XIX.
Cánticos
e himnos bíblicos
4000. Ex 15, 1‑4.8‑13.17‑18
Cántico triunfal
1 «Cantaré al Señor, sublime es su victoria,
caballos y jinetes ha arrojado en el mar.
2 Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
El es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mi padre: yo lo ensalzaré.
3 El Señor es un guerrero,
su nombre es el Señor.
4 Los carros y la tropa del Faraón los lanzó al mar,
ahogó en el Mar Rojo a la flor de los capitanes.
8 Al soplo de tu nariz se amontonaron las aguas,
las corrientes se alzaron como un dique,
las olas se cuajaron en el mar.
9 Decía el enemigo: ‘Los perseguiré y alcanzaré,
repartiré el botín, se saciará mi codicia,
desenvainaré la espada, los agarrará mi mano».
10 Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar,
se hundieron como plomo
en las aguas formidables.
11 ¿Quién hay como tú entre los dioses, Señor,
magnífico en tu santidad,
ternible por tus proezas, autor de prodigios?
12 Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;
13 guiaste con tu lealtad al pueblo
que habías rescatado,
los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.
17 Lo introduces y lo plantas en el monte de tu
heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
18 El Señor reina por siempre jamás».
4010. Dt 32, 1‑12
Cántico de Moisés
1 «Escuchad, cielos, y hablaré;
oye, tierra, los dichos de mi boca;
2 descienda como lluvia mi doctrina,
destile como rocío mi palabra;
como llovizna sobre la hierba,
como orvallo sobre el césped;
3 voy a proclamar el nombre del Señor:
reconoced la grandeza de nuestro Dios.
4 El es la Roca, sus obras son perfectas,
sus caminos son justos;
es un Dios fiel, sin maldad,
es justo y recto.
5 Hijos degenerados, se portaron mal con él,
generación malvada y pervertida.
6 ¿Así le pagas al Señor,
pueblo necio e insensato?
¿No es él tu padre y tu creador,
el que te hizo y te constituyó?
7 Acuérdate de los días remotos,
considera las edades pretéritas,
pregunta a tu padre y te lo contará,
a tus ancianos y te lo dirán:
8 Cuando el Altísimo
daba a cada pueblo su heredad,
y distribuía a los hijos de Adán,
trazando las fronteras de las naciones,
según el número de los hijos de Dios,
9 la porción del Señor fue su pueblo,
Jacob fue el lote de su heredad.
10 Lo encontró en una tierra desierta,
en una soledad poblada de aullidos;
lo rodeó cuidando de él,
lo guardó como a las niñas de sus ojos.
11 Como el águila incita a su nidada
revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, los tomó
y los llevó sobre sus plumas.
12 El Señor sólo los condujo,
no hubo dioses extraños con él.
4020. 1 Samuel 2, 1‑10
Cántico de Ana
1 Y Ana rezó esta oración:
«Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios,
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque celebro tu salvación.
2 No hay santo como el Señor,
no hay roca como nuestro Dios.
3 No multipliquéis discursos altivos,
no echéis por la boca arrogancias,
porque el Señor es un Dios que sabe,
él es quien pesa las acciones.
4 Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
5 los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía.
6 El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
7 da la pobreza y la riqueza,
el Señor humilla y enaltece.
8 El levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono glorioso,
pues del Señor son los pilares de la tierra
y sobre ellos afianzó el orbe.
9 El guarda los pasos de sus amigos
mientras los malvados perecen en las tinieblas
–porque el hombre no triunfa por su fuerza–.
10 El Señor desbarata a sus contrarios,
el Altísimo truena desde el cielo,
el Señor juzga hasta el confín de la tierra.
El da autoridad a su rey,
exalta el poder de su Ungido».
