Carta abierta a los jovenes que sueñan un mundo mejor

por (A)NAIS


Existen en los libros de texto miles de definiciones sobre la juventud, donde se presentan como rasgo caracteristico de ella su irresponsabilidad y su rebeldia "sin causa". La juventud, que es un principio biologico y que luego puede espiritualizarse, es ciertamente creatividad, sed de conocimientos y busqueda de experiencias que opone a cualquier obstaculo su rebeldia.

Ante ello el sistema dominante, al que tenemos que reconocer suma astucia en su afan de preservarse, ha creado miles de armas que permitan aliviar el peligro que puede representar la organizacion de los jovenes conscientes de su opresion (como parte de la mayoria explotada, como personas que por sus caracteristicas hormonales son las grandes victimas de la represion sexual, como estudiantes, etc.). Muchas son dichas armas: la television, la musica, la educacion institucional, la familia (si esta pretende conservar los valores impuestos y se convierte en instrumento de coaccion), y tantas mas en las que en otra ocasion podremos adentrarnos.

Pero lo que nos interesa en este momento es determinar cuales de esos instrumentos opresivos afectan a los jovenes que logran desarrollar alguna perspectiva critica de la situacion social, decidiendose a crear y defender una utopia de vida. Sin duda que a todos nos alienan en alguna medida las relaciones personales, el trabajo y los estudios, pero en esa funcion represiva de la inquietud juvenil, las drogas y el alcohol han resultado medios aun mas excelentes, pues ?Para que sirven los suenhos, las ideologias, las utopias si nos sumergimos en la alucinacion y la incoherencia que ambos producen?; rebeldes pero confusos, preferiblemente adictos o alcoholizados, asi nos quiere el sistema; asi somos menos peligrosos y asi han derrumbado muchos movimientos como el hippie y el punk, ademas reducidos a la condicion mucho mas inofensiva de modas. Por eso resultan estupidas, repugnantes y contrarevolucionarias las repetidas seudoconsignas de "bebe y lucha" o "entre curda y revolucion no existe contradiccion".

Podemos seguir con este interesante tema de los enemigos externos, pero resulta que aun cuando estemos claros de la necesidad de enfrentarnos a ellos todavia nos queda un gran enemigo por vencer, o mejor dicho, una gran amistad por ganar: nosotros mismos. Resulta increible, hasta decepcionante, observar como tantos jovenes valiosos para la construccion del nuevo mundo prefieren mantenerse en la comodidad del no hacer nada, escudandose tras un remedo de libertad individual con el cacareado "no lo deseo", o con otras miles de excusas cuando prefieren aborregarse para consumir (lo mismo da si ropa, espectaculos o hamburguesas) que organizarse para la lucha social o el desarrollo de alternativas culturales. A veces, incluso hay una participacion nominal en actividades contestatarias, pero se carece de una autentica etica de la responsabilidad y la supuesta persona "contestataria" se conforma con que los demas hagan todo el trabajo. En fin, esto solo pretende ser una pista para que quien se sienta tocado emprenda la autocritica, sin olvidar que esta carece de objeto si no nos proponemos superar los errores. Recordemos siempre que la Revolucion es un proceso constante, para la sociedad y para nosotros mismos; como tal, exige una revision cotidiana de la relacion entre nuestras actitudes y nuestros valores eticos.

La juventud es sinonimo de potencial para el cambio, si no la asumimos para la realizacion de nuestros suenhos, entonces, cuando llegue su fin biologico llegara el fin de nuestra rebeldia. Si por el contrario, vemos en trabajar por nuestra utopia el mas hermoso de los compromisos con nosotros mismos y con los demas, aprenderemos a saborear la satisfaccion de saber que hacemos lo correcto, internalizaremos con pasion y conciencia nuestra rebeldia, y asi, a pesar de las cronologias hormonales, podremos conservar por siempre nuestra juventud en la predica y la practica de la Revolucion.

¡Demostremonos que podemos ser responsables con nuestros sueños! !Nuestra rebeldia si tiene causa!

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