(Espiritu1.htm; Actualizado el 12.5.00      (Indice)

 

CREO EN EL ESPÍRITU SANTO

 Nadie puede decir: Jesús es el Señor!, si no es porque el Espíritu Santo lo motiva (1 Cor 12,3). Dios envía al Espíritu Santo a nuestros corazones para hacernos plenamente hijos de Dios y poder aclamar a Dios como Abba, es decir como Padre (Gal 4,6). Nos hace plenamente hijos.

Para conocer y acercarse a Cristo es necesario ser atraído por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo se nos adelanta y despierta en nosotros la fe.

En el Bautismo se nos comunica de manera más íntima y personalmente el Espíritu Santo. El Espíritu Santo con su gracia es el primero que nos despierta en la fe y nos introduce en la vida trinitaria, en la vida nueva que es "que te conozcan a ti, el Dios verdadero, y a tu enviado Jesucristo" (Jn 17,3).

Creer en el Espíritu Santo, significa creer que el Espíritu Santo es también una de las personas de la Santísima Trinidad, consubstancial (de la misma sustancia) al Padre y al Hijo, "que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria" (Símbolo de Nicea-Constantinopla).

"Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios" (1 Cor 2,11). El Espíritu Santo habló por los profetas y nos hace oír la Palabra de Dios-Padre. Nos "devela" a Cristo, no habla de sí mismo. (Jn 16,13). Hay un ocultamiento discreto, propio de lo divino y que sólo se revela a los que creen en Cristo, porque Él mora en ellos. (Jn 14,17).

Podemos reconocer al Espíritu Santo indirectamente a través de :

-Las Escrituras , que Él ha inspirado.

-El Magisterio de la Iglesia, que Él asiste.

-La Liturgia, donde el Espíritu Santo nos pone en comunión con Cristo a través de los sacramentos.

-La Oración, en la cual Él intercede (como Parácleto, es decir, abogado defensor) por nosotros.

-Los Carismas y Minsiterios, con los cuales edifica a la Iglesia.

-Los signos de vida apostólica y misionera.

-El testimonio de los Santos, donde Él manifiesta su santidad.

 

-Los Frutos del Espíritu Santo son: caridad, bondad, generosidad, alegría, paz, comprensión de los demás, fidelidad: Gál 5,22).

-Los  Dones del Espíritu Santo  son: sabiduría, entendimiento y ciencia, consejo, fortaleza, piedad, temor.

 

 A) La misión conjunta del Hijo y del Espíritu Santo:

El Padre ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo (Gál 4,6). Ese Espíritu es realmente Dios, es consubstancial al Padre y al Hijo, es inseparable de ellos. Tanto en la vida íntima de la Trinidad (Trinidad inmanente), como en su don de amor para el mundo (Trinidad económica).

Pero junto con estar unidos y ser consubstanciales son tres personas, son distintas pero inseparables. Cristo es quien se manifiesta, muestra la imagen de Dios Padre que es invisible. El Espíritu es el amor entre ambos, y es quien revela a Cristo.

La misión del Espíritu Santo es hacernos plenamente hijos de Dios y unirnos a Cristo.

 

B) El nombre, los apelativos y símbolos del Espíritu Santo

El término "Espíritu", viene de hebreo «Ruaj», que es principio significa soplo, aire, viento. Jesús usa la imagen del viento para explicarle a Nicodemo la novedad espiritual de la vida nueva en Dios (Jn 3,5-8).

"Santo" porque es santo, y porque nos santifica.

 

   i) Los apelativos:

Es llamado también "abogado" y "consolador". Así como Jesús vino a consolar, el Espíritu Santo, también nos consuela y nos conforta interiormente. También es llamado "Espíritu de Verdad" (Jn 16,13).

 

   ii) Símbolos del Espíritu Santo:

Agua; Unción; Fuego; La Nube; Luz; paloma.

 

       1) El agua:

En el bautismo, el agua es el signo sensible y eficaz de nuevo nacimiento. El agua hace nacer la vida, también nuestra vida nace de nuevo en Cristo, por la acción del Espíritu santo. Por eso se simboliza al Espíritu Santo con el agua.

El Espíritu es también personalmente el agua viva que brota de Cristo crucificado (Jn 19,34; 1 Jn 5,8).

 

       2) La Unción:

En el bautismo y en la confirmación, uno recibe la Unción con el óleo santo (consagrado el Jueves Santo) que es el Crisma. Es aceite u óleo perfumado. El aceite impregna, entra en el cuerpo. Así también el Espíritu Santo, entra en nuestro corazón. Cristo es el totalmente ungido del Espíritu de Dios, vive en Dios y en el Espíritu.