4030. 1 Cr 29, 10‑13
Oración de David
10 Entonces bendijo al Señor en presencia de toda la comunidad y dijo:
–Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre. 11A ti, Señor, la grandeza, el poder, el honor, la majestad y la gloria, porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. 12Tuyo el reino y el que está por encima de todos. Riqueza y gloria vienen de ti. Todo lo gobiernas. En tus manos están la fuerza y el poder, en tus manos engrandecer y fortalecer a quien quieras. 13Nosotros, Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu nombre glorioso.
4040. Tob 13, 1‑10a
1 Tobit dijo:
2 Bendito sea Dios, que vive
eternamente, y su reinado.
El azota y se compadece:
Hunde en el Abismo,
hasta lo hondo de la tierra
y levanta de la gran Destrucción.
Nadie escapa de su mano.
3 Confesaos a él, israelitas,
ante los paganos,
pues él nos dispersó entre ellos.
4 Allí os mostró él su grandeza.
Ensalzadio ante todo viviente,
porque él es nuestro Señor,
él es nuestro Dios,
él es nuestro Padre, él es Dios
eternamente.
5 Os azotará por vuestros delitos,
de todos se compadecerá,
entre todos los paganos
por donde nos dispersó.
6 Si os convertís a él de todo corazón
y con toda el alma, siendo
sinceros con él,
entonces él se convertirá a vosotros
y no volverá a ocultaros su rostro.
7 Ahora mirad cómo os ha tratado
confesaos a él a boca llena.
Bendecid al Señor de la justicia
ensalzad al Rey de los siglos.
8 Yo le doy gracias
en mi país de destierro,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador.
¡Convertíos, pecadores, obrad
rectamente en su presencia!
Quizá querrá acogeros y tendrá
compasión de vosotros.
9 Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,
y me alegraré de su grandeza.
10 Que todos lo alaben
y le den gracias en Jerusalén.
4050. Tob 13, 10‑13.15.16 b‑ 17a
Cántico de Tobit
10 Que todos lo alaben
y le den gracias en Jerusalén.
Jerusalén, ciudad santa, él te
castigó por las obras de tus hijos,
pero volverá a apiadarse
del pueblo justo.
11 Será reconstruida con gozo
tu tienda
12 alegrando en ti a todos los desterrados
amando en ti a todos los desgraciados
por todas las generaciones
de los siglos.
Una luz resplandeciente brillará
hasta los confines del orbe, por tu nombre santo,
trayendo en sus manos dones al Rey del cielo.
Generaciones sin fin
cantarán vítores en tu recinto
y el nombre de la elegida durará
por generaciones seculares.
15 Saldrás entonces con júbilo
al encuentro de los hijos de los justos
porque todos se reunirán para
bendecir al Señor del mundo.
Dichosos los que te aman,
dichosos los que se alegren de tu paz.
Bendice, alma mía,
al Señor magnífico,
17 porque Jerusalén será reconstruida
y en la ciudad su casa
por todos los siglos.
4060. Jud 16, 1‑2a.13-15
Himno de Judit
1«Cantad a mi Dios con panderos,
celebrad al Señor con platillos;
con un cántico nuevo
invocad y ensalzad su nombre.
2 El Señor es un Dios que pone fin a la guerra.
13 Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación,
porque lo mandaste y existió,
enviaste tu aliento y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
15 Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia
se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.
4070. Is 2, 2‑5
2Al final de los tiempos
estará firme el monte
de la casa del Señor,
descollando entre los montes,
encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán las naciones,
3 caminarán pueblos numerosos.
Dirán: Venid, subamos
al monte del Señor,
a la casa del Dios de lacob:
él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas,
porque de Sión saldrá la ley;
de Jerusalén, la palabra del Señor.
4 Será el árbitro de las naciones,
el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados;
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada
pueblo contra pueblo,
ya no se adiestrarán para la guerra.
5 Casa de lacob, venid,
caminemos a la luz del Señor.
4080. Is 12, 1‑6
1 Aquel día recitarás:
Te doy gracias, Señor,
porque estabas airado contra mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.
2 Siendo Dios mi salvador,
confío y no temo
porque mi fuerza y poder es el Señor,
él fue mi salvación.
