SEP-99 Nº 206 |
|
|
|
Pero si esto no existe poco a poco los lazos de unión se destruyen, y por el más mínimo agujero o rincón que se deje, se puede crear un mal ambiente, pensando en una manera negativa hacia los demás componentes.
Hay gente que se pregunta, ¿cómo se puede tapar ese agujero formado anteriormente? Es bastante fácil, si la persona se da cuenta que él puede estar atrayendo ese mal ambiente. Debe rechazar muy bien esas influencias y así poder reaccionar y explicar lo que sucede a sus compañeros y entre todos ayudarlo, para recuperar la armonía perdida.
Hay que tener muy presente que nadie es perfecto en la tierra. Si nos descuidamos, igual que existe el amor en nuestro interior, hay defectos como la envidia, odio, etc., si no controlamos nuestros pensamientos y sentimientos pueden perjudicar mucho.
Creando la convivencia, incentivando una verdadera unión de pensamientos y sentimientos, alegría e ilusión se sacan bastantes beneficios que si se extienden por la humanidad y serán aún más provechosos.
Los beneficios que se pueden sacar de ella son muchos (la solidaridad, la amistad, la confianza, la unión...) y es que siempre que se quiere se puede estar, con una plena confianza entre amigos, hermanos y padres.
Aquí es precisamente donde se aprecia si estamos dispuestos a brindar nuestro apoyo: cuando un compañero del grupo está atravesando una dificultad o un problema y puede estar en nuestras manos aliviarlo e incluso solucionarlo.
Pero para esto es necesaria una plena confianza porque es así como la gente se ayuda y se comprende y es así como la gente reacciona sobre algunas cosas. Además de eso la convivencia es maravillosa para saber amar al prójimo y también con ésta se ayuda a la gente entre sí y es así como esos defectos se van quitando, porque a todos nosotros nos salen esos defectos para que reaccionemos ante esa situación y sepamos controlarnos y mirar las cosas tal y como son.
Con la convivencia, la unión crece al permanecer juntos y compartir un mismo problema, un mismo instante de felicidad o de alegría. En el instante en que compartimos con los demás algo propio, estamos enlazando nuestros corazones, pues vivimos y sentimos lo mismo.
Si no nos comprendemos, si luchamos unos contra otros, si no vemos valores positivos en las demás personas, si no hay paz, ni amor... es porque falta la convivencia. Las relaciones humanas, el respeto, el trato mutuo, facilitan las soluciones de los mayores problemas.
Ahora que estamos en verano debemos aprovechar el tiempo y fomentar la convivencia entre todos, ya que es cuando tenemos más tiempo para dedicarnos a la gente que queremos y así poder coger fuerza para seguir adelante en nuestro camino espiritual.
Cuando ya no puedas más
conservar tu interna paz,
y te sientas conmovido
por lo que haya sucedido.
Cuando tengas desaliento
y temor y sufrimiento,
y te encuentres afligido,
como en sombras confundido.
Busca aislarte de lo externo
recobrándote en lo interno,
y haz con tu alma una oración.
Que te eleve el sentimiento
hacia el claro alumbramiento
de tu propia convicción.