La Virgen María concibe a Cristo por el Espíritu...

Cristo está lleno del Espíritu....

En Cristo la fuerza (parresía) del Espíritu se trasluce en sus curaciones salvíficas (perdón de los pecados...

El Espíritu Santo resucita a Jesús de entre los muertos (cf. Rom 1,4; 8,11)

 

        3) El Fuego:

El agua simboliza el nacimiento y la fecundidad de la vida dada en el Espíritu Santo. El fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu santo. La oración de los profetas, de los santos es como un fuego que cae del cielo y transforma lo que toca.

Jesús dice: "he venido a traer fuego sobre la tierra, y cuanto desearía que ya estuviese encendido!" (Lc 12,49).

En Pentecostés, el Espíritu Santo baja en forma de lenguas "como de fuego", y se posó sobre los Apóstoles y se llenaron del Espíritu Santo.

Se nos invita a no extinguir el Espíritu" (1 Tes 5,19) a no extinguir el fuego que hay en nuestro corazón.

 

       4) La nube y la luz:

Dos signos que van unidos. En el Antiguo testamento, la nube, aveces oscura, otras veces es luminosa, revela al Dios vivo y salvador que acompaña a

- Moisés en el Sinaí (cf. Ex 24,15-18)

-Moisés en la Tienda (cf Ex 33,9-10)

-Israel durante la marcha por el desierto (cf. Ex 40,36-38; 1 Cor 10,1-2).

Esto es figura , o anticipo del Nuevo Testamento, de Cristo. El Espíritu Santo desciende sobre la Virgen María y la cubre "con su sombre" para que ella conciba y de a luz a Jesús (Lc 1,35).

Jesús antes de la cruz, sube al monte y se transfigura ante Pedro, Santiago y Juan. El Espíritu Santo "vino en una nube y cubrió con su sombra" a Pedro, Santiago y Juan. Y se escuchó la voz del Padre: "Este es mi hijo, mi Elegido, escuchadlo" (Lc 9,34-35).

 

       5) La paloma:

Al final del diluvio (que se refiere al bautismo) la paloma soltada por Noe vuelve con una ramita de olivo, signo de que la tierra es habitable de nuevo (cf Gn 8,8-12). Cuando Cristo sale del agua de su bautismo, el Espíritu Santo, en forma de paloma, baja y se posa sobre Él (cf. Mt 3,16 y par).

El Espíritu Santo desciende y reposa en el corazón de los bautizados.

 

 C) EL ESPÍRITU SANTO EN LA PLENITUD DE LOS TIEMPOS

    i) En María:

"Alégrate María, llena de gracia". El Espíritu Santo preparó a María con su gracia. Ella fue concebida sin pecado por pura gracia de Dios.

En María el Espíritu Santo realiza el designio de misericordia del Padre. La Virgen concibe y da a luz al Hijo de Dios con y por medio del Espíritu Santo. Su virginidad se convierte en fecundidad únicamente por medio del poder del Espíritu Santo y de la fe (cf Lc 1,26-38; Rom 4,18-21; Ga 4,26-28).

    ii) En Cristo Jesús:

Jesús no revela plenamente al Espíritu Santo, hasta que Él mismo no ha sido glorificado por su muerte y resurrección. Lo va sugiriendo en su vida pública de a poco:

-a Nicodemo (Jn 3,5-8).

-a la Samaritana (Jn 4,10.14.23-24)

-a los discípulos le habla más directamente cuando les habla de la oración (cf Lc 11,13) y cuando les habla del testimonio que tendrán que dar (cf Mt 10,19-20).

-En la cruz Jesús entrega su espíritu al Padre. Y es resucitado por el Espíritu. Y como Resucitado, da a sus discípulos el Espíritu Santo soplando sobre ellos su aliento (Jn 20,22: perdón de los pecados).

 

     iii) El Espíritu santo y la Iglesia:

Pentecostés: después de siete semanas pascuales (49 días), viene el Espíritu Santo en persona. En ese día se revela plenamente la Santísima Trinidad.

Dios es amor (1 Jn 4,8.16) y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu santo que se nos ha sido dado" (Rom 5,5).

El Espíritu Santo también nos anima a la misión, a la comunión con Dios y nos fortalece en la debilidad.

 

 

 

 

 

 

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