3501. Oración a María Inmaculada
de la Medalla Milagrosa
Oh Reina del cielo y de la tierra. Inmaculada Madre de Dios y Madre nuestra, María Santísima. Por tu manifestación en la Medalla Milagrosa, te rogamos que escuches nuestras súplicas. Con toda confianza acudimos a ti para rogarte que extiendas sobre el mundo los rayos de la gracia de Dios, de la que tú eres tesorera y nos libres de las tentaciones del pecado que nos persigue con su engaño. Madre mía, míranos con amor, como hiciste con santa Catalina Labouré y consíguenos que al final de nuestra vida podamos gozar de la visión tuya y de la eterna adoración de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
Rezar tres Ave María junto a la Jaculatoria:
¡Oh María, sin pecado concebida,
ruega por nosotros que recurrimos a ti!
3502. Nuestra Señora
Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa,
ruega por nosotros.
Oh Dios, que nos has dado al Autor de la gracia, por medio de la Virgen María y la has asociado a la obra de la redención humana.
– Concédenos recibir a Cristo como Ella, conservando sus palabras en el corazón.
– Concédenos a quienes recurrimos a su protección experimentar su intercesión material.
– Danos un corazón limpio y dócil que acoja tus enseñanzas, te amemos sobre todas las cosas y ayudemos a nuestros hermanos necesitados.
Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.
3503. Oración a san José
Oh Dios, que escogiste a san José para ser
el padre adoptivo de tu Hijo y el casto
esposo de María, concédenos imitar las
virtudes de este varón justo, en especial la
obediencia a tu voluntad, cumplimiento de
los deberes religiosos, amor familiar,
espíritu de trabajo y profunda humildad.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V/. He aquí el siervo bueno y fiel.
R/. Que estableció el Señor frente a su familia.
3504. Oración de san José
Dios todopoderoso que confiaste los primeros
misterios
de la salvación de los hombres
a la fiel custodia de san José;
haz que por su intercesión,
la Iglesia los conserve fielmente
y los lleve a plenitud en su misión salvadora.
Por nuestro Señor Jesucristo.
3505. San José
Acuérdate, oh purísimo
esposo de María Virgen
y dulce protector mío, san José,
que jamás se oyó decir
que alguien haya invocado
tu protección y solicitado tu ayuda,
sin haber sido escuchado.
Con esta confianza acudo a ti
y fervorosamente me encomiendo.
No desoigas mi oración,
oh padre adoptivo del Redentor,
sino escúchame piadosamente
y hazme digno/a de tus paternales consuelos.
3506. Oración a san José obrero
Dios todopoderoso, creador del universo,
que has impuesto la ley del trabajo
a todos los hombres;
concédenos que, siguiendo el ejemplo de san José,
y bajo su protección,
realicemos las obras que nos encomiendas
y consigamos los premios que nos prometes.
Por nuestro Señor Jesucristo.
3507. Novena de san José
Glorioso Patriarca san José cuyo poder sabe hacer posibles las cosas más imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad, tomabajo tu amparo esta situación tan seria y difícil que te encomiendo a fin que tenga una feliz solución.
Mi bien amado padre, toda mi confianza está puesta en ti, que no se diga que te he invocado en vano ¡y puesto que tú puesdes todo ante Jesús y María, muéstrame que ti bondad es tan grande como tu poder. Así sea.
3508. Oración por la familia
Dios Padre Todopoderoso,
tú creaste al hombre y a la mujer
a tu imagen y semejanza,
y les diste como vocación el amor.
Te agradecemos que hayas instituido desde el principio
el matrimonio indisoluble,
para que los esposos se amen generosamente
y sean padres abnegados de sus hijos.
Queremos acoger las enseñanzas
de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor,
que nos mandó: “lo que Dios ha unido,
no lo separe el hombre”,
y que elevó la unión conyugal a sacramento.
Infunde en nuestros corazones el Espíritu
Santo,
fuente de amor, respeto y felicidad,
para que nuestras familias
crezcan en las dificultades
y lleguen a ser santuarios de la vida,
el amor y la paz.
Virgen del Carmen, Reina de Chile,
te suplicamos que guíes a los que velan por el bien común,
para que nuestras leyes fortalezcan
el vínculo conyugal y la unión matrimonial,
y la familia sea fundamento vivo
del futuro de nuestra Patria. Amén.
3509. La familia tiene derecho a:
– A existir y progresar como familia, es decir, el derecho de todo hombre, especialmente aun siendo pobre, a fundar una familia y a tener los recursos apropiados para mantenerla;
– a ejercer su responsabilidad en el campo de la transmisión de la vida y a educar a los hijos;
– a la intimidad de la vida conyugal y familiar;
– a la estabilidad del vínculo y de la institución matrimonial;
– a creer y profesar su propia fe, y a difundirla;
– a educar a sus hijos de acuerdo con las propias tradiciones y valores religioso y culturales, con los instrumentos, medios e instituciones necesarias;
– a obtener la seguridad física, social, política y económica, especialmente de los pobres y enfermos;
– el derecho a una vivienda adecuada, para una vida familiar digna;
– el derecho de expresión y de representación ante las autoridades públicas, económicas, sociales, culturales y ante las inferiores, tanto por sí misma como por medio de asociaciones;
– a crear asociaciones con otras familias e instituciones, para cumplir adecuada y esmeradamente su misión;
– a proteger a los menores mediante instituciones y leyes apropiadas, contra los medicamentos perjudiciales, la pornografía, el alcoholismo, etc.;
– el derecho a un justo tiempo libre que favorezca, a la vez, los valores de la familia;
– el derecho de los ancianos a una vida y a una muerte dignas;
– el derecho a emigrar como familia, para buscar mejores condiciones de vida.