3 Sacarás agua con gozo
del manantial de la salvación.
4 Aquel día, recitaréis:
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
5 Tañed para el Señor,
que hizo proezas,
que las conozca toda la tierra;
6 grita jubilosa, Sión, la princesa,
que es grande en medio de ti
el Santo de Israel.
4090. Is 26, 1-4.7‑9.12
1 Aquel día se cantará este canto
en el territorio de Judá:
Tenemos una ciudad fuerte:
le ha puesto para salvarla
murallas y baluartes.
2 Abrid las puertas,
para que entre un pueblo justo
que guarda los compromisos;
3 voluntad es firme,
tú velas por su paz,
porque confía en ti.
4 Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:
7 La senda del justo es recta,
tú allanas el sendero del justo.
8 En la senda de tus juicios,
Señor, te esperamos,
invocamos tu nombre con ansia:
9 mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior
madruga por ti;
pues cuando tus juicios
llegan a la tierra,
aprenden justicia
los habitantes del orbe.
12 Señor, tú nos gobernarás en paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.
4100. Is 33, 13-16
13 Los lejanos, escuchad lo que he hecho;
los cercanos, reconoced mi valor.
14 Temen en Sión los pecadores,
un temblor se apodera
de los perversos:
«¿Quién de nosotros habitará
en un fuego devorador,
quién de nosotros habitará
en una hoguera perpetua?».
15 –El que procede con justicia,
habla con rectitud
y rehúsa el lucro de la opresión;
el que sacude la mano
rechazando el soborno
y tapa su oído
a propuestas sanguinarias;
el que cierra los ojos
para no complacerse en el mal,
16 ése morará en las alturas:
picachos rocosos serán su alcázar,
con abasto de pan y provisión de agua.
4110. Is 38,10‑14.17‑20
10 «Yo pensé: “Mediada la vida,
tengo que marchar
hacia las puertas del Abismo;
me privan del resto de mis años».
11 Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.
12 Levantan y enrollan mi morada
como tienda de pastores.
Como un tejedor devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.
13 Día y noche me estabas. acabando,
sollozo hasta el amanecer.
Me quiebras los huesos como un león,
día y noche me estás acabando.
14 Como una golondrina estoy piando,
gimo como una paloma.
Mis ojos mirando al cielo
se consumen:
¡Señor, que me oprimen,
sal fiador por mí!”.
17 La amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi vida
ante la tumba vacía
y volviste la espalda
a todos mis pecados.
18 El Abismo no te da gracias,
ni la Muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
19 Los vivos, los vivos son
quienes te dan gracias:
como yo ahora.
El padre enseña a sus hijos
tu fidelidad.
20 Sálvame, Señor,
y tocaremos nuestras arpas
todos nuestros días
en la casa del Señor».
4120. Is 40, 10‑17
10 Mirad, el Señor Dios llega con poder,
y su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario,
y su recompensa lo precede.
11 Como un pastor
que apacienta el rebaño,
su brazo lo reúne,
toma en brazos los corderos
y hace recostar a las madres.
12 ¿Quién ha medido a puñados el mar,
o mensurado a palmos el cielo,
o a cuartillos el polvo de la tierra?
¿Quién ha pesado
en la balanza los montes
y en la báscula las colinas?
13 ¿Quién ha medido
el espíritu del Señor?
¿Quién le ha sugerido su proyecto?
14 ¿Con quién se aconsejó
para entenderlo,
para que le enseñara
el camino exacto?,
¿para que le enseñara el saber
y le sugiriese el método inteligente?
15 Mirad, las naciones
son gotas de un cubo
y valen lo que el polvillo de balanza.
Mirad, las islas
pesan lo que un grano,
16 el Líbano no basta para leña,
sus fieras no bastan
para el holocausto.
17 Frente a él las naciones
todas son como si no existieran,
para él no cuentan
absolutamente nada.
