diciéndome que ella
es única.
A - ¿Y
lo es? ... ¿Lo es?
Pc - Sí,
ella es única...
A - ¿Y
todas esas rosas que tú has idealizado aquí, precisamente
las conformas como son, para que Ella continúe a ser única?
Pc - No. Esas
rosas por más que se esfuercen, nunca podrán igualarla.
A - Y si por
casualidad llegase a surgir una, una, una más. ¿Qué
harías?
Pc - No es mi
problema. El problema es de la Rosa.
A - ¿Qué
has hecho con el corderito que te he dibujado?
Pc - Está
allá; esperando que lo alimente.
A - ¿No
lo has alimentado?
Pc - No, él
es muy pequeño.
Ya le he dicho a la Rosa que cuando tenga una hoja
que le sobre, la deje caer en la caja.
A - Ah! ... ¿Qué
hay del otro lado?
Pc - Ya iremos.
Ya iremos. Quédate ahí, reposando. Yo me sentaré cerca
de ti.
¿A que no sabes lo que hay también?
A - ¿Qué?
... ¿Un aljibe? ¡De verdad!
Pc - Sí.
¿Quieres que vayamos hasta allí?
Es cerca, es cerca. A pocos pasos.
A - ¡Ah!
Pero junto a ti, y cerrando los ojos, soy capaz de sentir hasta el calor
del desierto; la juventud que ya no cargo y que deseo tener; la fuerza
de la vida que tenía, pero no la ignorancia... La comprensión
profunda de todo el amor que desgastaste en mí con tus interrogaciones.
Vayamos, ¡sí!
Pc - ¡¡¡ESOO!!!
¡ASÍ ES QUE ME GUSTA!
ESA ES LA FIGURA QUE YO CONOZCO. AL COLOCARTE DE
PIE, ESTAS SÍ, TAL CUAL YO TE CONOCÍA.
A - Y tú
has crecido un poco en tamaño.
¿Se habrán alargado tus miembros con
el pasar de estos tiempos?
Pc - Algo así.
Como si la experiencia precisase de más espacio.
A - No, la experiencia
no. El realizar de la Conciencia, sí.
Pc - Ah! Vamos
hasta el pozo.
A - Vamos. Tiéndeme
tu mano, tierna criatura.
Caminaron lentamente. El Amigo no sentía
el abrazar del sol. Una sed imperiosa lo excitaba.
Cuando se aproximaron al aljibe...
Todo igual.
Movió la cuerda, hizo cantar la roldana,
y el pozo despertó. Y en ese instante repitió las mágicas
palabras:
Pc - ¡Sí,
es de este agua que precisamos!
A - Es verdad,
ahora los dos precisamos de este agua.
Pc - Dime. ¿Ahora
qué sientes al beberla?
A - Es tan diferente.
Recuerdo mis perturbaciones de aquellos tiempos, no me dejaban comprender
el momento que estaba viviendo.
¡¡¡Sí!!! Bebí de
aquel agua.
YO ERA TESTIGO DE TU EXPRESION Y TU SOÑAR
AL MOMENTO DE BEBERLA. Y AHORA ME EMBRIAGA, ES VIDA, ES SABIDURÍA,
ES EQUILIBRIO.
ENTIENDO CUANDO DECÍAS, QUE DE ESE
AGUA QUERÍAS BEBER. DE ESE AGUA, SÍ.
CREO QUE CONCEDE LAS PUERTAS DE LA ETERNIDAD.
¿Por qué me miras y ríes?
Pc - Es que siento,
siento sí, que el agua es para ti como para mí.
Ese es el agua. Es toda la fuerza que puede llegar
como respuesta.
Respuestas, no las que yo buscaba en los planos
en el que estabas, cuando quería saber por qué estabas perturbado,
perdido, desorientado; por qué una máquina era tu vida y
podía retirarte de mi presencia, de mis interrogantes, de mi Amor...
A - Era joven
de más para saber Amar, pero no para sentir el Amor.
Pc - Es lo que
pasaba conmigo, por eso había partido en busca de otros saberes.
Ahora tú cargas también, las respuestas.
A - Sí.
El amor que yo genero y tú generas, agigantan al Amor.
El amor crea fuerzas, para que alguien que también
te ha amado pueda llegar.
¿Por qué ríes?
Pc - Tú
no sabes.
A - Sí,
sé que muchas cosas no sé.
Yo, ahora te hago preguntas. ¿Por qué
ríes?
Pc - Eres tan
persistente como lo era yo. Me haces recordar a mi Rosa.
A - ¿Por
qué? ¿Tu Rosa es persistente?
Pc - Sí,
es muy persistente.
A - Ah... Comprendo...
¿Pero recuerdas que alguien más, te amaba?
Pc - ¡Sí!
Sí, sí.
Ven, camina conmigo.
A - ¿Hacia
dónde vamos?
Pc - Del otro
lado. Pero vamos despacio. Caminando despacio.
Ya llegamos. ¿Qué es lo que ves?
A - No puedo
creerlo. ¡Tienes trigo!
Pc - Sí.
A - ¿Cómo
has conseguido?
Pc - Transporté
la esencia del trigo conmigo.
A - ¡Ah!
Eso sí que es sabiduría. Tú has transportado todo
nuestro pasado contigo. ¿De verdad?
Pc - Sí.
A - ¡¡¡Eso
es sabiduría!!!
¡Trigo! Mas está rígido. ¿Qué
le pasa?
Pc - No tiene
vida.
Bueno... la Zorra no ha llegado.
A - Pero ¿cómo
va a llegar? ¿Cómo va sentir el llamado, si el trigo no danza
como tu ondulante cabellera?
Tú me dijiste que ella te recordaría
cuando el viento moviese los trigales asemejando el agitar de tus cabellos.
Pc - Sí.
Bueno, le falta eso.
¿Cómo puedo llamarla? ¿Cómo
puedo identificarla?
Es posible que su Energía haya pasado por
aquí, empero vio ésto y no lo reconoció.
A - Es verdad,
es verdad. Es verdad.
Pc - ¿Cómo
es posible que una Rosa me haya distanciado de cosas tan importantes?
¡Muévete trigo! Agítate anhelantemente.
Con rapidez; con lentitud. Muévete con las caricias de la suave
brisa.
¡Muévete!
¡Llama a la Energía de aquella que
me amó y que yo también amé!
