Papa  Juan  XXIII

 

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El Papa Juan XXIII

El 25.11.1881 nace Angelo Giuseppe Roncalli, es ordenado sacerdote a los 23 años . En 1925 Pío XI lo nombra obispo.  A los 72 años es patriarca de Venecia. Es nombrado Papa cuando le faltan tres años, o poco más, para que cumpliese los ochenta. No llevaba más de tres meses de Papa cuando convocó al Concilo Vaticano II. Su pontificado duró cuatro años. Muere el 3 de junio de 1963. Es llamado el "Papa Bueno"

 

"Un día sin oración es como el cielo sin sol, o un jardín sin flores" (O, 21).

"El misterio de nuestra vida está en las manos de Dios. Lo importante es caminar en justicia y santidad ante el cielo, ante nuestra conciencia, en ejemplaridad de obras caritativas y puras" (O, 29).

"Nuestro deber es ser santos" (O, 31).

"El que camina con sencillez marcha con valor" (O, 33).

"Los hombres fuertes, sabios y buenos (una virtud sin las otras vale poco) se preocupan no tanto del triunfo en sus empresas cuanto en la nobleza de la causa a la que sirven y de la rectitud de su proceder" (O, 36).

La doctrina evangélica está tan lejos de la dureza como de la debilidad transigente, una y otra son perjudiciales a las almas (O, 50).

"Todo hombre debe ser bueno. Bueno porque es espejo de una conciencia pura, donde no tenga cabida la doblez, el cálulo, la dureza de corazón. Bueno porque está entregado a un afán continuo de purificación interior y de verdadera perfección" (O, 54).

"Cristo es un modelo que vale más que todo...La adhesión a Él por la gracia es la práctica de la vida moral más alta que asegura al hombre la perfección en la grandeza y en la gracia" (O, 57).

"Sólo la verdad hace libres. Sólo ella da la respuesta que cada cual espera, pero que a veces, por el esfuerzo que exige, da miedo oírla" (O, 60).

"A veces, la proclamación y defensa de la verdad puede costarnos sacrificios y lágrimas, pero es la verdad la que nos hace libres" (O,65).

"La debilidad de esconderse ante la verdad, o de ocultar la verdad ante quien sea, lleva reacciones terribles en el cielo y en la tierra" (O, 68).

La caridad va hermanada con la verdad" (O, 100).

"Sin renunciar a ninguno de los derechos de la verdad, cuanto más amable se le se la haría si se usase en las disputas, por decirlo con una conocida imagen de San Francisco de Sales, 'menos vinagre y más miel' " (O, 101).

"Ser humildes con el Señor, saber orar con humildad y confianza absoluta: esto es lo importante" (O, 63).

"El Evangelio es la plenitud de la santidad" (O, 67).

"La difusión de la verdad y de la caridad de Cristo es la verdadera misión de la Iglesia" (O, 74).

"La caridad es la esencia de la santidad" (O, 93).

"La caridad para con los hermanos se desarrola plenamente cuando encuentra un corazón limpio de todo afecto mundano, de toda ambisiión, de cálculos y segundas intensiones" (O, 95).

"La caridad es una gran escuela, y las manos que se acostumbran a socorrer a los pobres ejercitarán siempre y en todas apartes la bondad, la mansedumbre y una noble honradez" (O, 95).

"Sin amor se pueden lograr triunfos momentáneos, triunfos facilitados por la fuerza, pero después todo se viene abajo" (O, 97).

El sufrimiento santificado por la caridad acerca cada vez más las almas al goce anticipado de la vida íntima con nuestro Señor, a aquel vivir en para Dios en Cristo Jesús (O, 98).

"A lo largo de la vida, y en especial al final de la vida presente, el elogio mejor que se puede hacer de uno es siempre el mismo: "Era bueno; ante todo, era bueno" (O, 100).

"La caridad y la oración se sostienen mutuamente" (O, 117).

"La castidad se reflejaba en su mirada, se ha dicho del Cura de Ars" (O, 119).

"Es buena familia en la que el amor recíproco palpita como llama en el ejercicio de toda virtud" (O, 147).

"Donde hay una madre que tiene fe, que reza, que educa cristianamente a sus hijos, allí no puede faltar la gracia del cielo que madura los frutos a través de las esperanzas de la prueba" (O, 153).

"La verdadera paz no puede venir más que de Dios...Cristo nos dijo: 'Os dejo mi paz, os doy mi paz' (Jn 14,27)" (O, 165).

Con San Agustín podemos decir "Oh Señor, nos has hecho para ´i, y nuestro corazón no está tranquilo hasta que descanse en Ti" (O, 166).

"Humildad, humildad, humildad" (D, 1898).

Amemos y seamos humildes (D, 1898).

Seamos humildes, busquemos la unión con Dios. Que Jesús viva en nosotros (D, 1903).

En todo humildad, piedad, discresión y cortesía con todos, alegría siempre y serenidad de mente y corazón (D, 1904).

Seamos eucarísticos (D, 1937).

Seamos simples y prudentes (D, entre 1945 y 1952).

Seamos simples de corazón y de labios (D, 1952).

A Jesús por María (D, 1961)

Piedad, mansedumbre y caridad (D, 1961).

Confiemos totalmente en Dios (D, 1961).

Para conservar la virtud de la pureza tengamos siempre un gran amor a María (D, entre 1895 y 1900)

Del Santo Cura de Ars, subraya la frase: "No hace falta hablar mucho para orar bien. Sabemos que Dios está ahí, en el Sagrario; abrámosle nuestro corazón; alegrémonos de su santa presencia; ésta es la mejor oración" (D, entre 1895 y 1900).

El mejor modo de predicar a Jesucristo es amar mucho a Jesucristo (D, entre 1895 y 1900).

Ama la oración, recurre a ella con frecuencia, hazla con fe y con amor a Dios (D, 1899).

 

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Fuentes:

O: Juan XXIII. Orar. Su pensamiento espiritual. Selección y traducción de José Luis GONZÁLEZ-BALADO, Barcelona, 2000.

D: Diario del alma, de Juan XXIII.

 

 

 

 

 

 

 

 

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