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Todo ello obedece a que la Ley de las Vidas Múltiples o la pre-existencia del alma después de la muerte y su nueva vuelta a la vida se encuentra en el sustrato más primitivo de todas las grandes culturas y civilizaciones de este planeta. Baste como ejemplo citar los Vedas hindúes, donde Krisna, hace ya 5.000 años hablaba de la reencarnación; o baste también la enseñanza de esta Ley por los antiguos Egipcios; por la Grecia Clásica con la escuela pitagórica, y los posteriores filósofos griegos, Sócrates, Platón, entre otros, o por el Budismo (600 años a. C.) o incluso por el primitivo cristianismo basado en la más pura enseñanza del Maestro Jesús.
Así pues en las grandes corrientes del pensamiento antiguo que posteriormente dieron origen a las grandes civilizaciones y religiones de este planeta encontramos con meridiana claridad que el hombre, en su aspecto más simplista se halla formado por materia y espíritu (cuerpo y alma) y que mientras el cuerpo se va deteriorando con el paso del tiempo, el alma se encuentra de paso en la vida para seguir existiendo en un "más allá" donde será juzgada y, posteriormente, regresará a la vida para seguir aprendiendo de las experiencias, corregir errores, desarrollar facultades, en definitiva para seguir progresando hacia la perfección.
El concepto de "vuelta a la vida" nos llega del vocablo griego "Palingenesia" (Palin: Nuevo, Génesis: Nacimiento) y de esta forma podemos entender cómo es el "alma", en tanto que inmortal y que sobrevive a la muerte física, el elemento eterno que aglutina nuestra conciencia y que nos permite seguir viviendo experiencias hasta alcanzar niveles de mayor progreso y evolución que nos hacen entender la Vida como un periodo transitorio donde aprendemos, sufrimos, gozamos y enriquecemos nuestro acervo personal.
Así pues, la Reencarnación no es nada nuevo ni que pueda tratarse como una moda; es una Ley Universal que rige la evolución del espíritu humano desde que éste es creado por Dios y empieza a vivir sus primeras experiencias en forma humana. Es la respuesta más coherente a las desigualdades humanas, como tendremos oportunidad de apreciar en próximos artículos; está siendo demostrada por la ciencia como una realidad incuestionable: (Regresión de la memoria /Transcomunicación /Evidencias Científicas, etc.). Y al mismo tiempo es una Ley que no atenta contra ninguna religión, es más, nos explica con claridad meridiana el motivo y funcionamiento de la Justicia Divina, nos acerca a una mayor comprensión de Dios y de su Amor.
Puesto que el cuerpo se desintegra con la muerte y sus átomos pasan a formar parte de la naturaleza, el elemento eterno de nuestra personalidad es nuestro espíritu, el cual, creado a imagen y semejanza de Dios en su naturaleza eterna, prevalece vida tras vida, teniendo las oportunidades necesarias para progresar, y de esta forma encaminarse hacia su destino final: la Felicidad.
Aquellas teorías erróneamente entendidas y mal interpretadas que confunden la Reencarnación con la Metempsicosis o como la reencarnación en formas que no son humanas, están confundiendo el auténtico sentido de esta Ley Universal. Sabido es que el espíritu humano no puede retrogradar en su aspecto evolutivo, por ello, cuando empieza a evolucionar vida tras vida en forma humana, nunca podrá volver a reencarnar en un cuerpo de animal o vegetal. Un espíritu puede estancarse en su evolución y mostrar rasgos de primitivismo importantes, pero nunca tomará formas que no sean humanas para desarrollar su evolución.
Así pues estamos ante la Ley que nos permitirá entender muchas cosas de nuestro sentido de la Vida y de nuestra relación con Dios y las personas que nos rodean. En torno a la Reencarnación podremos comprobar y comprender muchos interrogantes que sin ella no tendrían explicación coherente. Esperamos conseguirlo con esta nueva sección, a fin de aprender todos juntos nuevas respuestas que nos ayuden a entender mejor el mundo y nuestro lugar dentro del mismo.