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Es fácil comprender este hecho; admitir que existen humanidades externas al hombre superiores en tecnología y ciencia es muy duro para la mayoría de los estados actuales. Creemos que desvirtuando el fenómeno podremos conseguir erradicarlo de las mentes de las personas.
En este sentido podemos entresacar de la opinión social general que existen varias posturas perfectamente definidas. Por un lado se encuentran los que opinan que todo el fenómeno es una mentira y por otro los que con mente ecléctica y raciocinativa creen firmemente en su existencia. En el primero de los casos la postura está muy clara, sin embargo en el segundo existen diversidad de criterios acerca de su naturaleza, procedencia y cualidades morales, físicas y espirituales.
Es precisamente en este último caso donde verdaderamente
se producen los enmarañamientos de ideas y confusiones con respecto
a la verdadera realidad. Entrar en disquisiciones acerca del lugar de su
procedencia apenas tiene importancia ni transcendencia, pues lo único
importante es saber que están aquí. Lo que verdaderamente
tiene valor es definir claramente la naturaleza de esos seres que nos visitan.
Una parte muy significativa de la sociedad cree firmemente
en la naturaleza negativa de estos seres. Piensan que desde siempre han
estado visitándonos para estudiarnos, realizar experimentos con
todos nosotros y así en un determinado momento poder dominarnos
y subyugarnos a su voluntad. Al respecto existen publicaciones en los diversos
medios de difusión que aparentemente corroboran esta postura: raptos
de personas con las que realizan experimentos; operaciones quirúrgicas
implantándoles supuestos chips que anulan su personalidad; desapariciones
de personas; abducciones; ataques y asesinatos; y un sin fin de hechos
similares que abogan por el carácter negativo de estos seres.
Pero, ¿realmente esto es así? ¿Son los extraterrestres seres negativos que vienen a causarnos daño? La respuesta a todas estas interrogantes se encuentra en nuestra propia capacidad de razonar, de saber entender las cosas en su justa medida a partir de las pruebas y circunstancias que acontecen en la vida. Evidentemente si efectuamos un análisis profundo del tema que tratamos llegaremos a la conclusión de que esto no es así.
Valoremos en primer lugar un hecho significativo: el nivel tecnológico de que disponen estos seres. Si nos paramos a pensar en ello veremos que en la actualidad, cuando el hombre ha alcanzado cotas de desarrollo inimaginables en otro momento de la historia, apenas puede salir de nuestro planeta y realizar viajes espaciales que duran muchos años, simplemente para alcanzar planetas que se encuentran en nuestro mismo sistema solar. Por el contrario estos seres poseen la tecnología suficiente para desplazarse desde lugares más allá del sistema solar con naves tripuladas que en todo momento burlan las defensas terrestres más adelantadas así como los sistemas de detección más innovadores. Todo ello desde que el hombre es hombre. ¿Qué sentido tiene que desde entonces, con adelantos tan grandes, estén todavía experimentando con la raza humana? ¿Es que nos tienen miedo? ¿Es que el hombre ha dispuesto en algún momento de capacidad para infringirles daños para que sean tan cautelosos? ¿Tanto como para esperar durante miles de años esa supuesta invasión?
No tiene sentido pensar de esta manera, si viniesen con esas intenciones simplemente ya lo hubieran hecho.
¿No será, por el contrario, que nos están dando un ejemplo de comportamiento Universal y de Amor actuando de la forma que lo están haciendo, en contraposición con lo que el hombre esta acostumbrado a hacer? ¿Que lo que creamos ver en ellos no sea más que nuestro propio reflejo y busquemos una explicación que nos justifique evitándonos tener que cambiar?
La realidad del fenómeno OVNIs-Extraterrestres es muy diferente a lo que podamos creer. Sencillamente nos quieren hacer ver y demostrar con sus actuaciones la existencia de algo más, que no estamos solos en el Universo ni somos los elegidos del Creador. Que son muy superiores, tanto material (científica y tecnológicamente), como moral y espiritualmente. Nos están dando un ejemplo que no queremos admitir pues supondría un cambio total de las estructuras que tenemos edificadas actualmente a nivel social, comercial y humano. Significaría desmontar la sociedad actual en la que no existe la solidaridad, en la que se justifica el bienestar y beneficio material de unos mediante la explotación, el hambre y el dolor de otros, y construirla nuevamente bajo los mismos postulados que tantos y tantos seres de elevación nos han indicado a lo largo de la historia.
Este es el gran reto que tenemos que afrontar, reto que ellos, esos seres que nos visitan desde tiempos inmemoriales, ya tienen aceptado y aplicado en sus respectivas sociedades extraterrenas. Adoptemos pues su ejemplo y no dejemos que el mundo de los sentidos con sus espejismos impidan que veamos la verdadera realidad de la vida.