FEB-00 Nº 211 |
|
|
|
La avaricia es un defecto, uno de los más grandes que puede tener una persona. El ser avaricioso, es un complemento del egoísmo que acarrea grandes consecuencias. Cuando el espíritu vuelve a reencarnar es más difícil eliminar este defecto porque al no haberlo corregido en otra existencia está más arraigado en el espíritu y éste lo refleja más en la materia, por esto los defectos no sólo hay que quitarlos en la situación en que se presentan, sino eliminarlos de raíz.
Personalmente creo que la avaricia es un defecto importante pero creo que a la hora de la verdad no es un defecto difícil de quitar si no lo hemos dejado demasiado tiempo apartado sin corregirlo con un poco de voluntad, esfuerzo y dedicación se puede controlar fácilmente. También sé que personas que tienen mucho dinero, para ellas es muy importante poseer más porque es mejor para un bien particular, pero el dinero no hace la felicidad sólo ayuda. En todo esto hay que tener en cuenta que cuando uno pasa al otro plano no habrá conseguido nada si sólo piensa en este hecho material. El dinero es importante para la condición de vida pero pienso que no hay que estar siempre encima de él, sino con tenerlo controlado es suficiente. Creo que el dinero es importante para la felicidad pero no para la tuya sino también para las personas que tenemos alrededor. Se empieza por ahí y después se acaba por ayudar a las personas del tercer mundo, a los niños abandonados, a las mujeres maltratadas etc. Pienso que estas acciones no son sólo de gente espírita en parte, porque esto las personas con un poco de sentimientos, cabeza y que no estén demasiado cegados por la sociedad pueden realizar esta buena acción fácilmente.
La avaricia hoy en día, en este mundo tan materialista, no es muy difícil encontrarla. Incluso en las familias se puede encontrar fácilmente con el tema de la herencia. En algunas familias están esperando que fallezca por ejemplo la abuela, para cobrar la herencia, sin importar nada de la vida de ella. Las personas que están deseando que pase ese desagradable acontecimiento acarrean unas consecuencias muy grandes, ya que ha podido bajar a la tierra a pasar una prueba con esa persona y además haber bajado para quitarse este defecto.
Para saber prevenir este defecto, por ejemplo en la vida de un niño pequeño de tres o cuatro años, es saber cortárselo desde pequeño para que no se vaya acostumbrando a esa situación. También aparece cuando al hijo le apetece un capricho y lo quiere todo para él y los padres se lo consienten todo, y encima lo defienden con disculpas. Así el chico que puede ser que de mayor venga a corregirse ese defecto, y le costara más y además, ya sabe cómo entrar a los padres para que le consientan esos caprichos.
Si tenemos algún amigo que peca un poco de este defecto, le podemos echar una mano, primero dándole ejemplo, y como segundo paso, voy a poner un ejemplo, “si él no quiere pagar algo” gastarle bromas hasta que él recapacite y le haga pensar, para que al final poco a poco sepa controlarlo por el mismo.
Esto nos sirve a los espíritas para que veamos el materialismo que asedia hoy en día la tierra, y encima de que este defecto es muy abundante, también hay otros. Además de todo esto nos da ejemplo para saber cada uno cómo tenemos que actuar en las ocasiones en que se nos planteen estas situaciones. También nos sirve para sacar todo provecho de las situaciones que nos ocurren y aprender. Aparte nos sirve para saber de qué tamaño es el trabajo que hay que realizar, pero no hay que asustarse porque sabemos que hay otros que no se ven que nos están ayudando y aún más cuando lo necesitamos.
Todos los espíritas gracias a que nos han brindado esta doctrina tenemos más que nadie y, ahora más que nunca, que llevarla a la practica con la responsabilidad tan grande que tenemos. Pero hay que llevarla a cabo con cierta medida sin fanatismos y sin misticismos dentro, de los parámetros ya marcados por los grandes espíritus que han pasado por aquí, que de un modo u otro ha sido para ayudarnos y preparar el camino para mostrar la verdadera realidad a esta sociedad cegada por tanto materialismo.
Todo esto nos tiene que servir a la familia espírita para unirnos, conocernos y sobre todo ayudarnos en los momentos que más nos necesitan nuestros amigos. Porque aunque estemos separados por kilómetros si todos queremos nos podemos unir a distancia, pero se necesita un poco de esfuerzo y renuncia por parte de todos.