4130. Is 42, 10‑16
10 Cantad al Señor un cántico nuevo,
y llegue su alabanza
a los confines de la tierra;
los que se hacen al mar,
los que lo pueblan,
las costas y sus habitantes.
11 Alégrese el desierto con sus tiendas,
los cercados que habita Cadar;
exulten los vecinos de Petra,
clamen desde la cumbre
de las montañas;
12 den gloria al Señor,
pronuncien su alabanza en las costas.
13 El Señor sale como un héroe,
excita su ardor como un guerrero,
lanza el alarido
desafiando al enemigo.
14 Desde antiguo guardé silencio,
me callaba, aguantaba;
como parturienta, jadeo y resuello.
15 Agostaré montes y collados,
secaré toda su hierba,
convertiré los ríos en yermo,
desecaré los estanques;
16 conduciré a los ciegos
por un camino que desconocen,
los guiaré por senderos que ignoran.
Ante ellos convertiré
la tiniebla en luz,
lo escabroso en llano.
Esto es lo que pienso hacer,
y no dejaré de hacerlo.
4140. Is 45, 15‑26
15 Es verdad: Tú eres el Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
16 Derrotados, fracasados todos juntos,
se marchan con su fracaso
los fabricantes de ídolos,
17 mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
y no serán derrotados
ni fracasarán nunca jamás.
18 Así dice el Señor, creador del cielo
–él es Dios–, el que modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor y no hay otro».
19 No hablé a escondidas,
en un país tenebroso;
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío».
Yo soy el Señor
que pronuncia sentencia
y declara lo que es justo.
20 Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones:
No discurren los que llevan
su ídolo de madera
y rezan a un dios que no puede salvar.
21Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
No hay otro Dios fuera de mí.
Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.
22 Acudid a mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios, y no hay otro.
23 Lo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua».
24 Dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder».
A él vendrán derrotados
los que se enardecían contra él,
25 por el Señor triunfará
se gloriará la estirpe de Israel.
4150. Is 52, 13—53, 12
“Estaba despreciado y no hemos hecho caso de él. Sin embargo, eran nuestras dolencias las que él llevaba, eran nuestros dolores los que le pesaban y nosotros lo creíamos azotado por Dios, castigado y humillado.
Ha sido tratado como culpable a causa de nuestras rebeldías y aplastado por nuestros pecados. Por sus llagas hemos sido sanados. Todos andábamos como ovejas errantes, cada cual seguía su propio camino. Y Yavé descargó, sobre él, la culoa de todos nosotros.
Fue detenido y enjuiciado injustamente, sin que nadie se preocupada de él. Fue arrancado del mundo de los vivos, y herido de muerte por los crímenes de su pueblo. Fue sepultado junto a los malhechores, a pesar de que nunca cometió una violencia, ni nunca salió una mentira de su boca.
Quiso Yavé destrozarlo con padecimientos, y él ofreció su vida como sacrificio por el pecado.
Después de las amarguras que haya padecido su alma, verá la luz y será colmado. Por su padecimiento mi siervo justificará a muchos, y cargará con todas sus culpas.
Por eso le daré en herencia muchedumbres, y recibirá los premios de los vencedores.
Se ha negado a sí mismo hasta la muerte, y ha sido contado entre los pecadores, cuando en realidad llevaba sobre sí los pecados de muchos, e intercedía por los pecadores”.
4160. Is 61, 10—62, 5
61 10 Desbordo de gozo con el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto
en un manto de triunfo,
como novio que se pone la corona
o novia que se adorna con sus joyas.
62 1 Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén
no descansaré,
hasta que rompa la aurora de su justicia
y su salvación llamee como antorcha.
2 Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes, tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo
impuesto por la boca del Señor.
3 Serás corona fúlgida
en la mano del Señor
y diadema real
en la palma de tu Dios.
4 Ya no te llamarán «la Abandonada»
ni a tu tierra «la Devastada»,
a ti te llamarán «Mi Preferida»
y a tu tierra «La Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.
5 Como un joven
se casa con una doncella,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra
el marido con su esposa
la encontrará tu Dios contigo.