(Juan Pablo II, Familiaris consortio, 46).
3510. Ángel de la Guarda
Ángel de la Guarda
dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día,
ni en la hora de mi muerte.
Amén.
3511. Oración por las Vocaciones
Dios, Padre y Pastor de todos,
Tú quieres que no falten hoy día
hombres y mujeres de fe
que consagren sus vidas
al servicio del Evangelio
y al cuidado de la Iglesia.
Haz que tu Espíritu Santo
ilumine sus corazones,
y fortalezca sus voluntades,
para que, acogiendo tu llamado,
lleguen a ser los Sacerdotes y Diáconos,
Religiosos, Feligiosas y Consagrados
que tu pueblo necesita.
La cosecha es abundante
y los operarios pocos,
envía, Señor, operarios a tu mies.
Amén.
3512. Oración por las Vocaciones
Buen Pastor, Señor Jesucristo, que sientes
compasión al ver a las muchedumbres
como ovejas sin pastor.
Te pedimos que envíes a tu Iglesia
Sacerdotes según tu Corazón, que nos
alimenten con el pan de tu Palabra
y la mesa de tu Cuerpo y Sangre.
Diáconos que sirvan en el ministerio
sagrado y de la caridad a sus hermanos.
Religiosos que por la Santidad de sus
vidas, sean dignos testigos de tu Reino.
Laicos que como fermento en medio del
mundo, por el ejercicio de su diario
quehacer construyan y proclamen tu Reino.
Fortalece a los que has llamado, ayúdalos
a crecer en amor y santidad, para que
respondan plenamente a su vocación.
María, Madre y Reina de las vocaciones,
ruega por todos nosotros. Amén.
3513. Oración por las Vocaciones
“Oh Jesús, Buen Pastor de la Iglesia,
a ti te encomiendo a nuestros catequistas;
que, bajo la guía de los Obispos y de los
sacerdotes,
sepan conducir a cuantos les han sido
confiados
a descubrir el auténtico significado
de la vida cristiana como vocación,
para que, abiertos y atentos a tu voz,
te sigan generosamente.
Bendice nuestras parroquias;
transfórmalas en comunidades vivas
donde la oración y la vida litúrgica,
la escucha atenta fiel de tu Palabra,
la caridad generosa y fecunda,
vengan a ser el terreno favorable
para el nacimiento y el desarrollo
de una mies abundante de vocaciones.
Oh María, Reina de los Apóstoles,
bendice a los jóvenes,
hazlos partícipes de tu dócil
saber escuchar la voz de Dios
y ayúdalos a pronunciar, como tú,
un “sí” generoso e incondicional
al misterio de amor y de elección
al cual les llama el Señor”. Amén.
(Juan Pablo II)
3514. Oración de entrega
(Carlos de Foucauld)
Padre mío, me entrego en tus manos; Padre, Padre mío, haz de mí lo que te plazca; sea lo que hagas de mí, te lo agradezco; gracias por todo, estoy dispuesto a todo; te agradezco todo; con tal que tu Voluntad se haga en mí, Dios mío; con tal que tu Voluntad se haga en todas tus criaturas, en todos tus hijos, en todos aquellos que tu Corazón ama, no deseo nada más, Dios mío; en tus manos entrego mi alma; os la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque te amo y porque esto es para mí una necesidad de amor: darme, entregarme en tus manos sin medida; me entrego en tus manos sin medida; me entrego en tus manos con infinita confianza, pues Tú eres mi Padre....
3515. Oraciones para pedir que Dios
bendiga los alimentos y la mesa
1. Señor, ven a sentarte hoy a nuestra mesa. Ven a comer y a beber junto a nosotros. Danos tu perdón, tu amor y tu alegría. Amén.
2. Señor, sólo tú nos alimentas con el amor de cada día. Ayúdanos a ser servidores alegres de nuestros hermanos y a trabajar por el bienestar de toda la familia humana.
3. Señor, estamos reunidos en tu nombre para compartir el pan. Ayúdanos a vivir con humanidad y sencillez en nuestro hogar.
4. Ven, Señor, a sanar nuestras enfermedades y a alimentar nuestro amor. Danos valor para servir a los hermanos y danos fe para reconocer tu rostro.
5. Te bendecimos, Señor Jesús, porque tú nos repartes el pan con alegría. ¡Gracias por nuestro amor y esta familia!
6. Padre, enséñanos a vivir en paz unos con otros. No permitas que seamos ambiciosos sino humildes, gracias por el pan que hoy nos das.
7. Señor, te pedimos que de nuestra boca salgan siempre palabras de perdón, de justicia y de paz. Y que el alimento que hoy comemos nos fortalezca para servir y para amar. Amén.
8. Señor, Jesús, queremos alimentarnos con la voluntad de nuestro Padre Dios. Te bendecimos por darnos hoy el pan para comer. Amén.
9. ¡Gracias, Señor por hacernos a todos diferentes y por reunirnos contigo en torno a esta mesa! ¡Gracias por el pan que nos reúne! Amén.
10. Señor, hoy vamos a comer el fruto de muchos hermanos campesinos que trabajaron esta tierra. ¡Gracias por lo que ellos hacen en silencio! Bendice también nuestro trabajo y nuestro esfuerzo cotidiano. Amén.
