|
|
|
|
Todo ello es importante pero aún lo es más la posibilidad de que podamos aprender unos de otros, para ello es preciso facilitar el camino: compartir experiencias, la posibilidad de convivir más estrechamente, pues sólo así se pueden establecer metas en común y porqué no, proyectos de futuro en los que podamos implicarnos cuantas más personas y grupos mejor.
La doctrina espírita, como ideal que nos hermana, necesita que sepamos presentarla a nuestra sociedad de un modo mucho más ejemplificante y sencillo de lo que lo hayamos podido hacer hasta ahora. Es preciso ofrecer un ejemplo de renuncia, de sacrificio, de solidaridad, de interés por los problemas ajenos... de ahí que el apartado de asistencia social se deba fomentar todavía más, si cabe, en los centros. De hecho son actividades que a todos nos causan una honda satisfacción interna porque se puede ayudar a muchas personas y en los momentos que está viviendo nuestra sociedad, donde existe tanta necesidad, nuestra colaboración puede ser importante.
Conocer las actividades que los diferentes grupos están realizando en este sentido, así como en las otras áreas, debería ser algo que no podemos pasar por alto. Nuestra preparación así lo requiere y sabemos que siempre podemos aprender de los demás, de cualquiera de nuestros compañeros, aún a pesar de que sus opiniones o ideales no coincidan plenamente con los nuestros. No en vano sabemos que lo importante son las obras de bien más que atesorar conocimientos que no llevemos en práctica.
El aperturismo de ideas nos permite ampliar nuestros horizontes y a la vez ayudar a los que vienen detrás para prepararse hacia los nuevos acontecimientos de nuestra sociedad, de forma que sepan adaptarse a los tiempos y no dejarse llevar por la ola de materialismo imperante. Los más jóvenes que por primera vez llegan a conocer una ideología espiritualista (sea cual fuere) precisan un apoyo, un entendimiento de sus problemas y preocupaciones, un acercamiento a su mundo, necesitan verse atendidos y a la vez ofrecerles la posibilidad de realizarse, de sacar todo lo bueno que llevan dentro...
Los jóvenes de hoy son el futuro, de ahí que debemos ofrecerles lo mejor que tengamos y a la vez, darles facilidades para que ellos se sientan partícipes y colaboradores también de esta construcción de una nueva sociedad, basada en los valores morales y en la ayuda entre todos los seres humanos que desde diferentes ideologías se pretende.
El movimiento espírita juvenil
de nuestro país nos consta que se está moviendo, organizando,
fomentando actividades de convivencia y estudio entre diferentes grupos...
debemos apoyarles en todo pues ellos a su vez también se están
sirviendo de la experiencia de aquellos que llevan más tiempo en
la doctrina, y de esa mutua colaboración el movimiento se fortalece
y todos progresamos y aprendemos.