AGO-99 Nº 205 |
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En el aspecto de la mediumnidad puede ser que tengamos por cierto que únicamente se pueden incorporar a través de los médiums espíritus de seres desencarnados, más o menos evolucionados para la transmisión de comunicados a los encarnados. Este hecho puede ser verdad si consideráramos la existencia de un único planeta habitado, la Tierra, y de un mundo espiritual general. Sin embargo, desde que aceptamos como válida la existencia de los Extraterrestres, conocemos su realidad espiritual y material, sus cualidades morales avanzadas, se nos presentan interrogantes que antes podríamos no tener y que deben ser esclarecidos correctamente.
A la hora de analizar todas estas premisas hemos de tener en cuenta siempre la capacidad de conocimiento limitada que poseemos en la actualidad. Y comprender el proceso evolutivo que a lo largo de la historia ha ido teniendo el hombre.
Debemos poner a la historia como ejemplo y no volver a caer en los tremendos errores que hemos cometido y que han entorpecido el avance de la humanidad. Sólo recordar los casos de Galileo Galilei, Nicolás Copérnico, el propio Jesús, y un largo etcétera, en los cuales se pone de manifiesto la terquedad del ser humano negando la aceptación de nuevas verdades que a la larga sirvieron para impulsar fuertemente la evolución material y espiritual de la sociedad.
No podemos quedarnos limitados a lo que conocemos y creernos que ya nada puede enriquecer los conocimientos que poseemos o la Doctrina que practicamos, hemos de abrir nuestras mentes a todo lo que de positivo pueda llegarnos desde el mundo espiritual pues en ese progreso y con esa mentalidad estaremos en el verdadero camino evolutivo que otras humanidades, las que tienen capacidad para visitarnos, ya comenzaron hace muchísimo tiempo.
En este sentido ese mismo avance alcanzado por esas humanidades, sobre todo en el campo de la espiritualidad ha determinado que las facultades espirituales que poseen se encuentren mucho más desarrolladas que las nuestras. Aspectos que para nosotros son dignos de estudio por su anormalidad, como puede ser la telepatía o la clarividencia, en ciertos mundos habitados son muy comunes.
Una en particular, la capacidad de abandonar el cuerpo físico para realizar trabajos a nivel espiritual, les permite, entre otras cosas el poder utilizar las materias de los seres encarnados y transmitir comunicados como si de seres espirituales (desencarnados) se tratase.
Este hecho puede parecernos una locura o algo que carece de lógica, pero si nos aplicamos el símil del progreso del propio hombre, no sería también una locura para el hombre del año 1000 hechos como las comunicaciones vía satélite, o la posibilidad de viajar a la Luna.
Sin embargo, y aunque pueda parecer lo contrario, el Espiritismo, de la mano de Allan Kardec ya dejó escrito en la codificación algo al respecto, que tal vez para muchos haya podido pasar desapercibido pero que deja pruebas muy evidentes de esa posibilidad que estamos tratando.
En el "Libro de los Espíritus", capítulo IV - PLURALIDAD DE EXISTENCIAS, en el punto VI - Transmigración progresiva, existe una nota de Allan Kardec relativa al item 188 que dice:
Las condiciones de longevidad no son tampoco en todas partes las mismas que en la Tierra y la edad de los individuos no se puede comparar. Una persona que falleció algunos años atrás, al ser evocada manifestó que había encarnado seis meses antes en un mundo cuyo nombre nos es desconocido. Interrogada acerca de la edad que tenía entonces en ese mundo, respondió "No puedo precisarla, porque no contamos el tiempo como vosotros. Además la forma de vida no es la misma: nos desarrollamos aquí con mucha rapidez. Por tanto aunque no haga más de seis de vuestros meses que yo me encuentro aquí, puedo deciros que en lo tocante a la inteligencia tengo treinta años de edad que contaba en la Tierra".
Muchas respuestas análogas han dado otros espíritus, y ello no tiene nada de inverosímil. ¿No tenemos acaso en la Tierra a muchísimos animales que adquieren en pocos meses su desarrollo normal? ¿Por qué no ha de acontecer lo mismo con el hombre en otras esferas? Subrayemos, por otra parte, que el desarrollo alcanzado por el hombre en nuestro mundo a la edad de treinta años quizá no es sino una especie de infancia si se le compara con el que debería alcanzar. Es preciso tener una visión muy limitada para considerarnos en todo los prototipos de la Creación, y es rebajar a la Divinidad creer que fuera de nosotros no haya nada más que crear.
Queda perfectamente explicado en esta aclaración de Allan Kardec aquello que hemos querido demostrar en este artículo.
Nunca debemos cerrarnos las puertas del progreso creyendo que
ya lo sabemos todo, apenas somos principiantes en el camino del progreso
espiritual y es mucho lo que existe por encima de nosotros que desconocemos
y que no por ese hecho hemos de negarlo o rechazarlo a priori.