Iniciaciones y Mandalas
Jeffrey Hopkins
Una vez que el practicante se ha adentrado en
el camino de reconocer la condición de sufrimiento de la vida ordinaria,
del desarrollo de la gran compasión y de la intención altruista
para conseguir la Iluminación, y del camino en que se genera la
comprensión de la vacuidad de la existencia inherente, es entonces
cuando un practicante está preparado para recibir la iniciación.
La iniciación es un proceso de múltiples facetas, cuyos significados
quedan explicados en gran detalle e incluso incorporados en el término
iniciación (abhisheka). Si tratamos creativamente el término
“abhisheka” en diversas maneras, como por ejemplo eliminando o borrando
algunas letras, o añadiendo letras, o sustituyendo otras, puede
llegar a tener tan diversos significados como limpiar, purificar, autorizar,
transmitir poder, ennoblecer, potencializar, rociar, derramar, vaciar un
molde, tener una actitud de otorgar y deliberar, y causar u originar la
posesión de una mente gozosa.
Si modificamos la palabra “sheka” de manera
considerable, ésta se transforma en “sñayi” lo cual significa
limpiar. De la misma manera que podemos limpiar la suciedad también
pueden limpiarse los oscurecimientos de los agregados mentales y físicos,
así como los constituyentes, los sentidos y los campos sensoriales.
También podemos transformar “sheka” en “shudde” que significa puro.
De la misma manera que un rey era bañado ritualmente al asumir el
reino en un rito védico llamado “abhisheka “, también el
contínuo mental se purifica a través de la limpieza de los
oscurecimientos.
De manera similar, “abhisheka” también
puede transformarse en “adhikara “, que significa autoridad. Como el rey
que a través de una ceremonia inaugural llamada “abhisheka” recibe
autorización para ocuparse de actividades reales, así también
se le autoriza
al practicante a escuchar los Tantras, a cultivar
los caminos tántricos, a enseñar los Tantras, y a tomar parte
en actividades para conseguir proezas (“dngos grub”, “siddhi"). También
puede convertirse en “vasha” o “vashini” (esto es “vashin”) que significa
poder. Al iniciado se le transmite el poder con respecto a todas las proezas
y actividades según su deseo.
También puede convertirse en “Ishvara",
señor. Al igual que cuando un rey inicia su reinado obtiene dominio
como señor de su reino, también “abhisheka” tiene el sentido
de alcanzar el rango de control sobre todo y de conseguir el señorío
o nobleza de las buenas cualidades.
También “abhishikta” puede transformarse
en “shakti”, que significa potencia, y en “apakshepana” que significa poner
o depositar. La iniciación deposita potencias para conseguir todas
las buenas cualidades de los fundamentos, los caminos y sus frutos. O también
“abhishimcha, que significa echar o rociar: el iniciado se purifica
al ser rociado con agua. O “abhishíkta” puede convertirse en “nishikta,
que significa derramado; a través de la iniciación la potencia
para una sabiduría sublime es derramada en la vasija limpia del
continuo mental purificada a través de los votos del Bodisatva.
O mediante la iniciación el practicante obtiene la semilla que produce
el fruto a través del acto de echar las semillas en lo que está
en la base de todo (la mente muy sutil de luz clara). O “shimcha” puede
transformarse en “charya, que significa hechos o actitud, y “shekta” puede
convertirse un “mukti” que significa liberación. En este sentido
la iniciación otorga el estilo de la actitud del Mantra Secreto
y la liberación que es su fruto. O puede convertirse también
en “sukha”, que significa gozo, y “yukta” que significa poseer. En este
sentido la iniciación es causa de que el iniciado posea una mente
gozosa.
Claramente, pues, podemos deleitamos estéticamente
construyendo unas etimologías creativas conformes a los significados
importantes del proceso de iniciación. Sin embargo no es que el
término iniciación determine el significado de la iniciacion,
sino que las diversas facetas de la iniciación en sí mismas
se utilizan para crear los significados del término. De esta manera,
estas etimologías nos proporcionan conocimiento profundo de los
significados y propósitos reales de la iniciación. Iniciación
significa limpiar y purificar oscurecimientos; significa autorizar a los
discípulos a escuchar sobre los caminos tántricos y a cultivarlos
y conseguir proezas especiales; significa transmitir poder para conseguir
ciertas cualidades beneficiosas; significa establecer las potencias para
conseguir diversos niveles del camino y los frutos de esos caminos; rociar
agua; derramar potencias y echar semillas en el continuo mental del iniciado;
transmitir un nuevo estilo de conducta y liberarse de los diversos estados
de distorsión; y causar que los iniciados se vean dotados de una
mente gozosa. Como podremos ver en los próximos dos capítulos,
todas estas actividades son centrales en las iniciaciones del sistema de
Kalachakra.
