SANTA TERESA DE LOS ANDES   

 

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La Sma. Virgen:

1) Pídele a la Sma. Virgen que sea tu guía; que sea la estrella, el faro que luzca en medio de las tinieblas de tu vida. (c 49).

2) Confíe todo a la Sma. Virgen. Récele siempre el rosario para que Ella le guarde no sólo su alma sino también sus asuntos. (c 118).

La oración:

4) A mí me encanta rezar. Quisiera que mi vida fuera una continua oración, porque ella es la conversación que tenemos con Dios. (c 12).

5) Mi oración consiste casi siempre en una íntima conversación con Nuestro Señor. Me figuro que estoy como Magdalena a sus pies escuchándole. El me dice qué debo hacer para serle más agradable. (c 56).

6) Mi vida –puedo decir- es una oración continuada, pues todo lo que hago lo hago por amor a mi Jesús. (c 52).

7) En el cielo la ocupación de las almas será adorar y amar. Iniciemos, pues, en la tierra lo que haremos por una eternidad

La muerte:

8) ¡Qué de sorpresa llega la muerte cuando no se piensa que hay una eternidad tras ella...! Lo mejor es vivir en paz con nuestro Señor, de modo que, si la muerte viene de repente, no nos sorprenda y aterrorice. (c 126).

9) Todos tenemos que morir. Todo pasa y nosotros también. Cada día nos acercamos a la eternidad. ¿Para qué apegarnos a las cosas que mueren? (d 42).

10) Para una carmelita la muerte no tiene nada de espantable. Va a vivir la vida verdadera. Va a caer en brazos del que amó aquí en la tierra sobre todas las cosas. Se va a sumergir eternamente en el amor. (c 134).

La cruz:

11) Cuando se ama, todo es alegría; la cruz no pesa; el martirio no se siente; se vive más en el cielo que en la tierra. (c104).

12) Vivamos en la cruz. La cruz es la abnegación de nuestra voluntad. En la cruz está el cielo, porque allí está Jesús. (c 40).

13) Es preciso morir a sí misma para vivir escondida en Cristo. (d 46).

14) ¿Qué es el sacrificio, qué es la cruz sino el cielo cuando en ella está Jesucristo? Dale tu voluntad de tal manera que ya no puedas decir "quiero esto", sino lo que Él quiera. (c 40).

15) A la sombra de la cruz todas las amarguras desaparecen. Nadie sufrió tanto como Jesús y desde ella nos enseña a soportar los dolores en silencio y con resignación. Él desde la Cruz convida a sus criaturas con los brazos extendidos, diciéndoles: "Venid a Mí todos los que estáis cansados por el peso de los dolores, que yo os aliviaré"" (c 132).

16) "Mi vida –puedo decir- es una oración continuada, pues todo lo que hago lo hago por amor a mi Jesús" (c 52).

17) "Cuando se ama, todo es alegría; la cruz no pesa; el martirio no se siente; se vive más en el cielo que en la tierra" (c 104).

18) "Me esmeraré en labrar la felicidad de los demás. He de olvidarme de mí misma... me esmeraré en ser caritativa con el prójimo" (d 20).

19) ¿Sabes cuáles son las almas que gozan de la Bondad del Señor? Las que confían más en Él. Las almas confiadas arrebatan sus gracias. El Señor es todo amor, y la mayor pena que pueden dar a su Corazón es dudar de su Bondad (cf. c 109).

20) Amo lo que Tú amas, deseo lo que Tú deseas. Abandono mi vida en tus huellas y te sigo…plena paz y alegría.

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Fuentes:

d: Diario

c: Cartas

 

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