Hernando Cortés | Piura, 1928 |
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LIMA 2 Tf. 247 1793 |
Actor, director y autor teatral. Además de sus principales obras (cuyos estrenos figuran al pie) ha escrito Tierra o muerte (1986) (1989) y Estación Desamparados (1993). Ex-director del Teatro Universitario de San Marcos (TUSM), actualmente está dedicado a la investigación.
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Abuse usted de las cholas, escena de la obra La ciudad de los reyes
De Hernando Cortés
La Chola (Empujada desde bastidores) ¡No, yo no quiero! ¡Yo no quiero salir pa'juera, pues! ¡Déjame, caray! ¡Qué voy a decir yo si ni sé! ¡Pa'so diablo! ¿Voy a contar yo pues qué diablos, caracho? ¿Ah? ¿Lo que me ha pasau? ¡Lo que me ha pasau! ¡Cólera nada más que me da eso! Y después... ¡me río, caracho! A mí me han hecho una cosa bien pa' reirse. ¡Costiante lo que me han hecho a mí! ¡Palabrita, taitas! Yo le dije al niño Toño que no quería pues caracho pero él era más porfiau. Por acá me correteaba, por allá me correteaba, todito el día me correteaba. Me había de agarrar pues y la mano me jalaba de mi falda y también mi blusa me la jalaba, caracho. Me rompió un día mi vestido por la espalda. ¡Tanto que me jalaba! Que ya no, le dije pues yo; pa' qué seguir, que su "mama" se había de molestar. ¿Pero una cosa quieren que les diga? A mí me gustaba. Era bueno también pues; siempre conversaba conmigo. Me tenía mi consideración pues. A mí me gusta reírme; siempre me estoy riendo de cualquier cosa. ¡Pa' qué se va una a amargar la vida más! ¿Ah? Yo mucho me río. Pero a mí cólera me da que es que diga la señora que yo hacía chalaje. ¡Ahí no me río, caracho! Esas palabras que usan los patrones que yo no sé pa' qué sirven pues.
¡Y eso no jue nadita todavía. ¿Ustedes, taititas, de que lo peorcito creían que ya había pasau? ¡Todavía faltaba lo peorcito! Primero, la purga con aguas verdes, verdes, que sabían a diablos. Después, una bola negra que oriné. Después que me quedé en su casa de mi tío y con él tenía que acostarme yo pues. Y no me daba ni un realito pa' mí. Pero me pegaba juerte. ¡Me daba duro!
Siempre estaba borracho el desgraciau y borracho ahí me pegaba más. Así a mi tío yo nunca lo había visto. Hasta que un día, les digo, taititas, que me trajo p'al cuarto otro viejo como él que estaba bien borracho y quiso que yo me dejara ahí no más. Pero yo me escapé y me jui pa' donde el señor Antonio. Era el único pues que conocía en Lima, después de mi tío. Jui pa' pedirle que me prestara pa' venirme pa' mi tierra.
Me dijo que ya le había dado a mi tío y que con la plata qué había hecho pues. Y no me quiso prestar la plata de mi pasaje más que juera. Entonces le robé la plata a mi tío y me jui pa' mi tierra. Mejor pues allá aunque me fregara con mi taita, pensé yo. (Pausa) Me agarró una enfermedad juerte, juerte que botaba p'al suelo, y me puse como negra y flacucha desde arriba abajito. Llegué a casa de mi pueblo de lo peorcito y casi me muero allá. Casi me había de estirar mi pata, caracho. Allá pasé unos meses con mi taita Floriancito y cuando ya estuve mejorcita y no tenía casi nada, sólo un poco flaquita nada más, mi taita me empezó a agarrar y me tumbaba. Y al tiempo se me volvió a hinchar mi panza. ¡Caracho! ¿Otra vez lo mismo? ¡No! ¿De eso mismo? ¡Nunca, jamás! Me escapé. Me vine pa' Lima. No quería volver a purgarme, no quería perder a mi guagua. ¡No me iban a abusar de mí porque sea una pobre chola, caracho! ¡Aunque me muriese de hambre, me quedé con mi criatura! ¡Me quedé con ella! Y me voy poniendo gorda y me gusta cómo se me mueve en mi panza y las patadas que me da, de que son una caricia suave pues pa' mí. Y sé de que me encontraré con un señor que me dé trabajo. Yo sé de que me voy a encontrar. Ahora no tengo mi trabajo, pero estoy segura de que me voy a encontrar con mi buen patroncito que me quiera tener en su casa y que me pague lo que me daba el señor Antonio más que sea. Yo sé cocinar y lavo también la ropa y limpio pues la casa y también puedo pues cuidar de las guaguas de la señora. (Llanto) La gente no puede ser tan mala... no puede ser tan mala... no puede ser... (Sale llorando)