NÚMERO Y PROPÓSITO DE LAS INICIACIONES
En la práctica del Tantra de Kalachakra
existen básicamente quince iniciaciones agrupadas en tres apartados:
Siete iniciaciones siguiendo el modelo de la
niñez
1. Iniciación del agua
2. Iniciación de la corona
3. Iniciación de la cinta de seda
4. Iniciación del vajra y la campana
5. Iniciación de la conducta
6. Iniciación del nombre
7. Iniciación del permiso
Cuatro altas iniciaciones
8. Iniciación del vaso
9. Iniciacion secreta
10. Iniciación del conocimiento-sabiduría
11. Iniciación de la palabra provisional
Cuatro altísimas iniciaciones
12. Iniciación del vaso
13. Iniciación secreta
14. Iniciación del conocimiento sabiduría
15. Iniciación de la palabra definitiva
Estas mismas quince iniciaciones también
pueden ser tratadas como once. Esto se hace al tomar las siete iniciaciones
según el modelo de la niñez como siete y después tratando
las iniciaciones del vaso, secreta y de conocimiento-sabiduría de
la alta y altísima iniciación como si fueran meramente tres,
así como incluyendo en
el orgullo divino, el Decimocuarto Dalai Lama
explica en la introducción de Tantra in Tibet:
“...inicialmente se medita en la vacuidad,
y después, en el contexto de determinar la vacuidad del continuo
mental, el meditador cree que está utilizando esta mente como la
base (o la fuente) de la apariencia. En este momento, el sentido de un
mero yo designado en dependencia del residente puro, la deidad, y la residencia
pura, el palacio y los alrededores, es en sí un orgullo divino completamente
cualificado. Cuanto más pueda uno cultivar tal orgullo, tanto más
se debilitará el concepto de existencia inherente que es la raíz
de la existencia cíclica”.
Debido a la práctica inicial y posteriormente
a la práctica continuada de actualizar la vacuidad de la existencia
inherente, el meditador comprende que la persona es meramente designada
en dependencia de una mente y un cuerpo puros y que no se la puede encontrar
analíticamente entre aquellas bases de designación ni separada
de ellas. Por todo ello el “orgullo” divino o el sentido del yo en sí
mismo sirve como un medio para eliminar las concepciones exageradas del
estatus de los fenómenos, incluida la persona misma. Debido a que
la identificación de uno mismo como ser divino está dentro
del contexto de la vacuidad de la existencia inherente, es decir, (de que
uno mismo no es analíticamente ubicable entre o separado de la mente
y el cuerpo puros y de que uno mismo está designado en dependencia
de una mente y cuerpo puros), el orgullo negativo que produciría
unos resultados desastrosos, no solamente no se produce sino que se minimiza.
La identidad, pues, asume un nuevo significado.
LA MEDITACIÓN EN MÚLTIPLES
DEIDADES
Durante el estadio de generación,
los meditadores logran una clara apariencia de sí mismos como deidad.
Sin embargo no solamente se visualizan a sí mismos como una deidad
sino que también visualizan cada uno de los componentes de su continuo
psico-físico como si fueran las deidades que residen en un mandala
y todo ello como una manifestación de su conciencia de sabiduría
motivada por la compasión.
Visualizan a sus cinco constituyentes —la
tierra (objetos duros tales como el hueso), el agua (fluidos), el fuego
(el calor), el aire (corrientes interiores) y el espacio (lugares huecos)—
como si fueran deidades. Visualizan sus cinco agregados —la forma, las
sensaciones, las discriminaciones, los factores composicionales y las conciencias—
también como si fueran deidades. Visualizan sus diez aires (corrientes
interiores) así como su canal izquierdo y derecho como si fueran
deidades. Visualizan los seis órganos de los sentidos: el ojo, el
oído, la nariz, la lengua, el cuerpo y las facultades mentales,
así como sus respectivos objetos: las formas visibles, los sonidos,
los olores, los sabores, los objetos tangibles y otros fenómenos,
como deidades. Visualizan sus seis facultades de acción: la boca,
los brazos, las piernas, el ano, la facultad urinaria, y la facultad regenerativa,
así como sus respectivas actividades: orinar, hablar, asir, desplazarse,
defecar y emitir fluido regenerativo, como si fueran deidades. Visualizan
su agregado de conciencia prístina y su constituyente de conciencia
prístina, ambos entendidos en este contexto haciendo referencia
al gozo, sobre todo el del placer sexual y el de la no-conceptualidad,
como si fueran deidades.
