Si hay una mente cósmica o una Conciencia Cósmica, no tienes derecho a tu propia conciencia. La Conciencia Cósmica se ejerce como necesaria ante la falta de otra conciencia que pueda manipular la vida, el destino, la continuidad, el espacio, el tiempo.
Entonces el problema está en que si la conciencia es fruto de la propia elaboración del cerebro, el ser existe simplemente por la conciencia del cerebro. Y una vez que la conciencia se abstenga, el ser desaparece. Y al ser desaparecer, ya no existen posibilidades de que haya un concepto como "eternidad" o un proceso que se proyecte fuera del propio ego, aunque el ego no puede ser demostrado.
Se sabe que los estados de conciencia pueden ser fruto de millares de acciones y procesos de fibras nerviosas, que multiplican una codificación que todavía se desconoce, y a su vez no se sabe si tiene abecedarios o símbolos. Y si esos abecedarios o símbolos son realmente los fundamentos de lo que alimenta la existencia de la conciencia.
Hace algunas preguntas como: ¿Por qué el dolor tiene que ser por una sensación ajena y no por una concepción instantánea, antes de que la acción ajena lo actúe?
Y el cerebro después da un impulso en proporción al motor, que siempre es lento y no espontáneo ni creativo, como debería ser, en otros órdenes de lo que se determina como "mente" y "cerebro".
O sea, la conciencia está en constante conformación, y se crea a través del medio ambiente, siendo que a su vez el medio ambiente tiene reglas básicas desconocidas por el cerebro, que determinan lo que es lógico y lo que no es lógico; aceptable o no aceptable. Claro que esa mente no actúa de un ser para otro, de forma igual.
¿Cuál es la verdadera conciencia?
Es que el planeta también piensa y tiene sus puntos de descarga. Varía también en proporción a las tempestades que puede crear atmosféricas o plasmáticas; y en proporción a las perturbaciones plasmáticas, son también estados de conciencia del planeta, y el planeta se alimenta sobre las conciencias básicas de las estructuras que están en evolución, en la superficie o dentro de él, por lo tanto, entonces, todo es fruto de un campo vibracional opuesto en sí mismo. El planeta neutraliza la evolución de las especies; las especies generan corrientes que dan alimentación a cargas negativas del planeta. Y al dar cargas negativas el planeta, provoca autodestrucción y no beneficia los procesos de evolución. Y ese ciclo repetitivo termina a veces en catástrofes o cataclismos grandes, generados como apocalipsis, que no son más que purgas de conciencia para el propio planeta, cuando él está saturado. Y quiebra ya su propia dinámica de permanencia de rotatividad en el propio espacio. Y si así fuese, entonces todo sería conciencia; y si fuera todo conciencia y permitiese, a su vez, que en planetas determinados actuase la conciencia con esa variabilidad tan profunda, y de perturbación para la propia evolución de la Conciencia Universal, entonces, donde está el desequilibrio es en el Universo total, en la creatividad total. Es una negación, porque cuando pierde la continuidad evolutiva, en las diferentes formas en que se exprese, está perdiendo la razón de haber surgido. Y si pierde la razón de haber surgido, es porque la conciencia que determinó el surgimiento, estaba errada. Y si estaba tan errada, que llega a momentos en que se niega a sí misma, entonces, el todo existir tampoco es real. No es más que una congestión temporal de una Conciencia Cósmica al punto de que el tiempo y espacio determinados por ella, que son insignificantes, para nosotros son, energéticamente, gigantes.
Si somos las pequeñas polaridades que conforman los conceptos de explicaciones sobre surgimiento de conciencia, cada mente, sumada a otra mente, es capaz de crear campos continuos, como lo harían las fibras nerviosas en el propio cerebro. Pero así mismo, nunca se colocan de acuerdo, y las resoluciones finales de aquel cerebro nunca podrían preverse, porque de lo que surge como necesidad de acción, a lo que se determina como una acción necesaria, hay un abismo. Y el tiempo de ejecución entre la necesidad y la acción, es tan gigantesco, que siempre está fuera de situación.
