Actualizado el 29.8.00 (humanoJs.htm)
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¿Cómo era Jesús de Nazareth?
1) Su estilo era "humano":
En los Evangelios no se nos dejó una
"descripción" de Jesús. No sabemos si era alto o bajo, el color de sus
ojos...Los Evangelios nos transmiten lo que se puede decir de toda persona: nace de madre;
se educa en una familia (Lc 2,40); come (Mc 2,16); duerme (Mc 4,38); se cansa (Mc 6,31);
llora (Jn 11,35); está triste (Mc 14,34), etc. (ARIAS, Maximino,
Jesús el Cristo, Santiago 1997, 99-128. En adelante citado como JelC).
Sin embargo hay algunos rasgos que se nos transmiten que
nos permiten "conocerlo" mejor: José es carpintero; sabemos que Jesús
enseñaba (Mc 1,27); que tenía lástima de los que sufrían (Mc 6,34), que comía y
bebía mezcándose con todos (Mt 9,10); celebra fiestas (Jn 2,2), etc.
Por tanto el que se acerca a los Evangelios va a ir
descubriendo rasgos importantes de su personalidad Por las palabras que emplea
podemos ir descubriendo cuáles son sus intereses, sus motivaciones, su
educación-cultura. En la forma de hablar se descubren tendencias, opciones, tensiones y
paradojas (JelC, 99-128).
2) Las formas de expresarse:
2,a) Jesús se expresa y deja su enseñanza a través de
frases cortas. También a veces narra una historia o una parábola. Las frases de Jesús
son sencillas, claras, lógicas y evidentes. Son fáciles de entender, pero además son
muy profundas e impactan aún hoy a quien las escucha, y tocan el corazón de cada uno:
"Venid
detrás de mí, y os haré pescadores de hombres" (Mc 1,17).
"No tienen
necesidad de médico los sanos, sino los que sufren enfermedades" (Mc 2,17).
"El sábado está
hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado" (Mc 2,27).
Son frases sencillas, pero que nos dejan la pregunta en el
corazón: ¿qué es "ser pescador de hombres"? ¿qué significa "Venid
detrás de mí? ¿quién está enfermo? ¿qué quiere decir que "el sábado es para
el hombre? (JelC, 99-128).
2,b) Hay otras frases de Jesús que son más insisivas y
punzantes. Frases que remueven el piso, frases a veces duras, pero siempre su intención
es sanar, y de que el oyente se dé cuenta dónde está parado, quién es, adónde va...:
"¿De
qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida?" (Mc 8,36).
"Si la sal pierde
su sabor, ¿con qué le devolverán el sabor?" (Mc 9,50).
"Si quieren a los
que ustedes los quieren, ¿qué mérito tienen? Y si saludan sólo a sus hermanos, ¿qué
hacen de extraordinario? ¿No hacen los paganos también eso mismo? (Mt 5,46-47).
También hay en el Evangelio palabras muy duras y críticas
contra ciertos vicios. Lo que a Jesús molesta, no es el puro pecado, sino la hipocresías,
el engaño, la mentira, la injusticia, la opresión:
"Ustedes
limpian por fuera el vaso...pero vuestro interior está lleno de avaricia y de
maldad" (Lc 11,39).
"Ustedes
mismos no entran, y no dejan que otros entren" (Lc 11,52).
"¿Acaso
puede un ciego guiar a otro ciego?" (Lc 6,39).
A veces la persona está enfrascada, encerrada entre cuatro
paredes en su mundo chico. Jesús quiere que crezca, que se libere, que sea sincero,
transparente y ame a Dios y al prójimo. Pero, como hay murallas que impiden este
crecimiento, no queda otra cosa por hacer que derribar esos muros. Esto siempre es algo
difícil, doloroso; sí a veces muy doloroso.
3) Amor a la naturaleza:
En Jesús se ve un amor por la naturaleza y por todo lo
natural. Tiene un gran respeto por la naturaleza. También es un buen observador y
admirador de la naturaleza. Se fija en la siembra de los campos, el crecimiento de la
semilla y de la cosecha:
"Un
sembrador salió a sembrar" (Mc 4,3).
"Fíjense en las aves del
cielo: ni siembran ni siegan, no tienen despensa ni grandero" (Lc 12,24).
"La tierra...va
produciendo la cosecha: primero los tallos, luego la espiga, después el grano en la
espiga" (Mc 4,28).
También se fija en el pastoreo y en la figura del pastor.