Estos treinta y seis fenómenos en sietes
categorías pueden agruparse en cuatro apartados, el cuerpo, la palabra,
la mente, y la conciencia prístina o el gozo.
CUERPO
cinco constituyentes
1 La tierra
2 El agua
3 El fuego
4 El aire
5 El espacio
cinco agregados
6 formas
7 sensaciones
8 discriminaciones
9 factores composicionales
10 conciencias
diez aires
11 el aire que acompaña al fuego
12 el aire que se mueve hacia arriba
13 el aire omnipresente
PALABRA
14 el aire vitalizante
15 el aire que vacía hacia abajo
16 el aire serpiente
17 el aire tortuga
18 el aire camaleón
19 el aire devadata
20 el aire dhamnajaya
dos canales
21 el canal izquierdo
22 el canal derecho
MENTE
seis poderes de los sentidos y sus objetos
23 poder del sentido del ojo y las formas
visibles
24 poder del sentido del oído y los
sonidos
25 poder del sentido de la nariz y los olores
26 poder del sentido del gusto y los gustos
27 poder del sentido del cuerpo y los objetos
tangibles
28 Poder del sentido mental y otros fenómenos
seis facultades de acción y sus actividades
29 la boca y el habla
30 los brazos y el asir
31 las piernas y el desplazamiento
32 el ano y defecar
33 la facultad urinaria y el orinar
34 la facultad regenerativa y emitir fluido
regenerativo
GOZO
dos factores de la conciencia prístina
35 el agregado de la conciencia prístina
36 el constituyente de la conciencia prístina
Las siete iniciaciones según el modelo
de la niñez, que son aquellas que autorizan a la práctica
del estadio de generación, se corresponden con el establecimiento
de potencialidades especiales o específicas en el contínuo
del discípulo para la purificación de estos siete grupos
de fenómenos:
1. la iniciación del agua purifica
los cinco constituyentes —la tierra, el agua, el fuego, el aire y el espacio—.
2. la iniciación de la corona purifica
los cinco agregados —las formas, las sensaciones, las discriminaciones,
los factores composicionales, y las conciencias—.
3. la iniciación de la cinta de seda
purifica los diez aires (o las corrientes internas)
4. la iniciación del vajra y la campana
purifica los canales izquierdo y derecho
5. la iniciación de la conducta purifica
los seis poderes sensoriales
—el ojo, el oído, la nariz, la lengua,
el cuerpo, y los poderes de las facultades mentales— así como sus
respectivos objetos —las formas visibles, los sonidos, los olores, los
sabores, los objetos tangibles y los demás fenómenos—.
6. la iniciación del nombre purifica
las seis facultades de acción—la boca, los brazos, las piernas,
el ano, la facultad urinaria y la facultad regenerativa— así como
sus actividades respectivas —el habla, el tacto, el desplazamiento, el
defecar, el orinar y la emisión del fluido regenerativo—.
7. la iniciación del permiso purifica
el agregado de la conciencia prístina y el constituyente de la conciencia
prístina.
Los cuatro grupos de fenómenos —el cuerpo,
el había, la mente y la conciencia prístina (o el gozo)—
están relacionados respectivamente con las cuatro caras de Kalachakra
—la blanca, la roja, la negra (o azul oscura) y la amarilla—. Así
pues, los discípulos reciben las dos primeras iniciaciones concernientes
al cuerpo, esto es la iniciación del agua y de la corona, de la
cara blanca; las dos siguientes iniciaciones concernientes a la palabra,
la iniciación de la cinta de seda y la iniciación del vajra
y la campana, de la cara roja; las otras dos siguientes, concernientes
a la mente, la iniciación de la conducta y el nombre, de la cara
negra y la última iniciación del permiso, concerniente a
la mente prístina o gozo, de la cara amarilla.