Al distanciarme sabía que le haría
daño. Yo le avisé. Ella también sabía, mas
de esa forma estaría concretado lo que siempre me decía:
"Domestícame. ¡Domestícame!
Porque así te estaré esperando"
Y ahora soy yo el que la espera, porque he sido
también, prisionero de todo su sentir.
¡¡¡Vamos!!!
A - Sé
paciente. Quién sabe cuántas veces ya pasó por aquí
a espera de que el trigo mostrarse su semejanza con tu cabellera al viento.
Pc - Es verdad.
Fue tal vez un descuido mío.
Volvamos a donde está tu silla...
... Siéntate.
A - Eh! Es bien
cómoda; más cómoda que las piedras en que dormitaba
en el desierto, sin deseos.
Pc - ¿Has
visto el agua que te dejé?
A - ¡Ah!
¡Qué maravilla! Déjame beber. Es el mismo agua, el
agua del aljibe.
Pc - Bueno. Debo
partir, porque ya hace tiempo que la Rosa debe estar esperando, y no acostumbro
a dejarla tanto tiempo.
Ya retornaré.
¡Qué bueno que has llegado!
A - ¡Qué
bueno que tú también estás!
Pc - Ya volveré.
R
- ¿Dónde anduviste? Te estaba esperando. ¡Qué
anhelo! ¡Qué desespero! ¡Qué todo! ¡Qué
todo!...
Pc - ¿Qué
todo, qué?
R - Me pongo
inquieta. Has prometido que me harás caminar para estar junto a
ti.
Pc - Tendré
que cargarte; y a veces pienso que necesitaré muchos más
pájaros para poder llevarte. Tú deber pesar mucho.
R - Pero... ¿Cómo
puedes imaginar que peso mucho?
Pc - Claro, tienes
raíces grandes. Deberías tener raíces menores.
R - Pero si mis
raíces son tenues, delicadas. Si se muestran mucho, el planeta podría
hasta quebrarse.
Pc - ¡Cuidado!
Tú sabes que lo único que podrían quebrar el planeta
serían las plantas parásitas...
¿Eres tú?
R - Claro que
no soy. Te he dicho que soy única. ¡Las plantas parásitas,
no!
Pc - Y esas dos
que están ahí, ¿qué han de pensar cuando hayan
crecido? ¿En los mismos anhelos que tú tienes?
R - No! Ellas
son diferentes.
Yo he cuidado de eso, para que no te puedan dar
nada más de lo que yo te doy.
Pc - ¿Problemas?
R - No, yo no
te doy problemas. Yo te doy inquietudes, simples inquietudes que a veces
generan problemas.
¿Por qué me hablas siempre así?
Has retornado para acusarme, para decirme que no
soy lo que debo ser.
¿Por qué?
Pc - Porque realmente
todavía no eres lo que tienes que Ser.
R - ¿Qué
quieres tú que yo sea?
Pc - LA ROSA
MÁS LINDA, PERFECTA Y EQUILIBRADA DE TODAS LAS ROSAS QUE PUEDAN
EXISTIR.
R - Por suerte
no tendré que contemplar todas esas rosas que tú dices que
existen. No sé que sentiría.
Pc - Toma cuidado,
no sabes, tal vez al enfrentar muchas rosas comprenderías que esa
exclusividad que tú cargas es valiosa.
R - No comprendo.
¿Ser diferente, tal vez única, es valioso?
Pc - SI. AL NO
CONTEMPLAR FUERA DE TI, CORRES EL RIESGO DE DESTACAR TU EGOCENTRISMO.
R - ¿Egocentrismo?
Pc - Es claro.
Se expresa en tu vanidad, en el reflejo de tus exclusividades; en tus derechos
no adquiridos de exigirme cosas. Siempre exiges cosas.
R - Es que tú
siempre estás privándome cosas.
Pc - Yo no te
estoy privando de nada. Te estoy concediendo; sólo que no consigues
ver que por más pequeño que sea lo que te concedo, ¡¡¡estoy
concediéndote!!!
Piensa bien cuántas cosas te he concedido
y cuántas cosas se te fueron permitidas. Mas tú no lo reconoces;
siempre exiges más.
Hay hábitos y costumbres que tenemos por
derecho y otros que adquirimos por derecho.
Tú tienes cosas y las adquieres sin tener
derecho.
Eres única. ¡¿Cuántos
son únicos y sin embargo no lo notas?!
Comienza a pensar un poco en lo que hay fuera de
ti y verás que ser una rosa, tiene bellezas que tu misma ignoras.
... Buscaré una forma de transportarte. Ahora
caminaré y veré cómo están los volcanes.
Preciso sentir, sentir... SENTIR QUE HE LLEGADO.
R - ¿Sabes
una cosa?
Pc - ¿Qué?
R - Te veo muy
contento, muy alegre, muy feliz. ¿Estás así por estar
a mi lado?
Pc - En parte
sí y en parte no.
R - ¿Qué
es lo que puede despertar en ti tanta felicidad?
Pc - Algo que
tú verás... Algo que tú verás.
R - Y ver, ¿me
permitirá sentir?
Pc - Sí.
Ver te permitirá sentir.
Dile a esas dos compañeritas que no sean
tan curiosas. Hay momentos en que deben cerrar sus pétalos y adormecer;
y hay momentos en que deben tener todos sus pétalos bien abiertos
para saber escuchar, y poder entender.
Por lo menos ellas no me exigen y yo les concedo.
¿Quieres que te riegue con agua?
R - Sí,
estoy precisando hace tanto tiempo...
Pc - ¿Tanto
tiempo? ... Hace poco lo hice.
R - Sí,
pero mis raíces estaban muy sedientas y desesperadas.
Pc - ¿Tus
raíces desesperadas?
R - Claro que
sí.
Pc - Es lo que
no quiero.
R - ¡Agua!
¡Es la que quería beber!
Pc - ¡Ah!
Tú también. ¿Qué sientes con este agua?
R - Este agua
es diferente. Este agua es diferente... No es la misma que antes.
Pc - ¿Cuál
es la diferencia que sientes?
R - Es como si
mi todo estuviera por primera vez limpiándose. Mis labios, ya no
tan rígidos ni duros, tórnanse más tiernos y mis ojos
comienzan a ver .
¡Mira! ¡Mira mis pétalos! Las
gotas quedan inmóviles porque no las quiero soltar. Es realmente
un rocío como el que tanto anhelaba... Es la frescura de algo que
siempre estuvo faltándome.