Observa los rebaños y a los pastores. Y toma ejemplos de ellos:
"Al
pastor le reconocen sus ovejas, las llama, las saca fuera; camina delante de ellas" (Jn
10,3).
"El pastor
tiene preocupación por sus ovejas, se da cuenta si le falta alguna, la busca, se la echa
a los hombros cuando la encuentra y vuelve a casa" (Lc 15,4-6).
Se fija en los pajarillos (Lc 9,58; 12,6); los lirios del
campo (Lc 12,27); la hierba del campo (Lc 12,28; Mt 6,30); las uvas, la vid y los
sarmientos (Jn 15); las nubes en el cielo (Lc 12,54); el viento (Jn 3,8).
"El
viento sopla donde quiere, oyes el ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde
va" (Jn 3,8).
También se fija en el gesto maternal de la gallina con sus
polluelos:
"Jerusalén,
Jerusalén, que matas a los profetas y a los que te son enviados. ¡Cuántas veces quise
reunir a tus hijos a la manera de una gallina con su pollada bajo las alas, y no
quisiste!" (Lc 13,34).
4) Sentido por lo concreto:
Jesús vive en el mundo de lo cotidiano-concreto. No vive
en el mundo de lo intelectual-teórico. Es cercano a todos, no tiene
"distancias". Tiene en cuenta los hechos sociales, civiles y religiosos; se
acerca a lo cotidiano. Su enseñanza no está expresada en conceptos abstractos:
"El
Reino de los Cielos, se perece a una levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas
de harina, hasta que fermentó todo" (Mt 13,33).
"Nadie echa
vino en cueros viejos; porque el vino rompe los cueros y se pierden el vino y los cueros;
por eso el vino nuevo se echa en cueros nuevos" (Mc 2,22).
"¿Acaso se
enciende una luz para ponerla debajo de la mesa o debajo de la cama? ¿No la ponemos más
bien sobre el candelero? (Mc 4,21).
"Buena es la sal, pero si
la sal se vuelve desabrida, ¿con qué se la salará?"(Mc 9,50; ver Mt 5,13).
Este sentido por lo cotidiano y lo corriente hace que el
Evangelio sea tan bien acogido por la gente simple y sencilla.
Jesús usa para enseñar toda clase de símbolos: sal, luz,
candelabra, perfume, polilla, pelusa (en el ojo), viga, perla, roca, río, viento, casa,
red, tesoro...
5) Radicalidad y urgencia:
"El que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por
mi causa, la encontrará" (Mt 16,25).
"Si uno no
nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios" (Jn 3,5).
El estilo de Jesús es directo. No da rodeos largos.
Pareciera como si tuviera prisa. Va directo al grano. No hay tiempo que perder. Y además
se trata de llegar al fondo, dar en el centro. Hay en la predicación de Jesús una
"urgencia". "Ahora" hay que convertirse. "Ahora" se da el
tiempo. El tiempo no es largo, es corto. Puede pasar la oportunidad (JelC,
99-128):
"Pero
él dijo: 'dejen que los muertos entierren a sus muertos, tú ve a anunciar el Reino de
Dios'" (Lc 9,60).
"Ven y
sígueme" (....).
"Pero si yo
echo con el dedo de Dios a los demonios, entonces es que ha llegado el reino de Dios
a ustedes" (Lc 11,20).
"Velad...porque
no saben cuando vendrá el dueño de la casa: si al atardecer, a media noche, al
canto del gallo o al amanecer" (Mc 13,35).
6) Jesús es "maestro":
6,1) Es un buen pedagogo. Tiene
aptitudes para tener amigos y para transmitir la verdad. No menos de 45 veces se da a
Jesús el nombre de "maestro" en los Evangelios. Muchas veces es el título con
que se dirigen a él personas que le preguntan algo:
"Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para
alcanzar la vida eterna?" (Lc 18,18; Mt 19,16;Mc10,17).
Tal vez los discípulos de Juan Bautista, testigos de la
actitud respetuosa del Bautista hacia Jesús, lo llamaron "maestro" como una
primera expresión de adhesión (MEDINA, Jorge, sacerdote. Señor,
¿quién eres tú? Santiago 1983, 57. En adelante citado como S).
6,2) Jesús no era uno de tantos
maestros. En la antigüedad los discípulos elegían y buscaban a su maestro.
pero en Jesús es diferente, él busca y llama a sus discípulos, primero a 12 y después
a 72.
