(origenIglesia.htm; actualizado el 20.3.00 (Indice)
ORIGEN, FUNDACIÓN Y MISIÓN DE LA IGLESIA El Concilio Vaticano II (CVII) asume la palabra "Iglesia" en el sentido bíblico: "La congregación de todos los creyentes que miran a Jesucristo como autor de la salvación y principio de la unidad y de la paz, es la Iglesia convocada y constituida por Dios para que sea sacramento visible de esta unidad salvífica para todos y cada uno" (Lumen Gentium [LG] 9). A) EL ORIGEN DE LA IGLESIA: El origen de la Iglesia se remonta a los comienzos de la historia de la humanidad. Dios llama al hombre no como individuo aislado, sino como ser que es creado en comunidad y sólo en comunidad se realizará (cf LG 9; GS 32). Nadie puede creer en solitario ni ser cristiano separado de los demás; nadie puede abrirse al Evangelio por sí solo. Todos necesitamos recibir de otros el testimonio del Evangelio, y que los otros nos ayuden y sostengan en la fe.
B) LA IGLESIA DESDE EL INICIO DEL MUNDO La congregación del Pueblo de Dios está prefigurada desde el principio del mundo. Desde Abraham (cf Gen 12,2; 15,5-6) Israel es elegido gratuitamente (cf Dt 7,7-8). Esta promesa dada a Abraham, se refiere a Jesús, quien llamó a los 12 para que fueran sus amigos y hacerlos participar de su misión en forma especial (cf Mc 3,13-19; 6,6b-13). El número de los 12 no es casual: los 12 representan las 12 tribus de Israel (cf Mt 19,28; Lc 22,30). Por ello, los 12 son también la piedra fundamental de la nueva Jerusalén (cf Ap 21,12-14). Además en las comidas que celebra Jesús en companía de los suyos, Jesús anticipa el banquete celestial que se hará realidad al final de los tiempos. Esto se consuma en la última cena, la noche antes de su muerte (cf Mt 14,22-25). Las celebraciones eucarísticas de las primeras comunidades primitivas son estas comidas en compañía de Jesús, de una manera nueva, ya que Jesús había muerto, y están en compañía de Cristo resucitado. La muerte de Jesús en la cruz y su resurrección dan el fundamento y el origen a la Iglesia. Jn 12,32: Yo atraeré a todos una vez que sea levantado en la cruz y exhaltado a la diestra del Padre. Finalmente, la fundación de la Iglesia se consuma con el envío del Espíritu Santo el día de Pentecostés (Hech 2). El Espírutu Santo es, sin duda, el principio vital de la Iglesia. Tenemos por tanto una fundación gradual de la Iglesia.
C) EN LA LITURGIA SE ANTICIPA LA GLORIA FUTURA: En la celebración de la liturgia se anticipa la gloria final de Dios (cf LG ¿......?; SC 8). Pero la Iglesia no es todavía el reino de Dios: es la Iglesia de los que sufren, de los pecadores; está necesitada de purificación, penitencia y renovación. Es Iglesia perseguida que avanza por las pruebas y tribulaciones (cf LG 8); es semilla y principo del reino de Dios en la tierra (LG 5). D) POR LO TANTO, PODEMOS DECIR QUE LA IGLESIA HA SIDO INSTITUÍDA O FUNDADA POR JESUCRISTO: "El Señor Jesús comenzó su Iglesia con el anuncio de la Buena Nueva, es decir con la llegada del Reino de Dios prometido hacía siglos en las Escrituras" (LG 5). La Iglesia es el Reino de Cristo "presente ya en misterio" (LG 3). La elección de los doce con Pedro a la cabeza (cf. Mc 3,14-15); representan a las doce tribus de Israel (cf. Mt 19,28; Lc 22,30) son los cimientos de la nueva Jerusalén (Ap 21,12-14). Los doce (cf. Mc 6,7) y los otros discípulos (cf. Lc 10,1-2) participan de la misión de Cristo, en su poder, y también en su muerte (cf. Mt 10,25; Jn 15,20). Con todos estos actos, Cristo prepara y edifica su Iglesia. La última cena y la cruz son muy importantes (LG 3): "Del costado abierto de Cristo en la Cruz nace el sacramento admirable de toda la Iglesia" (SC 5).
E) LA IGLESIA MANIFESTADA POR EL ESPÍRITU: En Pentecostés, "la Iglesia se manifestó públicamente ante la multitud, se inició la difusión del Evangelio entre los pueblos mediante la predicación" (AG 4). Para realizar su misión, el Espíritu Santo, "la construye y dirige con diversos dones jerárquicos y carismáticos" (LG 4).
F) LA IGLESIA, CONSUMADA EN LA GLORIA: La Iglesia "sólo llegará a su perfección en la gloria del cielo" (LG 48), cuando Cristo vuelva glorioso. Hasta ese día "la Iglesia avanza en su peregrinación a través de persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios" (San Agustín, Civ 18,51; cf LG 8). Acá en la tierra ella se sabe en el exilio, lejos del Señor (cf 2 Co 5,6; LG 6) aspira a la llegada plena del Reino, "espera y desea con todas sus fuerzas reunirse con su Rey en la gloria" (LG 5).
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