11. Ven, Señor, a nuestro hogar. Danos la salvación y la paz que con urgencia necesitamos. Bendice nuestra convivencia de cada día y el pan que hoy nos regalas. Amén.
12. ¡Te alabamos, Señor, por ayudarnos a ganar el pan de cada día! Ayúdanos en el trabajo. Enséñanos a compartir el amor y el alimento con los que no lo tienen. Amén.
13. ¡Gracias, Señor, por darnos el tiempo necesario para compartir el pan y la amistad! Bendice las actividades que tenemos buscando un mundo mejor y más humano. Amén.
14. Padre de bondad, todo lo que recibimos viene de ti. Ayúdanos a gozarlo con sencillez y a compartirlo con generosidad. Bendice nuestro alimento de hoy. Amén.
15. Padre bueno, queremos pedirte por nuestra familia, para que sepamos amarnos con respeto y trabajar por nuestra unidad. Danos el pan y el amor para vivir. Amén.
16. Señor, Dios nuestro, perdona nuestras ofensas. Nosotros queremos perdonarnos mutuamente para sentarnos juntos alrededor de esta mesa. Bendícenos con tu amor en este día. Amén.
17. Señor, Dios nuestro, ayúdanos a formar un hogar acogedor, donde podamos crecer diariamente en la fe y en el servicio. Que María nos fortalezca para vivir en la unidad. Amén.
18. Señor, queremos edificar sobre ti nuestra familia. Bendícenos en este día y ayúdanos a permanecer unidos ante cualquier dificultad. Bendice el pan que hoy comeremos. Amén.
19. Señor Jesucristo, vivimos en el mundo como testigo de tu resurrección. Ven a comer y a beber junto a nosotros. Danos valor para proclamar tu vida. Amén.
20. Señor, como los discípulos de Emaús, nosotros, también te pedimos: Quédate con nosotros. Vive en esta familia. Comparte nuestra mesa, nuestro amor y nuestro pan.
3516. Te Deum
A ti, ¡oh Dios!, te alabamos;
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.
A ti ensalza
el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.
A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te proclama.
Padre de inmensa majestad;
Hijo único y verdadero, digno de adoración;
Espíritu Santo, Paráclito.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, todas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que un día has de venir como juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.
3517. Te Deum
Te Deum laudamus: - te Dóminum confitémur.
Te ætérnum Patrem, - omnis terra venerátur.
Tibi omnes ángeli, - tibi cæli et univérsæ potestátes:
tibi
cherubim et seraphim - incessábili voce proclámant:
Sanctus, - Sanctus, - Sanctus - Dóminus Deus Sábaoth.
Pleni sunt cæli et terra - maiestátis glóriæ tuæ.
Te gloriósus - Apostolórum chorus,
te prophetárum - laudábilis númerus,
te mártyrum candidátus - laudat exércitus.
Te per orbem terrárum - sancta confitétur Ecclésia.
Patrem - imménsæ maistátis;
venerándum tuum verum - et únicum Filium;
Sanctum quoque - Paráclitum Spiritum.
Tu rex glóriæ, - Christe.
Tu Patris - sempitérnus es Fílius.
Tu, ad liberándum susceptúrus hóminem, - non horruísti Vírginis úterum.
Tu, devícto mortis acúleo, - aperuisti credéntibus regna cælórum.
Tu ad déxteram Dei sedes, - in glória Patris.
Iudex créderis - esse ventúrus.
Te ergo quæsumus, tuis fámulis súbveni, quos pretióso sánguine redemísti.
Ætérna
fac cum sanctis tuis - in gloria numerari.
(Salvum fac pópulum tuum, Dómine, - et benedic hereditáti tuæ.
Et rege eos, - et extólle illos usque in ætérnum.
Per síngulos dies - benedícimus te;
et laudámus nomen tuum in sæculum, - et in sæculum sæculi.
Dignáre, Dómine, die isto - sine peccáto nos custodire.
Miserére nostri, Dómine, - miserére nostri.
Fiat misericórdia tua, Dómine, super nos, - quemádmodum sperávimus in te.
In te, Dómine, sperávi: - non confúndar in ætérnum).
3518. Canto Te Deum
1. Te honran en coro los ñangeles,
te adoran profetas y apóstoles
te besan el mar y los mártires,
son tuyos abismos y soles.
Origen de todo principio,
Dios Padre de amor Rey eterno,
poder creador infinito,
hogar al final del sendero.
Te alaba, Señor todo el orbe
a ti toda gloria y el canto:
la patria revive tus dones,
Dios Santo, Amor Santo, Santo.
2. Palabra del gozo sin tiempo,
hermano al nacer de María,
pastor que rescata muriendo
Jesús, manantial de la vida.
Abrazo entre el Padre y el Hijo,
Espíritu Santo de encuentro,
fervor de la Esposa de Cristo,
ternura en paloma de fuego.
3. Hermosa la hizo tu gracia,
ciudad sobre el monte, tu Iglesia,
a pueblos, naciones y razas,
su joven entraña congrega.
Estás Jesucristo, viniendo
en toda obra justa del hombre,
es don y combate tu Reino,
perdón y verdad son sus torres.
4. Caminas la tierras en los pobres,
nos miras en todos los rostros,
tu cuerpo es pan en la noche,
preparas la paz y el retorno.
Refulge, Emmanuel, tu corona,
primer peregrino a la casa,
al Padre de misericordia,
nos abres las puertas del alba.