4170. Is 66, 10‑14a
10 Festejad a Jerusalén,
gozad con ella, todos los que la amáis;
alegraos de su alegría
los que por ella llevasteis luto;
11 mamaréis a sus pechos
y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias
de sus ubres abundantes.
12 Porque así dice el Señor:
Yo liaré derivar hacia ella,
como un río, la paz;
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.
Mamaréis, os llevarán en brazos,
y sobre las rodillas os acariciarán;
13 como a un niño
a quien su madre consuela,
así os consolaré yo.
14 Al verlo se alegrará vuestro corazón
y vuestros huesos florecerán
como un prado.
4180. Jr 14, 17‑21
17 Diles esta palabra:
Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche, sin cesar,
por la terrible desgracia
de la capital de mi pueblo,
por su herida incurable.
18 Salgo al campo:
muertos a espada; entro en la ciudad:
desfallecidos de hambre;
profetas y sacerdotes
recorren el país a la ventura.
19 ¿Por qué has rechazado a Judá
y sientes asco de Sión?
¿Es que nos has herido sin remedio?
Se espera mejoría y no hay bienestar,
al tiempo de curarse
sobreviene el delirio.
20 Señor, reconocemos nuestra culpa
y los delitos paternos;
te hemos ofendido,
21 Por tu nombre, no nos rechaces,
no desprestigies tu trono glorioso,
recuerda tu alianza con nosotros,
no la rompas.
4190. Jr 31, 10‑14
10 Escuchad, pueblos,
la palabra del Señor,
anunciadla, islas remotas:
El que esparció a Israel lo reunirá,
lo guardará
como el pastor a su rebaño;
11 el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte,
12 y vendrán entre aclamaciones
a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
trigo y vino y aceite,
y rebaños de vacas y ovejas;
será como huerto regado,
no volverán a desfallecer,
13 entonces la muchacha
gozará bailando
y los ancianos
igual que los jóvenes;
convertiré su tristeza en gozo,
los consolaré y aliviaré sus penas;
14 alimentaré a los sacerdotes
con enjundia
y mi pueblo se saciará de mis bienes
–oráculo del Señor–.
4200. Ez 36, 24‑28
24 Os recogeré por las naciones, os reuniré de todos los países y os llevaré a vuestra tierra. 25Os rociaré con un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar. 26Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 27Os infundiré mi espíritu y haré que caminéis según mis preceptos y que cumpláis mis mandatos poniéndolos por obra. 28Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.
4210. Hab 3, 2-4.13a.15‑19
2 ¡Señor, he oído tu fama;
Señor, he visto tu acción!
En medio de los años realízala,
en medio de los años manifiéstala,
en la ira acuérdate de la compasión.
3 El Señor viene de Temán,
el Santo del Monte Farán;
su resplandor eclipsa el cielo
y la tierra se llena de sus alabanzas;
4 su brillo es como el sol;
su mano destella velando su poder.
13 sales a salvar a tu pueblo,
a salvar a tu ungido:
15 pisas el mar con tus caballos
y hierve la inmensidad de las aguas.
16 Lo escuché y temblaron mis entrañas,
al oírlo se estremecieron mis labios,
me entró un escalofrío por los huesos
y me temblaban las piernas al andar.
Gimo por el día de angustia
que se echa sobre el pueblo
que nos oprime.
17 Aunque la higuera no echa yemas
y las cepas no dan fruto,
aunque el olivo se niega a su tarea
y los campos no dan cosechas,
aunque se acaban las ovejas del redil
y no quedan vacas en el establo;
18 yo festejaré al Señor
gozando con mi Dios salvador:
19 el Señor es mi fuerza,
me da piernas de gacela,
me encamina por las alturas.
4220. Dan 3, 26‑29.34.41
26Bendito seas, Señor,
Dios de nuestros padres,
alabado y glorificado
tu nombre por siempre.
