FEB-00 Nº 211 |
|
|
|
No olvidemos que es en el espacio donde, en primer lugar, nos preparamos interiormente, estudiando nuestros errores y analizando la mejor forma de superarlos. En segundo lugar, con la ayuda del plano espiritual superior preparamos existencias en las que tendremos que aportar con esfuerzo y voluntad nuestras cualidades innatas para superar todos los escollos. El mérito se encuentra en la dificultad y nunca la prueba es superior a la fuerza o capacidad de la persona.
Existen dos aspectos que son muy importantes y que deben ir perfectamente conjugados para lograr el éxito: el corazón y la cabeza. La persona que tan sólo utiliza el corazón pero no razona, no valora los pros y los contras y no analiza las situaciones, fácilmente se podrá equivocar haciendo más daño que bien. Por contra aquél que sólo utiliza la cabeza, que todo lo calcula y sopesa, puede correr el riesgo de quedarse corto y no actuar con el calor o el sentimiento que la situación puede requerir. Por lo general las pruebas harán mas hincapié en aquello que más se necesita desarrollar.
En definitiva, en el devenir de una existencia física se viven multitud de situaciones, dificultades de todo tipo. Si afrontamos la existencia material siendo conscientes de nuestra realidad espiritual y con afán de superación, con toda seguridad que el camino nos resultará menos complicado. Además, los reveses así como las desgracias de la vida cumplen una función educadora. La comodidad así como los placeres no posibilitan el progreso; es en las luchas, en los sacrificios donde el espíritu se va forjando y creciendo interiormente.
También nos pueden surgir dudas en un momento dado respecto a cuál es el camino más idóneo a seguir o el comportamiento más correcto ante determinadas pruebas. Es entonces cuando debemos de recurrir a todos los medios que tenemos a nuestro alcance para solucionar el problema pues son numerosos:
- Examinando la conciencia que es donde se encuentra almacenado el bagaje de las diversas existencias y la experiencia acumulada del pasado.
- Analizando los pros y contras, y pensando antes en los demás que en uno mismo a la hora de buscar una solución.
- Recurriendo a la oración, solicitando el auxilio de nuestro protector y de los seres superiores que siempre están dispuestos a ayudarnos e inspirarnos buenas resoluciones e ideas.
- Y por último, solicitando la ayuda de nuestros compañeros, amigos y personas queridas, ya que pueden tener la experiencia que a nosotros nos falta. Además, cuando los problemas se analizan y se observan desde fuera, es mucho más fácil encontrarles la solución.
Otro aspecto muy importante es que siempre debemos de buscar la manera de actuar con justicia, tarea nada fácil ya que en ocasiones se confunden los términos y a la hora de obrar en lugar de hacer un bien podemos estar perjudicando a otras personas. Pongamos un ejemplo ilustrativo, la educación de los hijos y de los resultados que se obtienen cuando los padres creen ser buenos consintiéndoles todo a los pequeños. Si no se establece además del cariño una disciplina, a la larga esos niños se convertirán casi con toda seguridad en unos inmaduros e insociables.
Para concluir, recordar el ejemplo de los grandes maestros
que han desfilado por nuestro mundo, dejando una estela de amor traducido
en renuncia, abnegación y nunca rebelándose ante sus pruebas
por muy duras o inmerecidas que pudieran parecer. Bebamos de su mensaje
para que esta existencia nos pueda ser útil, en ese largo camino
lleno de obstáculos que nos queda por recorrer y que nos conduce
hacia el crecimiento espiritual.