Pc - Sí.
Es agua del manantial de la sabiduría.
R - ¿Dónde
la has conseguido?
Pc - No la he
conseguido. La he creado.
R - ¿Tú
has creado un lugar que te brinda agua de sabiduría?
Pc - SI. CUANDO
SE ES SABIO, SE PUEDE CREAR. CUANDO SE ES EGOÍSTA, SOLO SE PUEDE
DESTRUIR.
R - Pero... ¿por
qué me miras cuando dices egoísta?
Yo no he sido egoísta. He sido anhelante,
desesperada queriendo conquistar tu amor.
Pc - Yo siempre
te amé.
R - Mas no lo
has mostrado.
Pc - Si lo he
mostrado, sólo que tú no lo conseguías ver.
R - Tienes razón,
ahora que mis ojos están más limpios, comprendo que hay en
ti mucho amor.
Pc - Ves, ahora
comienzas a prepararte. Yo haré un recipiente donde pueda cobijar
todas tus raíces, enriquecerlas con el agua de sabiduría.
Empezarás a crecer, realmente, como Rosa única.
R - Ehhh! Así
aguardo, así espero. Quiero darte lo mejor de mi belleza.
Pc - Tienes que
darme más que tu belleza. Ella es efímera; llegará
un tiempo en que tus pétalos no serán tan bonitos.
R - No digas
eso. ¡Por favor!
Mis pétalos siempre serán bonitos,
siempre seré fragante, siempre estaré erguida. ¡Siempre!
¡Siempre!
Pc - ¿Siempre?
¿Tú sabes lo que es "siempre"?
R - Sí.
No permitiré que mi amor pueda degradarse o disminuirse al punto
tal, que mi estructura se debilite.
Pc - ¿Hablas
tanto así?
R - ¿No
he estado a tu espera? ¿No he tratado de agradarte con dos proyecciones
mías? Lo hice para cuando tú retornaras. ¿Eso no es
amor?
Pc - Sí,
es amor...
He regresado. ¿Eso no es amor?
R - Sí,
sí es amor. Y ahora... ahora veo que al partir no has sido egoísta,
ya que retornas con ese agua de sabiduría creada por ti.
Pc - Verdad...
Momentos después recorrió el planeta.
En el lado opuesto se quedó.
Sentado observaba las estrellas. Pensaba en su Amigo,
que por fin había llegado.
Comenzaba a sentir equilibrio...
¿Y la Zorra? El trigal estaba a su espera,
ya tenía vida; mas había una gigantesca incógnita
que tanto lo perturbara... Una pregunta que tanto, tanto, tanto temor despertaba...
¿Y la Serpiente?
¿Qué hizo la Serpiente, un acto
de amor?
¿Qué representaba? ¿La Muerte?
¿El Tiempo?
¿Quién lo aguardaba?
Ella le permitió llegar hasta aquí.
¡¿Cuán importante era eso?!
¡¡¡Llegar hasta aquí!!!
Ella estaba allá, esperándolo con
su veneno encerrado para retener su materia.
¿Cómo fue posible que eso sucediera?
Cuando se fue, dejó a sus amigos atrás
para volver al amor de su rosa ÚNICA, a su primer amor.
¿Cómo interpretar todo aquello?
Lentamente adormeció...
Dormir era algo nuevo, una sensación extraña.
Se desdobló y cerca vio todas las aves errantes que formaban un
arco iris; caminos por los que se dejó llevar. Y en el centro de
todo un Universo extraño, divisó una figura escondida...
Pc - ¿Qué
haces tú, detrás de toda esa maraña de cintas fluctuantes?
Z - Te he estado
buscando.
Pc - Y yo te
he estado aguardando. Ven, te mostraré a dónde ir.
La acompañó hasta su nuevo mundo; aquel
que con tanto cariño fue estructurado para todos los que debían
llegar y que él amaba.
Cuando sobre el trigal se encontraron, la Zorra
se dejó caer.
El reía y ella humedeció su hocico;
no tenía miedo. No había cazadores, no tendría que
huir. Levantando su cabeza parecía mirar al trigo granado.
¡¡A jugar en los trigales!!
La cabellera de su gran compañero destellaba
en su memoria.
¿Qué sería lo que la aguardaba?
Esperaba anhelantemente...
Z - Por primera
vez estoy... Me quedo... Me aman...
La Pequeña Conciencia siguió fluctuando
en el espacio; giraba.
Entre las serpentinas descubrió a la Serpiente.
Sintió temor.
S - No tengas
miedo. Yo no te hice daño, y sí lo que tú me pedías.
Pc - Sí,
pero ahora no es necesario.
S - Ya lo sé.
Quería decirte que nunca me perdoné haberlo hecho.
¿Por qué tuvo que ser así?
Ahora sientes desconfianza cuando me aproximo.
Debí rechazar tu pedido, pero siendo una
serpiente no me pude resistir; las serpientes pican...
¿Sabes? Cuando dejaste tu materia tendida,
el remordimiento me impidió acercarme, por eso busqué encontrarme
contigo, y conmigo, y pedirte disculpas por lo sucedido.
Pc - Tú
hiciste lo que tenías que hacer, sólo que al verte recordé
aquel instante.
S - ¿No
puedes evocar el pasado de una manera distinta?
Si yo fuera diferente...
Pc - Es lo extraño
entre la materia y la Energía .
La Energía no puede estar libre, encontrarse,
ni vibrar con toda la fuerza mientras está en la materia.
Estando presa a la materia no puede Ser.
S - Y ¿por
qué continúo teniendo forma de serpiente?
¿Por qué tú no eres como yo?
¿Por qué nadie se parece a mí?
Desde una flor, un pájaro, tantas cosas que
he visto.
Yo siempre me arrastraba, me arrastraba, y cuando
llegaba al calor de la arena, estaba siempre sola.
¡No quiero estar sola!
Quiero cambiar. ¿Tú puedes transformarme?
Pc - ¿Qué
te gustaría ser?
S - No sé.
Pc - Mira. Has
aprovechado tu similitud con las serpentinas para expresarte...
S - ... para
acercarme a ti de alguna manera.
Pc - ¿Te
gustaría ser todas las serpentinas? ¿Formar una cascada de
colores que todos los pájaros transporten a las estrellas, brindando
la posibilidad a todos aquellos que te miran, de desplazarse, de adquirir
mayor sabiduría y de ... ¿Ves lo que yo hago en este momento?
