Mártires de hoy en Zaire.

"Los Hermanos Maristas han sido elegidos este vez para ofrecer en Zaire el testimonio de su amor a Dios y al prójimo". Así se leía en el periódico el día 9 de Noviembre de 1996. Y el día anterior habían sido asesinados allí los Hermanos Servando Mayor García y Miguel Ángel Isla. El primero tenía 44 años ; el otro, 53.

Y continuaba diciendo el periódico que otro Hermano había hablado así de los recién asesinados : "Eran misoneros de raza, de corazón ; incluso eran santos de los pies a la cabeza. Sabiendo que se jugaban la vida, decidieron quedarse al lado de los más desfavorecidos".

Servando era de un pueblo de Burgos que se llama Hornillos del Camino. No había estado nunca en Zaire. Vivía en España y era director de un colegio. Cuando el consejero superior de los Maristas pidió voluntarios para ir a Zaire, Servando dio un paso al frente. Su madre tuvo doce hijos, cinco de ellos religiosos. Cuando vio marchar a Servando, dijo : "No le volveré a ver vivo".

Miguel Ángel era también burgalés. Cuando acabó la carrera, le destinaron a Argentina, y allí estuvo veinte años. Pero un día se sintió llamado a las Misiones y marchó a África. Primero cuidó a los leprosos, después, a los niños abandonados. El año pasado también se ofreció para ir voluntario a los campos de los refugiados.

Los religiosos Maristas han dicho : "Estamos orgullosos de tener misioneros como éstos, capaces de morir por los más desfavorecidos".

La Congregación de los Maristas cuenta con 5.500 frailes, repartidos por más de 75 países. Se dedican principalmente a la educación de los niños y a la enseñanza. Pero están siempre dispuestos a marchar a los lugares más pobres y lejanos, si ven que ésa es la voluntad de Dios. No tienen miedo a morir, pero tienen mucho amor a Jesucristo.

Con estos religiosos últimamente asesinados, son ya 10 los Hermanos Maristas que han muerto violentamente en el continente africano desde Abril de 1994.

Unos días más tarde supimos que otros dos Hermanos habían sido también asesinados y arrojados a una fosa común. Al principio se creía que éstos habían logrado salvarse huyendo de los verdugos. Por desgracia, no fue así. A los nombres de Servando y de Miguel Ángel hay que añadir los de Julio y Fernando.

Hace ya muchísimos años ya hubo gente buena que se atrevió a morir por Dios, como los siete hermanos macabeos, que prefirieron morir con su madre antes de obedecer al rey, porque éste quería que comieran carne de cerdo. Y eso estaba prohibido por la ley de Dios. También murió un hombre que se llamaba Esteban, al poco tiempo de morir Jesucristo. A Esteban le apedrearon, y él murió perdonando a los asesinos.

En Alcalá murieron también por negarse a ofender a Dios dos niños, que son los patronos de aquí. Se llaman Justo y Pastor. Pero ahora también hay mártires. Y los Hermanos Maristas que acaban de ser asesinados en Zaire lo demuestran claramente. Los mártires son santos.

Fdo. Marta Carmona y María Pacheco.


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