El bajo astral sabe que la etapa está a punto de finalizar y por eso intenta llevarse más espíritus encarnados hacia su territorio, haciéndoles caer en la vanidad, el orgullo, el egoísmo, la superioridad ante los demás y de este modo hace que nos cueste más continuar la evolución hacia el progreso, la presión que ejercen llega a ser tan fuerte que pueden confundirnos de tal forma que no veamos la realidad tal y como es.
Los espíritus encarnados debemos enfrentarnos, además a las debilidades y obstáculos que implica poseer una materia, ya que la mayoría de las veces tendemos a dejarnos influenciar más por la parte material que por la espiritual casi sin darnos cuenta. Esto ocurre porque lo material nos parece más fácil, caemos en la comodidad, la rutina y guiados por nuestros defectos nos dirigimos hacia una falsa felicidad que conseguimos por un pequeño esfuerzo, el cual no implica una renuncia por nuestra parte.
No nos queremos dar cuenta de que la verdadera felicidad se encuentra en la perfección interior y va aumentando cuanto mayor evolución espiritual se va consiguiendo, y que ésta se gana con esfuerzo, sacrificio, sintiendo las cosas de corazón cuando se realizan. Mientras no nos planteemos esto firmemente todo lo material nos arrastrará con más fuerza, ya que no seremos capaces de dar a cada cosa su debida y justa importancia. De este modo, si no encontramos el equilibrio, fácilmente podemos caer en el materialismo o en el fanatismo.
Esto se puede observar fácilmente en nuestra sociedad, la cual es tan materialista que la gente no se interesa por nada de su alrededor y sólo les preocupa su bienestar personal. Intentan ser felices por medio del dinero, del poder ... y pocos son los que se dan cuenta de que todo eso no satisface internamente y que así desaprovechan muchas oportunidades. Mientras tanto la otra mayoría puede llegar a un punto tal que todo su entorno e incluso algo tan necesario como el respeto a los humanos carezca de importancia. Parte de la culpa de este materialismo que aflora cada vez más se debe a la ignorancia que puebla la Tierra. La gente no conoce muchos aspectos espirituales necesarios para no cometer grandes errores, ideas como que estamos encarnados para evolucionar, que toda acción tiene su consecuencia, que la vida es un don de Dios, que con la muerte no acaba todo ...., tal vez la gente no estaría tan falta de buenos sentimientos, y pensamientos y todos juntos contribuiríamos al rechazo de la influencia constante de la negatividad.
Nosotros mismos podemos hacer que otras personas salgan perjudicadas por la acción de las influencias. Esto ocurre porque la fuerza del pensamiento es muy poderosa y muchas veces al estar pensando o hablando mal de alguien mandamos influencias a esa persona. La acción negativa que se realiza es doble, pues interferimos negativamente en la evolución de los demás al hacer que se rodeen de negatividad y al mismo tiempo nos envolvemos en un ambiente también negativo. Nuestra responsabilidad ante esa acción es mayor. Pero al igual que se puede hacer mucho mal también se puede hacer el bien por medio del pensamiento. Si tomamos una actitud positiva y no desistimos en el día a día en la labor de progresar el ambiente del que nos rodearemos será totalmente diferente.
La acción de las influencias puede ser enormemente negativa hasta el punto de que veamos las cosas mucho peor de lo que son, pueden acobardarnos y derrotarnos, haciendo que nos estanquemos y perdamos oportunidades de progresar espiritualmente con más rápidez y facilidad. Sabemos que el tiempo perdido no lo podemos recuperar por lo tanto debemos ser fuertes y rechazar todo aquello que nos haga sentir mal, para no ver fantasmas donde no los hay, lo importante es lograr dar el primer paso hacia adelante, abrirnos camino y veremos como así todo es más fácil de lo que pensábamos y las influencias no podrán romper esa barrera que hemos forjado con nuestro empeño e ilusión, siguiendo fieles a nuestros ideales de progreso. Poco a poco veremos como todo se va desenvolviendo de manera más rápida y segura.
Hemos de mantener las ideas claras y no confiarnos ya que en cualquier momento el bajo astral nos puede gastar una mala pasada. Está al acecho, conoce nuestros defectos, nuestras debilidades y en el momento en que nos descuidemos tendrán una puerta abierta para confundirnos y entorpecernos, apartándonos del camino espiritual y así de esta forma retardar nuestro progreso. A partir de ahora, cualquier pensamiento negativo debemos rechazarlo instantáneamente, pues podemos hacer mucho mal y después tendremos que pagar todo aquello que hayamos realizado y perjudicado. Recogeremos nuestros frutos, tanto buenos como malos y según como estos sean obtendremos castigo o recompensa.
Todos sabemos que a pesar de todas las dificultades que se nos presenten el Padre nos da la fuerza necesaria para combatirlas y seguir adelante. Todo depende de que nosotros queramos y pongamos empeño en superar las adversidades. Merece la pena esforzarse por una causa tan justa como es la evolución espiritual.