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(euca1.htm; versión al 16.10.2000)                                                                           Página Principal

    Textos de Hans Urs von Balthasar

 

LA VIDA EUCARÍSTICA

 

"En Cristo el hombre creado puede llegar a ser por la gracia una persona (teológica), es decir, un hijo del Padre que de una manera cualitativamente única ha llegado a participar en la misión de Cristo, lo que tiene lugar mediante la inhabitación del Espíritu Santo en él como en una morada de las personas divinas (Jn 14,23; 1 Co 6,19; Ef 3,17). Aquí cabría repetir una vez más lo que se dijo más arriba acerca de la personalización y socialización simultánea del hombre en posesión de la gracia. Todo lo "privado" desaparece en este proceso, en el que el hombre es expropiado y requisado para la vida divina, pero con ello también para los designios salvíficos de Dios con el mundo. En la desprivatización aquel que ha llegado a ser propiedad de Dios se convierte en el homo ecclesiasticus que no sólo en su psicología sino también en su talante vital adquiere trazos eclesiales. En esta universalización es configurado con Cristo; en él recibe no sólo la gracia de la nueva filiación divina, del nacimiento con el Hijo del seno del Padre, de la coposesión del Espíritu Santo, sino también la de una misión que tiene su modelo en la misión de Cristo y que constituye una parte de la misión de la Iglesia. En la medida en que uno llega a ser persona en Cristo, adquiere también en él un espacio eclesial para cobijar en sí a los demás; Orígenes se permite en este caso hablar incluso de una analogía de la eucaristía: en la medida en que un hombre pertenece a Cristo, puede ser distribuido con Cristo como sustancia nutritiva del cuerpo místico (BALTHASAR, Hans Urs von, Teodramática. Vol III, Las personas del drama: el hombre en Cristo, Madrid 1993, 483).

 

 

 

"...en Teilhard es central la eucaristía, tal como la desarrolla de forma clásica la segunda "imagen visionaria!. Se ve allí cómo la pequeña hostia aumenta de tamaño hasta extenderse sobre todas las cosas para contraerse luego, pero con todas las cosas en sí: "¡El esplendor blanco ara activo!". "La trans-substanciación se rodea, a modo de aureola, de una divinización real, aunque menguada, de todo el cosmos" Todas las comuniones sacramentales forman juntas una única, sí, "la comunión de todos los tiempos...forman igualmente una comunión aún más amplia, co-extensiva con la historia de la humanidad. Esto significa que la eucaristía en su acción universal es sólo la expresión y revelación de la fuerza divina de unificación que obra en cada átomo-espíritu del mundo". "La encarnación jamás concluida transforma (todas las cosas). En el mundo sólo hay una celebración de la misa,... la hostia total, verdadera, es el universo" (BALTHASAR, Hans Urs von, Teodramática. Vol V, El último acto, Madrid 1997, 155).

 

 

"En Cristo, somos los unos para los otros no sólo hermanos, sino que, en su cuerpo eucarístico, llegamos a ser miembros los unos de los otros. Nuestro intercambio no es sólo un intercambio de espíritu a espíritu, mientras nuestros cuerpos separados por una distancia insuperable, sino que hay una esfera en la que nuestros cuerpos –en un plano muy superior a la unión sexual- se comunican los unos a los otros: no en una corporeidad biológica, sino pneumática, fundada en la resurrección del Señor y en su presencia eucarística. ...surge algo completamente nuevo en antropología: la posibilidad de obrar a favor del otro, no sólo mediante acciones externas librando al otro de una carga, sino "desde dentro", cuando, en la eucaristía de Cristo, se puede llegar a compartir el peso de la culpa y de la incapacidad ajenas. La communio eucharistica (hasta de un modo analítico, puede decirse) se convierte en communio sanctorum.Y la forma de intercambio de esta última está totalmente marcada por la forma de la primera y contenida en ella. De este modo, queda preservada a su vez de toda indiscreción subjetiva y de toda violación objetiva de la intimidad ajena. El que se ofrece a llevar con Cristo el peso de sus hermanos, llegará a lo sumo a experimentar en su vida que su gesto de disponibilidad es un gesto lleno de sentido y fecundo, pero nunca sabrá ni cómo ni dónde este ofrecimiento produce sus frutos. Sólo fusionándose con el ofrecimiento del Hijo, entra en la Palabra misericordiosa del Padre." (BALTHASAR, Hans Urs von, Teodramática. Vol II, Las personas del drama: el hombre en Dios, Madrid 1992, 382).

 

 

     

 


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