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Lo que para algunos constituye un hecho sólo justificable en mentes desequilibradas e infantiles, en realidad no es más que la manifestación de la perfecta realidad universal en la que nos desenvolvemos y que nuestros sentidos más materiales no nos dejan ni siquiera entrever. No sólo no somos el centro del universo, sino que por el contrario, existen infinidad de civilizaciones que comparten ese mismo hábitat que les sirve también de medio de progreso y de experiencias.
Creer en la Vida como un acto único tras el cual ya no existe nada, o donde nos jugamos toda una eternidad, cae por su propio peso al intentar explicar debidamente y con justicia el fenómeno que estamos tratando. ¿Por qué esos seres se encuentra allí y nosotros aquí? ¿Quién determina que cada uno estemos en un lado distinto? ¿Por qué ellos pueden llegar hasta nosotros y no al contrario? ¿Es que el Padre concede beneficios a unos y a otros no, al permitir que sus adelantos materiales sean mucho mayores que los de aquí y les conceda vivir una vida mucho más desahogada que la nuestra?, .....
Son muchos los interrogantes que vienen a nuestra mente a la hora de analizar este tema y a primera vista creemos que no tienen respuesta veraz, sin embargo a los ojos de las leyes universales, inmutables y perfectas que el Padre ha creado, todo toma otro cariz y parece mucho más sencillo y justificable.
La Ley de Evolución es la pieza que encaja perfectamente este puzzle y que aclara las aparentes desigualdades que surgen en un primer análisis.
Desde el momento de nuestra creación debemos progresar y esforzarnos día a día por ir alcanzado nuevas metas personales y espirituales. Para ello nuestro Padre ha dispuesto el Universo, con los planetas para que tengamos un medio en el cual desenvolvernos e ir adquiriendo poco a poco esas experiencias que tanto necesitamos.
Puesto que el esfuerzo y el rendimiento que se obtienen de estas existencias no es igual para todos y como también no todos hemos sido creados al mismo tiempo, existen diferencias evolutivas entre unos y otros. Hecho perfectamente constatable a nivel social y por ende extrapolable a humanidades de otros planetas. Esto no implica en ningún momento injusticia ni capricho, sino esfuerzo y dedicación que determina unos niveles u otros.
Por todo lo expuesto hasta este momento podemos entender fácilmente que, si bien existen seres de otros planetas que nos visitan porque se encuentran mucho más adelantados que nosotros, hay otras muchas civilizaciones que por su nivel de progreso limitado no pueden desplazarse por el espacio e ir a visitar otras humanidades. Este sería el caso que vivimos en nuestro planeta en estos momentos. Son muchos los estados en la escala evolutiva del espíritu que determinan en sí otros tantos estados materiales de las civilizaciones que pueblan el Universo.
Este hecho nos hace aceptar sabiamente el momento en el que nos encontramos pues comprendemos que con el esfuerzo y la dedicación en un futuro podremos alcanzar los niveles que esos seres que nos visitan poseen en la actualidad. Nadie es superior o inferior, solamente existen distintas etapas por las que todos hemos de pasar, unos más rápidamente que otros.
En la evolución individual, al igual que la planetaria, la Ley no permite que existan diferencias excesivas entre el progreso material y el espiritual ya que las consecuencias que de ello pueden derivarse son muy graves. Es el caso de la tierra, en la que el hombre está evolucionado demasiado en el terreno material pero en el espiritual se ha quedado atrás. Aspecto que explica claramente el estado de la sociedad actual. Sin embargo, estos seres venidos de otros planetas, que poseen adelantos infinitamente muy superiores a los nuestros, en ningún momento sus actuaciones denotan un deseo de hacer daño o de dominar. Todo lo contrario, el ejemplo que nos están dando, aunque no queramos reconocerlo es grande, indicando al ser humano con ello que existe una realidad mucho más importante que la que con nuestros sentidos materiales podemos captar.
La Justicia de nuestro Padre es perfecta y el fenómeno
OVNIs-Extraterrestres viene a ponerlo más en evidencia. Aceptemos
el ejemplo que nos están dando pues tal vez el sentido de nuestras
vidas pueda estar marcado por sus actos.