Reencontrarnos, y tantas otras cosas que tú
misma tendrás que descubrir...
S - Tienes razón,
lo que más se asemeja a mis formas son las serpentinas, pero sin
tener mis limitaciones.
Pc - Las aves
que viajan por el Universo todo, esperan mi llamado. Yo las convido a veces
a pasar cerca de mí, porque eso ha de crear cánticos silenciosos,
donde me expresan su felicidad.
¿Quieres participar de eso?
S - ¡Sí!
Pc - ¡¡¡Sé!!!
entonces, todas las serpentinas. ¡Brilla con colores renovados! ¡Muestra
al Universo la alegría del existir!
Despertó:
Pc - ¡Cuánto
tiempo! ¿Qué ha pasado?
Creo que por primera vez he dormitado.
¡¡¡La Zorra!!!
¿Será que llegó?
¿Habrá sido una ilusión?
Se desplazó hasta su nuevo mundo; encontró
a su Amigo observando las estrellas.
A - ¡Ah!
¿Tú estás ahí?
Pc - Sí.
A - Me parece
que la Zorra ha llegado.
Pc - ¿De
verdad?
A - Sentí
conmocionado, estremecerse el planeta. Vi el pasar de las aves formando
bonitas figuras con las serpentinas, que irradiaban colores por demás
cristalinos y luminosos. Por momentos ofuscaban las estrellas.
Pc - ¡Ah!
¿Tú lo has visto?
A - Sí.
Pc - Yo pensé
que era un sueño.
A - ¿Un
sueño? ¿Tú has estado durmiendo?
Pc - Sí,
por primera vez.
A - ¿Por
qué dormías?
Pc - Mis pensamientos
me condujeron a ese estado.
A - ¿Qué
has conseguido al dormitar?
Pc - Encontrar
respuestas.
Encontré a la Zorra y encontré a la
Serpiente.
La serpentina de colores que se destaca, es ella.
Y la Zorra debe estar esperándome en los
trigales. ¿Vienes conmigo para conocerla?
A - No. Se asustará,
porque tengo la apariencia de aquellos que la perseguían.
Pc - Eeeh...
Bueno, primero voy solo y le diré que tú estás aquí.
Llegó hasta los trigales de suaves movimientos.
Su figura caminó levemente.
La Zorra, agazapada, con sus ojos brillantes aguardaba.
Z - ¿Estás
ahí?
Pc - Sí,
estoy aquí.
Z - ¡Cuánto
desespero, el tiempo que ha pasado! Fue una Eternidad.
Pc - ¡HAS
LLEGADO!
Z - ¡Qué
joven y bonito estás!
Pc - Y tú,
¡qué pelaje reluciente tienes! No han pasado los años
para ti.
Z - Sí,
han pasado. Pasado... Pasado tanto que ya no me perseguían.
Adormecí en un tronco cierta vez, y luego
me sentí fluctuando en el Espacio.
No sabía cómo buscarte. Pasé
por este lugar varias veces, pero el trigo estaba rígido. Luego,
agitándose, fue como tu cabellera.
Estaba desorientada, hasta que tú... tú
me has encontrado.
Pc - Dime, ¿eres
feliz?
Z - ¿Qué
es felicidad?
Pc - Estar juntos,
de esta vez para siempre...
Z - ¿Seguro?
Pc - ¡¡¡Sí!!!
Z - ¿No
hay cazadores?
Pc - No, aquí
no hay cazadores. Pero cada vez que abandones los trigales, todo lo que
está fuera de él no te pertenece.
Z - ¡Ah!
Sabía que nuevas leyes estarían a imponerse en mi existir.
Pc - No son leyes.
Quiero dar protección a aquellos que tienen derecho a ser felices.
Si tú convives con ellos, todo bien. Si ellos te reciben, todo bien.
Si tú los recibes, todo bien.
Ahí entonces, saldrás de los trigales
cuando desees y andarás por toda la superficie de nuestro mundo
de Conciencia.
Z - Ah! Bueno,
así es diferente.
¿Qué me espera ahí, fuera de
los trigales?
Pc - Una sorpresa.
Tengo un amigo.
Mi Amigo puede asustarte, porque se parece a los
que antiguamente te perseguían.
Z - ¿Ah,
sí?
Pc - Pero él
es diferente.
Z - ¿Existen
diferentes?
Pc - Sí,
tú lo verás. Muy diferente.
Lentamente salió de los
trigales. Se aproximó a su Amigo que extasiado, continuaba mirando
las estrellas. Por un momento, él también levantó
su vista; comprendió que todo era su mundo de Conciencia.
Los pájaros revoloteaban, esparciendo el
brillo permanente de sus gigantescas serpentinas.
En otros pocos pasos se aproximó hasta el
muro del rosedal y vio a todas las rosas que curiosas se curvaban para
verlo llegar. Mudas permanecían.
Dibujó una suave sonrisa diciéndose:
"Soy sabio, no les he enseñado a hablar".
Y recordó a su gran Amor.
Levantó los brazos, se dejó transportar.
Cuando llegaba a su primer mundo que parecía cada vez más
pequeño, se dejó estar.
Giró. Y la Rosa, con gran expectativa en
la mirada, le dijo:
R - ¡¡¡Cómo
te has demorado!!!
Pc - ¿Ha
crecido tu sabiduría?
R - Sí,
en ella se incluye mi paciencia, que antes no tenía.
Pc - Es parte
de la sabiduría.
¿Le has dado de comer al cordero?
R - Sí,
también eso.
Un pétalo cargado de rocío de sabiduría.
Pc - También
has dejado de ser mezquina.
R - Te he dicho
que no fui mezquina y sí desesperada.
Pc - El desespero
no deja de ser una partícula de mezquindad.
R - ¿Sabes
lo que ha hecho el cordero?
Pc - ¿Qué?
R - Se ha recostado
sobre el pétalo.
Pc - Déjalo;
ahora no tiene hambre. Su comportamiento demuestra sabiduría.
Cabizbajo, sintió pensamientos brotando con
intensidad. Era una sensación extraña que comenzaba a embargarlo.
Miró a la Rosa nuevamente:
Pc - ¿Qué
has hecho? ¡Estás fuera con tus raíces! ¿¡Y
ellas en un recipiente!? Parece de cristal...
R - No. Es de
Energía. Yo misma lo he creado para facilitarte.
Pc - ¿Tú
lo has hecho? ¡Has conseguido!
