Indice RESTAURACION DE JOSIAS Y EL FINAL DE LOS ASIRIOS Página Principal |
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(asirios.htm; versión al 8.5.2000) XXVIII) La restauración de Josías y el final de los asirios. Josías practicó una política que iba dirigida a independizarse de Asiria(1), buscando el apogeo de Judá y soñando con integrar a Israel. Realiza una reforma: "reforma del rey Josías" (de tradición deuteronomista). La reforma tan deseada por los profetas es la que inicia Josías. Hace desaparecer los ídolos, los Baales, las piedras sagradas, los cultos astrales o de fertilidad (de Asiria). Pero Josías va más lejos: decide que quedará sólo un lugar de culto: en Jerusalén. Los demás santuarios quedaron desautorizados y deben desaparecer. Aprovechando la debilidad de Asiria, Josías extendió esta reforma hacia Samaría, destruyendo Betel, que se remontaba a los patriarcas, pero que fue instituído por Jeroboam, en contra de Jerusalén, como lugar de culto para Israel. El año 622 invita a toda la población a celebrar la pascua en Jerusalén. De familiar o local, la fiesta se convierte en nacional. Renovando(2) la actitud de Josué en Siquem, Josías le pide al pueblo reunido que firme su alianza con el Señor. El imperio Asirio no fue capaz de defender todas sus fronteras. La ambición rompió el saco. Las provincias se iban desgajando y se independizaban. Esto se potenció en Babilonia, donde se ubican los "caldeos". Uno de éstos, Nabopolasar logró subir al trono de Babilonia, siendo proclamado rey el 625 aC y se le considera como fundador del llamado imperio neobabilónico. Es el padre de Nabucodonosor, que tanto influirá en el rumbo posterior de Judá. La caída de los Asirios hace que los Egipcios teman ahora más al poder babilónico y los Egipcios comenzarán a apoyar a los Asirios, generándose una vinculación Egipcio-Asiria. En tiempo de Josías, el farahón Neco estableció un corredor por la franja de Gaza que pasaba por Samaría. Josías que tenía pretenciones sobre Samaróa atacó a los Egipcios cerca de Samaría, pero fue muerto en la batalla de Meguido (cerca de Samaría, un poco más al norte)
XXIX) Los esfuerzos por restaurar el pasado El período de las intervenciones directas de Yahvéh, creadoras de historia salvífica (promesa a los patriarcas; salida de Egipto; revelación de Yahvéh en el Sinaí y la entrega de la tierra de Canaán) había pasado por lo visto una vez que comenzó la época de la monarquía. (v Rad1,103-104).
El Deuteronomio es una obra híbrida; por un lado, contiene muchos materiales jurídicos del derecho sacro y profano; por el otro, presenta estas tradiciones antiguas en forma parenética, es decir, en forma de sermones. Este estilo penetrante de la predicación atraviesa todo el Deuteronomio. Esta predicación posee una admirable amplitud y riqueza interior. Sus exponentes, los levitas, eran hombres que tenían acceso a las antiguas tradiciones de Israel y las interpretaban en una forma actualizada. Recuerdan la alianza de Yahvéh con los patriarcas, argumentan con detalles la tradición sinaítica, predican sobre los cánones del derecho. (v Rad1,107). Esta renovación de la tradición central de la anfictionía israelita en el Deuteronomio tuvo lugar con el espíritu de una religiosidad muy militante. Llama la atención las leyes militares, normas sobre el asedio de una ciudad, una ley sobre el campamento, exhortaciones al pueblo en tiempo de guerra (p.e., Dt 7,16-26; 9,1-6), etc. (v Rad1,108). Esta teología militante que se revuelve con tanta agresividad contra todo lo cananeo, atraviesa todo el Deuteronomio. En el Dt. encontramos una determinada concepción de la guerra santa, proveniente de círculos más tardíos. Favorece esta hipótesis su clara tendencia humanitaria y, sobre todo, el modo como se basa firmemente sobre principios fundamentales de carácter teológico y didáctico. Así pues, será preferible buscar los exponentes de esta concepción en los últimos tiempos de la monarquía. (v Rad1,109). Aunque las decisiones políticas y cultuales de Josías significaron para su época una novedad absoluta, él se propuso esencialmente restaurar el pasado. Restaurador fue su intento por renovar el reino de David y sobre todo la sumisión programática al orden sagrado de Moisés. En este último caso Israel dio un paso decisivo cuando codificó los antiguos principios religiosos. El Deuteronomio todavía no se consideró a sí mismo "Escritura"; los primeros indicios en este sentido se encuentran en algunas adiciones tardías (Dt 17,18; 31,9.26). Se trata, como vimos, de una colección de sermones, que se refieren a una tradición ciertamente obligatoria, pero que no había sido fijada en cada una de sus palabras. Esta situación cambió con Josías y la promulgación del Deuteronomio. Josías tenía la voluntad de Dios en sus manos, en la forma de un libro y esto significaba un paso decisivo hacia la formación del canon normativo. Israel participaba de una ola de movimientos restauradores que agitaron en ésta época todo el antiguo oriente. En el Egipto revivían cultos antiquísimos, con rituales desconocidos, se restauraron las pirámides y la escritura volvió otra vez a las formas arcaicas. En Babilonia, Nabopolasar imitaba en sus inscripciones el estilo de los antiguos reyes babilonios y su hijo Nabudoconosor hizo excavaciones en busca de los fundamentos de los templos antiguos, y se gloriaba de haber encontrado documentos relativos a su edificación. (v Rad1,112-113). (1)Asiria va declinando en poder. (2) Toda esta reforma tiene como punto de partida el hallazgo de un libro descubierto en el templo de Jerusalén en los trabajos de restauración. Se trata de la tradición deuteronomista. |