JUL-99 Nº 204 |
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El Codificador del Espiritismo, Allan Kardec, definió de forma magistral la importancia de la comprensión de esta Ley en el siguiente axioma:
“Nacer, morir, renacer y progresar
sin cesar, esta es la Ley”
Junto a él, innumerables filósofos, fundadores de religiones, y avanzados hombres de ciencia de todas las épocas de la humanidad, han defendido la Reencarnación como la explicación evidente del plan divino para el progreso del hombre.
Desde el antiguo Egipto de Ramsés, pasando por la Grecia clásica de Sócrates, Platón y Aristóteles, el Judaísmo, el Cristianismo primitivo con las explicaciones de Jesús, hasta los momentos actuales, han sido los hombres más importantes de la historia (Orígenes, San Agustín, Cicerón, Voltaire, Pascal, Benjamín Franklin, Víctor Hugo, Edison, etc.) los que han creído en la Reencarnación como base del progreso humano en la Tierra y esperanza futura de Justicia y de felicidad en el porvenir.
Lo importante es comprender que se trata de una Ley que actúa en todo el Universo y para todas las humanidades por igual; es la clave de la Justicia Divina, es la base de la comprensión de las desigualdades humanas y a través de ella entendemos con mayor claridad el plan divino, el Amor de Dios y la perfección de sus leyes.
Es además una realidad que está siendo demostrada por la ciencia en diferentes campos de investigación. Por un lado los casos de Reencarnación comprobada mediante recuerdos del pasado de muchas personas. En el campo del psicoanálisis, la T.V.P. (Terapia de Vidas Pasadas) se muestra como un argumento eficaz que ayuda al ser humano y demuestra su existencia antes del nacimiento.
En el campo de la Transcomunicación Instrumental, son los avances de la tecnología los que demuestran la realidad del "más allá" y de la reencarnación. La parapsicología y algunos prestigiosos investigadores como el Dr. Ian Stevenson, no tienen duda alguna sobre la existencia de la Reencarnación y así se sirven publicarlo en sus obras.
Hoy en día la ciencia acude en ayuda de la espiritualidad para decirnos que esta Ley de las Vidas Sucesivas nos afecta a todos por igual y que nuestra realidad espiritual se encuentra bajo su efecto inmediato; al mismo tiempo clarifica nuestras mentes ante las injusticias, ayudándonos a comprender el valor del perdón y la tolerancia pues a través de ella sabemos que “a cada cual según sus obras” como decía el maestro Jesús.
La importancia de comprender y admitir esta Ley nos permite amar mejor a Dios, pues nadie es capaz de amar lo que no entiende. Asimismo, nos hace entender con resignación y fe las pruebas difíciles que la vida nos presenta, intentando sobrellevarlas con dignidad y resignación.
Es la gran importancia de la Reencarnación:
una ley creada por la misericordia divina para facilitar nuestro progreso,
nuestro avance evolutivo y nuestro desarrollo como espíritus en
el largo camino hacia la perfección y la felicidad.
"Por tanto no te extrañes que te haya dicho: os es preciso nacer otra vez"
JESÚS DE NAZARET (San Juan III-7)