27 Lo que has hecho con nosotros
está justificado:
todas tus acciones son justas,
tus caminos son rectos,
tus sentencias son justas.
28Son justas las sentencias
que has ejecutado contra nosotros,
contra tu ciudad santa,
la Jerusalén de nuestros padres;
con justicia y derecho
lo has ejecutado todo
por nuestros pecados.
29 Porque hemos cometido
toda clase de pecados,
hemos prevaricado
rebelándonos contra ti,
hemos cometido
toda clase de pecados,
hemos quebrantado
los preceptos de tu ley;
34 ¡Por el honor de tu nombre!,
no nos abandones para siempre,
no rompas tu alianza,
no nos niegues tu misericordia.
41 En adelante te seguiremos
de todo corazón, te respetaremos,
buscaremos tu rostro.
No nos defraudes.
4230. Dn 3, 52‑57
52 Bendito eres, Señor,
Dios de nuestros padres,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito tu nombre, santo y glorioso,
a él gloria y alabanza por los siglos.
53 Benclito eres en el templo
de tu santa gloria,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
54 Bendito eres en tu trono real,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
55 Bendito cuando cabalgas
sobre querubines
sondeando los abismos,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
56 Bendito eres en la bóveda del cielo,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
57 Criaturas todas del Señor,
bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
4240. Dan 3, 57‑88.56
57 Criaturas todas del Señor,
bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
58 Angeles del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
59 Cielos, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
60 Aguas del espacio, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
61 Ejércitos del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
62 Sol y Luna, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
63 astros del cielo, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
64 Lluvia y rocío, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
65 vientos todos, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
66 fuego y calor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
67 fríos y heladas, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
68 rocíos y nevadas, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
69 témpanos y hielos, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
70 escarchas y nieves, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
71 Noches y días, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
72 luz y tinieblas, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
73 rayos y nubes, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
74 Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos;
75 montes y cumbres, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
76 cuanto germina en la tierra,
bendiga al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos;
77 manantiales, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
78 mares y ríos, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
79 cetáceos y cuanto se agita en el mar,
bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
80 aves del cielo, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
81 fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
82 Hombres todos, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
83 bendiga Israel al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos;
84 sacerdotes del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
85 siervos del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
86 almas y espíritus justos, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
87santos y humildes de corazón,
bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
88 Ananías, Azarías y Misael,
bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos;
porque os sacó de la fosa,
os libró del poder de la muerte,
os arrancó de la llama ardiente
y os libró del fuego.
56 Bendito eres en la bóveda del cielo,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
4250. Eclo 36, 1‑7.13‑19
1 Sálvanos, Dios del universo,
2 infunde tu terror a todas las naciones;
3 amenaza con tu mano al pueblo extranjero
para que sienta tu poder.
4 Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos;
5 para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.
6 Renueva los prodigios, repite los portentos;
7 exalta tu mano, robustece tu brazo;
13 Reúne a todas las tribus de Jacob
16 y dales su heredad como antiguamente.
17 Ten compasión M pueblo que lleva tu nombre;
de Israel, a quien nombraste tu primogénito;
18 ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu residencia.
19 Llena a Sión de tu majestad,
y tu templo de tu gloria.
4260. Sab 9, 1‑6.9‑11
1 Dios de mis padres, Señor de misericordia,
que todo lo creaste con tu palabra
2 y formaste al hombre sabiamente
para que dominara todas tus criaturas,
3 gobernara el mundo con justicia y santidad
y administrara justicia rectamente:
4 dame la sabiduría entronizada junto a ti,
no me niegues un puesto entre los tuyos.
5 Porque soy siervo tuyo, hijo de tu sierva,
hombre débil y efímero, incapaz de entender el derecho y la ley;
6 por más cumplido que sea un hombre,
si le falta tu sabiduría, no valdrá nada.
9 Contigo está la sabiduría,
que conoce tus obras,
a tu lado estaba cuando hiciste el mundo;
ella sabe lo que a ti te agrada,
lo que responde a tus mandamientos.
