|
|
|
|
Estamos aquí para una misión espiritual que nos comprometimos a realizar y por nada del mundo la podemos dejar sin cumplir. Esta misión es como una etapa de nuestra existencia a superar, por lo que debemos luchar fuertemente para poder alcanzar la meta a la que nos comprometimos antes de encarnar.
Por ello debemos darle las gracias al Padre por la gran oportunidad de progreso que nos ha brindado, pues otros podrían estar en nuestro lugar y aprovecharla mejor.
El Padre quiere ver como aprovechamos esta existencia, quitando las imperfecciones y mejorando nuestras virtudes. Debemos valorarla porque otra oportunidad así no se nos va a conceder. Y si ahora sabemos aceptar esa responsabilidad y cumplirla bien será un gran progreso para nuestra evolución.
Si por alguna circunstancia no cumplimos con el compromiso, el Padre se llevaría una gran desilusión, por lo que debemos poner gran empeño y no dejar que ninguna circunstancia nos aleje de nuestra meta.
Pero no hay que olvidar que pueden existir diversos entorpecimientos internos o externos, así que debemos estar atentos para no descuidarnos y perder el tiempo. El amor y un mismo fin de pensamientos y sentimientos crean una gran unión entre todos que nos da fuerzas para seguir trabajando por ese ideal de bien.
Para este trabajo que tenemos encomendado es muy importante la palabra AMOR. Hay que mirar más por los demás ayudándoles en lo que necesiten y no pensar en nosotros mismos. Si todo esto no lo hacemos con amor si no que lo hacemos para que la gente vea que hacemos algo por los demás esto no servirá de nada, por lo que habrá algo en nuestro interior que no se encontrará satisfecho.
Por eso debemos ser siempre conscientes de lo que hacemos y hemos venido a realizar en esta existencia, teniendo siempre presente que esto es lo que de verdad queremos y es lo más positivo.