MADRE MARAVILLAS DE JESUS

 

 

PENSAMIENTOS

 

1) "Veo al Señor cargado de los tesoros de su amor y necesitando almas vacías donde poder depositarlos (P, 2).

2) "El amor del Señor no tiene límites, que no lo tenga tampoco el nuestro" (P, 4).

3) "Si has nacido para morir de amor, ¿qué te importa todo lo demás? (P, 6).

4) Amar y sacrificarse no es muy difícil, ¿verdad? (P, 7).

5) ¡Cómo tenemos que ser con Él y qué delicadezas de amor tenemos que tener; que amor con amor se paga! (P, 8).

6) Hágalo todo con mucho amor a su Cristo, y ahí está todo" (P, 10).

7) "El Señor bien sabe que sólo quiero quererle y que puede hacer de mí lo que quiera" (P, 11).

8) Nada nos puede quitar el vivir con Él, amándole y procurando agradarle y consolarle (P, 13).

9) Si le somos fieles, cada día aumenta la capacidad de amarle. ¡Qué felicidad! (P, 15).

10) Yo no quiero saber otra cosa sino amar al Señor. ¡Que pequeño, que nada se ve el mundo, y qué insensatas todas las luchas y deseos que en él hay! (P, 17).

11) Cada vez comprendo más la nada de todo lo que no es Dios y siento la imperiosa necesidad de amarle y olvidarme de mí por completo para que sólo Él viva en mí (P, 18).

12) "Este tiempo de la vida tan corto hemos de aprovecharlo con alegría, ofreciéndole con gozo todo cuanto suceda, que todo es para que crezcamos en el amor" (P, 19).

13) "Sí, ámenle mucho, así con obras, sin mirar para nada nuestro consuelo" (P, 20).

14) "¿Por qué no le conocerán y le amarán todas sus criaturas? Porque no le conocen, que si le conociesen, no podrían no amarle" (P, 21).

15) "Jesús quiere de nosotros: amor, humildad, sacrificio, recogimiento, trato íntimo y amoroso con el huésped Divino de nuestra alma; Jesús vivo (P, 22).

16) ¡Cuantas cosas pasadas..., pero Cristo no pasa! (P, 23).

17) Con Él todo se hace suave y dulce, aun lo más amargo (P, 26).

18) Cristo nos guarda, y con Él ¿qué hay que temer? (P, 27).

19) Si Él está contento, ¿qué más podemos querer? (P, 28).

20) "¡Que bueno es mi Cristo cuando da y cuando quita y siempre!" (P, 29).

21) ¡Como paga el Señor la menor cosa que se hace por su amor! (P, 30).

22) ¡Que gusto perderlo todo por ser de nuestro Cristo, que Él solo basta! (P, 31).

23) Considerando que Dios se hizo hombre por nuestro amor, no sé cómo no nos volvemos todos locos de amor por Él (P, 32).

24) "¿No sabe que me enamoré del Hijo de María y cada día y cada segundo me gusta más, le quiero más y más y más?" (P, 33).

25) Dejémonos purificar, iluminar y consumir por Él, que Él solo es la razón de nuestra vida... (P, 37).

26) "Todo está en confiar del todo en su Corazón y abandonarse amorosamente en sus manos" (P, 39).

27) No esté triste, pase lo que pase. Las penillas al fondo del Corazón de Cristo, y en el suyo sólo su amor y su gloria (Cfr. P, 40).

28) Intérnese en ese Corazón de Jesús donde tiene hecho su nido y viva ahí, abandonada y segura, sólo para Él (Cfr. P, 41).

29) Él se ha quedado en el sagrario para que le amemos, le imitemos, para ser nuestra fortaleza y nuestro consuelo (P, 44).

30) Viva Cristo en mí y yo en Él. ¡Que felices somos! Nadie nos puede quitar esta felicidad, que nunca disminuye si el alma es fiel; cada día que pasa es más grande, y en el cielo será infinita (P, 45).

31) "Es de veras un dolor que se pase la vida sin procurar imitar a Cristo" (P, 46).

32) Tenemos que ser como Él nos quiere; así es como podremos ayudarle de veras (P, 47).

33) Como Cristo, mansos, obedientes, humildes y llenos de caridad verdadera (P, 48).

34) "¿Qué puede faltarle, teniendo tal Madre?" (P, 51).

35) Bendito sea nuestro Dios, que nos dio a su Madre por Madre nuestra (P, 52).

36) He tomado a la Virgen Santísima por Madre de un modo especial, y Ella es la encargada también de prepararme, protegerme y ampararme. ¡Que buena es esta dulcísima Madre! (P, 53).

37) "¡Que dicha es tener a María por Madre! No pierda tan dulce compañía, que con Ella está siempre Jesús" (P, 54).

38) "No olvide que todo nos viene de Jesús por María" (P, 56).

39) Aprenda en el Corazón de su Madre como se ama a Jesús (P, 59).

40) "Tomemos por modelo a la Virgen Santísima y permanezcamos con Ella al pie de la cruz, con viva fe y perfecto amor" (P, 60).

