SIN TON NI SON
(Monólogo para actriz)
De Grégor Díaz
LA
ESCENA REPRESENTA UN BAR DE TERCERA CATEGORÍA (BAR-CHICHA) TRANSCURREN LOS
ÚLTIMOS AÑOS DE 1950.
LIMA–PERÚ/PERÚ–LIMA:
CUALQUIER DISTRITO POPULOSO.
EN
SEGUNDO PLANO DERECHA –SUGERIDO–, COMO DANDO LA BIENVENIDA, PUERTA DE VAIVEN
CON UN LETRERO NOTORIO QUE DICE: “URINARIO”; “BLASON DE LAS CANTINAS POBRES DEL
PERÚ”.
UNA
MESA Y CUATRO SILLAS DEL MISMO MATERIAL AL CENTRO DEL ESCENARIO –MESA Y SILLAS
RUSTICAS– DECORAN “SIN TON NI SON”. ENCIMA DE LA MESA: UNA BOTELLA DE COÑAC,
CUATRO VASOS, UNA GASEOSA, LIMONES PARTIDOS –Y EXPRIMIDOS–, UN CENICERO LLENO
DE COLILLAS, ETC.
LAS
SILLAS DEBEN ESTAR SEPARADAS DE LA MESA EN LA MEDIDA QUE LO ESTAN CUANDO SON
OCUPADAS POR PERSONAS QUE CONVERSAN. PARADA EN EL PISO, RECOSTADA A LA MESA,
ESTARÁ UNA GUITARRA, OSTENTANDO EN EL MANGO UNA VISIBLE CINTA BICOLOR.
ANTES
DE CORRERSE EL TELÓN SE ESCUCHA LOS ÚLTIMOS COMPASES DE UN VALS AÑEJO, LLORON.
LOS
PERSONAJES IMAGINARIOS OCUPARÁN EL SIGUIENTE ORDEN: SILLA DEL LADO DERECHO –DE
ACTOR–, EL MARIDO; DE IZQUIERDA, EL ZAMBO; ESPALDAS AL PÚBLICO, EL CHOLO. ELLA,
AL IGUAL QUE LOS PERSONAJES IMAGINARIOS, ESTÁ BORRACHA: “PICADITA”.
EN “SIN TON NI SON”, EL REALISMO ES SÓLO PRETEXTO PARA MOSTRAR EL ALMA
DEL SER HUMANO QUE VEMOS, DE LOS IMAGINARIOS QUE LA ACOMPAÑAN, DE LOS DEL
MACROCOSMOS AL QUE HACE REFERENCIA Y DE AQUELLAS PERSONAS QUE ASOMEN A NUESTRA
MENTE ANTE EL ESTÍMULO DE LA ACCIÓN ESCÉNICA. “NO LAS PAJAS DE LA CHOZA QUE
ALBERGA; SÍ EL ALMA DE LOS QUE SE COBIJAN EN ELLA”.
ELLA.– (SE PONE DE PIE Y, CON LA PALMA DE LA MANO,
GOLPEA LA MESA) ¡Ya, ya, ya! (SE GOLPEA EL PECHO) Ahora me toca hablar a mi
(PONIÉNDOSE UN DEDO EN LA BOCA) ¡Chitón, Zambito, que cuando tu hablaste yo me
callé, y cuando un burro habla los demás paran las orejas! (ALZANDO LAS MANOS)
No, no, sin ja, ja, ja, va la cosa, porque para el caso, todos somos burros
(ENOJADA, AL ZAMBO QUE LE INVITA UN TRAGO) ¡Toma tú nomás, que si chupo, otro
me quita la palabra! (A TODOS) Y perdonen esta introducción, como dice una novela
que el chino le prestó a mi marido. (AL CHOLO) ¡Mi marido, sí, ¿y qué?! (HACE
COMO QUE SE APOYA EN EL PERSONAJE DE SU DERECHA –SU MARIDO) ¡Si digo mi marido
es porque lo es… y no te rías Zambo, porque en esto nada tiene que ver el
casorio. (ALZA EL BRAZO DESPECTIVAMENTE) ¡Dios está muy ocupado para
preocuparse de estas cosas! ¡Mi marido, sí señor! (ABRAZA AL MARIDO) Cinco años
junto con mi viejo… (CONTENTA Y ORGULLOSA) y, ¡ahí vamos! –como decía mi padre,
que en paz descanse y de Dios goce. ¡Salud! (BEBE UN POCO PERO MIRANDO
FIJAMENTE AL ZAMBO, MIENTRAS SE ACERCA A SU LADO Y CON LA MANO HACE COMO QUE LE
TAPA LA BOCA PARA QUE NO LE QUITE LA PALABRA) ¡Ah, está rico…! ¡suavecito está
el coñac… añejo! (VOLVIENDO AL CUENTO) El viejo era de rompe y raja, pero un
desgraciado. ¡Le daba cada tanda a mi vieja…! Pero allá ella, quien quiere