¿Ves lo que logra el Amor verdadero?
R - Sí.
Estoy viendo tantas cosas con la sabiduría que estoy absorbiendo
ahora.
Pc - Hablas más
calma. Ya no eres pendenciera, orgullosa. No atacas...
R - Tu tampoco
me atacas.
Pc - ¿Y
por qué lo haría? Solamente comento lo que eras.
R - Sí,
lo que "era".
Pc - ¿Sabes?
Te he dicho que por donde estuve había muchas rosas.
R - Sí,
y también me has dicho que ninguna era igual a mí.
Pc - De acuerdo.
Ninguna es igual a ti. De todos modos transporté sus esencias y
las he colocado no lejos de aquí.
R - ¡¡¿En
nuestro planeta?!!
Pc - No, no.
No lejos de aquí.
¿Quieres que vayamos juntos?
R - Sí,
pero tengo estas otras dos rosas cuyas raíces todavía están
firmes.
Pc - Son dos
rosas ...
R - ¿Las
has regado tú?
Pc - No, no.
R - ¿Por
qué no le brindas entonces, el agua de la sabiduría?
Pc - ¿Podré
confiar?
R - ¡Claro!
¿Por qué no? En el fondo, en el fondo son como mis hijas.
Tomó el recipiente que agua cargaba y dejó
caer algunas gotas sobre ellas.
Se estremecieron. Abrieron sus pétalos con
ansiedad, y se calmaron.
Súbitamente cambiaron de color. Antes eran
rosadas, y ahora se veían blancas; blancas puras e inmaculadas.
Pc - ¿Qué
sienten?
Miraron hacia la Rosa mayor, obedientes. Y ella,
con delicado gesto, les dio permiso para hablar.
R1 - Eh! No te
conocíamos antes. Te conocemos ahora.
Nos gustas...
Pc - ¿Solamente
eso?
R1 - ¿Y
qué quieres? ¡Nos gustas!
Pc - Está
bien. Yo solamente gusto de ustedes. Tampoco podrían exigir nada
más de mí, por el momento.
Ustedes permanecerán aquí. Y yo con
ella, partiré.
Mas volveremos, o volveré.
R1 - ¿Tú
tomas las decisiones, no?
Siempre fue así. Entonces hazlo.
R2 - ¿Y
qué haremos aquí, solitarias?
Pc - Ustedes
son dos, pueden hablar.
R2 - Sí.
Monótono.
Pc - Pero pueden
hablar.
Al primer gesto, las cintas bajaron para llevarlos.
En un giro lento rodearon el recipiente que contenía a la Rosa.
Él, ya suspendido, la observaba danzar como en un péndulo,
mientras las aves volaban rumbo al nuevo mundo.
La Pequeña Conciencia quiso descender en
un lugar donde sus amigos no pudieran verlos.
El diálogo recomenzó:
Pc - ¿Te
ha gustado el viaje?
R - ¡¡¡Sí!!!
¡Fue fascinante!
¡Qué seguridad me daban todas esas
cintas abrazándome con tanto cariño y delicadeza!
¡Cuán luminosas eran! ¡Mira lo
irradiada que ha quedado mi Energía! ¡Mis pétalos brillan!
"Si supieras quién te transportaba, tal vez
no te alegrarías" - pensó él.
R - Debo decirte
lo siguiente: Todo esto es mucho mayor de lo que conocía.
Pc - Sí,
mayor y definitivo.
R - ¿Por
qué dices definitivo?
Pc - Porque quienes
has de conocer harán cambiar toda tu forma de pensar.
Quiero decirte que por aquí cerca hay rosas,
muchas rosas.
R - Te dije que
no quería cerca de mí, rosas.
Pc - Sí,
pero tú las verás.
Verás también que eres diferente,
y eso te tranquilizará...
... También tengo un amigo.
R - ¡Un
Amigo!
¡Ah! Ahora entiendo el por qué de tu
alegría.
Ahora entiendo de dónde venías.
Venías de aquí cuando ibas a visitarme
allá en el otro, el que era nuestro primer mundo.
Pc - ¡Qué
rápido que creces!
R - ¡Qué
rápido te entiendo!
Pc - Bueno, tengo
un Amigo. Y ese Amigo sabe mucho de ti, porque le he contado.
Sabía que en mis viajes, lo que buscaba eran
respuestas para traerte.
Sabía también, que yo te amaba.
R - ¿Me
amabas has dicho?
Pc - ¡Que
te amo!
R - ¡Ah!,
bueno.
Pc - Él
no está lejos de aquí. Haré que venga a tu encuentro.
Será el primer Ser que conocerás fuera
de mis imágenes.
R - Y él,
¿me tratará bien?
Pc - ¿Y
por qué no ha de hacerlo? ¿Por qué no?
Se desplazó lentamente, de esa forma le daba
la sensación que su mundo era más completo, mayor.
Pc - ¡He
llegado!
A - ¡Ah!
Tú, criatura delicada; estaba esperándote.
¿Sabes? Los pensamientos que me abarcan cada
vez que contemplo las estrellas, y la luminosidad de las cintas cuando
pasan, me tientan a levantar la mano para transportarme.
A su vez me he dicho: Si mi amor está aquí,
lo que yo amo está aquí, lo que siempre amé está
aquí, ¿por qué deseo partir?
Descubro que no me gustaría partir solo,
y sí contigo; tal vez, en algún viaje.
La pequeña Conciencia escuchaba.
A - No puedo
dejar de mirar hacia las estrellas.
La curiosidad que me embarga es mayor; las sensaciones,
aunque indefinidas, también.
No estoy como antes, cuando la tristeza y el desespero
eran una constante.
Ahora busco una forma de proyectarme en toda la
felicidad que guardo y que siento.
Pc - Ya hemos
de hablar sobre eso.
Vine para decirte que la Rosa fue transportada.
A - ¡Ah,
sí! Me pareció ver pasar algo luminoso cargado por las cintas.
¡Era ella!
¿Dónde está?
Pc - Ven conmigo.
Y dándole la mano caminaron juntos.
Cuando llegaron tan cerca y tan distante, estaba
la Rosa, que se había reclinado hacia el otro lado como si su curiosidad
la absorbiera del lado opuesto de donde ellos se podían aproximar.
Ella giró, clavó los ojos sobre aquel
que era Amigo del Ser que ella amaba; su Gran Amigo.
R - ¿Tú
eres, entonces?
