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Estamos en un lugar maravilloso, el cual nos brinda en todo momento todo lo que es, siempre ha estado ahí, y nosotros lo hemos utilizado a nuestra conveniencia. Con el paso del tiempo se han notado sus transformaciones, su evolución y ha formado parte de nuestras vidas. Pero si nos centramos ahora en nuestras acciones nos daremos cuenta que el mundo, la sociedad, también ha ido cambiando con los años, ha sufrido una serie de cambios, una evolución que no siempre ha seguido el camino más correcto. Pero ha realizado sus progresos, ha ido aprendiendo cosas debido a todas las experiencias que se han llevado a cabo. Son muchas y diversas las etapas que se han dado y todas forman parte de la historia de la humanidad una historia de dolor, de alegría, de retos que fracasan a medio camino, de otros conseguidos... Una historia interminable de situaciones que engrandecen el conocimiento humano.
A poco de fijarnos nos daremos cuenta que la historia individual de cada uno de nosotros sucede de forma similar. Cada uno posee una larga lista de circunstancias pasadas que nos sirven de base para poder continuar nuestro camino y progresar. Todos hemos pasado una serie de experiencias que nos han podido marcar en mayor o menor grado, pero todas ellas han sucedido por algo, han tenido un fin, una enseñanza, y nosotros somos los encargados de analizarla y asimilarla para situaciones futuras que pudiesen presentársenos.
Es por ello la importancia tan grande que posee conocernos a nosotros mismos, saber nuestros fallos, debilidades, virtudes, hacer un examen interior para saber en qué aspectos hemos de trabajar más para así mejorar. Cuanto más sinceros seamos con nosotros mismos, será mejor pues así estaremos dando un paso adelante hacia el cambio.
El progreso espiritual de cada uno depende de nosotros mismos, cada persona es individual y por lo tanto cada uno hemos de realizar nuestro propio trabajo, ninguno se va a esforzar por nosotros. Es increíble ver como muchas veces la acción de unos pocos puede determinar tanto los actos de los demás. Esto en ocasiones es bueno y en otras no tanto. Bueno en tanto que la labor de unos puede dar impulso al resto para llevar a cabo algo, servir de ejemplo, de consejo, pero esto no es tan bueno cuando al seguir este ejemplo se hace de una forma inconsciente, sin saber el porqué se hacen las cosas y se realizan de manera mecanizada, pues de esta forma se tiene a la gente "controlada", y es por ello necesario que pensemos lo que hacemos, sepamos el porqué, de forma que si nos equivocamos veamos al error, sepamos en qué hemos fallado y poder posteriormente corregirlo.
¿Cuántas veces hemos pensado antes de realizar algo que eso era demasiado para nosotros? Yo pienso que todos alguna vez nos hemos acobardado ante una situación que creíamos se nos quedaba grande. Unas veces hemos caído en esto y no hemos continuado. En cambio en otras hemos sacado fuerzas suficientes para actuar y lo hemos realizado con éxito, hemos superado el obstáculo que se interpuso.
Todos poseemos la suficiente fuerza y voluntad para llevar a cabo aquello que se nos presente. El Padre nos da los medios necesarios para poder trabajar en aquello que necesitamos, para superar las metas propuestas antes de encarnar, para progresar, pero depende de nosotros, de nuestro libre albedrío el actuar o no, el hacerlo de una forma u otra, es decir, de utilizar los medios que poseemos para hacer frente a las determinadas pruebas que hemos de pasar. Por lo que el acobardarse ante una situación no merece la pena pues el tiempo, las oportunidades pasan y la comodidad se acentúa más.
Si cada uno de nosotros nos esforzamos
cada día por ser mejores, seguro que mejora el mundo, pues nosotros
formamos parte de él. Ninguno es más importante que otro,
pero a la vez todos somos necesarios pues cada uno puede aportar su granito
de arena. Lo que no podemos pensar es que no somos nada en este mundo tan
grande, pues nos estamos engañando e infravalorando. Somos uno de
tantos espíritus en evolución y como tales tenemos un lugar
en él y una labor a realizar, que depende de nuestro esfuerzo avanzar
más o menos en el camino de la evolución espiritual. Cuanto
mayor sea este esfuerzo mayor será el beneficio a recoger, más
las enseñanzas y mayor la ayuda que podremos ofrecer a aquellos
que necesitan una mano amiga para poder continuar, para verse con fuerza.
No esperemos a que otros den el primer paso cuando todos tenemos la fuerza
necesaria para empezar a caminar, aprovechando el tiempo y colaboremos
en beneficio al progreso.