celeste, que le cueste. (EMOCIONADA) De él aprendí a bailar marinera: la del
norte y la limeña… ninguna de las dos tiene secretos para mí. ¡Quince años he
cumplido de artista! (AL CHOLO) No, no te creas que soy tan vieja… (COQUETA) Lo
que pasa es que comencé muy niña, casi una criatura… una “Lolita” –como dicen
ahora. ¡Me echaban el ojo que daba miedo! (AL MARIDO) Tú no hables, porque me
conoces desde niña. Así que, en todo caso, el viejo eres tú. (AL VER QUE SE
DUERME) Ya pues, no te duermas viejo. Chapa tu vaso y chupa. Dale gusto al
cuerpo. Sino, viene la muerte y ¡san se acabó! Merienda para los gusanos. Lo
comido y lo bailado nadie te lo quita… como decía mi padre, que en paz descanse
y de Dios goce. El viejo si que sabía vivir… le metía duro al trago. ¡Pero eso
sí, comía y en que forma! ¡tenía una panza así de grande! (APENADA, MAS POR EL
TRAGO QUE POR EL RECUERDO) Mi viejo, me da mucha pena acordarme de él. Cuando
estaba zampado, tocaba la guitarra y me hacía bailar… (RECALCANDO) ¡Me
enseñaba! (SE PONE DE PIE Y, MIENTRAS GUTURANDO DA VIDA A UNA MARINERA, MARCA
UNOS PASOS, LLEVANDO MUY EN ALTO EL BRAZO DERECHO)
Tucu tucu tucúm
Tucu tucu tucúm
Tucu tucu tucúm…
¡Ah,
como la ves, Zambito! No sólo los del pelo echan su ritmo. Por mi viejo aprendí
(SE SIENTA) Marineras antiguas y valses de la guardia vieja. (AL CHOLO) ¿Qué?
¿Hermelinda? (MUY CONOCEDORA Y TOMÁNDOLE EL PELO) ¡Hablo de los de “antes”! ese
vals de Pinglo, para que lo sepas, es más conocido que “La cumparsita”, que
“préstame medio”, “enseguida vuelvo”, “mañana te lo traigo”… y que el
(BESÁNDOSE LOS DEDOS) “Por Diosito” (SE RÍEN). Me refiero a los de “antes”…
(SENTADA NOMÁS) Esos que se bailaban con el ritmo del:
Tun dete, tun dete, tun dete…
(ADELANTÁNDOSE,
PARA QUE NO LE DEN ESA RESPUESTA, LLAMEMÓSLE GROSERA, QUE USAN LOS MUCHACHOS:
“CINCO DEDOS EN EL OJETE”)
¡Amarra
el perro, Zambo, que a ti te conozco muy bien! (CON SORNA, REMEDÁNDOLO) Tun
dete, tun dete, tun dete, ¿no? Eres más liso que la “madreselva”. (MIENTRAS
PRENDE UN CIGARRO BARATO) Pinglo vivió en los Barrios Altos. Sabes…
(CONFIDENCIAL) en una sastrería escribió el vals El espejo de mi vida
(CANTANDO)
Ya estoy viejo,
Hay arrugas en mi frente,
Mis pupilas tienen un débil mirar…
(CORTANDO
LA CANCIÓN Y CON AIRE DE MUY CONOCEDORA) Pinglo enseñaba a tocar guitarra y a
cantar a las señoritas de ese entonces… ¡Y le pagaban muy bien! (AL ZAMBO)
¡Pero que Zambo para bruto! ¡Enseñaba… sí, si hasta los viejos lo dicen! Y
sino, fíjate en la canción:
“Mis ‘pupilas’ tienen un débil mirar…”
¡Ahí
está pues… él mismo lo dice: “¡Sus pupilas!” ¡No hay dudas que valgan! Habla de
sus pupilas, ¿no? (DE PIE) Y no te rías, porque me amargo, y ya sabes el
geniecito que me gasto. Esto lo heredé de mi padre. ¡El sí tenía genio! Cuando
estaba amargo, oye, ni con miel de abejas lo endulzabas, para que lo sepas.
(HACE UN GESTO COMO QUE YA LE AGARRO EL LICOR). Este trago ya me agarró.