41) "Si se entrega de veras a Ella, le llenará del amor de su Hijo" (P, 61).

42) ¡Que hermosa es la oración del Rosario! Lo más eficaz, tanto para la conversión como para el mayor fervor de la vida, es el rezo del santo Rosario. Jesús dará a su Madre todo cuento le pida (P, 63).

43) "La verdadera felicidad en la otra vida y en ésta es la mayor unión y el mayor amor a Cristo, nuestro Bien" (P, 64).

44) "El Señor es el único que puede tocar los corazones, y la oración nunca deja de ser escuchada" (P, 67).

45) Ésta es la hora de la oración y del sufrimiento, y éstas son las armas que han de dar la victoria en la Iglesia (P, 68).

46) ¡En la soledad habla Él más al corazón! (P, 70).

47) "El alma ansía soledad, silencio completo de criaturas, para atender sólo a eso tan oculto que parece que el Señor le da" (P, 71).

48) "Con el recogimiento interior y exterior, oración y limpieza de alma, vivamos una vida interior en una conversación íntima con nuestro Dios, por una continua oración" (P, 80).

49) ¡Que hermoso es prescindir de criaturas y ver a Dios en todas! (P, 82).

50) "Si de veras le servimos y le amamos, eso es la santidad" (P, 84).

51) La santidad es muy sencilla, dejarse confiada y amorosamente en brazos de Dios, queriendo y haciendo lo que creemos que Él quiere (P, 85).

52) "Nada estorba a la santidad si somos fieles" (P, 89).

53) "Los santos fueron santos, porque quisieron, con inmenso querer, ser fieles" (P, 90).

54) "La santificación se forja cuando Dios va quitando al alma todo, y la deja como en un inmenso desierto" (P, 91).

55) "Los santos son los que verdaderamente son poderosos, porque tienen al mismo Señor con ellos" (P, 100).

56) ¡Que fácil se hace servir y agradar a Dios en cuanto uno se olvida un poquitín de sí mismo y no quiere guiar su vida, sino abandonarla de manos de Dios! (P 103).

57) "La mayor felicidad de la tierra, que nada nos puede quitar, consiste en unirse a Dios y cumplir su voluntad amándole y sirviéndole" (P, 110).

58) ¡Que pequeño es todo lo de esta vida; lo único que importa es que dejemos que se cumpla en nosotros plenamente la santa voluntad de nuestro Dios! (Cfr. P, 113).

59) Queriéndolo Él y pensando que se le da gusto, todo lo amargo se vuelve dulce y lo desabrido sabroso (P, 115).

60) "El Señor nunca deja de inspirar al alma lo que debe hacer, siempre que ella le escuche en vacío de todo lo suyo" (P, 117).

61) "Señor, cuando Tú quieras, como Tú quieras, lo que Tú quieras; eso es lo único que queremos y deseamos" (P, 123).

62) "La fe a veces se vuelve transparente" (P, 127).

63) Es una felicidad el estar colgados de la providencia del Señor y ver con qué delicadísimo amor lo prepara Él todo (P, 134).

64) Sin Él nada podemos, pero con Él, todo (P, 141).

65) "No quiero sino confiar a ciegas y esperar contra toda esperanza, sin ocuparme de mí" (P, 142).

66) "Si se abandona del todo, el Señor va a llevar a cabo en este abismo de miseria la obra de su amor" (P, 149).

67) "El Señor nos lo arregla todo, aunque le guste apretar un poquito para que luego le apreciemos más" (P, 153).

68) "¡Cuánto hace gozar la verdadera caridad!" (P, 156).

69) "La caridad para con Dios se mide por la caridad que se tiene con el prójimo, y ésta roba el Corazón del Señor y...el de las criaturas también" (P, 158).

70) "Necesito vivir olvidada, desconocida, despreciada, lo más cerca posible de su vida santísima. No tengo más que esta vida, y quisiera darle durante ella todo el dolor, toda la humillación que sea posible" (P, 179).

71) El Señor busca almas vacías, para llenarlas de Sí (Cfr. P, 195).

72) A mí me encanta tener para dar, y parece que a Él también le gusta (P, 197).

73) "El camino de la propia santificación es el santo misterio de la cruz" (P, 198).

74) "La cruz es un tesoro del cual no nos quiere privar este Rey nuestro, que conoce tan bien su valor" (P, 199).

75) "Más nos acerca a Dios una temporadita de cruz que todos nuestros pobres esfuerzos" (P, 200).

76) "En la cruz es donde más se logra la unión con Cristo nuestro Bien" (P, 201).

77) "¡Cómo bendeciremos en la otra vida la bendita cruz!" (P, 203).

78) Las obras de Dios tienen que llevar su sello, que es el de la cruz. Cuando Él lo quiera, todas las dificultades se desharán como la espuma (P, 215).

79) "El fruto del sufrimiento es estar cada día más cerca de Dios" (P, 221).

Fuente:

P: Pensamientos de la Madre Maravillas de Jesús, Carmelitas Descalzas, Aldehuela 1995. Se cita el n°.

 

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