Y colorín colorado, este cuento...


Lo siento, pero la ranita que habitaba estas páginas ya encontró a la bella dama que se atrevió a darle el beso que la convirtió en apuesto Príncipe


Nuestro agradecimiento a todos aquellos que han hecho realidad esta bella historia de amor y que hacen posible su continuidad: Compañías telefónicas y de telecomunicaciones, compañías aéreas, amigos, padres, hijos, hermanos, mascotas y demás familia, así como a los Duendes, Elfos, Gnomos y todos aquellos seres "extraños" que, activa o pasivamente, colaboraron en esta unión.


© 2000 By Tobías 1