Manos a la obra

El mundo es la gran casa común en construcción para cinco mil millones de personas, que necesita mucha mano de obra. La casa lleva muchos años en obras. Los más mayores cuentan que nadie sabe cuándo empezaron y los más jóvenes temen no verlas concluidas. Los trabajadores reconocen que la obra avanza, aunque muy despacio. Actualmente se trabaja en la cubierta del edificio.

Manos Unidas quiere que este año hagamos una visita a las obras para ver si nos animamos a echar una mano. La casa tiene andamios por todos los lados porque ninguna zona está terminada. La zona norte, en su estructura, es la que va más adelantada pero necesita, todavía, muchos retoques. Las cocinas están aplicadas y los salones pintados pero ha habido fallos de construcción en los huecos de los ascensores y los albañiles tienen que volver a meter la piqueta. En la zona sur los obreros andan levantando, todavía, los cimientos.

Manos UnidasLos trabajadores están en plena actividad. Sorprende que halla tan pocos obreros para tanta obra. Subidos a los andamios, sin casco y sin red, los obreros se juegan la vida. Muchos han dejado ya su vida en el trabajo lo que, lejos de desmoralizar al personal, le ha dado nueva fuerza para seguir en la derecha.

La idea que tienen los obreros es cubrir aguas antes de que vengan los ciclones. Hay mucha gente que vive a la intemperie y no tiene un techo para guarecerse de la lluvia y del hambre.

Hay una persona que ha llegado a pie de obra pero de momento se lo está pensando. No sabe a qué carta quedarse. Aún no ha decidido si se incorporará al tajo o se marchará a su casa pasa seguir por televisión, desde lejos, la marcha de las obras. Sus compañeros le animan para que les eche una mano porque hay trabajo para todos.

Alguien debería deducirle a esta persona que piense menos en si mismo y un poco más en los demás, que deje de filosofar sobre cómo arreglar el mundo y se ponga a construirlo con sus manos, que cambie su vida para cambiar el mundo.

Tampoco hace falta ser un especialista en albañilería, ni arquitecto de la construcción, cualquiera puede valer para transportar cubos con agua ó cemento, para empujar vagonetas cargadas de ladrillos o simplemente acercar el botijo a los trabajadores. Aunque no se espera finalizar la casa este año, se trabaja a destajo, con el fin de adelantar las obras para hacer la casa común más habitable para todos.

Después de haber visto lo que falta por hacer en el mundo, yo me subo al andamio.

¿Se sube usted?

Fdo. Julián del Olmo (Periodista)


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