A - ¿Y
tú eres la Rosa que mi Gran Amigo Ama?
R - Sí.
Si él lo dice...
A - Pues claro
que sí. ¡Qué bella y hermosa eres!
R - ¿Te
parece?
A - Sí.
Tiene razón, eres única.
R - Soy única.
A - ¡Qué
seguridad tienes!
R - ¡Mmmm!
La Pequeña Conciencia también disfrazó
su gesto de felicidad.
Ese primer encuentro había sido muy agradable.
Pc - Mi Amigo
te cargará; así sus Energías alimentarán la
Amistad que acaba de nacer.
Caminaron...
Sólo cerca del muro, usaron palabras:
Pc - Prepárate,
verás muchas rosas.
R - ¿Y
esto?
Allá en nuestro mundo no existía nada
así.
Pc - Sí,
no existía nada así. Esto es un muro.
R - Entonces,
todo lo que se opone a mi vista es un muro, es algo que estropea la realidad.
Pc - O tal vez,
frena una realidad que puede ser muy impactante.
R - ¿De
verdad?
Pc - Sí,
de verdad.
Vayamos hasta lo que llamaremos el portal.
La Rosa se estiró como queriendo llegar primero.
Las otras rosas, que no eran pocas, giraron repentinamente
y fijaron sus ojos en ella.
R - ¡¡¡Barbaridad!!!
¡Cuántas! ¡Cuántas!
¿Y cómo has conseguido no olvidarme?
Pc - No se olvida
lo que es verdadero; además ellas no hablan.
R - ¡¿No
hablan?!
Pc - No. No les
he enseñado.
R - ¿Por
qué no lo has hecho?
Pc - No lo hice
porque si mal no recuerdo, al nacer tú ya hablabas.
R - ¿Yo?
Pc - Sí,
hasta recuerdo tu primer frase:
"Ah, ¿tú estás ahí?"
R - ¡Es
verdad! Pensé que no tenías tanta memoria.
Pc - Y tengo
mucho más.
Entremos.
Caminaron cerca de las rosas multicoloridas, que
separadas por un camino, estaban a ambos lados. Movíanse de alegría
al descubrir la existencia de una rosa diferente.
No hablaban, mas entonaron una leve canción
propia de sus vibrares, y el planeta se inundó de un profundo perfume
que antes no existía.
R - ¡Qué
embriagante!
Trató de olerse a sí misma, y más
que exaltada dirigióse a la Pequeña Conciencia:
R - ¿Tú
has olido en mí, perfume?
Pc - No, tú
eres demasiado egoísta para dejarlo escapar.
Ella lanzó por primera vez su fragancia.
R - ¿Y
ahora?
Pc - Sí.
Hasta en eso nadie se iguala a ti.
La nueva impresión había resultado
feliz.
Salieron.
El Amigo se reclinó luego de apoyar el translúcido
recipiente cerca de su silla. La Rosa y él miraron las estrellas.
La Pequeña Conciencia retrocedió otros
dos pasos y también contempló las estrellas.
Luego decidió ir al encuentro de la Zorra.
Al llegar, ella estaba sentada a la vera del trigal.
Pc - ¿Me
esperabas?
Z - Sí.
Sabía que habías llegado. Sé también que no
estás solo y me gustaría conocer a quien esté contigo.
También estoy nerviosa, muy nerviosa... ¿Me aceptarán?
Pc - Y, ¿por
qué no?
Tú eres sabia y hermosa. Siempre lo fuiste.
Además ellos saben que yo te amo, y que tú
me amas.
Z - ¿Eso
es importante?
Pc - Sí,
es muy importante.
¡Vamos!
Z - No. Todavía,
no.
Pc - ¿Por
qué?
Z - Me gustaría...
¿Sabes qué?
Correr entre los trigales, esconderme, y que tú
trates de descubrirme.
¡Vamos a jugar un poco!
Pc - Bueno, sí.
Es hora, tal vez. Últimamente he tomado muy a serio todo mi quehacer.
Es necesario jugar un poco.
¡Cierro los ojos!
¡Escóndete!
Sigilosamente, la Zorra se ocultó entre los
trigales.
Las espigas se balanceaban reflejando el candor
de la Pequeña Conciencia, que al abrir sus ojos, se incluyó
en toda la magia de la escena.
Pc - No hay viento.
Debería existir un poco de viento.
Y el viento sopló. Ondulante, dibujaba sobre
el trigo figuras que sus designios impulsaban.
¿Qué eran dibujos para él?
¿Cómo descubrirlo?
Una de las serpentinas, que estirada de más
quiso destacarse, le habló:
S - ¿Podría
enseñarte a dibujar? Quisiera compartir ciertas imágenes
contigo.
Pc - ¿Cómo?
Mi Amigo también sabe.
S - Sí,
pero tu Amigo hacía esos dibujos tan simples.
Donde he estado, aprendí a dibujar.
Cuando me desplazaba por la arena, hacía
un surco simétrico; todos mis movimientos quedaban bien marcados,
diferenciándome de cualquier otro Ser.
Pc - Pero...
¿cómo dibujabas?
S - En las diferencias
de alturas que la arena daba, las sombras de las nubes producían
formas, sobre las cuales, con mi cola dibujaba.
Pude idealizar dibujando rosas, dibujando el muro.
Fui creciendo y creciendo.
Tanta soledad sentía... Tanto vacío...
Dibujaba esferas, esferas y círculos; círculos
y círculos, simbolizando aquel otro mundo donde me habías
dicho que vivías.
Cierto día, sin real comprensión,
había dejado el desierto y estaba dibujando cerca del rosedal. Uno
de los círculos se llenó de pétalos, caídos
de una rosa que me dijo también estar triste por tu partida, cuando
me preguntó por qué yo lo había hecho.
Bueno, es historia antigua pero le tuve que explicar
que fue necesario...
Pc - Sí,
era necesario. No hablemos de eso.
¿Tú me enseñarías a
dibujar?
S - Sí,
sí. Puedo enseñarte. ¿Qué quieres dibujar?
Pc - La ondulación
del trigal moviéndose al viento, ¿cómo la harías?
S - ¡Mira
qué arcoiris! ¡Mira todas estas serpentinas de las cuales
soy parte! Mira lo que conformo ahora.
Y las figuras iban apareciendo... La Rosa... El
Amigo...
Pc - ¿Cómo
tú sabes todo eso?