6,3) La gente se maravillaba al
escuchar a Jesús, porque les enseñaba como quien tiene poder, y no como sus
doctores (Mt 7,28s; Mc 1,22).
Jesús habla respaldado por su Padre: "las cosas
que yo hablo según el Padre me lo ha dicho" (Jn 12,48-50). Las palabras de
Jesús son palabras del Padre Dios (S,57-58).
6,4) También el NT habla con
frecuencia de los "discípulos" de Jesús. Hay un texto importante:
"Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la
tierra -dice Jesús resucitado a los once apóstoles-: Id, pues y haced discípulos
de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo, enseñándoles a cumplir todo lo que yo os he mandado. Yo estaré con ustedes hasta
la consumación del mundo" (Mt 28,18-20).
El texto indica:
a) La actitud del cristiano con respecto a Cristo es la de
un discípulo, de uno que aprende, de uno que adhiere a su doctrina.
b) Jesús resucitado comunicó a sus Apóstoles la misión
de enseñar y predicar su nombre (S, 58).
6,5) Ser discípulo de Cristo
implica más que admitir su existencia histórica, y más que aceptar su mensaje
moral y su doctrina, más que su verdad como un filósofo o una persona importante. Ser
discípulo significa "creer" en Jesús: "Sus discípulos creyeron en
Él" (Jn 12,11).
Creer en Jesús significa reconocerlo como el Hijo de Dios
que ha venido al mundo, adherir a su persona con amor, y acoger su palabra como criterio
supremo de la Verdad. Todo cristiano está llamado a dar testimonio de la fe con su vida,
su ejemplo y con sus palabras, siendo una persona de iglesia en comunión con los obispos:
pastores sucesores de los apóstoles y en unión a Santo Padre.
Hay varios otros nombres de Cristo que se relacionan con el
de "maestro": Profeta, Luz, Testigo fiel, Verbo o Palabra de Dios, Verdad y
sabuiduría de Dios (S, 58).
6,6) Jesús es un maestro
"cercano" a la gente: está en contacto con toda clase de personas y
enseña en toda ocasión: en plazas, ca,inos, a orillas del lago, en la sinagoga, en los
banquetes, en el Templo, etc. Enseña con autoridad, con novedad y entusiasmo. Está lleno
del Espíritu Santo. Es exigente.
6,7) Jesús tiene una
personalidad fuerte. Es un profeta incómodo. No se deja dirigir ni por
familiares ni por discípulos. Transmite a toda clase de personas su enseñanza, sin
asustarse por el qué dirán o qué pensarán. Su enseñanza choca con la de los hombres
de su tiempo, pero Jesús es constante y no claudica ante las dificultades (JelC, 109).
6,8) Jesús es compasivo: le
duelen los sufrimientos, especiálmente tiene compasión de los enfermos, los abandonados,
los niños y las mujeres. Tiene gran poder de curación sobre las enfermedades.
6,9) Se acerca a los pecadores,
pero también a los fariseos y publicanos. Por otro lado busca también la soledad.
6,10) Obviamente es un hombre
religioso y no político. Pero su enseñanza tiene consecuencias políticas.
Invita a vivir la gratuidad en la política: y no usarla como fin para dominar, sino como
un medio para servir.
6,11) Vive en función de la voluntad
del Padre. Todo su ser y actuar está ordenado a hacer la voluntad del Padre. Ya
que el Padre ama a todos los hombres, por eso mismo Jesús ama a todos y especialmente
destaca y reivindica el amor a los no amados (JelC, 111).
7) La libertad de Jesús:
Jesús fue un hombre libre. Su libertad era una señal
clara de su personalidad. San Pablo condensa el mensaje de Jesús en pocas palabras: "Fuisteis
llamados, hermanos, a la libertad" (Gál 5,13). "Para que quedemos libres es por
lo que Cristo nos liberó" (Gál 5,1).
7,1) Israel fue liberado por Dios a través de
Moisés. Con Jesús llega el nuevo éxodo. Jesús es el Mesías que libera, pero
de una manera nueva. En la época de Jesús, la dominación romana tendía a exasperar el
deseo de independencia nacional. Pero Jesús nunca simpatizó con los movimientos zelotes
(de guerrilla) que buscaban conquistar la independencia nacional por medio de las armas.
Jesús trae un mensaje de libertad para "todas" las naciones: "Si
permanecéis en mi palabra, seréis veraderamente mis discípulos, conoceréis la verdad y
la verdad os hará libres" (Jn 8,31-32).