10 Envíala desde el cielo sagrado,
mándala desde tu trono glorioso,
para que esté a mi lado y trabaje conmigo,
enseñándome lo que te agrada.
11 Ella, que todo lo sabe y lo comprende,
me guiará prudentemente en mis empresas
y me custodiará con su prestigio.
4270. Lc 1, 46‑55
Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
47 mi espíritu festeja a Dios mí salvador,
48 porque se ha fijado en la humildad de su esclava
y en adelante me felicitarán
todas las generaciones.
49 Porque el Poderoso ha hecho proezas
su nombre es sagrado.
50 Su misericordia con sus fieles continúa
de generación en generación.
51 Su poder se ejerce con su brazo:
desbarata a los soberbios en sus planes:
52 derriba del trono a los potentados
y ensalza a los humildes:
53 colma de bienes a los hambrientos
y despide vacíos a los ricos.
54 Socorre a Israel su siervo,
recordando la lealtad,
55 prometida a nuestros antepasados,
a favor de Abrahán y su linaje por siempre.
4280. Benedictus
Lc 1, 68‑79
68 Bendito el Señor, Dios de Israel,
porque se ha ocupado de rescatar
a su pueblo.
69 Nos ha suscitado una eminencia salvadora
en la Casa de David, su siervo,
70 como había prometido desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
71 salvación de nuestros enemigos,
del poder de cuantos nos odian,
72 tratando con lealtad a nuestros padres
y recordando su alianza sagrada,
73 lo que juró a nuestro padre Abrahán,
que nos concedería,
74 ya liberados del poder enemigo,
servirle sin temor en su presencia,
75con santidad y justicia toda la vida.
76 Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque caminarás delante del Señor,
preparándole el camino;
77 anunciando a su pueblo la salvación
por el perdón de los pecados.
78 por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará desde lo alto un amanecer
79 que ilumina a los que
habítan en tinieblas
y en sombras de rnuerte,
que endereza nuestros pasos por un camino
de paz.
4290. Lc 2, 29‑32
29 –Ahora, dueño mío, según tu palabra, dejas libre y, en paz a tu siervo; 30porque han visto mis ojos a tu Salvador, 31que has dispuesto ante todos los pueblos 32como luz revelada a los paganos y como gloria de tu pueblo Israel.
4300. Ef 1, 3‑10
3 ¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor
Jesucristo!, el cual por medio de Cristo
nos bendijo con toda clase de bendiciones
espirituales del cielo.
4 por él, antes de la creación del mundo,
nos eligió para que por el amor fuéramos
santos e irreprochables en su presencia.
5 Por Jesucristo, según el designio
de su voluntad,
nos predestinó a ser sus hijos adoptivos
6 de modo que redunde en alabanza de la
gloriosa gracia que nos
otorgó
por medio del Predilecto.
7 Por él, por medio de su sangre, obtenemos el
rescate, el perdón de los pecados.
Según la riqueza de su gracia
8 derrochó en nosotros toda clase de sabiduría
y prudencia,
9 dándonos a conocer su secreto designio,
establecido de antemano por decisión suya,
10 que se había de realizar en Cristo al cumplirse el tiempo:
Que el universo, lo celeste y lo terrestre,
alcanzaran su unidad en Cristo.
4310. Filipenses 2, 6‑11
6 Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de ser igual a Dios;
7 Sino que se vació de sí
y tomó la condición de esclavo,
haciéndose semejante a los hombres.
Y mostrándose en figura humana
8 se humilló,
se hizo obediente hasta la muerte,
una nnuerte en cruz.
9 Por eso Dios lo exaltó y le concedió
un título superior a todo título,
10 para que, ante el título
de Jesús,
toda rodilla se doble,
en el cielo, la tierra y el abismo;
11 y toda lengua confiese
para gloria de Dios Padre:
¡Jesucristo es Señor!