(ANIMADA) Te apuesto que no conoces (AL ZAMBO) esta marinera que se cantaba
hace muchos años con la música de “El palmero” (RECITA LA LETRA ALZANDO EL
BRAZO COMO SI TUVIERA PAÑUELO)
Palmero sube a la palma
y dile al alcalde Elguera
que no nos palmee tanto
con tanta y tanta palmera…
¡Ah!
¿Ya ves? (HABLANDO COMO NEGRA) “La música ‘cuturiza’”. Si no fuera por esta
marinera, nunca en tu vida te hubieras enterado que Lima tuvo un alcalde que se
llamó Elguera. Y esto que has aprendido esta noche es poco, Zambito… mucho más
podría ser, (MUY PÍCARA) pero tienes que ponerte otro cuartito, pues, Zambo
amarrado. ¡Tacaño! ¡Coñete! ¡A ver, para quién vas a dejar la plata cuando te
mueras! (CORTANDO AL CHOLO QUE LA QUIERE INTERRUMPIR) ¡Alto, ahí no más, cholo
parlanchín, que la que está hablando soy yo! Ya te tocará tu turno… tiempo te
sobra para lamentarte. No te preocupes. ¡La noche es joven, todavía! (AL ZAMBO)
Lo que pasa es que guardas pan para mayo –como decía mi padre, que en paz
descanse y de Dios goce. (REMEMORA CON AQUEL GOZO QUE DA EL ALCOHOL: APROXIMA
LO LEJANO) ¡Mi viejo! (SONRÍE) Tomaba porque la vieja le sacaba la vuelta.
(MANDANDO TODO AL DIABLO) ¡Y tenía razón, qué caray, si nunca llevaba nada para
parar la olla! (SONRIENDO) Del arroz, siempre me tocaba el concolón
(EXPLICANDO) Como era la mayor, me dejaban para el último… ¡y a rascar la olla,
se ha dicho! (ACLARANDO) Éramos ocho hermanos ¡Piensa, Zambo! (CON AMARGURA) La
situación era mala. (AL CHOLO) No… en todos los hogares. La situación era mala,
¡muy mala!… El terremoto del cuarenta, vino a complicar más las cosas. Las
pobres casitas del barrio se vinieron abajo. Daba pena ver los escombros. Los
adobes desparramados por las calles. Todos pensábamos que el mundo se iba a
acabar. Teníamos miedo y pena. (AL CHOLO) ¡Sí, miedo: temblábamos más que campanillas
de fraile, para que lo sepas! (BROMEANDO) El viejo, creyendo que el mundo se
iba a acabar, ¡chupaba! Nadie quería alejarse del hogar, así que nadie
trabajaba. Luego vino la gripe, a mi vieja le dio pulmonía. Casi se nos muere.
(ACLARANDO) ¡Y, dormíamos como en la plaza pública…! ¡No ves que se nos vino el
techo abajo! (A TODOS) De Lima llegó con aire de perdonavidas la “Señora del
gobierno”. Nos ofreció el oro y el moro. (ACLARANDO) ¡Hasta ahora la estamos
esperando! (MUY SEGURA) ¡Y no va a llegar nunca! (SE BESA LOS DEDOS DE LA MANO)
¡Por Dios! (AL ZAMBO) Claro que se tomó fotografías con nosotros y salimos en
todos los diarios. (POSA CON LA CARA QUE SALIÓ EN EL DIARIO) Pero de la ayuda…
¡naranjas! (SUSPIRA) Siempre es igual. (ALEGRE) Pero todo cambió cuando ingresé
al arte… (COMO SI VIVIERA EL PRESENTE) Me llamaban de todas partes ¡De aquí y
de allá!, de todas partes… ¡hasta de Lima! Un colega habló con mi padre
(IMITANDO AL COLEGA) “Pero señor, mande usted a esa chica a la capital… ¿quién
se va a enterar que en ‘Huacho’ hay una artista como su hija?… ¡Ni siquiera
saben si vive!”… Era maricón. (SE RÍE) El viejo se convenció y me envió a Lima,
a casa de su compadre. (SEÑALANDO) Acá nomás… en los Barrios Altos. (MUY
ALEGRE, SE PONE DE PIE) Pañuelo en alto (ALZA LA MANO)… una gran sonrisa…
(SONRÍE) ¡Y a bailar marinera se ha dicho (GIRA EN REDONDO), entre palmas y
vivas del público! (SENTÁNDOSE) Después de cada función… mi platita contante y
sonante. (SERIA) Lo malo es que cuando gané plata, cuando tenía para parar la
olla –¡hasta en batea!– murieron mis padres. Primero el viejo… después mi
madre. Dicen que ella se murió de pena. (SE SUENA LA NARIZ CON LA CHOMPA) No
estuve presente para ninguno de los entierros, ¡maldita sea! (AL MARIDO) ¡Como
no son tus padres, a ti que te importa! (SE SECA LOS OJOS CON LA CHOMPA)
Después fue peor. Yo también me di a la pena, ¡qué caray!, no era para menos… y
de pena me puse a tomar –como mi viejo… que en paz descanse y de Dios goce.