Ya se puede ver en aquel cuento, cuando el personaje es desplazado a través del universo y llega afuera de las necesidades, y considera que está en un lugar innecesario; así la máquina del tiempo lo tira en cualquier lugar, a espera de una nueva variable. No tiene ninguna diferencia en lo que se está diciendo de lo que se conoce.
Mientras el hombre no quiera aceptar que hay una Conciencia Cósmica o algo universal, que escapa a las posibilidades de mediciones físicas (porque no se mide en el campo físico, sino en campos de dimensiones que desconocemos; se mide en campos energéticos), entonces el individuo nunca va a poder solucionar el "por qué"; como tampoco se va a la raíz de por qué el cerebro tiene las complejidades que tiene y por qué su verdadero uso es tan insignificante en proporción a las dimensiones que guarda. Entonces, si él tiene potencialidades de 1.000, 10.000, 15.000, 100.000 veces superiores a las que practica o tiene posibilidad de practicar, como de existencia del cerebro, ¿cómo es que fue creado así?, y ¿quién lo creó?, si no se puede reconocer en él una lógica evolutiva; porque si todo lo que presentan las diferentes alteraciones de las especies es una consecuencia de la evolución, el humano, con su complejidad, tendría que ser consecuencia de la evolución anterior en que fue realmente como un dios, que tenía poderes desconocidos y hoy no tiene posibilidad de accionarlos ni utilizarlos. Pero el cerebro está conformado como tal, y tiene potencialidades para llegar a ser un dios.
Entonces, ¿qué tiempo fue ése, en que él era un dios que ya no lo es? ¿Qué tiempo es el que determinó las complejidades del surgimiento de la conciencia en un ser racional como el nuestro?, si entenderlo en sí se torna imposible y difícil, es porque no hay ecuaciones de leyes físicas que determinen la verdad de todo lo que sucede.
Todo lo que sucede se mueve siempre por órdenes invisibles, y esas órdenes invisibles surgen en otras dimensiones. Por eso en el cuento anterior había una cierta utilidad cuando los individuos aguardaban el impulso estelar que los motivase a continuar en algo, sin saber adónde iban, porque ésa es la función de la Energía: es un activador inconsciente de una fuerza desconocida que lo lleva a manifestarse en un sistema o en otro.
La resultante de lo que pueda llegar a surgir de toda esa experiencia temporal, en que se delimita la velocidad de la Energía, teniendo como una ecuación práctica, es imperceptible para los ciudadanos donde ellos se desplazan. Porque para determinar que de ese fin de la velocidad de la luz está el inicio de otra dimensión, en que la Luz se mostrará para percepciones sensoriales que existen, vitales, (si es que existen, y de impulsos de conciencia, si es que existen diferentes), la Luz no se podrá expresar como se expresa aquí. Ya no tendrá el concepto de Sombra, y tal vez no pueda tener el concepto de Luz, y sí, simplemente, de Energía. Pero la Energía de la Luz es una frecuencia, la cual no se puede cautivar dentro de una corporación humana, por lo tanto se puede desplazar libremente. Pero cuando encuentre un campo sólido material, ella es frenada; no tiene la posibilidad (como un neutrino), de atravesarlo. Por lo tanto, quiere decir que los neutrinos no son parte de la Energía que se conforma en Luz. Es otra expresión de la Energía. Tiene una durabilidad también insignificante en proporción al otro tiempo y espacio, pero puede ser gigantesco en otra dimensión, donde el espacio o el tiempo se conforman en infinitas divisiones que en el mundo de las tres dimensiones no existen.
La mente del ser humano es una incógnita. Vamos descubriendo despacito qué es lo que determina su comportamiento, sus necesidades y sus vacíos. Porque por más que haya alcanzado algunas soluciones aparentes, no son más que paliativas de las verdaderas necesidades.