S - Porque desde
el lugar en que estoy, todo lo veo. A veces no lo comprendo, por eso lo
imito más.
Amo esas figuras porque tú las amas, y yo
te amo.
Pc - Sí,
eres muy gentil.
Dibújame el trigal...
Y todas las serpentinas se ondearon y parecían
flamear en un viento fantástico, gigantesco que rebordeaba las estrellas.
Pc - ¡Qué
maravilloso es!
Tienes más creatividad que mi propio trigal.
Aguarda un instante, tengo que ir al encuentro de
una amiga escondida.
S - ¿Quieres
que te diga dónde está?
Pc - ¡No!
No. Me quitarías el placer del juego.
Luego volveré a hablar contigo sobre algo
muy importante que está teniendo principio en mi Conciencia.
Apartando las espigas, caminó.
No distante, sí: no distante, la Zorra lo
estaba esperando. ¡Inmensa era la alegría de ser descubierta
por la Pequeña Conciencia!
Y cuando la encontró, ella levantó
el hocico, abrió los ojos y en una risa que la hizo girar y saltar,
cayó en sus brazos.
Pc - ¡Qué
bueno es este mundo de Conciencia de Amor! ¡Qué bueno es estar
juntos!
Z - ¡Qué
bueno es que no participe de mi respirar, el miedo!
Todos los temores se han alejado. ¡Cuánta
paz! Siento equilibrio...
Pc - No juguemos
más. Nos aguarda una Rosa que amo mucho, que pienso habla a veces
hasta de más, pero que también me ama mucho.
¡Ven!
¡Ah! ¿Y sabes quién más?
Aquel Amigo de aspecto similar a los que te perseguían.
Y ella, dos pasos trás él, cautelosamente
avanzó.
La Rosa estiró su tallo para ver mejor a
la acompañante de la Pequeña Conciencia.
R - ¡¿Qué
es eso que llega ahí?!
¿Me destruirá?
A - No, tranquilízate,
es más calma que tú.
R - ¿Más
calma que yo?
A - Sí.
R - ¡Es
imposible!
A - Es verdad,
tu eres única.
Se parece a ti en lo calma que es.
R - ¡Ah!
Ahora está mejor.
El Amigo giró en su asiento para recibirlos.
A - ¡Tu
Amor de los trigales!
Pc - Sí,
mi Gran Amor de los trigales.
La Zorra se reclinó en las piernas de la
Pequeña Conciencia.
Asomando el hocico observó a los que serían
sus nuevos amigos.
Z - ¿Cómo
están?
A - Bien, bien.
Estamos bien.
R - Y con tu
llegada, asombrados.
A - Ven, aproxímate.
Ni intentó dejar su lugar, puesto que la
Pequeña Conciencia no se movió.
Pc - Reclínate
ahí.
Quédate tranquila. Disfruta de la paz de
estar en grupo; de estar entre amigos.
Él retrocedió para apreciar un cuadro
imaginado hecho realidad. Un cuadro que él había soñado:
"Cómo sería el momento en que ellos se encontrasen, se enfrentasen".
¡Haberlo conseguido!
El Amigo quiso tocar a la Zorra. Extendió
el brazo muy despacio, sonriendo sin hablar; y ella humildemente, bajando
las orejas se dejó acariciar.
R - Mmh! Mmh!
Mmh!
A - Sí, para
ti también.
Y delicadamente acarició sus pétalos.
En su base destellaban colores cambiantes.
La Pequeña Conciencia observaba.
El Amigo se acomodó para mirar las estrellas.
La Rosa a su tiempo, reparó en las estrellas.
La Zorra, cariñosa en un gesto a la Pequeña
Conciencia, sintió que las estrellas también absorbían
su atención.
Algo envolvía al grupo, que unido más
crecía.
Esa fuerza dominaba el todo.
Pasaron los pájaros y las serpentinas iluminaban,
a todo color. La arena brillaba. Dejaba de ser noche, siendo que tan rápido
por veces, era día.
Dos Rosas más y un Cordero llegaron a la
memoria de la Pequeña Conciencia.
Levantó los brazos y se dejó llevar.
Se sintió extraño, de nuevo en su
primer mundo. Captó el vacío que reemplazaba el espacio de
la Rosa.
A un lado, las dos pequeñas parecían
dormitar.
Se sentó cerca de los volcanes; reclinado
pensaba... Pensaba...
Pasó en ese tiempo tres
ó cuatro noches. Noches rápidas. Días rápidos.
Suficiente para concluir que una etapa nueva se estaba aproximando.
Las dos pequeñas rosas abrieron los ojos
y alegres fueron en sus expresares:
R1 - ¡Ah!
¡Tú estás ahí! ¡Qué bueno!
Estábamos tristes, nos sentíamos solas,
abandonadas. Pensamos que no volverías...
Pc - Es que tú
no me conoces.
R1 - Sí,
te conocemos. Tú vuelves siempre, pero ¿por nosotras?
R2 - Es tu primer
gesto de Amor, y no de Amistad.
Pc - Es mi primer
accionar de Amor.
R1 - Nuestro
primer vibrar de Amor es reconocer tu llegada.
R2 - Enséñanos
a amar...
Pc - No va a
ser difícil. Cuando se quiere, es fácil.
Se aproximó, recogió la caja: ¡Tan
pequeño! El cordero seguía dormitando. Parecía estar
calmo.
¡Tan pequeñito!
Lo tomó entre sus manos. Lo colocó
sobre su pecho.
Creó con su fuerza dos recipientes.
R1 y 2
- ¡Qué, ¿nos vas a cubrir?!
Pc - No, las
voy a transportar.
Suelten sus raíces de donde están
adheridas.
Eso... Así... Penetren en los recipientes
y verán que tienen agua de vida y sabiduría.
Depositó la primera e hizo la misma operación
con la otra.
Las cargó entre sus brazos, levantó
las manos y dejó que los pájaros, al pasar, los transportara.
La llegada a aquel mundo mayor, que extraño
indicaba grandes ideales concretizados, provocó la alegría
de todos sus Amigos.
Y él tuvo que explicar quién era uno,
quién era el otro, por qué sí, por qué no.
Y pasaron noches y días conversando.
Las Rosas estaban junto a la Rosa Mayor; la Zorra,
más próxima a la silla de su Amigo.