El cuerpo de Kalachakra con la cara negra
mira hacía el este; así pues en las ilustraciones del mandala
o de la deidad la parte inferior de la ilustración representa el
este, la parte superior el oeste, la parte derecha desde el punto de vista
de la deidad principal representa el sur, y la parte izquierda es el norte
(desde el punto de vista de alguien que está mirando la ilustración
el lado derecho es el norte y el lado izquierdo el sur). La cara blanca
mira hacia el norte, que representa el lado izquierdo de la deidad principal;
la cara roja mira al sur o a la derecha; y la cara amarilla al oeste o
a la parte de atrás. Las ilustraciones llamadas tangkas (thang ka)
representan a Kalachakra con la cara negra o azul oscura mirando hacia
adelante; la blanca hacia su izquierda, la amarilla a la parte de atrás;
y la roja hacia la derecha. El mandala contiene cuatro conjuntos de puertas
en sus cuatro lados que sirven para acercarse a cada una de las cuatro
caras de Kalachakra.
Dado que los discípulos reciben las
siete iniciaciones de estas caras y dado que el mandala tiene cuatro puertas
que corresponden a cada una de ellas, los discípulos se desplazan
de puerta a puerta del mandala para recibir las respectivas iniciaciones.
En primer lugar el discípulo se coloca en la puerta oriental y ruega
que le sean conferidas las siete iniciaciones. Posteriormente se desplaza
a la puerta del norte para recibir las iniciaciones del agua y de la corona,
después se dirigen a la puerta del sur para recibir las iniciaciones
de la cinta de seda y del vajra y la campana, después se dirigen
a la puerta del este para recibir las iniciaciones de la conducta y el
nombre, y finalmente a la puerta del oeste para recibir la iniciación
del permiso.
LOS MANDALAS DE LA RESIDENCIA Y
DEL RESIDENTE
El término “mandala” tiene numerosos significados.
Nuestro mundo se concibe como residiendo en mandalas o esferas de ame,
de agua, etc.; y aquí “mandala” se refiere a los cuatro elementos
que constituyen su fundamento. En otro contexto como el de “dirigiéndose
hacia el punto de entrada de un camino de los mandalas (o esferas) de malas
transmigraciones”, “mandala” se refiere a lugares de nacimiento. En “el
mandala del sequito de los Bodisatvas”, “mandala” significa el círculo
del séquito. Una gota de agua perfumada puede considerarse un “mandala”
de agua perfumada. Una guirnalda o un haz de rayos de luz también
puede llamarse un mandala de luz. La tierra o base, bajo la valla también
se llama mandala, como por ejemplo en “construye eh mandala”. “Mandala
de sol” o “mandala de luna” pueden sencillamente significar el sol y la
luna, peno también puede referirse a su forma redonda. En la frase
“me inclino con el cuerpo que contiene cinco mandalas”, “mandala” se refiere
a las cinco extremidades —los dos brazos, las dos piernas y la cabeza—.
“Mandala” se refiere también a la mansion inestimable que constituye
la residencia de las deidades, así como a las propias deidades residentes.
Por otra parte, también puede referirse a la combinación
de residencia y residentes divinos.
En el ritual de iniciación de Kalachakra,
“mandala” significa principalmente la residencia divina así como
el círculo de deidades. Aún así también se
utiliza frecuentemente para referirse al sistema del mundo en aspecto glorificado,
como en el ofrecimiento del mandala al lama. En el contexto del ofrecimiento,
el término no se refiere a la residencia divina o a las deidades
residentes, sino al ofrecimiento que se está haciendo al lama, siendo
el ofrecimiento el sistema mundial entero visualizado en completa pureza.
Ocasionalmente, el término se refiere a las representaciones simbólicas
de los elementos, como en mandalas (o esferas) de tierra, agua, fuego y
aire, y también se utiliza el término para referirse a la
superficie cuadrada sobre la cual los discípulos dejan caer un palito
para indicar su linaje y el tipo de hazaña que deben llevar a cabo
para conseguirlo. Sin embargo, en el uso de “mandala de Kalachakra” la
referencia sólo es en el sentido de la residencia divina y de las
deidades residentes.
MANDALA DE LA RESIDENCIA
El principal mandala de la residencia representa
un amplio edificio que descansa sobre una plataforma elevada. El edificio,
un palacio, tiene cuatro paredes con puertas dobles en el centro de cada
una de aquellas. Las paredes externas, que representan las del mandala
del cuerpo, son transparentes y se componen de cinco capas de vidrio coloreado;
los colores son, desde el exterior al interior, amarillo, blanco, rojo,
negro y verde.
