Los Amigos de Hoy

"Queridos amigos", se escribe solemnemente. ¡Qué mentira tan soberana! ¡Qué palabras tan vacías!, como sacos rotos y derramados. ¡Cómo se ha devaluado la palabra sagrada de la amistad!.

Otra palabra que ha sufrido una devaluación es la palabra "CREER". En el lenguaje de la Biblia significa fe firme, inquebrantable a toda prueba... ahora nosotros sólo la empleamos en lugar de "me parece...".

¿Y qué podríamos decir de la palabra "AMOR"?... la Biblia también nos da una definición de esta palabra y esta definición es la más sagrada, la más santa, deberíamos pronunciarla de rodillas: "¡DIOS ES AMOR!" (1 Jn. 4, 8) ... ¡qué definición más sublime!, pero lamentablemente el mundo lo que entiende por amor es solamente la relación sexual.

En este proceso de profanación de las palabras, se ha llegado a poner la etiqueta de amistad a lo que son formas solapadas de egoísmo. Se toma pose de "amigo", fórmula de "amigo", expresiones de "amigo", pero inconscientemente hay una actitud de manipulación del otro. Una instrumentalización del otro.

Hay que distinguir bien entre AMIGOS, AMIGUETES Y AMIGOTES. Hay muchos generosos que tienen muchos "amigos"... hasta que se les acaba el dinero. Se llaman amigos los aprovechados, "gorrones", a los que interesa sobre todo la moto, el coche, los apuntes, el dinero, la casa de descanso, el estereofónico, un favor de los otros. Tal vez parecen encantadores, pero van a lo suyo. Son amigos de lo de los otros, no de los otros. Quizá a veces ni ellos mismos son conscientes de ese egoísmo que les gobierna secretamente.

Se llaman amigos los "pesados", que se acuerdan de los demás cuando tienen que vomitar sus indigestiones psicológicas. "Necesito hablar contigo", "tengo que contarte una cosa", "tengo que darte una noticia". Buscan alguien con quien desahogarse, ante quien lagrimear, alguien que les admire, alguien ante quien exhibir sus triunfos, alguien que pueda decirles: "estuviste fenomenal". Hay médicos de urgencia y hay "amigos de urgencia". Amigos de "urgencia", "amigos de nunca".

Se llaman amigos, los que se utilizan mutuamente para las juergas y aventuras. Los miembros de la pandilla. Nadie interesa demasiado a nadie, pero se necesitan para divertirse, para tomar, para formar un equipo, para pasearse. Se utilizan los unos a los otros como payasos de circo. Se utilizan para organizar la juerga porque la juerga no se puede disfrutar solos.

Por supuesto a nadie le interesan los problemas de los demás. La traición está a la vuelta de la esquina.

Y qué con la nueva frase que los jóvenes han creado: "amigos con derechos", así le llaman a la relación de un chico con una chica, supuestamente "amigos", que tienen el "derecho" de pasear, abrazarse, besarse e incluso acostarse juntos... a este fenómeno ustedes le llaman "amigos con derechos", la Biblia que es la Palabra de Dios, le llama fornicación y nos advierte claramente que el cuerpo no es para la fornicación sino para el Señor y que el que fornica comete pecado (Cfr. 1 Co. 6, 12-19).

De esta manera nos damos cuenta que las relaciones de los hombres suelen ser:

El autor del Eclesiástico en el capítulo 6, versículo 5 nos dice: "EL AMIGO FIEL ES UN TESORO". Pero los tesoros son raros y pocos los afortunados que los encuentran.

Sólo los amigos íntimos son dignos de llevar el nombre de AMIGOS. Las expresiones se hacen fuertemente audaces a lo largo de los siglos para definir la indecible experiencia de la amistad.

Un hermoso relato lo encontramos en 1 S. 18, 1: "En acabando de hablar David a Saúl, el alma de Jonatán se apegó al alma de David, y le amó Jonatán como así mismo". Lo amó como a sí mismo... el primer mandato de la ley de Dios es justamente ése: "Amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a tí mismo"., y eso fue justamente lo que hizo Jonatán.

San Agustín refiriéndose a su madre dice: "Su vida y la mía habían llegado a formar una sola". Y refiriéndose a su amigo Alipio, confiesa: "Sentí que mi alma y la de mi amigo habían formado una sola alma en dos cuerpos".

