Biotopo 4

Entre los últimos dís del mes de marzo y primeros dís de abril, el quetzal busca a la hembra para aparearse. El macho escoge a su compañera y la corteja volando alto en círculos de donde desciende vertiginosamente para posarse en las copas de los árboles. Para anidar el quetzal selecciona troncos de árboles viejos y podridos (tocones) en donde abre un hoyo a una al tura aproximada de 4.20 m. Algunas veces utiliza los agujeros dejados por pájaros carpinteros o tucanes. Los nidos frecuentemente pasan desapercibidos ya que están cubiertos por bromelias, helechos y orquideas propios del bosque tropical. Habitualmente la hembra pone dos huevos de color azul claro y de unos 35 x 30 mm. Estos son puestos directamente en el piso del nido sobre una especie de aserrín. Ambos padres se turnan en la incubación. La hembra lo hace durante la noche y el medio día siguiente; a partir de ese momento el macho asume la tarea hasta el atardecer. Contrario a la creencia popular, el nido de quetzal sólo tiene una entrada y no dos. El tamaño de la entrada es el estrictamente necesario para que el ave pueda entrar y salir y la cavidad interna del nido, aunque pequeña, le permite al quetzal volverse perfectamente. El período de incubación es de 17 o 18 días. Los polluelos nacen desnudos y mantienen los ojos cerrados durante los primeros diez días. Después de dos semanas ya se han cubierto de plumas, con exepción de la cabeza. Las crías permanecen en el nido al cuidado de los padres alrededor de un mes y al término de ese tiempo ya tienen sus plumas completas y están listas para volar.

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