3519. Oración por los enfermos
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.
3520. Oración por los moribundos
Oh Dios, lleno de poder y de amor, que, al decretar la muerte, le abriste al hombre con tu misericordia las puertas de la vida eterna; mira con piedad a tu hijo que lucha en agonía, para que, asociado a la pasión de Cristo y sellado con su sangre, pueda llegar a tu presencia limpio de todo pecado. Por nuestro Señor Jesucristo.
3521. Por un enfermo
Señor Jesucristo,
que para redimir a los hombres
y sanar a los enfermos
quisiste asumir nuestra condición humana;
mira con piedad a .......... que está enfermo
y necesita ser curado en el cuerpo y en el
espíritu.
Reconfórtalo con tu poder
para que levante su ánimo
y pueda superar todos sus males;
y, ya que has querido asociarlo a tu Pasión
redentora,
haz que confíe en la eficacia de su dolor
para la salvación del mundo.
Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
3522. Por un familiar enfermo
Señor,
ya ves nuestra situación.
Estamos tristes, porque un ser querido
está enfermo de gravedad.
Te pedimos por él,
por todos los que sufren a su alrededor.
Pero queremos vencer nuestro egoísmo
y orar por todos los enfermos del mundo.
Por los enfermos de todos los hospitales,
admirablemente atendidos,
pero que padecen solos, separados de sus
familias.
Por todos los operados,
cuyo dolor les resulta intolerable al despertar.
Por los niños enfermos,
condenados a arrastrar toda la vida un cuerpo
lacerado.
Por todos los ancianos tenidos por incurables
y tratados como tales.
Quisiéramos ser su portavoz cerca de Ti,
ofrecerte su sufrimiento
e implorar tu misericordia
por sus impaciencias, rebeldías,
blasfemias y cobardías ante la vida.
Ayúdanos a hacernos cargo de la existencia,
a ser útiles en la medida en que todavía
podemos valernos.
a aprovechar nuestras posibilidades humanas
en favor de los demás.
Enséñanos a todos a cumplir tu voluntad.
3523. Por un enfermo en peligro grave
Señor Jesucristo,
Redentor de los hombres,
que en tu Pasión
quisiste soportar nuestros sufrimientos
y aguantar nuestros dolores;
te pedimos por .......... que está enfermo;
Tú que lo has redimido,
aviva en él la esperanza de su salvación
y conforta su cuerpo y su alma.
Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
3524. Por un enfermo que está en agonía
Padre misericordioso,
Tú que conoces hasta dónde llega la buena
voluntad del hombre.
Tú que siempre estás dispuesto a olvidar
nuestras culpas,
Tú que nunca niegas el perdón a los que
acuden a ti;
compadécete de tu hijo
que se debate en la agonía.
Te pedimos que,
ayudado por la oración de nuestra fe,
se vea aliviado en su cuerpo y en su alma,
obtenga el perdón de sus pecados
y sienta la fortaleza de tu amor.
Por Jesucristo, tu Hijo,
que venció a la muerte,
y nos abrió las puertas de la vida
y contigo vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén.
3525. Oración por un difunto
Señor,
recuerda a tu hijo (a) ......
a quien llamaste de este mundo a tu presencia;
concédele que, así como ha compartido ya la
muerte de Jesucristo,
comparta también con El la gloria de la
resurrección,
cuando Cristo haga surgir de la tierra a los
muertos,
y transforme nuestro cuerpo frágil en cuerpo
glorioso como el suyo.
3526. Oración por los difuntos
Señor,
a nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
la plenitud eterna de tu gloria;
allí enjugarás las lágrimas de nuestros ojos,
porque al contemplarte como Tú eres,
Dios nuestro,
seremos para siempre semejantes a Ti
y cantaremos eternamente tus alabanzas.
3527. Oración para pedir la caridad
Te rogamos, Señor, que inflames nuestros corazones con el Espíritu de tu amor, para que pensemos y obremos según tu voluntad y podamos amarte en los hermanos con sinceridad de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.
3528. Oración por las vocaciones
y las sagradas órdenes
Oh Dios, que quisiste dar pastores a tu pueblo, derrama sobre tu Iglesia el espíritu de piedad y fortaleza, que suscite dignos ministros de tu altar y los haga testigos valientes y humildes de tu Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo.
3529. Oración por las vocaciones
religiosas
Señor, Padre santo, tú que invitas a todos los fieles a alcanzar la caridad perfecta, pero no dejas de llamar a muchos para que sigan más de cerca las huellas de tu Hijo, concede a los que tú quieras elegir con una vocación particular llegar a ser, por su vida, signo y testimonio de tu reino ante la Iglesia y ante el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.
3530. Oración por la unidad
de los cristianos
Dios todopoderoso y eterno, que reúnes lo que está disperso y conservas lo que has unido, mira con amor al pueblo de tu Hijo, para que, cuantos han recibido un mismo bautismo, vivan unidos por la misma fe y por el mismo amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
3531. Las bienaventuranzas
1. Felices los pobres, el Reino de ellos será.
Felices los que lloran, consuelo recibirán.
Felices los pacientes, la tierra heredarán.
Felices los que tienen hambre y sed de
justicia,
porque ustedes saciados serán.
Jesús te invita a vivir en el amor,
graba en tu corazón esta ley del Señor.
2. Felices los compasivos, obtendrán
misericordia.
Felices los que tengan limpio el corazón.
Felices los que se esfuerzan y trabajan
por la paz.