De los primeros cristianos de la Comunidad de Jerusalén dice san Lucas que "Tenían un solo corazón y una sola alma" (Hch. 4, 32). Por eso cantó también Alberto Cortez: "Cuando un amigo se muere, algo se muere en el alma". Se sufre una viudez espiritual.

Esto lo sabemos bien quienes hemos sentido cómo la muerte nos secuestraba traicioneramente a un amigo en plena juventud. Y este desgarrón es el que han sentido todos los que, habiendo vivido una intensa experiencia de amistad, padecieron la muerte del amigo.

"¡Jonatán!," gritaba dolorido David, "por tu muerte estoy herido, por tí lleno de angustia, Jonatán, hermano mío, en extremo querido" (2 S. 1, 25).

Ya conocemos la desolación de san Agustín a la muerte de su madre santa Mónica: "mi alma fue herida profundamente y mi vida quedó desgarrada, pues su vida y la mía habían llegado a formar una sola".

La amistad es: "dos caminando juntos". Pero juntos no sólo "físicamente", sino sobre todo "vitalmente".

Cuando ha acontecido ese milagro humano de la relación amistosa entre los hombres, desde entonces los amigos ya:

Desde que los amigos son amigos, ya nada se hace en solitario; todo lleva la preposición "con", que significa comunión; sus existencias se han ensamblado definitivamente: se com-penetran, se co-munican, se con-solidan, co-mulgan.

El libro del Eclesiástico nos presenta un hermoso canto al amigo:

"El amigo fiel es seguro refugio, el que le encuentra, ha encontrado un tesoro. El amigo fiel no tiene precio, no hay peso que mida su valor. El amigo fiel es remedio de vida, los que temen al Señor le encontrarán. El que teme al Señor endereza su amistad, pues como él es, será su compañero. No abandones a un viejo amigo porque el nuevo no le iguala. Vino nuevo, amigo nuevo, cuando sea añejo con placer lo beberás". (Eclo. 6, 5-17; 9,10).

Los mejores amigos han sido siempre los santos: Pedro y Juan, Agustín y Mónica, Juan de la Cruz y Teresa de Jesús, Francisco y Clara, Ignacio de Loyola y Francisco Javier... Y todo porque eran peregrinos al mismo santuario. Porque eran obreros que construían la misma casa.

Los momentos más preñados de amistad no son aquéllos en los que los amigos hablan de sí mismos y se contemplan recíprocamente, sino aquéllos que miran y admiran juntos los cielos infinitos de la fe y se dejan arrebatar por la misma esperanza y el mismo deseo de construir el Reino de Jesús.

"Dios es amor". Lo vocea enérgicamente san Juan, pero Dios también es amigo, porque en Dios el amor y la amistad no pueden separarse. La Escritura nos lo revela: "Nadie tiene mayor amor", dice Jesús, "que el que da la vida por sus amigos". El evangelista san Juan añade: "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo único para que todo el que en Él crea no se pierda sino que tenga vida eterna" (Jn. 3, 16).

"Ustedes serán mis amigos si hacen lo que yo les mando" (Jn. 15, 14). Y todos conocemos cuál es el mandamiento de Jesús: "Os doy un mandamiento nuevo que os améis los unos a los otros... como yo os he amado..." (Jn. 13, 34). La amistad con Jesús está condicionada a la mutua amistad de unos con otros. No se puede ser amigo de Jesús si no se vive la amistad con otros. De este amarse desde la amistad dependerá el que nos reconozcan como discípulos suyos (Cfr. Jn.13,35).

"Como yo os he amado...". El recuerdo de la cordialidad de Jesús golpeaba en los discípulos como una aldaba en el alma. Como Él amaron a los miembros de su comunidad, con corazón de amigos, y les enseñaron a amarse del mismo modo.

Los primeros cristianos no tenían distintivos ni signos externos que les identificasen, pero eran reconocidos por sus sorprendentes relaciones de amistad. Los paganos cuchicheaban entre ellos: "Miren cómo se aman", lo mismo que cuchichearon ante Jesús cuando le vieron llorar por la muerte de su amigo Lázaro: "Miren cómo le amaba".

En los Hechos de los Apóstoles, se nos narra que la Iglesia, sobre todo en sus orígenes, "no tenía sino un solo corazón y una sola alma". Las multitudes de creyentes cumplieron así con el mandato de Jesús y se convirtieron en sus amigos.

Hna. Martha Alicia Urenda, S.N.S.J.




Si desea mayor información de esta comunidad comuníquese a la siguiente dirección: nabi@geocities.com


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