Se vive en un mundo antagónico, y la adaptación para la existencia constante es tan permanente que exige el surgimiento de la conciencia para que esa continuidad se pueda alargar.
Por eso es que después de que los laboratorios y diversos científicos crean campos para poder hacer más longeva la especie humana, se comprende que no está solucionando absolutamente nada. Lo único que se puede crear es algo que el planeta utiliza aparentemente y en forma inconsciente, de la preservación de las especies y las dimensiones de algunas especies se determina la existencia o el surgimiento de otras. A través de millones de años han hecho una demostración constante.
Pero ¿quién crea esa continuidad de especies o de procesos de existencia? Y ¿qué es lo que determina que una existencia se debe prolongar o debe tener un lugar o un momento que se considere "infinita"? Y luego, cuando la especie desaparece, ¿qué actividad tuvo en los estados determinados de creación de conciencia o de cerebro?
Pudo haber sido intencional, ocasional, innecesario sobre un periodo de conformaciones básicas de la conciencia. Pero si ella no se va a repetir, no se torna necesaria en un futuro, por lo tanto quiere decir que la conciencia de un Creador, un progenitor, se transfiere. Y cuando se transfiere a través de la genética o cualquier proceso, el otro surge, nace, y tiene cavidades cerebrales que activará, que el antecesor no tenía condiciones de hacerlo.
El que procrea, cuanto más profundo y detenido esté en la contemplación del mundo que lo rodea, más compleja será la creatividad que él pueda proyectar. Es como si la memoria sí fuera una cosa hereditaria. Y tiene que serlo, porque de no serlo, no surgirían, como se percibe, seres cada vez más adaptados a condiciones más difíciles u opuestas a la propia condición humana.
No se puede negar la existencia de una Conciencia Superior. No por eso precisa ella determinarse como dios o creador omnisciente u omnipotente. No. Existe una Conciencia. Una conciencia que se determina "necesaria" mientras el espacio guarde las necesidades fluctuantes que tiene. Y siempre es en los diferentes canales de las galaxias, razas y especies y estados de conciencias adversos, cada una cargando consigo soluciones de complejidades que en un todo no se pueden enfrentar. Quien hace posible lo vital y necesario del oxígeno, puede hacer necesario el antimonio, puede hacer necesario el hidrógeno, puede hacer necesario las aguas, puede hacer necesario el vacío absoluto, aparente, del espacio.
No hay una forma definida o una expresión en el universo, determinado, que especifique dónde o no debe existir conciencia. La conciencia es un fruto de partículas que se anexan entre sí, en vibraciones y ondulares positivos, y que al no rechazarse conforman estímulos, y esos estímulos, codificados en una permanencia o en una perpetuidad, determinan accionares.
Todos los estados de conciencia que no tengan continuidad, no se conforman en ideas o en procesos vitales o en procesos de expresiones.
La conciencia es abstracta. Es algo que se mueve en fantasías, ilusiones y derivaciones, hasta que las reacciones corporales llevan estímulos al llamado "cerebro", y él entonces los edifica. Y al solidificarlo ve la necesidad de encauzarlas como algo positivo o negativo, aprovechable o descartable.
Los fines, inicialmente son instintivos; no precisan ser de un estado de conciencia. Por eso las diversas especies pueden existir y proyectarse, porque en esa proporción de aceptaciones y de descarte son estimulados a continuar, y pueden vivir en los lugares aparentemente más inhóspitos.
Es la ley de la supervivencia. Se perpetúan las especies más fuertes, y los débiles desaparecen conformando siempre potencialidades mayores para una continuidad de existencia variable, permanentemente.
Y la ley determina también, que un proceso de conciencia surgiente en un Núcleo determinado pueda ser extirpado, destruido, disminuido o alterado, con perturbaciones externas. Caigan meteoritos, aerolitos o reacciones de circulación, variación de masa o de campos gravitacionales o de posicionamientos de rotatividad o desplazamiento. Cualquiera de esas cosas que pueda ser alterada, cambia todo el concepto de la evolución de una especie predominante.
