JUL-99 Nº 204 |
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El tablero de la oui-ja, empleado casi como un juego por multitud de personas, constituye un procedimiento rudimentario de comunicación con el más allá. Muchos defienden su utilización, argumentando que solamente están investigando y que de ningún modo se dejan llevar por lo que dicen esas comunicaciones sin analizarlo debidamente y sin comprobar de alguna forma si tienen una base razonable y científica.
Algunos grupos de investigación
encuentran en su práctica una buena fuente para indagar sobre las
energías que intervienen, llegando a ciertas conclusiones según
las comunicaciones recibidas y los supuestos comunicantes que se manifiestan:
En fin tendríamos comunicaciones
para todos los gustos que podrían darnos a entender que efectivamente
son entidades reales las que se manifiestan, aunque siempre debemos acudir
a las explicaciones y aclaraciones que nos ofrece el ESPIRITISMO para conocer
con exactitud el riesgo de ser engañados y caer en lo que se denomina
una mistificación. Por su parte, muchos de los investigadores, explican
que los fenómenos que se producen en la oui-ja pueden ser fruto
del inconsciente colectivo que en un momento dado puede captar hechos o
situaciones del pasado y darle forma en el presente como si de una personalidad
real se tratara.
En cuanto a los fenómenos de poltergeist, desplazamiento de objetos sin contacto aparente, etc. que se suelen dar en ciertas sesiones, muchos investigadores creen que pueden ser debidos a las mismas energías descontroladas de algunos de los presentes.
Existe un riesgo añadido y es la asistencia a esas sesiones de personas que padezcan depresiones, estados de ansiedad, angustia, nerviosismo, falta de seguridad en sí mismas, que sean volubles e influenciables... pues pueden llegar a sufrir ciertas crisis que lleguen a repercutirles gravemente en su equilibrio mental.
La opinión espírita es la de prudencia y conocimiento antes de implicarse en estas prácticas que pueden ser seriamente perjudiciales para algunos de los asistentes, sobre todo si alguien tiene una facultad mediúmnica en desarrollo y lo desconoce, pues puede verse influenciado por entidades negativas tanto durante esa sesión como en días sucesivos.
Las obras de la codificación espírita han de ser estudiadas minuciosamente para conocer lo que nos advierten sobre la naturaleza de las comunicaciones y los espíritus que se suelen manifestar en una sesión de este tipo, donde es la curiosidad el mayor motivo que impulsa a los presentes a participar de ella. Conocemos que por ley de afinidad asistirán allí espíritus de una condición espiritual y moral semejante o inferior a la nuestra (rara vez más elevada), encontrando en nosotros una oportunidad para engañarnos, pasarlo bien y en el peor de los casos procurarnos entorpecimientos espirituales (hasta incluso molestias físicas) de diversa consideración.
Los espíritus se disfrazan y aparentan ser lo que no son, tienen la ventaja de que conocen nuestras debilidades, nuestros pensamientos y sentimientos y pueden decirnos verdades a medias e invitarnos a actuar de una determinada forma o manera haciéndonos creer que son "seres elevados", "entidades extraterrestres",... "familiares fallecidos"... que conocen nuestro futuro y la mejor forma de mejorarlo.
Huyamos de esas comunicaciones, más aún no las fomentemos y siempre que tengamos la oportunidad de dar nuestra opinión sobre los peligros que entraña, comunicarla sin dilación, porque son muchas las personas que se encuentran equivocadas en este sentido y piensan que por tener una formación científica o académica determinada no pueden verse influenciados o manejados por esas entidades engañosas, muy inteligentes algunas de ellas, que pueden dar explicaciones científicas más o menos válidas y hacerse pasar por personajes importantes del pasado o por "inteligencias extraterrestres".
Sabemos que es posible que entidades extraterrestres puedan comunicar a través de médiums, así podemos constatarlo en el Libro de los Espíritus, item 188 (en una de las Notas de Allan Kardec), sin embargo hemos de tener mucha prudencia y no aceptar cualquier comunicación sin someterla a un concienzudo análisis y estudio para verificar si está de acuerdo con las Leyes Espirituales y al conocimiento de los fundamentos de la filosofía espírita.
Una vez más la realidad de la comunicación
de los espíritus con este plano se pone de manifiesto aunque es
preciso comprender que no es necesario, ni mucho menos conveniente, buscar
y fomentar las comunicaciones sin la debida preparación espiritual
y conocimiento de las leyes que intervienen en el intercambio mediúmnico,
de hecho son muchos los espíritas que no han asistido nunca a ninguna
reunión mediúmnica, al igual que son muchos los médiums
que no conocen para nada lo que es el Espiritismo y que sería conveniente
que lo estudiaran para orientar correctamente su mediumnidad y evitarse
muchos errores.