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La historia está plagada de experiencias paranormales y quizás algunas de las que más llaman la atención son aquellas en las que las personas son capaces de captar lo que ocurre en otros lugares lejanos (clarividencia), o incluso que una misma persona fuera vista en dos sitios a la vez con mucha distancia por medio (bilocación). En apariencia estos fenómenos tienen mucho que ver con la existencia del espíritu y el hecho de que éste pueda trascender a los lazos de la materia y captar circunstancias que serían imposibles únicamente con nuestros sentidos físicos.
Observemos los siguientes relatos que corresponden a la historia eclesiástica y que podemos leer en el Libro de los Mediums de Allan Kardec (item 119): "San Alfonso de Ligorio fue canonizado antes del tiempo exigido, por haberse mostrado simultáneamente en dos parajes diferentes, lo que pasó por un milagro. San Antonio de Padua estaba en España, y al mismo tiempo en que predicaba, su padre, que estaba en Padua, iba al suplicio acusado de un asesinato. En ese momento aparece San Antonio, demuestra la inocencia de su padre y hace conocer al verdadero criminal, quien más tarde sufrió el castigo. Se probó que en el mismo momento San Antonio no había salido de España."
La realidad es que todos, con cierta habitualidad, salimos a ese “otro lado”, sobre todo en el transcurso del sueño, aunque lo más normal es que no recordemos prácticamente nada. Eso explicaría que algunos sueños tengan una apariencia tan real y de que ciertas escenas, visiones o lugares visitados podamos comprobar que se corresponden con la realidad al revivirlos en un futuro más o menos cercano. Más sorprendente aún cuando en ese plano hablamos con familiares ya fallecidos que incluso nos aconsejan sobre circunstancias o dificultades que estamos atravesando, con tal claridad que recordamos hasta el más mínimo detalle en el pasar de los años.
Qué decir de aquellas personas que a raíz de un accidente o incluso en el transcurso de una operación, notan como salen de su cuerpo y se ven flotando alrededor de su cuerpo físico inerte, casi sin vida, unidos por un lazo fluídico (conocido por "cordón de plata"), mientras los médicos luchan por salvar su vida. Algunos son acompañados durante ese momento por otros espíritus, a veces conocidos, aunque otros se quedan relativamente cerca de su cuerpo. Son muchas las experiencias en este sentido y a buen seguro que las hemos escuchado a personas que nos son cercanas. Estos individuos que han tenido esta vivencia cambian por completo su visión sobre la vida, pierden el miedo a la muerte porque saben lo que hay al otro lado y en general adquieren una mayor conciencia del porqué y para qué estamos aquí.
Extractamos algunas de las conclusiones que el Dr. Charles Tart de la Universidad de Virginia ha realizado sobre las "experiencias fuera del cuerpo", según recopila Jon Aizpurua en su obra "Historia de la Parapsicología":
· Constituye un fenómeno universal
a lo largo de toda la historia.
· Generalmente son experiencias que
sólo ocurren una vez en una vida y en circunstancias especiales.
· Son experiencias profundas que radicalmente
afectan las creencias del individuo acerca de la supervivencia y de la
posesión de un alma.
· La experiencia es "extremadamente
gozosa" para todos los que la han vivido.
· Las descripciones de acontecimientos
experimentados en lugares distantes son correctas y más precisas
de lo que podría esperarse si fuesen mera coincidencia.
Otro investigador de la talla del médico brasileño Waldo Vieira, ha realizado un concienzudo estudio titulado "Proyecciología", donde recoge infinidad de técnicas para producir la salida consciente del ente espiritual, así como consejos sobre los preparativos, acciones físicas y actitud moral que debemos observar. Incluso ha fundado el "Instituto Internacional de Proyecciología" donde se realiza un estudio minucioso de toda esta problemática.
Hay muchas personas que utilizan esas técnicas de proyección astral para lo que denominan su desarrollo personal, pues según comentan en el otro lado se aprende mucho mejor y se puede colaborar para realizar trabajos importantes junto a otras entidades espirituales.
A nuestro entender y siempre bajo nuestro punto de vista, el uso de esas técnicas entraña ciertos riesgos y se puede realizar un uso inadecuado e incorrecto de esa facultad, incurriendo en graves faltas morales, si previamente no hemos trabajado lo suficiente en el autocontrol de nuestras debilidades y en la potenciación de nuestras cualidades. Además, al provocar de forma consciente ese desdoblamiento, estamos a expensas que desde el denominado "bajo astral" algún espíritu intente perturbarnos o influenciarnos, incluso impedirnos momentáneamente que volvamos a nuestro cuerpo.
Es preferible que este hecho, si se produce, no lo provoquemos nosotros sino que sea algo espontáneo y natural, pues de esa forma somos acompañados por espíritus guías que garantizan que no nos pueda ocurrir nada negativo durante ese desdoblamiento.