(LIMPIÁNDOSE CON LAS MANOS LOS OJOS) Me adelgacé… me puse pálida. (SUSPIRANDO)
Perdí un trabajo y otro… y comenzó a faltarme el dinero. La mujer del compadre
de mi viejo se puso celosa y tuve que salir de su casa. (ASPIRANDO POR LA
NARIZ) Y, ya se sabe lo que ocurre en estos casos. Me tuve que juntar con un
sinvergüenza. (SE PONE DE PRONTO DE PIE COMO DEFENDIÉNDOSE DEL MARIDO) ¡Eso fue
antes que te conociera, ya te lo conté! Además… ¡celos! (CONTESTANDO AL MARIDO)
¡Deja pues que me desahogue, que hablando a nadie le hago daño! (CAMBIA DE SITIO
CON EL ZAMBO) Pasa Zambo. (TOMANDO PRECAUCIONES POR SI EL MARIDO LE LANCE UN
GOLPE) ¡Jesús, qué tal genio! (VOLVIENDO AL CUENTO) Mi representante me dijo un
día: (LO IMITA CON CÓLERA) “¿Por qué no haces deshabillé?” (AL ZAMBO,
SENTÁNDOSE) ¡Deshabillé, pues… lo que ahora llaman striptease! (AL CHOLO) En
una palabra… ¡querían que me calateara en público! Todos querían lo mismo. (AL
ZAMBO) ¡Lo mandé al diablo, pues! (RIÉNDOSE IRÓNICAMENTE) Uno me ofreció
trabajo en una cuadra del “Barrio Rojo” de La Victoria. (AL CHOLO) Todos se
ensañan con el caído. ¿Los amigos? ¡Si te he visto no me acuerdo! (DOLIDA, AL
MARIDO) ¡Ya, ya, está bien! No voy a hablar, si eso quieres. ¡Ya, se acabó,
pues! (AL ZAMBO) Tú no te metas, Zambo… si me grita él, a ti que te importa… es
mi marido. (LE VUELVEN LAS LÁGRIMAS Y CON UNA MANO SE SECA LOS OJOS) Como no
acepté calatearme… ¡me cerraron las puertas! Y no podía regresar a Huacho…
Porque habían muerto los viejos. (CON CÓLERA Y LAGRIMEANDO) ¡Plata maldita!
(CON CÓLERA CONTENIENDO LAS LÁGRIMAS) Ahora sólo bailo para mí y mis amigos (AL
ZAMBO) Tienes razón, Zambo. Nada se gana con llorar. ¡Para qué acordarse de
cosas tristes! (AL CHOLO) ¡Así es… el pasado, es pasado, y los muertos, muertos
son y nada se puede hacer por ellos! (AL MARIDO, FINGIENDO ALEGRÍA) ¡Alégrate
viejo! (LE GANA EL LLANTO) ¡Como yo! ¡Saca tu pañuelo y bailemos para matar las
penas! (SE PONE DE PIE Y LLORA MIENTRAS SE ESFUERZA POR MOSTRAR GRAN ALEGRÍA,
PALMEA MARCANDO EL RITMO DE LA MARINERA, MOVIENDO LA PARTE ALTA DEL CUERPO, EN
EL MISMO SITIO):
Tucu, tucu, tucum
Tucu, tucu, tucum
Tucu, tucu, tucum…
(CON
LÁGRIMAS EN LOS OJOS VA AL MARIDO IMAGINARIO, LO LEVANTA Y CON ÉL BAILA
MIENTRAS CANTA):
Palmero sube a la palma
¡catay, catay…!…
(GANADA
POR EL LLANTO VA A LA MESA Y BEBE SU COPA) ¡Salud viejo… por la Señora del
Gobierno, por Huatica y el deshabillé! (BEBE Y TOMANDO EL PRIMER PLANO, BAILA
CON EL MARIDO, MIENTRAS CANTA):
Palmero sube a la palma
¡catay, catay!…
(LLORANDO,
CANTA FRASEANDO LA LETRA):
Y di–le a la pal–me–ri–ta
(LLORANDO)
Chu… mayyy, chu… mayy…
TELÓN LENTO