Según antiguos documentos, los indigenas tenían un alto concepto del valor del plumaje del quetzal. En la provincia de la Verapaz se castigaba con la muerte a quienes mataban al "pájaro con las ricas plumas", porque no se encontraban en otro lugar y sus plumas se utilizaban como dinero. También entre los quichés existía una ley que prohibía bajo pena de muerte la destrucción del quetzal, cuyas plumas servian de moneda. En las partes altas de Guatemala era permitido atraparlos y quitarles las plumas de la cola porque sabían que estas vuelven a crecer cada año. Sin embargo era prohibido matarlos o conservarlos en cutiverio. Con la llegada de los españoles, se inició el comercio de plumas de quetzal a Europa, llegando a constituir una fuerte empresa a mediados del siglo XIX. Actualmente el mayor enemigo del quetzal es el hombre y la presencia del ave símbolo de Guatemala es muy escasa en los siltios que han constituido su hábitat natural. La tala inmoderada de grandes extensiones de bosques, los incen dios y la persecución despiadada son una amenaza contínua. Aunque últimamente el quetzal ha encontrado refugio provisonal dentro de montañnas bos cosas de poca accesibilidad de aproximadamente 3,000 m de altura, el área en que vive se ha reducido conciderablemente, por lo que se le considera en vías de extinción. Si no se toman medidas drasticas y ungentes para sal var los pocos bosques tropicales montañosos, el quetzal pronto se extin guirá de esta área y tendremos que conformarnos con ver al "ave más bella de America" solo a través de libros, revistas y documentales.