Felices los perseguidos a causa del bien,
porque el Reino de Dios de ellos será.
3532. Yo ¿para qué nací?...
Yo, ¿para qué nací? Para salvarme.
Que tengo que morir, es infalible.
Dejar de ver a Dios y condenarme,
triste cosa será, pero posible.
¿Posible, y río y duermo y quiero holgarme?
¿Posible, y tengo amor a lo visible?
¿Qué hago?, ¿en qué me ocupo?, ¿en qué me encanto?
Loco debo ser, pues no soy Santo.
(Lope de Vega, 1562-1635)
3533. Oración
Qué tengo yo, Señor Jesús, que Tú no me hayas dado.
Qué sé yo, que Tú no me hayas enseñado.
Qué valgo yo, si no estoy a tu lado.
Qué merezco yo, si a Ti no estoy unido.
Perdóname las faltas que contra Ti he cometido,
pues me creaste sin que lo mereciera
y me redimiste sin que te lo pidiera.
Mucho hiciste en crearme, mucho en redimirme
y no serás menos poderoso en perdonarme,
pues la mucha sangre que derramaste
y la acerba muerte que padeciste
no fue por los Angeles que te alaban
sino por mí y demás pecadores que te ofenden.
Si te he negado, déjame reconocerte;
si te he ofendido, déjame servirte,
porque es más muerte que vida
la que no está empleada en
vuestro santo servicio. Amén.
¡Oh Madre, fuentte de amor! Haz que sienta yo la fuerza de tu dolor, para que contigo llore.
Que arda mi coraazón en amor a Cristo mi Dios, para que así le agrade.
¡Oh santa Madre!! Graba las llagas del Crucificado hondamente en mi corazón.
Reparte conmigo las penas de tu Hijo llagado, las que padeció por mí.
Que contigo piaddoso llore y me conduela con Cristo mientras en la vida esté.
Que esté muy cerrca de ti, llorando junto a la cruz, asociado a ti en el llanto.
Que me hieran suus heridas, y que me embriaguen la cruz y la sangre de tu Hijo.
Que en el día deel juicio, por ti, Virgen, defendido, no me abrase en el infierno.
¡Oh Jesús!, cuanndo yo muera, haz que por tu Madre alcance la palma de la victoria.
Cuando mi cuerpoo se muera, haz que a mi alma se le otorgue la gloria del Paraíso. Amén
3535. Oración ante el dolor
(Martín Descalzo)
El ángel del dolor visitó (en noviembre)
mi casa.
Era hermoso y radiante.
Era hijo de Dios.
Era, aunque no lo creáis, el más alegre de cuantos conocí.
Entró por mis jardines y acarició mi sangre.
Riéndose cortó una de mis alas de trabajo y de prisa
pero dejó intactas las de la ilusión y el coraje.
Me dijo:
Ahora empieza la segunda parte de tu vida,
gemela de la otra, aunque algo tartamuda.
Vive. No gastes tus horas en hacerte preguntas.
Reordena tu escala de valores.
Pon en primera fila la amistad (tras de la fe, se entiende)
y recuerda que Dios es bueno,
que el hombre es mucho mejor de lo que él cree,
que el mundo está bien hecho
y que vas a vivir hasta los topes el gozo
mientras vivas
porque resulta
que el ángel del dolor y el de Belén son el mismo.
3536. Irradiando a Cristo
Querido Jesús; ayúdanos a esparcir tu aroma por donde vayamos. Inunda nuestras almas con tu Espíritu y vida. Penétranos y posee todo nuestro ser tan plenamente, que nuestras vidas sólo sean un resplandor de la tuya. Brilla a través nuestro y hazte tan presente en nosotros, que cada alma con la que entremos en contacto sienta tu presencia en nuestras almas. Que cuando nos miren, no nos vean a nosotros, sino ¡sólo a Jesús! Quédate con nosotros y entonces podremos comenzar a brillar como tú brillas, brillar de tal modo, hasta ser una luz para los demás. La luz serás Tú, brillando para los demás a través nuestro. Permítenos alabarte del modo que tu prefieres, es decir, brillando para los que están a nuestro alrededor. Que te prediquemos sin predicar, no con palabras sino con nuestro ejemplo, con la fuerza contagiosa, con la influencia compasiva de lo que hacemos, con la evidente plenitud de amor a ti que hay en nuestros corazones. Amén.
(Oración
compuesta por el cardenal Newman que la Madre Teresa de Calcuta rezaba cada día
después de la Misa).
3537. Para alcanzar la humildad
Oh Jesús manso y humilde de Corazón:
Oyeme
Del deseo de ser estimado Líbrame, Jesús
Del deseo de ser lisonjeado ”
Del deseo de ser alabado ”
Del deseo de ser honrado ”
Del deseo de ser aplaudido ”
Del deseo de ser preferido a otros ”
Del deseo de ser consultado ”
Del deseo de tener aceptación ”
Del temor de ser humillado ”
Del temor de ser despreciado ”
Del temor de ser reprendido ”
Del temor de ser calumniado ”
Del temor de ser olvidado ”
Del demor de ser puesto en ridículo ”
Del temor de ser injuriado ”
Del temor de ser juzgado con malicia ”
Que otros sean más Jesús concédeme la
amados que yo gracias de desearlo
Que otros sean más
estimados que yo ”
Que otros crezcan en la opinión
del mundo y yo me eclipse ”
Que otros sean alabados y de mí
no se haga caso ”
Que otros sean empleados en cargos
y a mí se me juzge inútil ”
Que otros sean preferidos a mí
en todo ”
Que los demás sean más santos
que yo con tal que yo sea
todo lo santo que pueda ”
Oración
Oh, Jesús, que siendo Dios, te humillaste hasta la muerte y muerte de cruz para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concedenos, por la intercesión de la Virgen María, la gracia de aprender y practicar tu ejemplo para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de Ti en el Cielo. Amén.