4320. Colosenses 1, 12‑20
12 Que con alegría deis gracias al Padre
que os capacitó para compartir la suerte
de los consagrados en el reino de la luz;
13 que os arrancó del poder de las tinieblas
y os trasladó al reino de su Hijo querido.
14 Por el cual obtenemos el rescate,
el perdón de los pecados.
15 El es imagen del Dios invisible,
primogénito de toda la creación
16 pues por él fue creado todo,
en el cielo y en la tierra: lo visible y lo invisible,
majestades, señoríos, autoridades y potestades.
17 Todo fue creado por él y para él,
él es anterior a todo
y todo tiene en él su consistencia.
18 El es la cabeza del cuerpo, de la Iglesia.
Es el principio, primogénito de los rnuertos,
para ser el primero de todos.
19 En él decidió Dios que residiera la plenitud;
20 que por medio de él
todo fuera reconciliado consigo,
haciendo las paces por la sangre de la cruz
entre las criaturas de la tierra y las del cielo.
4330. 1 Tim 3, 16
Se manifestó corporalmente,
lo rehabilitó el Espíritu,
se apareció a los ángeles,
fue proclamado a los paganos,
fue creído en el mundo
y exaltado en la gloria.
4340. 1 Pe 2, 21b‑24
Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas. 22No había pecado ni hubo engaño en su boca; 23injuriado no respondía con injurias, padeciendo no amenazaba, antes se sometía al que juzga con justicia. 24Nuestros pecados él los llevó en su cuerpo al madero, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus cicatrices nos curaron.
4350. Ap 4, 11; 5, 9.10.12
11 Digno eres, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque creaste el universo y por tu voluntad fue creado y existió.
9 Cantaban un cántico nuevo: Eres digno de recibir el rollo y soltar sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; 10 hiciste de ellos el reino de nuestro Dios y sus sacerdotes, y reinarán en la tierra.
12 Y decían con voz potente: Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, el saber, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.
4360. Ap 11, 17‑18; 12.10b‑12
17 Te damos gracias, Señor, Dios todopoderoso, el que es y era, porque has asumido el poder supremo y el reinado. 18 Los paganos montaron en cólera, pero sobrevino tu cólera, la hora de juzgar a los muertos y de dar el premio a tus siervos los profetas, a los consagrados, a los que respetan tu nombre, pequeños y grandes; la hora de destruir a los que destruyen la tierra.
10 Porque ha sido expulsado el que acusaba a nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche ante nuestro Dios. 11 Ellos lo derrotaron con la sangre del Cordero y con su testimonio, porque despreciaron la vida hasta morir. 12 Por eso festejadio, cielos, y los que habitáis en ellos.
4370. Ap 15, 3-4
Grandes y admirables son tus obras,
Señor Dios todopoderoso;
justos y acertados tus caminos,
Rey de las naciones.
4 ¿Quién no te respetará, Señor,
quién no dará gloria a tu nombre?
Tú sólo eres santo,
y todas las naciones vendrán
a adorarte en tu presencia,
porque se han revelado tus decisiones.
4380. Ap 19, 1‑7
1 Después escuché en el cielo un rumor como de una gran multitud que decía: ¡Aleluya! A nuestro Dios corresponden la victoria y la gloria y el poder, 2porque son justas y acertadas sus sentencias. Porque ha sentenciado a la gran prostituta que corrompió al mundo con sus fornicaciones y le ha exigido cuentas de la sangre de sus siervos. 3 Y repitieron: ¡Aleluya! El humo de ella asciende por los siglos de los siglos. 4 Los veinticuatro ancianos y los cuatro vivientes se postraron y adoraron al Dios sentado en el trono y dijeron: ¡Amén, aleluya!
5 Del trono salió una voz que decía: Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos y fieles, pequeños y grandes 6 Y escuché un rumor como de una gran multitud, como ruido de aguas torrenciales, como fragor de truenos muy fuertes: Aleluya ya reina el Señor, Dios nuestro todopoderoso. 7Hagámosle fiesta alegre dándole gloria, porque ha llegado la boda del Cordero, y la novia está preparada.