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De este modo pretendemos que cada mes tengamos cada uno de nosotros una frase en mente y la cual hemos de poner en práctica. Esperamos que todos aquellos conocimientos que podamos haber extraído nos sirvan para circunstancias que puedan presentársenos.
En esta ocasión vamos a tratar una frase que todos seguramente hemos escuchado: Tratar a los demás tal y como te gustaría que te tratasen a ti.
Los hombres solemos ser en muchas ocasiones egoístas. Cuando sucede algo tiramos hacia nuestro terreno e intentamos ver las cosas de la manera en la cual nos sentimos mejor, porque nos favorecen a nosotros pero no pensamos en cómo puede repercutir sobre los demás.
Es necesario que tengamos más en cuenta a los demás, a todos los que nos rodean, pues cada día se nos presentan diversas circunstancias en las cuales demostramos hasta qué punto estamos dispuestos a dar, a no pensar en nosotros y actuar de forma que los beneficiados no seamos exclusivamente nosotros, sino aquellos que lo necesitan.
Actuando de esta forma también nos beneficiaremos nosotros, pues aquello que hacemos por los demás, si se ha hecho de corazón, ha supuesto una renuncia a otra actitud que tal vez supusiera un menor esfuerzo con lo que estaremos más satisfechos. Cuando uno hace algo por los demás siente una alegría interna que anima a continuar y a mantener una actitud positiva ante las dificultades.
Pensando lo que es más conveniente para todos antes de actuar, estaremos realizando un trabajo que irá mejorando con el tiempo, que hará que nos superemos. Aprenderemos a estar atentos ante las diversas situaciones, a renunciar y sacrificar cosas por otras que merezcan más la pena, y a desprendernos por completo del "malvado egoísmo". Para esto se requiere un esfuerzo, una renuncia al "yo" y un sacrificio por "ellos". Se obtienen innumerables satisfacciones, las cuales son mucho más gratificantes que todo aquello que pueda ofrecer el mundo material. El materialismo solamente nos ofrece "premios" que no pasan de ser materiales por lo que internamente dejan un vacío que no puede llenarse con esto. Nos pone una venda en los ojos que no nos deja ver lo que realmente tiene importancia haciéndonos creer que llevamos la razón y los demás no. Sin embargo, hemos de tener claro que la opinión de los demás es tan importante como pueda ser la nuestra y merecen igualmente respeto.
Depende de cómo sea nuestra actitud ante los demás para que luego se nos trate de una forma u otra y esto lo podemos observar todos. De modo que si una persona muestra a los demás rencor, codicia, egoísmo... luego no podrá exigir que se le trate como a una persona solidaria, que se esfuerza por mejorar, puesto que ésta no dará pie al trato que le gustaría. Si una persona no se esfuerza por cambiar para mejorar, la gente se irá apartando de ésta, pues se dan cuenta de que esa relación no aporta nada provechoso. No se trata sólo de recibir de los demás sino primeramente de dar.
La frase que estamos tratando no indica que tengamos que actuar como los demás quieren que lo hagamos, puesto que tenemos que ser en todo momento nosotros mismos. Tenemos que fortalecernos internamente para de este modo no ser un muñeco en manos de todos los que nos rodean. Cada uno tiene una personalidad, la cual puede ir cambiando, depende de nosotros pero no de los demás. Si nos dejamos en manos de los demás nunca sabremos por qué hacemos las cosas, variará tanto nuestro modo de pensar que no nos entenderemos ni nosotros mismos. Hemos de ser fuertes, mantener las decisiones que tomemos y no variarlas en cuanto oímos otra opinión. Si somos firmes en esto seguiremos el camino que nosotros queramos y no el que otros elijan.
Sería muy provechoso que diariamente nos fijásemos más en todo lo que acontece a nuestro alrededor, nos daríamos cuenta de muchos detalles que pueden pasarnos desapercibidos pero que tal vez puedan poseer una gran significación. A cada uno de nosotros nos gusta que aprecien nuestro trabajo, que el esfuerzo que en determinados momentos se hace por algo o por alguien se valore y no se desprecie. Por ello sería muy positivo que nos fijásemos más, que valorásemos a las personas que día a día demuestran lo que son y lo que valen, ya que muchas veces lo miramos todo con monotonía y no vemos la necesidad de agradecer nada.
Hay mucha gente que trabaja por los demás y lo demuestran con infinidad de detalles y no hace falta irse muy lejos. A nuestro lado se encuentran personas que intentan hacer que el camino diario sea más fácil, más agradable. Demostremos nuestro agradecimiento y esforcémonos por ser útiles y por formar parte de la nueva humanidad. Depende de nuestro esfuerzo.