Nos encontramos en el exterior, y vamos a
subir por las escaleras hasta la plataforma elevada o base sobre la cual
descansa todo el edificio. Vamos a proceder hacia la puerta oriental, aquella
que está representada en la parte inferior de la ilustración.
Las puertas se abren al primer nivel y entramos en el mandala del cuerpo
y observamos que a medio camino se encuentra otra pared similar, también
compuesta de cinco capas y que son las del mandala de la palabra. Este
edificio dentro del edificio también tiene cuatro puertas dobles,
y debido a que está elevado por encima del mandala del cuerpo, también
hay unas escaleras que nos conducen hasta las puertas. Este edificio se
encuentra aproximadamente a un metro y veinte centímetros por encima
del mandala del cuerpo.
Vamos a subir por las escaleras; las puertas
se abren, y entramos en el mandala de la palabra, entonces podemos ver
que a mitad de camino hacia dentro se encuentra otra serie de muros pero
esta vez compuesto tan solo de tres capas de color —negro, rojo, y blanco—.
Éstas son las paredes exteriores del mandala de la mente. Este tercer
edificio, dentro de un edificio más amplio, de nuevo tiene cuatro
puertas dobles, y debido a que se encuentra elevado por encima del mandala
de la palabra, también hay unas escaleras que nos conducen hasta
las puertas. Nuevamente este edificio se encuentra aproximadamente a un
metro y veinte centímetros por encima del mandala de la palabra.
Subimos por las escaleras; se abren las puertas
y penetramos en el mandala de la mente, viendo que a mitad de camino hacia
dentro se encuentra una plataforma cuadrada pero sin paredes: éste
es el mandala de la conciencia prístina. Podemos observar cómo
a mitad de camino hacia dentro se encuentra otra plataforma cuadrada, que
en este caso representa el mandala del gran gozo.
Así pues el edificio se compone de
cinco niveles que representan los mandalas del cuerpo, la palabra, la mente,
la conciencia prístina y el gran gozo, y contiene tres conjuntos
de paredes, para cada uno de los primeros tres niveles. (Todas las paredes
alcanzan la misma altura y un único tejado cubre todo el edificio).
Cada una de las cuatro paredes de los mandalas
del cuerpo, la palabra y la mente tiene una entrada decorada con numerosos
detalles. Volvamos hacia abajo y salgamos al exterior para mirar la puerta
oriental del nivel inferior, el del mandala del cuerpo. En primer lugar,
observamos el suelo; es de color negro, correspondiente a la cara negra
de Kalachakra que mira hacia el este. De igual manera, en el sur el suelo
es rojo ya que la cara roja de Kalachakra mira hacia el sur; en el oeste
e suelo es amarillo correspondiendo a la cara amarilla, y en el norte el
suelo es blanco correspondiendo a la cara blanca.
Observemos el acceso correspondiente a la
cara oriental; es una entrada más ancha que la propia puerta, con
un pórtico de tres niveles por encima de la entrada. Cada uno de
los niveles del pórtico por encima de la entrada tiene cuatro pilares
de un lado a otro de su fachada frontal, creando tres huecos como habitaciones
en cada piso o en cada nivel. En ocho de estos nueve huecos podemos ver
a diosas de ofrecimientos; en el hueco central del primer nivel del lado
oriental podemos ver una meda negra de doctrina con un gamo y una gama
a derecha e izquierda. El primer nivel descansa sobre el tejado de la entrada
o la puerta, pero es más pequeño que la propia puerta, que
deja un espacio a cada uno de los dos extremos para que alguien esté
de pie. En este espacio en el suelo del primer nivel y en cada extremo
se encuentra un león erguido encima de un elefante y presionando
con su pata la cabeza de éste. Los leones parece que ayudan a sostener
el peso del siguiente nivel. En el siguiente piso así como en el
superior, en el espacio equivalente, pueden observarse figuras masculinas
llamadas “shalabhanjika “. Estas figuras en los extremos del segundo piso
del pórtico parecen ayudar a sostener el peso del siguiente piso
y los del tercer piso ayudan a sostener el tejado. Cada uno de los tres
niveles tiene estandartes de victoria y también pueden verse abanicos,
espejos, campanas y colgantes. Encima del tejado y en la parte central
hay un vaso y en cada uno de los extremos, estandartes de victoria.
