El siguiente texto es un mensaje de mi amiga Ligia de Mendoza cuyo contenido comparto, razón por la cual lo publico. Hice un par de variantes pequeñas de estilo, la mas notoria es que en lugar de aportar un granito de arena como se dice popularmente, aportemos el granito de mostaza; como dijo Jesús: "Si tuvieses fe como un grano de mostaza, diriáis a este monte (la violencia, la rapacidad, la mentira, la inmoralidad) quitate y echate en el mar y sería hecho!".
Espero valores y apliques lo escrito y pases a ser parte de la buena medicina de Dios para Colombia !!!
Fernando Rojas Morales

Apreciado colombiano:
Me dirijo a usted con todo respeto, para pedirle unos minutos de su tiempo y
se detenga a leer esta carta;  que sea usted el medio por el cual, otros
colombianos puedan reflexionar a cerca de cómo podemos aportar individualmente
para que nuestra querida Colombia sea restaurada y libre.
Después de leerla envíela  a todos los que pueda.


CARTA PARA COLOMBIA

Pienso que a la gran mayoría de los colombianos nos preocupa y nos duele lo
que está pasando en nuestro país y cada día las noticias son desalentadoras en
cualquier área. Vemos la sangre derramada , la violencia, la pobreza, los
abusos sexuales, la injusticia, el robo, las epidemias, las enfermedades, la
rebeldía de nuestros hijos, las mujeres abandonadas, la niñez desamparada, la
irresponsabilidad de algunos padres como cabezas de hogar, los divorcios, la
injusticia, la sequía en unas partes y las inundaciones en otras, los malos
negocios, el narcotráfico, todo es caos y confusión.
Muchos nos hemos preguntado el por qué de todas estas cosas y creamos
soluciones creyendo que con ésta o con aquélla vamos a dar con el eslabón
perdido y seremos los libertadores de alguna parte de este caos. Hay
propuestas valiosas en muchos sentidos; se manifiesta una muy buena voluntad
de aportar lo que cada uno cree que es lo mejor. Pero nos damos cuenta que
seguimos luchando contra el mismo remolino y no podemos salir de ahí.
No encontramos esa solución tan anhelada, pues estamos como niños en una
fiesta de piñata, donde para dar en el punto preciso y romperla para recoger
los regalitos, se nos vendan los ojos quedando "ciegos" y lo que nos queda por
hacer es dar palos de ciego hasta que de pronto damos en el punto clave y
podemos romperla.
 
Veo que hasta ahora es lo que ha ocurrido en nuestro país, y no hemos dado con
ese punto clave para salir de este caos. Quiero compartir con usted, mis
reflexiones y aportar luz en medio de todas estas tinieblas. La solución no
está en el más hábil pensador, ni en el mas inteligente estratega. La solución
está en DIOS, si cada uno hacemos lo que Él ha establecido desde el principio.
Él ha dicho: "Mi pueblo se perdió por falta de conocimiento" (Oseas 4: 6 a.)
Dios aquí no se está refiriendo al conocimiento humano o a la ciencia, sino al
conocimiento que debemos tener a cerca de Él y de lo que ha dicho sobre
nosotros y la vida, para darnos un futuro y una esperanza y para estar bajo su
protección y su cuidado. Pero nos dedicamos exclusivamente al conocimiento de
la ciencia, lo cual no es malo, pero hemos dejado de lado el libro más sabio
donde encontramos dirección del corazón amoroso de Dios para nuestras vidas:
La Palabra de Dios (La Biblia).

Desconocemos lo que Él diseñó para que fuéramos bendecidos y desde
generaciones atrás empezamos a vivir por lo que oíamos mas no por lo que
aprendíamos directamente del manual perfecto. Como resultado nos desviamos y
nos perdimos. Dios también nos dice: "Cielos y tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán" (Lucas 21: 33).Lo que Él ha dicho así será porque Él es
la fuente de la sabiduría y Su voluntad es buena, agradable y perfecta.
(Romanos 12: 2 c.)

Una de las cosas mas importantes que Él dijo fue: "Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, , y con todas tus fuerzas, y con toda tu
mente, y a tu prójimo como a ti mismo" (Lucas 11: 27). Este mandamiento que es
el más importante y que encierra toda la ley, no lo estamos cumpliendo, pues
hemos seguidos otros dioses hechos de madera o metal, o quizás sea nuestro
dios el trabajo, alguna distracción (así sea sana), o el alcohol o alguna
adicción, los amigos etc. Le hemos dado la espalda a Dios y hemos confiado más
en nuestra propia sabiduría que en Él

Hemos caído sin darnos cuenta en una
abierta idolatría lo cual es abominación a los ojos de Dios, pues Él nos dice:
"No tendrás otros dioses delante de mi. No te harás ningún ídolo, ni semejanza
alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las
aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los servirás; porque yo el Señor
tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los
hijos y sobre la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, pero que
muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis
mandamientos".(Deuteronomio 5: 6-10).

Esta idolatría ha endurecido nuestro corazón con respecto a Dios, pues nos fue
llevando a  una religiosidad de obras sin sentido como el creer que con
asistir a un culto religioso, o tratar de cumplir con algunos mandamientos, o
rezar, o no matar, no robar, hacer obras buenas, con eso hemos cumplido con lo
que Dios demanda, pero con todo eso estamos muy lejos de agradar el corazón de Dios.
En Isaías 26: 13, el Señor lo advirtió: "...este pueblo se me acerca con sus palabras y
me honra con sus labios, pero aleja de mi su corazón, y su veneración hacia mi
es solo una tradición aprendida de memoria". En Oseas 6:6 también nos dice:
"Porque más me deleito en la lealtad, que en el sacrificio y mas en el
conocimiento de Dios que en los holocaustos".
Todo esto nos llevó a endurecer el corazón y a perder la conciencia de pecado,
pues en medio de esta confusión estamos llamando a lo malo bueno y a lo bueno
malo, a tener las tinieblas por luz y la luz por tinieblas: (Isaías 5:20).

