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A menudo, observamos ciertos medios de comunicación que haciendo gala de la libertad de expresión ofrecen contenidos que atentan contra la moral, difunden contenidos racistas, violentos... en ocasiones los disfrazan con otras ideas o conceptos, en apariencia nada perjudiciales, que parecen capturar la atención de los posibles receptores... Ante tanta cantidad de información es preciso una formación adecuada que nos permita diferenciar y extraer lo positivo de lo negativo, para no ser confundidos ni manipulados.
Se hace necesario observar una "ética del informador o comunicador" para que todo aquello que se divulgue se atenga a la realidad, al respeto por los valores humanos fundamentales y se haga desde una postura expositiva nunca impositiva, dando la libertad para que el receptor extraiga su propia opinión o criterio.
Todos sabemos de la influencia positiva o negativa que pueden ejercer los medios de comunicación, en especial a los más pequeños de la casa, así pues es deber de los padres ayudarles a decidir los contenidos de acuerdo a sus edades, evitándoles espectáculos de violencia o poco éticos; por el contrario, procurar que recojan más contenidos educativos o formativos, o simplemente que prescindan de tanta televisión y lean libros instructivos o incluso que jueguen más con sus hermanos y compañeros.
La prensa y revistas que tratan sobre temas de contenido filosófico y moral también deben procurar ofrecer los mejores contenidos, expresándolos siempre desde el respeto y consideración a todas las ideas de sus lectores, procurando incentivar en ellos el cultivo del razonamiento y el propio análisis, para que éstos no lleguen a creer a "pie juntillas" aquello que leen sin pasarlo previamente por el tamiz de la razón. Existen infinidad de ideas y muchas de ellas quizás no estén bien orientadas o no sean del todo positivas, ejercitemos el sentido común y veamos si pueden ayudarnos a mejorar nuestra vida y la de los que nos rodean antes de admitirlas como válidas, este es un principio básico.
Además, recordemos que "por el fruto se conoce el árbol", si aquellos que divulgan una idea altruista no la ponen en práctica, poco dicen en su favor y hasta cierto punto lo que nos manifiestan podemos ponerlo en duda. Tengamos en cuenta que hablar y dar consejos es muy fácil, si bien a la hora de ser los primeros en llevarlos a la práctica es cuando podemos observar si de verdad existe buena intención en esas personas, entonces sí que debemos valorar y considerar lo que nos comunican.
Cumplimos un nuevo aniversario, en esta ocasión ya son 16 años los que llevamos publicando esta pequeña revista de contenido espiritual, la cual desde sus inicios llega a 36 países. No siempre resulta fácil seleccionar contenidos de interés para todos, aunque año tras año procuramos renovarlos y ofrecer nuevas secciones que intenten aclarar muchas ideas que a nuestro entender no están del todo bien entendidas y pueden ser motivo de confusión. Agradecemos a todos nuestros lectores su interés y continuo apoyo para que sigamos trabajando en esta tarea divulgativa.