(Letanía practicada por el Emmo. Sr. Cardenal Merry del Val).
3538. Oración de un sacerdote
(P. Esteban Gumucio, ss.cc.)
Oh Dios, Padre bueno, tú me llamaste
y consagraste en Jesucristo, nuestro Señor,
Unico Sacerdote y Mediador nuestro.
En comunión con mi obispo ...
y todo el pueblo de Dios
concédeme, por el don de tu Espíritu,
ser íntimo seguidor suyo,
permanecer fiel a su evangelio,
generoso y cuidadoso al proclamarlo;
hummilde en el servicio de todos,
en especial, de los más pobres.
Concédeme, por el don de tu Espíritu,
ser fervoroso en la caridad
no amando nada ni a nadie por encima de Ti:
ser abierto para escuchar y lento para juzgar,
imitando la mansedumbre de Jesús.
Concédeme por el don de tu Espíritu
no buscar mi propia gloria sino la tuya,
anhelando tu voluntad más que éxito
y el bien de mis hermanos más que su aplauso.
Pueda yo ser, como María, testigo fiel,
alegre de tenerlo todo en Ti
y agradecido de servirte
hasta
la hora de mi muerte. Amén.
3539.
Father, surround me
Father, surround me with the warmth of your presence as i prepare to
preach the good news. Let your Holly Spirit enter and take over my mind and
heart, that i may be utterly open to your word. Free me from fear, from anxiety,
from pride, from all that would block the action of grace, whether in myself or
in those who would hear you through me. Give me insight to understand your
message, humility to accept its Mystery, and wisdom to apply it here and now.
Give me the great love for your people which led your son to preach to them in
season and out of season, in word and in action, profoundly, and yet with
simplicity. Use my limited talents as you will, not for my glorification, but
for the advancement of your Kingdom. Let what i say be what you want said,
planting the seed of your word and releasing its power in these your people, who
seek you. Let the gospel be not only what i preach but what I believe and what I
live, day in and day out. Be with me now, as i begin this work, in the name of
you, Father, and of Jesus, your Son and of your Holy Spirit. Amen.
3540.
Heiliger Josef
Heliger Josef Du halt Haus und gib des Himmels Segen aus; herüber
unserem kleinen Herd, dass Lieb und Eintracht stets sich mehrt, dass Lieb und
Freude uns gebleib und Gottes Furcht uns stets zur Seit.
Und das ist heute meines Herzens Bitt, oh sei und bleib in unserer Mitt.
Dir geb ich heut mit frohen Blick, den Schlüssel zu des Hauses Glück. Oh
schliesse Du doch alles aus, was schaden könnte unserem Haus. Schliess all die
Meinen und auch mich ins Jesu Herz, das bitt ich Dich, dass hier uns jeder Tag
vergeh, wie Dir im Haus zu Nazareth.
3541. Laudes (Oración de la mañana)
Señor, abre mis labios.
Y mi boca proclamará tu alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Canto de entrada...
Salmo 94
+ Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
– Venid, adoremos al Señor, nuestro Dios.
+ Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses;
tiene en sus manos las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes.
– Venid, adoremos al Señor, nuestro Dios.
+ Suyo es el mar, porque Él hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, Creador nuestro.
Porque Él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo,
el rebaño que Él guía.
– Venid, adoremos al Señor, nuestro Dios.
+ Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
– Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Cántico de los tres jóvenes (Daniel 3, 52)
+ Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres;
a ti la gloria y alabanza por los siglos.
– Bendito tu nombre, santo y glorioso:
a ti la gloria y alabanza por los siglos.
+ Bendito eres en el templo de tu santa gloria:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
– Bendito tu nombre, santo y glorioso:
a ti la gloria y alabanza por los siglos.
+ Bendito eres Tú, que sentado sobre querubines
sondeas los abismos; a ti la gloria
y alabanza por los siglos.
– Bendito eres en la bóveda del cielo,
a ti honor y alabanza por los siglos.
+ Criaturas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzado con himnos por los siglos.
– Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
+ Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 118
+ Te invoco de todo corazón,
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes.
– A ti grito, sálvame, y cumpliré tus decretos.
+ Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.
– Mis ojos se adelantan a las vigilias
meditando tu promesa.
+ Escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida.
– Ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.
+ Tú, Señor, estás cerca,
y tus mandamientos son estables.
– Hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.
+ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
+ Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura bíblica
+ “Revístanse, pues, como elegidos de Dios,
santos y amados, de entrañas de misericordia,
de bondad, de humildad, de mansedumbre
y paciencia, soportándose unos a otros
y perdonándose mutuamente,
si alguno tiene quejas contra los demás.
Como el Señor los perdonó,
perdónense ustedes también”.
(De la carta de
san Pablo a los Colosenses).
– Te alabamos, Señor.
+ Cantaré eternamente
las misericordias del Señor.
– Cantaré eternamente
las misericordias del Señor.
+ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
– Cantaré eternamente
las misericordias del Señor.
– Benedictus (Cántico de Zacarías, Lucas 1, 68)
Antífona:
Ilumina Señor a los que están en
tinieblas.
+ Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque has visitado y redimido a tu pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación,
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
– Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo
con nuestros padres, recordando
su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro Padre Abraham.
+ Para concedernos que, libres de temor,
y arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos en santidad y justicia,
en su presencia todos nuestros días.
– Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor,
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación
y el perdón de sus pecados.
+ Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el Sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
– Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
+ Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona:
Ilumina Señor a los que están en tinieblas.
Peticiones
+ Oremos y bendigamos a Dios, el Padre
Todopoderoso que escucha siempre con
bondad las súplicas de sus hijos y digámosle:
– Bendito seas por siempre, Señor.
+ Por este nuevo día que nos concedes,
para que lo empleemos totalmente en tu santo servicio.
– Bendito seas por siempre, Señor.
+ Para que con nuestro esfuerzo y nuestro
trabajo colaboremos a hacer un mundo mejor.
– Bendito seas por siempre, Señor.
+ Para que desde donde sale el sol hasta el
poniente, todos los pueblos alaben
y bendigan tu santo nombre.
– Bendito seas por siempre, Señor.
+ Por la Iglesia universal, que sea
sacramento de salvación y lugar de
encuentro entre todos los hombres.
– Bendito seas por siempre, Señor.
+ Por nuestra Iglesia diocesana, para que
junto al obispo, nuestro pastor,
caminemos al encuentro de Jesús.
– Bendito seas por siempre, Señor.
+ Por nuestra parroquia y comunidad,
para que sean verdaderos signos
de la presencia de Dios entre nosotros.
– Bendito seas por siempre, Señor.
+ Por nuestras familias, para que sean un
signo de la presencia de Dios en la comunidad.
– Bendito seas por siempre, Señor.
(Se pueden agregar otras intenciones)
Oremos a nuestro Padre del Cielo con las
mismas palabras que Jesús nos enseñó:
Padre Nuestro...
+ Oremos: Señor Dios Omnipotente, que nos
has permitido llegar al comienzo de este
día; danos tu ayuda para que no caigamos
hoy en pecado, sino que nuestras palabras,
pensamientos y acciones sigan el camino
de tus mandatos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Canto final
3442. Vísperas (Oración de la tarde)
+ Dios mío, ven en mi auxilio.
– Señor, date prisa en socorrerme.
+ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
– Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Canto de entrada...
Salmo 66
+ El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
y todos los pueblos tu salvación.
– Ilumina tu rostro, Señor, sobre nosotros.
+ Que canten de alegría las naciones
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
– Ilumina tu rostro, Señor, sobre nosotros.
+ La tierra ha dado fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga y que le teman
hasta los confines de la tierra.
- Ilumina tu rostro, Señor, sobre nosotros.
+ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
– Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 112
+ Alaben, siervos, al Señor,
alaben el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor
ahora y para siempre.
– El Señor se eleva sobre los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
+ ¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se baja para mirar el cielo y la tierra?
– El Señor se eleva sobre los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
+ Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril da un puesto en la casa
como madre feliz de hijos.
– El Señor se eleva sobre los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
+ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
– Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Cántico de Daniel (Daniel 3, 57)
+ Criaturas todas del Señor, bendigan al Señor,
ensálcenlo con himnos por los siglos.
– Angeles del Señor, bendigan al Señor,
cielos, bendigan al Señor.
+ Aguas del espacio, bendigan al Señor,
ejércitos del Señor, bendigan al Señor.
– Sol y luna, bendigan al Señor,
astros del cielo, bendigan al Señor.
+ Lluvia y rocío, bendigan al Señor,
vientos todos, bendigan al Señor.
- Fuego y calor, bendigan al Señor,
fríos y heladas, bendigan al Señor.
+ Rocíos y nevadas, bendigan al Señor,
témpanos y hielos, bendigan al Señor.
– Escarchas y nieves, bendigan al Señor,
noches y días, bendigan al Señor.
+ Luz y tiniebla, bendigan al Señor,
rayos y nubes, bendigan al Señor.
– Bendiga la tierra al Señor,
por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura bíblica
+ “No tengan deudas con nadie, a no ser la
del amor mutuo. Porque quien ama a su
prójimo, ya ha cumplido la ley. La caridad
no hace nada malo al prójimo”.
(De la carta de san Pablo a los Romanos).
– Te alabamos, Señor.
+ Te invoco, Señor, de todo corazón.
– Te invoco, Señor, de todo corazón.
+ Guardaré tus leyes.
– Te invoco, Señor, de todo corazón.
Magníficat (Cántico de la Virgen)
Antífona:
Ama el Señor. tu Dios, con todo tu
corazón
y al prójimo como a ti mismo.
+ Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
– Desde ahora me felicitan todas las
generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
+ El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
– Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
+ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
– Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona:
Ama el Señor. tu Dios, con todo tu
corazón
y al prójimo como a ti mismo.
Peticiones
+ Presentemos nuestras súplicas al Padre Dios,
contestando todos:
– Escúchanos, Señor, te rogamos.
+ Por el Santo Padre el Papa, pastor de la
Iglesia universal, para que tú, Señor,
lo colmes de bendiciones. Roguemos al Señor.
– Escúchanos, Señor, te rogamos.
+ Por los cristianos del mundo entero,
para que seamos fieles al compromiso
de nuestro bautismo. Roguemos al Señor.
– Escúchanos, Señor, te rogamos.
+ Concede, Señor, a tu Iglesia las
vocaciones religiosas y sacerdotales que
necesita para llevar a todas partes el
mensaje de Jesús. Roguemos al Señor.