Jesús ha vivido la historia de Israel, que es una historia
de libertad. Pero en Jesús se da la libertad de una manera nueva: él es el Hijo y como
Hijo es plenamente libre. San Pablo nos recuerda que "Cristo nos ha liberado para
la libertad...habéis sido llamados a la libertad..." (Gál 5,1ss).
Claro que el mismo Pablo también nos dice en forma
magistral "para qué" es esa libertad: "Sed siervos unos de otros"
(Gál 5,13). Y esto es lo que había dicho y hecho Jesús: "El que quiera ser el
primero entre ustedes, que se haga vuestro siervo" (Mt 20,27).
7,2) El concepto de libertad que tenía el pueblo
de Israel, es diferente del concepto de libertad que se tenía en la cultura
griega. Nuestro actual concepto de libertad corresponde más al de la cultura griega que
al de Jesús: en Grecia era libre el que podía salir de su casa, el cosmopolita, el que
no estaba atado a lazos de nación, grupo, familia; el concepto de libertad del Evangelio
es más profundo, y supera al concepto griego de libertad.
El hijo libre no "se marcha" de casa, no
derroccha su herencia licenciosamente (cfr. Lc 15,11-32). Este hijo que "huye"
de casa termina siendo esclavo; y sólo recobra de nuevo su libertad cuando regresa a casa
y pide perdón. El "hijo" es hijo y participa de todo lo que tiene el padre: "Todo
lo mío es tuyo", dice el padre al hijo. El ejemplo clásico de cómo entiende
Jesús la libertad está expresado en su parábola del hijo pródigo (JelC,
112-113).
7,3) La libertad se define por dos diemensiones:
"libertad de" y "libertad para". Uno es libre cuando toma
decisiones positivas. No es libre el que hace el mal (eso es libertinaje). La libertad
auténtica va unida amor, a la verdad a la unidad y a la belleza. Jesús nos invita a
liberarnos del pecado (con la ayuda del Espíritu Santo) para poder amar a Dios y a al
prójimo.
7,4) Jesús impresiona a sus contemporáneos. le
ven como quien tiene autoridad moral. Sus discípulos lo miran con amor y
respeto, su palabra tiene autoridad y peso (Mc 1,25; Mc 1,41; Mc 4,40; Mc 11,14). Algo que
impresiona es que en jesús su libertad y autoridad no provienen (derivan) de otras
personas, o de su situación social (es carpintero). Incluso no la deriva de una
interpretación determinada (escuela) de la Escritura. ¡Su libertad y autoridad nacen de
él!
7,5) Tampoco su familia le "domina".
Sabe colocarla en su lugar; pero también le obedece en lo que le ayuda. Sólo es posible
una "sujeción" que adelante su misión (Mc 3,31-35; Jn 2,4-5).
7,6) Ante las costumbres de su tiempo, no se siente
obligado cuando van contra su misión: come y bebe sin prejuicios (Lc 7,34); toma
el ataúd (Lc 7,14); no obliga a que sus discípulos se laven las manos antes de comer (Mc
7,2); se deja besar por una pecadora (Mc 14,3-9); alterna con pecadores, publicanos,
leprosos (Mc 2,16) y está rodeado de su pueblo.
7,7) También es libre e independiente frente a las
autoridades civiles y religiosas; aunque las reconozca como tales. Recibe a una
persona importante como Nicodemo: no le pide apoyo, ni una intervención favorable, o una
palabra amigable en el Sanderín...Pilatos se extrañó, esperaba que Jesús le pidiese
clemencia. Habría sido una buena ocasión para dar muestra de su poder.
A las preguntas de los sacerdotes de la antigua ley les
responde con preguntas (Mt 21,27), no se calla ante ellos, sino que les enseña e incluso
los contradice (Mt 12,38), y les reprocha fuertemente sus actitudes. Ni Herodes le causa
miedo, no Pilatos le atemoriza, ni le hace el juego a los Zelotas (Mc 4,26-29).
7,8) Ante la ley judía manifiesta respeto y
libertad. Supera los legalismos y las tradiciones cuando está en juego el hombre
(Mc 7,2; 7,9-14). En muchos casos se debe ser mucho más exigente que lo que la Ley manda.
