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El Alma superior, cuando está encarnada, siente muchas veces el peso de su envoltura carnal, que la persona percibe como insatisfacción, melancolía de algo, que pocos logran identificar y responder a esa sensación o ansia que les produce inconformidad con el medio ambiente en que se halla. Aquellas personas ya un poco más evolucionadas, comienzan a identificar esa sensación como un ansia de liberarse de algo y buscar la verdad de la Vida, impelidos por el deseo de satisfacer ese ansia íntima que el Alma siente. Y en otras, ese ansia se manifiesta en el deseo de darse a los demás. Es también esa sensación de nostalgia que ciertos adolescentes sienten, ya que es la edad en la que el Espíritu comienza a manifestarse.
Si analizáis con detenimiento vuestros sentimientos y sensaciones, descubriréis con facilidad la diferencia entre lo que emana de vuestra alma espiritual superior y lo que emana de vuestra alma humana inferior. Corresponde al alma humana todos aquellos sentimientos relacionados con los aspectos humanos y materiales, que impulsan a las realizaciones de las conveniencias humanas, así como deseos que incitan a la búsqueda de placeres inmediatos. La atracción del sexo, por ejemplo, el deseo de riquezas y poder, de lujos y apariencias, etc., son el efecto y manifestación del alma inferior humana. En cambio, la atracción y encanto que se siente hacia las bellezas de la Naturaleza, en las bellas expresiones artísticas y musicales, así como el ansia de cooperar en toda acción de bien; son sensaciones que responden a las manifestaciones del alma superior, espiritual. Y esas sensaciones que como humanos percibimos, son vibraciones de color, forma y sonido, que el alma superior percibe, y que recuerda a la mente superior lo que ya conoce en el espacio; y ese recuerdo conmueve el Alma produciendo esa emoción dulce y a veces nostalgia.
Toda inspiración viene del Ego superior, al que suele denominarse el dios interno. El ego humano solamente conoce lo que su mente ha aprendido en la vida actual, a través de los sentidos y grabado en el cerebro psíquico interpenetrado en el cerebro físico. El estudio, las experiencias y todo lo que se aprende bien, va quedando grabado en ese cerebro psíquico o mente humana. Y cuando esas experiencias y aprendizaje es intenso, pasan a la Mente espiritual (subconsciente) que se enriquece y queda permanente, y servirá para las siguientes vidas humanas y manifestaciones del Espíritu en sus diversas actuaciones. Pero, cuando el aprendizaje o estudio se hace a medias, no se pasa a esa Mente espiritual; y de aquí el motivo de tantas equivocaciones. No obstante, esas equivocaciones serán menos si recurrimos al Ego interno que en nosotros existe (al subconsciente en el aspecto mental) que contiene la sabiduría adquirida en las múltiples vidas pasadas. Los valores intelectuales son el cúmulo de las múltiples experiencias y aprendizaje en las diversas vidas del Espíritu en el plano material y también en el plano espiritual. Esas inteligencias destacadas de nuestro mundo, son el acervo de las experiencias y aprendizajes en las luchas planetarias.
Las genialidades, inspiraciones, etc., son manifestaciones del Ego superior, cuando logra poder manifestarse en la personalidad. Lo que acontece es que, con la mente obstruida por los asuntos humanos de baja vibración, a más de una alimentación inadecuada que impide un mejor funcionamiento de las células cerebrales; la vibración superior rara vez logra penetrar en el cerebro y manifestarse. De aquí la necesidad de sutilizar las células cerebrales, mediante una alimentación menos tóxica, más natural, y sutilizar el cerebro psíquico o mente, manteniendo una constante armonía vibratoria en nuestras relaciones humanas, comenzando en el hogar.
La armonía vibratoria de la mente y alma humana, es de grandísima importancia y transcendencia para una mejor manifestación del Ego superior, del Espíritu. Necesario es ir sutilizando y purificando los deseos y sentimientos, a fin de que el cuerpo psíquico o alma pueda ser más receptivo a las vibraciones del Espíritu, y éste pueda manifestarse con mayor intensidad para una personalidad más eficiente; a fin de aprovechar la vida presente para avanzar en el empinado camino de la evolución. No nos dejemos dominar por el comodismo y la desidia. Realicémonos interna y externamente, a fin de no estancarnos, de no quedarnos rezagados en el camino del progreso. Pues cuando la persona se deja vencer por el comodismo o la desidia y no se realiza, se estanca y el Espíritu no progresa, lo cual es motivo de sufrimiento para éste; sufrimiento que se refleja en la personalidad, en esos estados psíquicos depresivos, o de inconformidad, desasosiego, hastío, etc., productores de infelicidad.
Y por último, debemos conocer que, cuando el cuerpo físico duerme, el Espíritu se desprende con su cuerpo psíquico, y pasa a gozar de la libertad a una o más de las esferas del astral de la tierra, para recuperar energías, ya que no podría soportar permanecer siempre aprisionado en el cuerpo físico. Y esas energías espirituales, varían mucho en cada ambiente o plano astral.
Y los espíritus
más adelantados, con misiones importantes, suelen atravesar el astral
de la tierra, para otras dimensiones espirituales, y vivir durante esas
horas en que el cuerpo físico dormita, la vida espiritual y adquirir
conocimientos, así como recibir energías para continuar la
realización de su destino. Y para tal efecto se desprende de su
cuerpo astral, el que recupera al volver al plano físico.