Y esos trastornos en el universo no se miden en un día, dos o tres, o en un año o en quince o en veinte; a veces lleva millares de años volver nuevamente a recuperarse a un estado anterior de conciencia adquirido. Y lógicamente, como la conciencia no se llega a repetir nunca, por eso existe en cada conciencia una sentencia o un estado diferente de evolución, cuando la conciencia deja un aparente espacio ya vivido o un estado de conciencia anteriormente surgido, (de inteligencia, para decir mejor), él habrá recorrido ya caminos diferentes de los anteriores. Es como el animal, que se le demuestre que cuando él camina por ciertos senderos encuentra el peligro, él buscará otros caminos. Dará siempre rodeos. Puede tener instintos básicos que le exigen buscar el camino más corto para atingir ciertas necesidades de sobrevivencia, pero cuando un ápice de conciencia surge, pequeño, aparente, que varíe el proceso de rotatividad o de cuantividad cíclica vital o de conciencia preprogramada, él entonces encuentra variantes. Y esas variantes lo hacen determinar nuevos caminos y nuevas posibilidades de sobrevivencia.
Yo lo puedo reconocer como astucia, agilidad, control de los desgastes energéticos adquiridos para prolongar su existencia con menos consumo, y la vitalidad prolongarse. Fortalécese en ciertos tendones en esfuerzos diferentes de las piernas, por lo cual se determina la necesidad de ser menores o mayores.
Todas esas variantes que surgen orgánicamente, en estado primitivo de conciencia, pueden a una especie toda cambiarle su ritmo y sus caminos por la superficie. Si los depredadores estuvieran a su espera, se encontrán en aquel tiempo ya, siendo el comestible necesario, o tendrán que desplazarse en busca de otras áreas. Pero si la variante fuese evitar a los depredadores, éstos también tienen que disminuir en condiciones de desplazamiento y de nuevas áreas que le sean otorgadas, y de esa forma el depredador determinado desaparece, y surge uno nuevo con aptitudes y conformaciones diferentes, que se derivan pero no es.
De esa forma las especies son mutables, y el tiempo es prolongado, muy prolongado, mucho más allá de lo que sería una conciencia humana. Por eso es que la conciencia humana no puede ser el nido sólo de una serie de impulsos nerviosos que determinan el surgimiento del cerebro o de una conciencia activa, equilibrada. Tiene que haber otra conciencia que predomina y estimula a la conciencia primitiva de la materia. Y esa conciencia es la conciencia de la Energía, que cambia las materias en las que se proyecta, tanto animal, conciente, racional, primitivo o complejo, en proporciones diversas, hasta que determina una continuidad posible de sobrevivencia en ciclos no repetitivos, y que determinan una continuidad y una Luz en el camino final.
Si los planetas son olvidados de los centros creadores principales, y permanecen como estables en sistemas solares primitivos, todas las evoluciones de la conciencia que puedan surgir en ellas no son de actividades universales, y no se pueden anexar a conciencias universales. Es como diríamos: tenemos un terreno gigantesco de muchas centenas de hectáreas, en que surgen millares de hormigueros. Algunos hormigueros no pueden ser contemplados, y se pueden influenciar de una forma o de otra, las variabilidades de existencia de ellos. Pero los otros no, los otros continuarán procesos repetitivos de supervivencia, necesaria para poder llevarla; ya programadas anteriormente. Son perfectas en lo que hacen y son imperfectas para ser sumadas a una posteridad. A su debido tiempo tienen que desaparecer. O todo el territorio va debajo de las aguas y desaparece de esa forma, por extinción total, o puede que muchos hormigueros cubiertos por las aguas obliguen a las hormigas a hacer canales y más canales debajo de la superficie del agua, para poder llegar a salir en otro lugar, donde las aguas todavía no han llegado.