La Pequeña Conciencia se apartó del grupo rumbo al muro
y al rosedal. Pensativo, sus manos se entrelazaron por detrás. Miró
rosa por rosa; todas eran iguales: colores diferentes, sí; pero
todas iguales. Y cada una de ella, fijó sus ojos curiosos en él.
Otra vez la música lo envolvió: extraña,
original, bonita; la melodía de la Conciencia del planeta que habitaban.
Balanceábanse con delicadeza y suavidad; un ballet de rosas.
El perfume impregnaba, surgiendo del amor que concedían
y lanzaban para agradar a quien las había transportado, las cuidaba,
les enseñaría a amar.
Pc - He de volver.
Rs - ¡Ha
de volver! ¡Ha de volver!
Pc - ¡Están
comenzando a hablar!
Rs - ¡Estamos
comenzando a hablar!
¡Estamos comenzando a hablar!
Pc - Sí,
he de volver.
Rs - ¡Sí,
ha de volver!
Pc - Ustedes
estarán siempre conmigo.
Rs - Sí,
estarán siempre conmigo. No, estaremos. Sí, estaremos. ¿Cómo?
... ¡Ah, sí! Estaremos con él. ¡Siempre estaremos
con él!
Los pájaros en el espacio, daban vueltas circulares.
Conformaban imágenes extrañas reflejadas en nubes que antes
no existían.
Atravesó el umbral del muro...
"Todo lo que está aquí me pertenece.
Todo lo que está aquí lo transporté, lo construí,
lo modelé. Es parte de mi Conciencia, sí; pero es parte de
la Conciencia que estaba profundamente angustiada por la soledad, por la
tristeza, por la distancia...
Todos los Seres que amo están junto
a mí. Todos los Seres que esperaba han llegado.
Todos, todos han reconocido las señales.
Todos beben el agua de la sabiduría."
R - Yo también he bebido del agua de la
sabiduría.
Pc - Sí,
todos estamos más sabios, equilibrados y unidos.
Se sentó sobre la arena, próximo a
su Amigo.
Pc - ¿En
qué piensas cuando miras las estrellas?
A - Cuando miro
hacia las estrellas pienso que ellas aguardan por nosotros.
Pc - ¿Para
qué?
A - Hay tantas
cosas para ver y descubrir.
Pc - ¿Y
cómo podríamos hacerlo?
¿Imaginas los pájaros, tener que transportarnos
a todos nosotros? Sería mucha carga... fatigante.
A - Te propongo
algo diferente: ¿Por qué no nos fusionamos en ti?
Pc - ¿Fusionarse
en mí?
... Y ustedes dejar de ser lo que son?
A - Estuve pensando...
Recordé cómo tú no dejaste
de Ser, al abandonar tu materia allá, en la arena.
Pc - Eh!
A - Entonces,
¿por qué no dejar nuestras materias aquí? Así,
nuestras Energías fusionadas en una sola, vagarían guiadas
por los pájaros, a los diferentes astros, soles...
¡Cuántas cosas podríamos ver,
conocer, saber!
Tu Conciencia, la mía; la de la Zorra, con
sus habilidades y técnicas de sobrevivencia; la Serpiente, con su
saber innato y su fuerza; las Rosas, con el amor que generan y brindan,
motivo de todo tu existir.
La Pequeña Conciencia escudriñó
las estrellas.
Antes partió solo, angustiado, sin respuestas;
sabiendo que debía volver, porque era joven de más para saber
amar.
Pero ahora amaba, ya no era joven; había
crecido su Conciencia; más aún: tal vez él mismo en
múltiples proyecciones.
Dejaron pasar unos días y noches...
Pc - ¿Sabes
lo que tengo aquí?
El Amigo cerró los ojos, se concentró...
A - ¡Ah,
sí! Al cordero.
Pc - ¿Cómo
sabes?
A - Estoy en
sintonía con tu Conciencia.
Pc - Es verdad.
Siento que mirándonos, es innecesario hablar.
A - O estando
fusionados.
Pc - ¿Nuevamente
lo dices?
A - Sí,
sí. Es una constante.
Pc - Mira tú,
Rosa: dejarías tus raíces y estarías aquí,
en esta parte de mi pecho.
R - Sí,
en donde muchas veces he soñado estar: cerca del latir de tu corazón.
En el momento que te agitaras por cualquier motivo,
captaría el vibrar y participaría en toda plenitud.
Pc - Y las dos
pequeñas, alojadas en cada palma de mis manos, rodearían
con perfume y con una observación más prolongada, transmitiendo
a la Conciencia toda; siendo todos Uno, y uno, Todo.
R1 y 2
- ¡Sí!
Miró sus manos y dos hermosos ojos en forma
de rosas, lo deslumbraron.
Invadido de fragancias, corría por todo su
Ser una riqueza que desconocía.
La Rosa principal desde su pecho, ofrecía
aromas profundos. Sentía en verdad, el Amor.
Z - ¿Puedo
saltar a tus brazos y fundirme a ti, en Energía? Mi materia reposará
cerca de la silla y todo quedará estático, hasta que tal
vez, quién sabe en qué tiempo, volvamos a animar nuestras
imágenes, si retornamos.
Pc - ¡Hazlo!
Saltó para ser recibida con un perfumado
abrazo de Amor.
A - ¿Cuál
quieres como altura, la que tengo o la que tienes?
Pc - Que sea
el medio, ni más, ni menos; total somos todos iguales y somos uno.
Sentado cómodamente, anhelando las estrellas,
su Energía se desprendió de la materia para fusionarse a
la Conciencia que surgía.
Caminó entonces, la Pequeña Conciencia,
en dirección al muro de los rosales. Sorprendió a las rosas
al entrar luminoso, más gigante, fuerte y seguro; cargando consigo
astucia, sabiduría, todas las verdades del mundo de la materia,
todo el poder del Amor y la Energía, todas las facultades para enfrentar
el Universo en una Conciencia Mayor...
Extendió sus brazos y todas ellas, murmurando
una sinfonía extraña, cerraron sus ojos. Parecían
dormitar. levemente reclinadas.
Una Conciencia Mayor lo abarcaba. Era él
en primera fusión de varias Energías; Conciencia única
en una configuración de carácter diferente.
Levantó el brazo con firmeza. Las serpentinas
lo aseguraron, transportándolo por el Universo que se iluminaba
a distancias gigantescas.
Quedaba atrás, nuevamente, la materia; lo
que había sido su mundo de Conciencia.
Ahora, él era un mundo de Energía
en busca de las Respuestas Mayores.