Es preciso informar a nuestros lectores de este importante evento pues durante meses anteriores hemos comentado la importancia de este acto y la gran repercusión que para el Movimiento Espírita Español tendría este nuevo encuentro.
 

Divaldo Pereira Franco durante una de las dos ponencias que impartió en este Congreso

Efectivamente nos quedamos cortos a la hora de valorar la importancia del mismo pues, una vez ya ha pasado y con la mente más calmada dejando que las emociones del momento no nos influyan de una u otra forma, podemos hacer un balance más ecuánime y más coherente sobre lo que ha significado este Congreso.

A nivel de organización hemos de destacar que fue notable en casi todos los aspectos. Un ambiente agradable en el Hotel Imperial Tarraco, una acogida entusiasta y sobre todo un esfuerzo más que loable por parte de todos los que se responsabilizaron de este evento.
 

Juan Antonio Durante desarrollando el interesante seminario dedicado a "La Obsesión"

Sin duda, la calidad de los trabajos presentados; los seminarios, las ponencias y las intervenciones de los compañeros fueron realmente destacables e importantes. Si a esto unimos la representación internacional con la presencia de Divaldo P. Franco y Juan A. Durante, con el prestigio que dieron a todo el Congreso y las importantes conclusiones que se pudieron extraer de sus intervenciones.
 

Aspecto parcial de los salones del Hotel Imperial Tarraco donde se impartieron las ponencias y diferentes actividades de este VII Congreso Nacional

Otro de los grandes momentos del Congreso que sin duda prestigiaron notablemente el mismo fue la intervención de la Juventud. La colaboración de varios grupos de Jóvenes de distintas partes de España presentando proyectos en común; interpretando canciones expresamente realizadas para este evento y contagiando de dinamismo y alegría cada momento del Congreso fue una de las aportaciones más importantes que este VII CONGRESO NACIONAL dejará para la posteridad.
 

Divaldo Pereira Franco junto a algunos de los jóvenes asistentes al Congreso

Es importante que sepamos valorar todo lo que allí tuvo lugar. Porque al propio tiempo, la labor de la Junta Directiva de la Federación Espírita Española fue importante durante todo el evento. Un trabajo que muchas veces no sale a la luz pero que en todo momento está presente procurando el beneficio del movimiento espírita y sentando las bases para el futuro inmediato.
 

Juan Antonio Durante rodeado por una pequeña representación juvenil

La Junta Directiva de la F.E.E. agradeció públicamente a los organizadores, el CENTRO ESPÍRITA "AMOR I PAU" de Igualada, la oportunidad de agasajarnos a todos con este nuevo encuentro, un encuentro que a pesar de los tres días que duró se hizo realmente corto para todos. El tiempo se escapaba de las manos porque eran muchas las actividades a las que había que acudir y también los sitios donde intervenir  y los apoyos que había que brindar.
 

Los jóvenes de diferentes grupos interpretaron algunas canciones de su propia autoría en el acto de clausura de este VII Congreso

Fue un regalo del cielo y por momentos se iba incrementando la emoción y el sentimiento de alegría que a todos embargaba. Hasta el último día, donde la emoción llegó a límites insospechados, con la intervención del plano espiritual derramando fluidos espirituales que fueron como un bálsamo de amor que a todos envolvieron y a todos nos cautivaron.

Sin duda, y sin temor a equivocarnos lo más mínimo podemos afirmar que este Congreso ha sido con mucho el mejor de los celebrados hasta la fecha; no sólo por la presentación de las ponencias y la organización del mismo sino por el ambiente fraterno que se respiraba en todo momento, por las experiencias vividas entre todos los grupos allí presentes y por la constatación de una realidad que ya no es una utopía: la existencia de una juventud dinámica, entusiasta y responsabilizada con la labor de continuar la obra del Movimiento Espírita en España y que nos confirma una realidad añorada por todos: el futuro está asegurado.