Son como aquellas aves, que uno las observa que caminan, permanecen quietas, y sienten en el vibrar de sus patas el mecanismo de otros seres arrastrándose dentro de la superficie de la tierra. En un rápido picotazo se ve que sale con una lombriz. ¿Cómo el ave pudo sentir a 15 cm, 30, 50, un metro de distancia, que había un ser desplazándose por debajo de la superficie? Y para lo visible y aparente de la conciencia normal, no existía. Pero ella lo captaba.
¿Cómo es que un simple pájaro ha desarrollado esas posibilidades sensitivas, de poder captar la vida donde no se ve, donde los sentidos convencionales no actúan? Pero él siente dónde se desplaza, dónde es que está el otro ser, si es necesario para su sobrevivencia.
Lo miramos, aparentemente un pájaro. Lo miramos, aparentemente al murciélago, y él se desplaza en forma ciega, guiándose por ondas que sólo sus sentidos las captan. Esquiva piedras, montañas, árboles, ramas, como si fuera una vista aguzada. Y acciona lo que definiremos como un simple radar. ¿Cómo el animal pudo adquirir eso? ¿De dónde surgió? ¿Qué condición observatoria existe en la conciencia universal, que determina tal aptitud en las especies que no llegan a estados racionales como el humano, que considerado como "super ser creado", no la tiene? ¿O la tenía? ¿O la dejó de tener? ¿Será que alberga todos esos potenciales en la parte del cerebro que no utiliza? ¿Y será que algún día la utilizará?
¿Por qué persiste la naturaleza, en guardar constantemente la estructura cerebral tan compleja, si la actividad propia programada, que llega para el nuevo ser, es insignificante? El entorno así se lo va a determinar, porque si es necesario en las actividades que el propio entorno le genera, él es un desubicado, y la propia sociedad o grupo se encarga de destruirlo.
Somos tan primitivos, que siempre que aparece alguien que nos pueda demostrar que es más inteligente o con nuevas variantes y posibilidades de sobrevivir, lo destruimos. No aceptamos que nos señalen constantemente nuestros fracasos o nuestras ignorancias. Y no podemos permitir que nos muestren que somos unos atrasados.
Y ¿de dónde surge ese conflicto con la inteligencia? ¿De dónde surgen esas barreras básicas, primitivas, que han obligado al hombre a desplazarse por millones de años sobre la superficie como si fuera un primate? Y recién ahora se escucha la palabra "coexistencia", "derechos humanos", "protección de las especies"; recién ahora.
Y ¿por qué siempre los fanatismos, sean de cual fueren las fuentes que los hagan surgir, han llevado al ser humano a las estupideces irracionales de ser único o de ser contemplado con alabanzas, o de ser considerado superior, queriendo siempre a los otros considerarlos inferiores, retrógrados, sin alma, sin vida, sin conciencia, bichos?
Es como si de la mañana a la noche el imbécil humano adquiriera conciencia y comprendiera que puede sumar 1 + 2, independientemente de la raza que sea, y se suma en miles de millones de habitantes, cuando antes eran miles y poquísimos millones los que se reservaban el derecho de controlar el estado de la conciencia llamado "superior".
Con la misma imbecilidad que se ha vivido, con la misma imbecilidad se continúa viviendo. Se piensa que se es inteligente y todavía se está en el oscurantismo. Mientras exista fanatismo de cualquier tipo, el oscurantismo nos persigue. Desde los aparentes, ilusorios e insignificantes deportes, hasta los aparentes e ilusorios cargos de responsabilidad o de liderazgo.
La pequeñez es grande; terriblemente grande. Al punto tal de no permitirse ver que se es terriblemente pequeño.
Fecha: Domingo 04 - 08 - 96 Hora: 6:10 a 7:15 hs.
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Lado 2
Ubicación 2