– Escúchanos, Señor, te rogamos.
+ Bendice, Señor, los frutos de nuestros
campos para que nunca falte el pan en la
mesa de nuestras familias.
Roguemos al Señor.
– Escúchanos, Señor, te rogamos.
+ Para que todos colaboremos con la
construcción de un mundo mejor en
nuestra comunidad y en nuestra patria.
Roguemos al Señor.
– Escúchanos, Señor, te rogamos.
+ Por nuestros difuntos... Roguemos al Señor.
– Escúchanos, Señor, te rogamos.
+ Oremos con las mismas palabras
que Jesús nos enseñó:
– Padre nuestro...
+ Oremos: Dios todopoderoso y eterno,
Señor del día y de la noche, humildemente
te pedimos que la luz de Cristo, verdadero
Sol de justicia, ilumine siempre nuestras
vidas para que así merezcamos gozar un
día de aquella luz en la que tú habitas
eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor.
– Amén.
+ Que el Señor nos bendiga, nos guarde de
todo mal y nos lleve a la vida eterna.
– Amén.
Canto final...
o...
Canto de entrada...
Salmo 90
+ Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: “Refugio Mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti”.
– El te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiará:
su brazo es escudo y armadura.
+ No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía.
– Caerán a tu izquierda mil,
diez mil a tu derecha;
a ti no te alcanzará.
+ Tan sólo abres tus ojos
y verás la paga de los malvados,
porque hiciste del Señor tu refugio,
tomaste al Altísimo por defensa.
– No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en sus caminos.
+ Te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones.
– “Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
+ Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé y lo glorificaré;
lo saciaré de largos días,
y le haré ver mi salvación”.
Lectura bíblica
+ “Verán el rostro del Señor, y tendrán su
nombre en la frente. Y no habrá más
noche, y no necesitarán luz de lámparas ni
del sol, porque el Señor Dios alumbrará
sobre ellos, y reinarán por los siglos
de los siglos”.
(Del libro del Apocalipsis).
– Te alabamos, Señor.
+ En tus manos, oh Señor,
encomiendo mi espíritu.
– En tus manos, oh Señor,
encomiendo mi espíritu.
+ Tú, el Dios leal, nos librarás.
– Encomiendo mi espíritu.
+ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
– En tus manos, oh Señor,
encomiendo mi espíritu.
+ Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos
mientras dormimos, para que velemos
con Cristo y descansemos en paz.
Cántico de Simeón
Antífona: Sálvanos, Señor,
despiertos,
protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
+ Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
– Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado a todos los pueblos.
+ Luz para alumbrar las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
– Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
+ Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
– Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos
mientras dormimos para que despertemos
con Cristo y descansemos en paz.
Antífona: Sálvanos, Señor,
despiertos,
protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos
en paz.
+ Oremos: Visita, Señor, esta casa, aleja de
ella todas las insidias del enemigo; para
que tus santos ángeles habiten en ella y
nos guarden en paz, y que tu bendición
permanezca siempre con nosotros.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
– Amén.
+ Bendigamos al Señor.
– Demos gracias a Dios.
+ Que el Señor todo poderoso nos conceda
una noche tranquila y una santa muerte.
– Amén.
Canto final...
Oración a la Virgen
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón,
mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
Oración a la Virgen
Bajo tu protección nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no desoigas las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
3544. Bendición con el
Santísimo Sacramento
a) Himno
Adoremos, reverentes,
al Señor Sacramentado.
Cante el rito del presente,
superior al del pasado.
Nuestros ojos lo contemplan,
con filial, humilde fe.
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
y al Espíritu Señor.
Al Dios Santo, uno y trino
alabanza y bendición.
Suba al cielo en testimonio,
el incienso del amor. Amén.
b) Oración
V/. Les diste Pan del cielo (T. P. Aleluya).
R/. Que contiene en sí todo deleite (T. P. Aleluya).
Oremos: Oh Dios, que bajo este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión: Te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
c) Alabanzas de
desagravio
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Verdadero Dios
y verdadero Hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su Sagrado Corazón.
Bendita sea su Preciosa Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento
del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la incomparable Madre de Dios,
la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea san José, su casto Esposo.
Bendito sea Dios en sus Angeles y en sus Santos.
d) Canto Final
3545. Letanías de los Santos
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Santa María, Madre de Dios. Ruega por nosotros.
San Miguel.
Santos ángeles de Dios.
San Juan Bautista.
San José.
Santos Pedro y Pablo.
San Andrés.
San Juan.
Santa María Magdalena.
San Esteban.
San Ignacio de Antioquía.
San Lorenzo.
Santas Perpetua y Felicidad.
Santa Inés.
San Gregorio.
San Agustín.
San Atanasio.
San Basilio.
San Martín.
San Benito.
Santos Francisco y Domingo.
San Francisco Javier.
San Juan María Vianney.
Santa Catalina de Siena.
Santa Teresa de Jesús.
Santos y Santas de Dios. Rogad por nosotros.
Muéstrate propicio. Líbranos, Señor.
De todo mal.
De todo pecado.
De la muerte eterna.
Por tu encarnación.
Por tu muerte y resurrección.
Por el envío del Espíritu Santo.
Nosotros, que somos pecadores.
Te
rogamos, óyenos.
3546. Letanías a la Santísima Virgen
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Trinidad santa, un solo Dios,
ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre Cristo,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre intacta,
Madre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digan de exaltación,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Angeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la Paz.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.
V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oración
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.