Entonces empezamos a culpar a Dios, oramos y Él no nos escucha y empezamos a
sentirnos impotentes y a hacer cuanta cosa nos dicen que solucionará nuestros
problemas, cuando la solución real está en otra fuente que si  nos  dará la
libertad y la paz verdadera que perdura. Tal vez no sabemos que "Dios no puede
ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará".
(Gálatas 6: 7), y que "si sembramos vientos recogeremos tempestades" (Oseas 8:
7 a).

Todo lo que hagamos contrario a la Palabra de Dios, así sea por
desconocimiento, va a traer consecuencias a nuestra vida, a nuestra familia, a
nuestra vecindad, a nuestra ciudad y a nuestra nación.
¡Es tiempo de parar! DIOS QUIERE RESTAURARNOS A PESAR DE NUESTRA INFIDELIDAD
PARA CON ÉL. Tomemos la decisión de caminar de frente a Dios y no sigamos
dándole la espalda. Está en sus manos y en las mías como colombianos hacer que
la buena palabra de Dios se cumpla sobre Colombia si hacemos las cosas como Él
las dice, no como a nosotros nos parezca. Es la única salida. Probemos y
veremos que Dios es bueno. Él nos está llamando a ARREPENTIMIENTO. Eso quiere
decir cambiar nuestra manera de vivir, caminando de acuerdo con su Palabra,
dejando atrás toda religiosidad y apego a las tradiciones aprendidas que
aunque suenen bonito, muchas de esas van contra lo que Dios ha establecido.
Dios nos dice hoy: 
"si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, si oran y buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.
Ahora mis ojos estarán abiertos y mis Oídos atentos a la Oración hecha en este lugar." (2ª Crónicas 7: 14).
"Porque yo se los planes que tengo para vosotros - declara el Señor - planes
de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza. Me
invocaréis y vendréis a rogarme, y yo os escucharé. Me buscaréis y me
encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón. Me dejaré hallar de vosotros
- declara el Señor - y restauraré vuestro bienestar". (Jeeremías 29: 11-14 a.).
Colombia: Dios está llamando al ARREPENTIMIENTO o sea a reconocer nuestro
propio pecado, sin justificaciones; no le echemos la culpa a los otros.
Empecemos por nosotros mismos, con los de nuestra casa, con los del barrio y
así afectaremos nuestra ciudad y nuestra Colombia. No miremos la paja en el
ojo ajeno, sino miremos la viga que hay en el nuestro. El arrepentimiento es
como el fuego que quema la mala siembra que hicimos en el pasado y así no
tendremos que recoger frutos de dolor. "Si confesamos nuestros pecados (a
Dios), Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y librarnos de toda
maldad" (1ªJuan 1: 9).

Pongamos nuestros ojos en Jesucristo. Él pagó en la cruz por nuestros pecados.
Se hizo pecado sin haber cometido pecado alguno para hacernos libres. (2ª
Corintios 5: 2). Jesucristo nos dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida;
nadie va al Padre sino por mi." (Juan l4: 6).  Hagamos a Jesucristo el Señor
de nuestras vidas para que Él nos ayude a poner en orden todo lo que por el
pecado y la dureza de nuestro corazón, hemos dañado.
Solo Jesucristo puede cambiar y restaurar nuestra vida, nuestra familia y
nuestra nación, cuando hayamos reconocido nuestro pecado sin culpar a los
demás.
"Probad y ved que el Señor es bueno", nos dice Dios en su Palabra. (Salmo 36:
8 a.). Es como si nos retara a ver que pasa si le creemos y hacemos  como Él
dice. Si nos atrevemos a creerle, se acabará la sequía, habrá paz, cesará el
derramamiento de sangre, se acabarán los violentos, habrá prosperidad, la
muerte, la maldición y la opresión huirán de Colombia.
Colombiano: Infórmate de lo que Dios ha hablado en promesa para nuestra
nación: Él ha dicho: "Por amor a Colombia no callaré ni me estaré quieto,
hasta que salga su justicia como resplandor y su salvación se encienda como
antorcha. Entonces verán las naciones tu justicia y  todos los reyes tu
gloria, y te llamarán por un nombre nuevo que la boca del Señor determinará.
Serás también corona de hermosura en la mano del Señor y diadema real en la
palma de tu Dios. Nunca mas se dirá de ti: Abandonada, ni de tu tierra se dirá
jamás: Desolada,  sino que se te llamará: Mi delicia está en ella y a tu
tierra: Desposada, porque en ti se deleita el Señor y tu tierra será
desposada." (Isaías 62: 1-4).

COMPROMÉTETE Y CRÉELE A DIOS; pon tu granito de "mostaza" (arena).
Si lo haces, pronto veremos una Colombia restaurada pues lo que es imposible para el hombre es
posible para Dios. Dejemos una herencia que glorifique a Dios y proteja a
nuestros hijos.
 
Con mucho amor,
 
Una Colombiana
 
 
 
 
 
 
 
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