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Tal vez lo que para muchos de nosotros constituyan verdades irrefutables para otros no sean más que patrañas y cuentos con muy poca base de realidad. Evidentemente cada cual es libre de elaborar su propio juicio personal al respecto. Sin embargo, existen razonamientos y análisis con base científica que pueden venir a corroborar o en su caso a fundamentar, mucho más si cabe, los hechos y la fenomenología del fenómeno OVNIs-Extraterrestres.
Para entender el tema que estamos tratando tal vez tengamos que adoptar una postura similar a la de la demostración de la existencia de Dios. No es necesario empezar a querer demostrar la existencia de Dios, sus cualidades, sus bondades, etc. cuando apenas nuestra mente es capaz de valorar aspectos como el infinito, el concepto de Creador Increado, etc. Debemos de empezar por la base de lo que podemos captar por nuestros sentidos limitados para poder llegar al final a la convicción de su existencia.
Los extraterrestres son para muchos inconcebibles e impensables, fruto de la imaginación, dado que para ellos el hombre es el centro de la Creación y único rey de la misma. Sin embargo empecemos por un análisis ecléctico de la propia Creación. La moderna ciencia nos da pinceladas día a día de la grandiosidad del Universo. Apenas se ha descubierto la galaxia más lejana conocida cuando al poco tiempo es otra la que la desbanca y engrandece más el enigma del universo. La ciencia terrestre todavía no le ha encontrado límites y en muchos de sus aspectos es todavía desconocedora de las leyes que rigen su comportamiento. En este cúmulo de situaciones se nos presenta la primera interrogante ¿Realmente esa infinidad espacial es única y exclusivamente para contemplación nuestra? ¿Somos realmente tan importantes que todo existe alrededor nuestro?
Es más lógico pensar que al igual que en la Tierra se han dado las circunstancias necesarias para que confluyera la vida en ella, pudieran existir infinidad de planetas en distintos sistemas solares similares al nuestro con las mismas posibilidades de albergar vida.
Si nada más nuestra galaxia, La Vía Láctea, se encuentra formada por más de 100.000 millones de estrellas, solamente probabilidades de una entre mil darían como resultado cifras agigantadas de que dentro de ella existieran sistemas solares como el nuestro y con planetas con hábitat acogedores para albergar vida inteligente. Eso pensando que necesariamente las condiciones para la vida sean las que posee la Tierra y no pudieran existir ecosistemas distintos a los conocidos que pudieran hacerlo.
No es cuestión de entrar en el análisis numérico-estadístico de las posibilidades pero nada más que añadir que ese cálculo probabilístico únicamente se ha realizado teniendo en cuenta nuestra galaxia, cuando en realidad son millones el número de ellas que conforman el Universo.
Definitivamente es una incongruencia pensar que toda esa grandeza se encuentre única y exclusivamente dispuesta ahí para nuestra contemplación, para tener un motivo de estudio en nuestras universidades y laboratorios. Significaría rebajar a nuestro Padre definiendo su Creación como muerta y apagada, carente de vida.
La historia del ser humano se encuentra salpicada de errores, en muchos casos gravísimos, que han supuesto el estancamiento de la sociedad y el necesario transcurrir de muchos años para que seres de excepcional valía espiritual y científica viniesen a desdecir y corregir esos errores.
En un principio se consideraba que la Tierra era plana y todo el Universo giraba en torno a ella. Poco a poco se cambió la idea y se demostró que ésta era redonda y que giraba alrededor del Sol. Hoy en día para nosotros parece un absurdo el que en aquellas épocas se mantuvieran esas ideas, sin embargo era así. El tiempo ha puesto las cosas en su sitio. Es pues hora de hacer lo mismo con el fenómeno OVNIs-Extraterrestres.
La misma ciencia actual nos va dando a entender que es posible el viaje interplanetario. Nuestra tecnología es deficiente todavía pero en un futuro más o menos cercano alcanzará el nivel necesario para ello. Pero lo que es realmente importante es el cambio de mentalidad que todos estamos realizando.
Si nosotros somos capaces de hacer esos viajes, por qué seres de otros planetas no pueden hacerlo también. Qué impide que seres mucho más adelantados que nosotros posean la tecnología necesaria para ello. Si por probabilidades demostramos que pueden existir, por qué no van a poder venir a visitarnos.
Aceptar la evidencia del fenómeno no hace más que engrandecer nuestra capacidad de entender la razón de nuestro ser y estar en la Vida. Justifica y afirma las leyes perfectas de nuestro Padre como son la Ley de Evolución, la Ley de Causa y Efecto, y sobre todo, la Ley del Amor y del Progreso. Para todos aquellos que aceptamos este hecho, la Vida se ve desde otro punto de vista, desde el cual todo tiene una explicación razonada y válida sin necesidad de recurrir a dogmas e imposiciones que al final acaban por desvanecer la fe en la realidad espiritual.
El reto de la aceptación del fenómeno es grande
y supone el cambiar muchos postulados internos arraigados a lo largo de
los siglos en el hombre. Usemos el raciocinio que junto con el corazón
guiarán nuestro espíritu por el sendero del Amor, de la Justicia
y de la Caridad.