7,9) Pero esta libertad de Jesús tiene siempre un
signo positivo. No es libertad anárquica o provocativa. Es libertad para sanar,
para perdonar, para orientar, para el servicio. Es una libertad que libera. Es una
libertad principalmente para hacer la voluntad del padre; es una libertad para asumir las
consecuencias que implica su misión.
8) Jesús es "hermano":
"Lo que hicisiteis a uno de los más pequeños de mis hermanos, a mí me lo
hicisteis" (Mt 25,40).
Jesús es el hermano de todos, hermano hasta tal punto, que
se identifica con el prójimo: con los pequeños y débiles, con el que tiene hambre y
sed, con el abandonado (las religiosas misioneras de la caridad, de la Madre Teresa de
Calcuta, escriben al lado del crucifijo, "I thirth")
La fraternidad de Jesús es servicio real y activo. No se queda en
sentimientos y en declaraciones.
"Jesús pasó por
este mundo haciendo el bien y curando a los poseídos del demonio, pues Dios estaba con
Él" (Hech 10,38).
"Jesús se
compadecía de los enfermos" (cf. Mt 14,13-14).
8,1) El amor de Jesús es un amor que toma la iniciativa
gratuitamente, es un amor a todos, a los pecadores, a los enemigos, etc.
"Yo, sin embargo, os
digo: amad a vuestros enemigos, rezad por aquellos que os persiguen...Pues si solamente
amais a aquellos que os aman, ¿qué mérito tienen? (Mt 5,55-47).
"Perdónanos nuestras
deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores" (Mt 6,12).
8,2) Los pequeños son los que reciben su atención, y se acerca
preferencialmente (no excluyentemente sino incluyentemente) a los rechazados, a
los que no tienen futuro humano:
"Si alguno quiere ser el
primero, sea el último de todos y el servidor de todos". Después tomando un
niño pequeño, lo colocó en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: "Quien
acoge en mi nombre a una de estas creaturas a mí me acoge" (Mc 9,34-37).
"Dejen que los niños
vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de los que son semejantes a
ellos" (Mc 10,13-14).
Jesús dijo: "Venid a mí, todos los que están agotados y
sobrecargados, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo, y aprendan de mí, que soy manso y
humilde de corazón, y encontrarán reposo para sus vidas. Porque mi yugo es manso y
ligera mi carga" (Mt 11,28-30).
8,2) Respecto de la muerte: Jesús "da su vida
en rescate por la multitud" (Mc 10,45).
"Nadie tiene mayor amor que el que entrega su vida por sus
amigos" (Jn 15,13).
9) Jesús es el hombre creyente en el NT:
Jesús es verdadero hombre y Jesús es verdero creyente. En la carta a los
Hebreos 12,2 se dice de Jesús que "es el fundador y perfeccionador de la
fe": a) es el "fundador", es decir el iniciador, en Él está el
origen de la fe; b) es el perfeccionador, es decir en Él la fe ha llegado a la plenitud.
En la misma carta, en Heb 3,2 se dice de Jesús que es el "fiel"
al Padre. En Marcos 9,23 Jesús se autodenomina "el que cree".
Los discípulos no pueden sanar a un enfermo, presentado a ellos por su
padre (Mc 9,17). Llaga Jesús y, al saberlo, se lamenta de la incredulidad de los
discípulos (9,19). Pregunta, después, qué es lo que el enfermo tiene. El padre se lo
aclara y le pide que "si puede hacer algo, le ayude". Jesús contesta: "¡Si
puedes! Para el que cree, todo es posible". Por tanto Jesús se manifiesta, como
el que cree, ya que a él le es posible sanar al enfermo.
9,1) La fe va unida a la oración. Jesús es el
"creyente" y el "orante" en plenitud. La fe se fortalece en la
oración y hay que pedirla: "Creo Señor, pero aumenta mi fe" (Mc
9,24).
9,2) La fe es para los cristianos la postura de confianza en Dios
a traves de Jesús. El creyente es el participante de la fe en Cristo, es decir
de la confianza de Jesús en el Padre. la unión entre Cristo y los hombres está
promovida por el Espíritu Santo (JelC, 120-121).
9,3) Cristo es el Mediador entre Dios y los hombres. Todo
se nos ha dado en Cristo y nada sin él. Y en Cristo encontramos un dinamismo que nos
lleva a Dios Padre. El cristiano debe vivir una vida trinitaria: por Cristo, en el
Espíritu Santo, vamos hacia el Padre. Participamos del Amor del Padre en Cristo y somos
amados en el Espíritu Santo (JelC, 123).
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