El mismo tipo de entrada, con un pórtico
de tres niveles, puede verse en cada una de las cuatro puertas del mandala
del cuerpo. La única diferencia es que, en el sur, el hueco central
del primer nivel tiene un maravilloso vaso rojo en el centro, con una concha
y un loto a la derecha y a la izquierda. En el norte, el hueco central
del primer nivel tiene un gran tambor blanco en el centro, con un báculo
y un mazo a la derecha y a la izquierda. Al oeste hay un árbol “bodhi”
amarillo en el centro, con una figura semihumana masculina a la derecha
y una figura semihumana femenina a la izquierda. Observamos que los cobres
de los objetos en los huecos centrales de los primeros niveles de cada
uno de los cuatro pórticos corresponden a los cobres básicos
de los cuatro cuadrantes del mandala, los cuales, recordemos, corresponden
a las respectivas caras de Kalachakra, el cual está de pie en el
quinto nivel del mandala.
Mirad a la parte superior de la pared; veréis
un friso engarzado con joyas rojas; las joyas son triangulares, cuadradas,
etc. Por encima del friso podemos ver una zona abierta, representada de
azul en la ilustración, con un reborde por encima. Aquí monstruos
marinos arrojan por sus bocas sartas y medias sartas de penas. Esta zona
está adornada de espejos, con abanicos, con campanas, con medias
lunas, con guirnaldas de flores, etc. Por encima y en la parte exterior
hay un reborde ornamental adornado con un colgante de joyas. En el, hay
otro reborde en forma de pétalos de medio loto. Y encima, podemos
ver estandartes de victoria y otros emblemas. Esta es la pared exterior
del mandala del cuerpo; las paredes de los mandalas de la palabra y de
la mente son idénticos.
Ahora, mirad hacia abajo, hacia la base de
la pared exterior. Un saliente blanco rodea todo el edificio y es aqui
donde residen las diosas del ofrecimiento. Encima del saliente blanco y
en las esquinas formadas por la entrada hay vajras de media luna, y en
cada una de las cuatro esquinas también por la parte de fuera hay
dobles vajras de color jaspeado.
Ahora volvamos otra vez dentro del mandala
del cuerpo. Observemos que al lado de la pared exterior hay un corredor
del mismo color del suelo y por lo tanto de color negro en el este. Junto
a éste hay una zona blanca elevada donde residen dioses y diosas;
hay un tejadillo por encima. Al otro lado, al lado de la pared del mandala
de la palabra, hay otra zona del mismo color del suelo de su cuadrante.
Esta combinación de un corredor, de una zona blanca para dioses
y diosas, y de nuevo, una zona del mismo color del suelo del cuadrante,
en concreto se repite en los tres mandalas del cuerpo, de la palabra y
de la mente.
Subamos ahora al mandala de la mente. A medio
camino de; interior del mandala de la mente, está el mandala cuadrado
de la mente prístina; de nuevo observamos que este mandala no tiene
sus propias paredes y que está elevado por encima del mandala de
la mente, aproximadamente un metro veinte. Está dentro del mandala
de la mente, por así decirlo, rodeado por una barandilla de vajras
verdes, encima de la cual hay cuatro pilares negros en cada lado, haciendo
un total de dieciséis. Los cuatro pilares en el este están
marcados por espadas negras que representan a Amogasidi; los cuatro pilares
del sur están marcados por joyas rojas que representan a Ratnasambava;
los cuatro del norte están marcados por lotos blancos que representan
a Amitaba; y los cuatro del oeste están marcados por ruedas amarillas
que representan a Vairochana.
Así mismo, a mitad de camino dentro
del mandala de la conciencia prístina nos encontramos con un mandala
cuadrado elevado, que es el mandala del gran gozo, rodeado por una barandilla
de vajras negros. En su centro hay un loto verde con ocho pétalos.
En su centro hay un disco de luna blanco sobre el cual hay un disco de
sol rojo, un disco “rahu” negro y un disco “kalagni” amarillo (“rahu” es
un planeta, y “kalagni “, literalmente, significa el fuego al final de
un eón, que podría ser la cola ígnea de aquel planeta);
todo ello forma el asiento o la base sobre la cual están de pie
Kalachakra y su consorte Vishvamata.
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(El Tantra de Kalachakra: Introducción
de Jeffrey Hopkins) |